Claves para entender a los Maestros

22 diciembre 2013

La Masonería y los Solsticios



Comencemos por lo más sencillo, recordemos que es un solsticio.
Los solsticios (del latín solstitium (sol sistere), "Sol quieto") son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo, y la duración del día o de la noche son las máximas del año, respectivamente.

Astronómicamente, los solsticios son los momentos en los que el Sol alcanza la máxima declinación norte (+23º 27’) o sur (−23º 27’) con respecto al ecuador terrestre.

En el solsticio de verano del hemisferio Norte el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer y en el solsticio de invierno alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio. Ocurre dos veces por año: el 20 o el 21 de junio y el 21 o el 22 de diciembre de cada año.

En el solsticio de verano del hemisferio Sur el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio, y en el solsticio de invierno alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer. Ocurre dos veces por año: el 20 o el 21 de diciembre y el 21 o el 22 de junio de cada año.

A lo largo del año la posición del Sol vista desde la Tierra se mueve hacia el Norte y hacia el Sur. La existencia de los solsticios está provocada por la inclinación del eje de la Tierra sobre el plano de su órbita.

En los días de solsticio, la duración del día y la altitud del Sol al mediodía son máximas (en el solsticio de verano) y mínimas (en el solsticio de invierno) comparadas con cualquier otro día del año. En la mayoría de las culturas antiguas se celebraban festivales conmemorativos de los solsticios.

En zonas templadas, las fechas de los solsticios son idénticas a las del paso astronómico de la primavera al verano y del otoño al invierno. Las fechas del solsticio de invierno y del solsticio de verano están invertidas en ambos hemisferios.



Solsticio de junio

Iluminación de la Tierra por el Sol en el solsticio de junio.
Ocurre regularmente alrededor del 21 de junio. Es denominado de verano en el Hemisferio Norte o de invierno en el Hemisferio Sur.
La fecha del solsticio de junio constituye el día más largo del año en el hemisferio septentrional, y el más corto en el hemisferio meridional.
En el polo Norte el Sol circula por el cielo a una altitud constante de 23°.
En el Círculo polar ártico el centro del Sol solamente toca el horizonte del Norte, sin ponerse. El Sol culmina al Sur, donde alcanza su altitud máxima: 47°. Es el único día que el Sol se mantiene sobre el horizonte durante 24 horas.
En el Trópico de Cáncer el Sol sale a los 27° Norte, del Este. Culmina al cenit, y se pone a los 27° Norte, por el Oeste. El Sol está sobre el horizonte durante 13,4 horas: 13 horas 24 minutos.
En el ecuador el Sol sale a los 23° Norte, del Este. Culmina al Norte, donde alcanza su altitud máxima: 65°. Se pone a los 23° Norte, al Oeste. Permanece 12 horas sobre el horizonte.
En el Trópico de Capricornio el Sol sale a los 27° Norte, del Este. Culmina al Norte, donde alcanza su altitud máxima: 59.48°. Se pone a los 27° Norte, por el Oeste. El Sol está sobre el horizonte durante 10,6 horas: 10 horas 36 minutos.
En el Círculo polar antártico el centro del Sol solamente toca el horizonte del Norte, sin salir. Es el único día que el Sol se mantiene abajo del horizonte durante 24 horas.
En el polo Sur nunca sale el Sol. Siempre se mantiene 23° abajo del horizonte.

Solsticio de diciembre
Iluminación de la Tierra por el Sol el solsticio de diciembre.
Ocurre alrededor del 21 de diciembre. Se le denomina «de invierno» en el Hemisferio Norte, o «de verano» en el Hemisferio Sur.
El día del solsticio de diciembre es la noche más larga del año en el hemisferio Norte y la más corta en el hemisferio Sur.
En el polo Norte nunca sale el Sol. Siempre se mantiene 23° abajo del horizonte.
En el Círculo polar ártico el centro del Sol solamente toca el horizonte del Sur, sin salir. Es el único día que el Sol se mantiene por debajo del horizonte durante 24 horas.
En el Trópico de Cáncer el Sol sale a los 27° Sur, del Este. Culmina al Sur, donde alcanza su altitud máxima: 43,12°. Se pone a los 27° Sur, por el Oeste. Está sobre el horizonte durante 10 horas 36 minutos.
En el ecuador el Sol sale a los 23° Sur, por el Este. Culmina al Sur, donde alcanza su altitud máxima: 68°. Se pone a los 23° Sur, en el Oeste. Permanece sobre el horizonte durante 12 horas.
En el Trópico de Capricornio el Sol sale a los 27° Sur, del Este. Culmina al cenit y se pone a los 27° Sur, por el Oeste. Está sobre el horizonte durante 13,4 horas: 13 horas 24 minutos.
En el Círculo polar antártico el centro del Sol solamente toca el horizonte del Sur, sin ponerse. El Sol culmina al Norte, donde alcanza su altitud máxima: 47°. Es el único día que el Sol permanece sobre el horizonte durante 24 horas.
En el polo Sur el Sol circula por el cielo a una altitud constante de 24°.

Más allá de estos acontecimientos, que pasa en las civilizaciones:
En Europa, ante la llegada de los solsticios, desde tiempos prerromanos, se han realizado diversas celebraciones y rituales, con hogueras.
Del solsticio de junio se pueden citar las famosas hogueras de la Festividad de San Juan, que tienen lugar en España y en otros países del hemisferio Norte, para celebrar el solsticio de verano. Éstas provienen de festividades anteriores a la natividad del cristianismo, aunque actualmente se conmemoren con ese nombre.
En Sudamérica los pueblos originarios celebran el comienzo de su nuevo año en junio, en el solsticio de invierno. Por ejemplo, los pueblos andinos celebran el Inti Raymi.
En el solsticio de diciembre, en especial en las culturas romana y celta, se festejaba el regreso del Sol. A partir de esta fecha los días empezaban a alargarse. Esto se atribuía a un triunfo del Sol sobre las tinieblas, que se celebraba con fogatas. Posteriormente la Iglesia Católica decidió situar en una fecha cercana, el 25 de diciembre, la Natividad de Jesucristo, otorgándole el mismo carácter simbólico de renacer de la esperanza y de la luz en el mundo y corrigiendo así al mismo tiempo el significado de la festividad pagana previa, denominada Sol Invictus.


Visiones desde dentro de la masonería:


PLANCHA SOLSTICIO DE VERANO

A la Gloria de la Humanidad
Venerable Maestro y Queridos Hermanos:

Hoy, justo en el día de la iniciación de nuestros nuevos hermanos aprendices, hemos entrado en el solsticio de verano del año 6004 de la Verdadera Luz. Y eso es precisamente lo que han pedido ellos al entrar en nuestro taller y lo que nosotros seguimos anhelando como el gran Goethe en su lecho de muerte: “luz, más luz”.

El solsticio de verano, en el hemisferio norte, marca el punto más alto del sol en el firmamento y por tanto la mayor duración de la jornada diurna. Es uno de los dos momentos del ciclo de la Rueda Anual en la que la distancia angular del Sol al Ecuador celeste de la Tierra, es máxima. Es el día más largo donde el Poder de las Sombras tiene el reinado más corto. La luz vence a las tinieblas, la Naturaleza despierta y las plantas se cargan de energías ocultas y poderes sobrenaturales, mientras los masones celebramos la fiesta mayor de nuestro calendario uniéndonos a una tradición que se remonta siglos atrás y nos hermana a las grandes civilizaciones del pasado.

Según una consistente creencia hermética, los solsticios de verano e invierno son hitos del espacio-tiempo cósmico, momentos-puente en los que el Universo celebra la esencia de la identidad y la intensa comunicación entre los seres que lo habitan. En la tradición de los misterios helénicos y egipcios, los solsticios son las dos puertas zodiacales, la entrada y salida de la "caverna cósmica" en la que se refugia el planeta en su eterno viajar alrededor del sol y que se designan como "la puerta de los hombres" y la "puerta de los dioses".

La primera, regida por la posición de Cáncer en el firmamento, corresponde al solsticio de verano, y es la más humana pues nuestra raza como hija de la Tierra y heredera de los dioses necesita la luz solar para desarrollarse. La segunda, marcada por Capricornio, pertenece más al espíritu, al reino de las sombras y el conocimiento y es por tanto patrimonio de los dioses. Esta alternancia nos recuerda  que el ciclo anual está dividido en dos mitades, una "ascendente" y otra "descendente" como dice la filosofía vedanta de los hindúes: la primera es el período del curso del sol hacia el norte (uttaràyana), que va del solsticio de invierno al de verano; la segunda es la del curso del sol hacia el sur (dakshinàyana), que va del solsticio de verano al de invierno. Pero no debemos olvidar que en este mundo en el que cada cosa encierra a su contraria y en el que la luz envuelve su sombra, existen también dos hemisferios terrestres, dos tiempos en la esfera, y que lo que entre nosotros es solsticio de verano en nuestro querido Chile, por ejemplo, es solsticio de invierno.

Venimos de una larga tradición de culturas y conocimiento que se remonta a la antigua Sumer, el martirizado Irak de hoy, una civilización que por cierto construía grandes torres o zigurats para observar mejor el firmamento y fijar las fechas más destacadas de solsticios y equinoccios. En Egipto se adoraba al sol y su aparición en el solsticio de verano quedó impresa de forma sagrada en la memoria ancestral de sus piedras milenarias. La civilización azteca, la tolteca, la maya, la inca, y muchas más del Nuevo Mundo, construían grandes plataformas piramidales y elevadas para rendir culto al sol como fuente de luz y también dejaron constancia del constante perihelio en su impresionante calendario solar.

Entre nosotros, han sido los celtas la cultura que ha mirado al cielo con mayor fervor. Más inclinados hacia la luna, tal vez por ser una civilización matriarcal en la que la mujer y las diosas jugaban un papel fundamental, los celtas levantaban monumentos en los que podía “leerse” el ciclo solar con absoluta precisión como aún puede verse en la maravilla megalítica de Stonehenge. Los druidas, como los hindúes, dividían el año en dos partes de seis meses relacionadas con sus creencias sobre Samos y Giamos, el mundo de la Luz y el de las Sombras. Estas mitades estan agrupadas en doce períodos lunares que forman un ciclo anual, pues el calendario celta gira entorno a las 4 grandes Fiestas de Imbolc, Samain, Beltane y Lugnasad, que señalan las 4 estaciones de 3 meses. Los romanos, y tras ellos los cristianos, hicieron coincidir sus fiestas menores con aquellos acontecimientos que ya celebraban sus ancestros celtas o etruscos. Así el solsticio de invierno es la fiesta de San Juan Bautista, aquel que lleva el conocimiento y la iniciación espiritual y el solsticio de verano pasó a ser la noche de San Juan, mientras que las antiguas fiestas en torno a las hogueras que celebraban el triunfo de la luz, continuaron sucediendo como hoy mismo ocurre por muchos lugares de España, sobre todo en Cataluña, Baleares o Galicia.

Mientras el Sol está en su apogeo, nuestra fuente calor interior que es el corazón, se expande en amor y comprensión. Hagamos que nuestra atención se pose en este órgano y en los sentimientos que gobierna y sintamos todo lo que nos rodea. Que nuestras relaciones humanas y el presente que labramos día a día se tiña de amor, que vivamos impregnados por el filtro del amor a nuestros semejantes, a la vida y a los principios que la inspiran. Así desaparecerán de nuestras mentes los prejuicios, la intolerancia, el creernos diferentes y separados de los otros.

Empecemos por nosotros mismos; hemos de aceptarnos y querernos, por encima de errores y defectos pues somos mezcla de sombra y luz, como todos los seres humanos. Para cambiar debemos conocernos como nos pedía Sócrates y esto sólo es posible si nos miramos de frente, sin complejos ni rechazo. Si nos hemos liberado de prejuicios, angustia, dudas torturantes, complejos de superioridad o inferioridad, habremos limpiado la mente y liberado nuestra auténtica energía. Y así nuestro corazón podrá latir con el ritmo solar del que está hecho y tú podrás sentir por los demás la compasión que a ti mismo te negabas.

He dicho.

En los valles al Oriente de Madrid,
en el día de Solsticio de Verano del año 6004 V.L.

Recuerda que el calor de la celebración vivifica, pero el fuego desbocado transforma todo en desierto.


Fuentes:

15 diciembre 2013

Segundo Grado: Compañero


Cuando el aprendiz ha madurado en su primer grado simbólico, por apreciarlo así su tutor -el Segundo Vigilante- y sentirse él mismo afirmado en su propósito, el Venerable Maestro le propone aumentar de salario a los otros maestros del taller. Será así como el aprendiz podrá pasar a formar parte de la Cámara de Compañeros de la logia.
La masonería moderna se llama especulativa o filosófica porque, partiendo de la experiencia personal e intransferible de cada hombre en una actividad u oficio, propone un autoanálisis que permita al masón “sentir” a sí mismo identificado con la obra que realiza. La especulación  filosófica, ya que son los grandes principios que el Hombre parece llevar grabados dentro de sí los que él mismo va descubriendo también en la naturaleza, accedieron, con ello, a la Ley universal. Aunque haya en las diversas latitudes de nuestro mundo variados factores condicionantes o matizadores de ese impulso, existe en todos los humanos un denominador común al enfocar temas como la Justicia, el Amor, la Libertad, etc.
 
Plancha
El compromiso del aprendiz, consigo mismo y con sus hermanos, de participar en ese empeño común, desde la búsqueda del mejor conocimiento de sí mismo, lo convierte virtualmente en compañero del oficio de constructor, pronto a proseguir el proceso iniciático a través de cinco nuevos viajes simbólicos.
El número cinco es el que caracteriza a este grado y a su simbología fundamental: a los cuatro elementos básicos de la naturaleza se une una energía nueva que los une para dar sentido a la acción del iniciado. Simbólicamente, las fuerzas elementales de la Tierra, el Aire, el Agua y el Fuego, conducen hacia la Quintaesencia del Espíritu de Vida que da coherencia y sentido a la obra universal. En el apéndice se pueden encontrar más elementos sobre la iniciación en este grado.
Primer viaje
El conocimiento intelectual no basta en la masonería, es necesario que los posibles valores descubiertos sean analizados, estimados y aprehendidos; es decir, integrados personalmente para que forme parte del animus operando que, como hábito, guía al masón en su construcción. El compañero ha de empeñarse en afinar sus sentidos, que simbolizan su capacidad de percepción y de penetración en el mundo del conocimiento, representada mediante el afilado cincel que recibe. Los datos percibidos a través de la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato facilitan la información y la formación intelectual al ser correctamente clasificados y racionalizados.
Segundo viaje
Inteligencia y voluntad son dos facultades humanas que han de combinarse para lograr cualquier fin. Sin embargo, el perfeccionamiento masónico, que pasa por el autoconocimiento y reconstrucción personal, tiene un objetivo específico: el compañero se construye a sí mismo para formar parte de un templo ideal.
Este viaje se centra en el arte de la construcción. El ritual iniciático selecciona simbólicamente los estilos dórico, jónico, corintio, toscano y compuesto. El compañero masón emprenderá distintas posibilidades de construir, valorando todas aquellas que permitan la armonización de los dos grandes principios de la polaridad universal, representados por los arquetipos de Fuerza y Belleza, cuya conjugación produce la verdadera Sabiduría. Para ello recibe dos utensilios: una palanca  y una regla, simbolizando otras tantas facultades humanas positivas, o virtudes, indispensables para la obtención del fin perseguido, por cuanto la palanca pone de relieve la importancia del punto de apoyo o motivo que justifique nuestra fuerza de voluntad en la acción emprendida, la consistencia del punto en el que se centra la fuerza -o valor moral del empeño- y la determinación del punto de aplicación u objetivo de la actuación. Por su parte, la regla simboliza la mesura y la idoneidad de la voluntad aplicada, tanto en el espacio como en el tiempo.
Tercer viaje
En su tercer viaje el compañero recibe dos utensilios más: en su mano izquierda, una plomada, y en su mano derecha, un nivel. Pero la iniciación ha de llevar a lo que llaman conocimiento vertical, que es el que busca la manifestación de lo trascendente, sin detenerse más de lo necesario en las meras apariencias y reconociéndolas como tales.
Para los masones operativos medievales, la geometría universal representaba el compendio de todas las ciencias y de todas las artes, por cuanto estudia el reino de las formas y de las modulaciones o medidas que las producen. La expresión matemática, el número, era por ellos otra cara de la Geometría. De ahí el valor simbólico que en masonería contiene la inicial “G” que es el otro gran símbolo del segundo grado.
Cuarto viaje
El compañero recibe en su mano izquierda la Escuadra, como nuevo utensilio con el que llevar a término su obra. Ha de aprender a unir adecuadamente su propia piedra a las demás y ha de hacerlo utilizando la Escuadra ritualmente.
Quinto viaje
El iniciado viaja sin portar utensilio alguno en sus manos. Habiendo usado bien las herramientas, habiendo trabajado honradamente lo mejor que ha podido, ha preparado su piedra. Esta podría no ser una piedra perfectamente cúbica, pero habrá adquirido una forma geométrica que la hará mejor utilizable para su ensamblamiento constructivo.
En este quinto viaje se exalta el valor del trabajo masónico. No se trata de la exaltación del trabajo profano como tal, que en sí mismo es encomiable, si es honrado, sino del trabajo que conduce a la iniciación.



08 diciembre 2013

Primer Grado: Aprendiz


Después que el “profano” ha solicitado su ingreso, y luego de un proceso de investigación a conciencia de sus antecedentes, los miembros de la logia realizan una votación secreta para aceptar o no la solicitud de ingreso. La elección exige votos afirmativos de todos los miembros de la tenida, los cuales son emitidos en cubos o bolas blancas y negras. En algunos casos los votos son por mayoría de dos tercios de los habilitados (Hermanos que tienen un mínimo de concurrencia desde su iniciación).Si un solo miembro arroja unade color negro, no se concede la admisión. En caso de tener un voto negativo para su ingreso, quien realizo ese voto deberá presentar sus argumentos al Venerable.
También está el caso que el profano sea propuesto por un Hermano con el aval de dos más. Su postulación no solo será presentada en la tenida de la logia, sino que circulara por todas las logias, en tres tenidas.

Una vez aceptado su ingreso, comienza el proceso de iniciación –ver Apéndice-.La ceremonia de iniciación expone ante el candidato, de forma sintetizada, qué es lo que se espera que haga, pidiéndole que declare, mediante juramento, si está dispuesto a unirse a quienes están siguiendo el mismo camino que él desea emprender (in itio), el taller se habrá informado sobre la personalidad y costumbres del candidato, mediante conversaciones personales mantenidas con él por tres maestros y habiéndose realizado las verificaciones pertinentes para su presentación a la logia.
La ceremonia de iniciación representa la iniciación virtual y en modo alguno la real, aunque el neófito haya sido así hecho masón. Todos los masones que le reciben en su logia son también buscadores de la Verdad por la misma vía iniciática gradual.
La masonería simbólica o azul cuenta únicamente con tres grados iniciáticos: el de Aprendiz (1º), el de Compañero (2º) y el de Maestro (3º).
El aprendiz es la piedra bruta. Deberá extraer el “orden del caos”, re-creándose y re-haciéndose a sí mismo con la ayuda del Arte Real. El medio para lograrlo está en su voluntad y con su recta intención, dos cualidades que están simbolizadas por el mazo y el cincel –herramientas con las que acometerá los primeros trabajos sobre la piedra bruta-.

La marcha del aprendiz simboliza la precisión y seguridad con que el iniciado camina hacia el oriente en la búsqueda permanente de la luz de la sabiduría y del conocimiento; a diferencia de la marcha del profano que es incierta porque no sabe hacia dónde se dirige, el aprendiz tiene un objetivo fijo y definido. Esta marcha se compone de tres pasos que significan igualmente infancia, madurez y senectud. Al terminar la marcha se hace el saludo a los tres dignatarios de la logia y cuyo significado ha sido definido en cada uno de los tres casos como fe en los ideales masónicos (saludo al V.·.M.·.),esperanza en alcanzarlos (saludo al Primer V.·.) y amor a la humanidad (saludo al Segundo V.·.). El saludo por sí mismo representa el juramento de silencio y lealtad a los principios y misterios de la orden.
El aprendiz debe labrarse a sí mismo, pues es la piedra bruta. Debe librarse de los vicios profanos y de sus propios defectos, de la pereza, el egoísmo y la falta de propósito vital. Debe prepararse para ser útil, debe perfeccionarse a sí mismo y encontrar su esencia. Debe encontrar el valor de la Libertad, de la Tolerancia y de la Fraternidad. Para esto se le muestra un camino que ya han recorrido otros antes que él, pero que por definición es un camino personal. Las señales de este camino le son mostradas gradualmente y le van ayudando a internalizar un sistema de valores -moral y de autoconocimiento- que le guiarán. No obstante, la enseñanza masónica no es una metafísica, no es un dogma, es un método, un método de trabajo.
El mazo es chispa del fuego divino en el corazón humano, con la que el aprendiz impulsa la obra regeneradora.
Por su parte el cincel es para golpear la piedra, se necesita la facultad de la inteligencia discriminativa, que “distingue” y separa lo esencial de lo superfluo.[1]

Al pulir la piedra bruta, el aprendiz constructor, está realizando un trabajo y un gesto ritual consigo mismo. La piedra es él mismo, y la transformación de ésta, en piedra tallada y cúbica, simbolizando la transmutación cualitativa de todo su ser.
El mazo y el cincel como principales herramientas se deben usar para desbastar la piedra bruta, simbolizan respectivamente, la energía activa que conduce la voluntad del aprendiz y la energía pasiva de la recta intención de salir desde las tinieblas a la luz, cualidad fundamental en el inicio del proceso de la purificación que se han manifestado por los tres viajes misteriosos que en la iniciación el aprendiz tuvo que recorrer.
Estas dos herramientas entregadas al aprendiz, hablan respectivamente, tanto de la necesidad de la energía y la fuerza de voluntad que debe aplicar permanentemente en su labor de desbastado, como de la necesidad de mantener el control inteligentemente sobre lo que debe labrar. La fuerza sin control no sirve de nada, así como tampoco el control sin fuerza.
Pasa simbólicamente por cuatro etapas o pruebas. La asociación de las pruebas con los viajes pone de relieve la importancia del movimiento evolutivo de búsqueda en el avance personal y la necesidad de actuar, venciendo obstáculos que se hallan dentro del orden universal que va apareciendo ante el iniciado gradualmente.
El primer grado representa una vía purgativa iniciática que persigue limpiar de adherencias ilusorias la piedra bruta que aún es el iniciado. Solo eliminando lo ilusorio, lo que oculta lo esencial, podrá el aprendiz aprestarse a ser receptivo. Esta experiencia simbólica constituye la prueba del aire de los antiguos misterios, que viene después de la prueba de la tierra que ha sufrido durante su estancia en la Cámara de Reflexión.
El aire y el fuego son elementos masculinos, activos y sutiles, opuestos y complementarios con la tierra y el agua, femeninos, pasivos y más densos.
El aire, que representa al mundo intermedio entre la tierra y el cielo, se relaciona con el soplo que da origen a la creación, con el Verbo -la palabra que se expande por él-, con el hálito vital que permite el delicado equilibrio de la vida y con el viento que, como el espíritu, sopla donde quiere.
La prueba de la tierra
Se lleva a cabo mediante la permanencia, asolas, en el Gabinete o Cámara de Reflexión, en el que se hallan objetos e inscripciones que invitan a la meditación. Con ello se simboliza el descenso al interior de la Tierra -muerte virtual- para resurgir consciente de la necesidad de despojarse de cuanto impide o estorba el ascenso hacia lo esencial -resurrección virtual-. En el interior de la Tierra se halla la semilla del verdadero yo, que deja de ser tal semilla para germinar y convertirse en plata -Platón y la caverna.
Tras esta experiencia previa, que es un viaje introspectivo, el candidato deberá emprender otros tres viajes, también simbólicos, desplazándose con los ojos vendados y sometiéndose, al finalizar cada uno de ellos, a otras tantas pruebas de voluntad purificadora. La privación de visión simboliza el estado del hombre carente de conocimiento, que no distingue los valores reales, cegado por su ignorancia, su intolerancia, su egoísmo y demás pasiones.

Llegado ante la puerta del Templo, el Experto, que acompaña al recién llegado, pedirá acceso en su nombre, garantizando que el candidato es hombre libre y de buenas costumbres, buscador de la Luz -del conocimiento-. Para entrar; el candidato encontrará dificultades que habrá de poder superar con humildad, a fin de reconstruir sobre ella su auténtica divinidad. En este primer recorrido por el interior de la logia, sus pasiones le asaltarán como si de estruendosos ruidos de desorden y confusión se tratara. Finalmente, con ayuda de quienes van a ser sus hermanos, logrará experimentar una primera purificación simbólica causada por el elemento Aire, “medio sensible de transmisión de lo invisible”, que simboliza un primer contacto con la fuerza espiritualizadora que habrá de llevar al candidato hacia la Luz buscada.
Tras ello, proseguirá con mayor firmeza su recorrido purificador hacia el Agua, símbolo de la limpieza purificadora por excelencia, con la que se desprenderá de residuos no aventados aún por el Aire.
Por último, ya notablemente aligerado su ánimo y fortalecida su voluntad, proseguirá la marcha hacia el Fuego, definitivo elemento purificador simbólico. Pasando a través del Fuego, el candidato mostraba en las antiguas iniciaciones su fortaleza de ánimo y su sugerencia en sí mismo.

Solo después de superar estas pruebas iníciales podrá el nuevo masón ver realmente, empezando a identificar lo que la luz revela. Simbólicamente, el Venerable Maestro de la logia hará que la Luz contenida en la tradición masónica le sea dada.
El aprendiz jura que se propone ser un buscador de la Verdad -de sus parcelas de la Verdad- unido a sus hermanos, apoyándose en ellos y apoyándolos con el mismo fin.
El aprendiz masón debe guardar silencio durante su permanencia en el recinto de la logia. El silencio ritual invita y acostumbra al aprendiz a analizarse a sí mismo antes de emitir un juicio sobre lo que oye o ve, asegurándose de que su entendimiento no está mediatizado por sus propias pasiones. Por otra parte, recogiendo la tradición de los antiguos masones o constructores de oficio, no debe revelar los secretos del taller a nadie, ni siquiera a los hermanos ausentes, cuando se reencuentre con ellos.
Atuendo
El mandil o delantal de trabajo, heredado de la francmasonería operativa, sin el que no le es posible participar en tenidas rituales. El aprendiz al finalizar el ritual de iniciación se le entrega uno, es hoy día, de tejido blanco, aunque fue originariamente piel de cordero. En su parte superior lleva una solapa triangular que debe mantenerse levantada hasta acceder al segundo grado. Carece de todo ornamental y simboliza el ánimo activo y la predisposición espiritual “cándida” y receptiva que han de caracterizar simultáneamente al aprendiz para participar en las tareas comunes de la logia. La solapa superior cubre precisamente el chakra umbilical, con el que se vincula “sentimientos y emociones contra los que debe protegerse especialmente para alcanzar la serenidad de espíritu que haga de él un iniciado real”.
El aprendiz en su labor de desentrañar la duda filosófica que se hace prender en el espíritu del iniciado, en relación con todos aquellos aspectos que no han sido analizados por el mismo, así como en sus esfuerzos por salir de las tinieblas de la ignorancia, con el fin de vivir y conquistar su propia dignidad. En este sentido, es necesario destacar los cuatro elementos consustanciales de esta edad simbólica: la piedra bruta, el mazo, el cincel y el mandil.

Los derechos de un aprendiz son limitados. No puede votar ni ocupar cargos, pero si tiene derecho a un funeral masónico. Tampoco está habilitado para organizar actividades de beneficencia masónica, aunque tampoco se le impide recibir asistencia de un masón. En el apéndice se encuentra el índice de los treinta y tres temas que debe preparar el aprendiz para tener un aumento de salario.






[1] Siete Maestros Masones- Ob. Cit. p. 66.

Rito Schröder

Rito Schröder, o Schroeder

Es el rito masónico más difundido en Alemania
Friedrich Ulrich Ludwig Schröder (1744-1816),
Fundador del rito masónico que lleva su nombre

El Rito Schröder, o Schroeder, es el rito masónico más difundo en Alemania, seguido de cerca del Rito Zinnendorf. Además de Alemania, se trabaja minoritariamente en Dinamarca y los Países Bajos, siendo también el favorito de los emigrantes de origen germano en España, Brasil, Paraguay y Chile, donde se ha integrado a las Grandes Logias regulares.

Fue creado por el actor y director del teatro municipal de Hamburgo, Friedrich Ulrich Ludwig Schröder (1744-1816) a finales del siglo XVIII, y adoptado como propio por la Gran Logia de Hamburgo el 29 de junio de 1801. Por esta razón, en vida de Schröder, el rito recibía el nombre simplemente de Rito de la Gran Logia de Hamburgo. Debido a la simpleza de su estructura –solamente tres grados simbólicos-, fue conocido también como Rito Escocés Simplificado. La Gran Logia de Hamburgo desparece de Alemania en 1932, y en el exilio (Valparaíso, Chile) en 1935. Sus miembros se integrarán tras el periodo nazi en la Gran Logia de Antiguos y Aceptados Masones de Alemania.

Plancha de Trazar del Rito Schröeder

El Rito Schröder surge como uno más entre los ritos que nacen como respuesta al desorden en la masonería continental del último tercio del siglo XVIII. Si la Estricta Observancia Templaria (1764-1782) se crea para limpiar a los ritos masónicos de la influencia del ocultismo del siglo XVIII, las distintas reformas de las que surgen el Rito Sueco, el Rito Zinnendorf, y el Rito Escocés Rectificado, expulsarán de las liturgias y rituales las referencias a la astrología y a la alquimia, pero sin tocar el simbolismo caballeresco y templario de la masonería de la época de la Ilustración.


La influencia luterana en la Gran Logia de Hamburgo, de grave tradición burguesa y mercantil, tenía como consecuencia directa que los masones del norte de Alemania vieran con malos ojos la ostentación aristocrática de los grados caballerescos, tanto de la Estricta Observancia Templaria como de los ritos que surgen de su seno, todos ellos con fuerte influencia del catolicismo romano. Ante ello, hacia 1789, las logias de la Gran Logia de Hamburgo comienzan a realizar cambios en sus rituales y arreos motu proprio, sin coordinación alguna.

Es así como Schröder se da a la tarea de estudiar el pasado de la masonería operativa, así como los rituales de las primeras logias especulativas inglesas. En 1790 logra que la Gran Logia Provincial de la Baja Sajonia, subordinada a la Gran Logia de Londres, le encargue la realización de rituales y notas sobre simbología y arreos masónicos, de manera que estos unifiquen criterios ante la confusión que amenazaba con la atomización de la masonería alemana. Es de este modo como Schröder toma como punto de partida el texto fundacional de la masonería especulativa inglesa, Three Distinct Knocks. Su relación con la Gran Logia de Hamburgo le permitirá crear en su seno una Comisión de Estudios que terminará adoptando en 1801 dichos rituales. En ese momento Schröder ocupa el cargo de Diputado Gran Maestro. Posteriormente llegaría a ser Gran Maestro de la Gran Logia de Hamburgo.
Mandil del M.·.M.·. del Rito Schröder


Usa tres Grados:
Aprendiz
Compañero
Maestro
Dado que para su elaboración Schröder recurre a los primeros rituales de la masonería inglesa, concretamente de la denominada Gran Logia Madre de Inglaterra, su estructura es extremadamente simple, como sencillos son también sus arreos y joyas. Consta tan sólo de tres grados, es decir, los tres primeros grados de la masonería azul o simbólica –Aprendiz, Compañero y Maestro-. Ya que el Rito Schröder no posee grados superiores, sus miembros, de marcada tradición liberal, suelen ingresar a las órdenes del Rito Francés en su versión del Gran Oriente de Francia.

Debido fundamentalmente a la misma razón que llevó a James Anderson y Jean Theófile Deságulliers a reformar la masonería tradicional, en el Rito Schröder no hallamos referencias explícitas a religión alguna. Ambas tradiciones -la andersoniana y la de Schröder-, pertenecen al ámbito protestante, por lo que observamos dos cosas singulares. En primer lugar el luteranismo ha mantenido a raya las características filorromanas que pudiésemos hallar en otros ritos nacidos pocos años antes. En segundo lugar, y a diferencia de las reformas emprendidas por Anderson, el rito Schröder es aún más sencillo de lo que será la masonería inglesa de la época. No hallamos aquí referencia alguna a los grados caballerescos, ni siquiera a los altos grados del Rito York no caballerescos como el Santo Real Arco. Todo ello conduce a un simbolismo antiguo, ligado a la tradición operativa inglesa, que sobresale de los actuales ritos por la profundidad de sus enseñanzas a partir de la sencillez.


El carácter no aristocrático de sus miembros acerca a esta masonería a los principios de la Ilustración, reforzado esto por su origen básicamente burgués en la ciudad portuaria de Hamburgo, lo que lo diferencia de la masonería francesa anterior a la Revolución. Es por eso que hoy el Rito Schröder es muy popular entre los masones liberales del ámbito alemán, ya que practica la igualdad social entre los hermanos masones desde su misma estructura.

En la Gran Logia de España existen tres logias que practican este rito: Euro masón Costa Blanca Nº 55 (Denia), Leukopolis Nº 85 (Alfaz del Pi) y Fuente de la Luz Nº 103 (Fuengirola)

En el Gran Oriente de Argentina, una Logia UNITAS Nº 387, trabaja en este rito. Es la única logia de habla alemana que trabaja en Argentina, bajo los auspicios de la Gran Lógia de LL.·. y AA.·. Masones de la República Argentina.

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