29 de agosto de 2025
Masonería en el Uruguay
27 de agosto de 1908 – 22 de enero de 1973
Fue un político estadounidense y 36º presidente de los
Estados Unidos.
Johnson se postuló para la Cámara de Representantes de
Estados Unidos en 1937 durante una elección especial. Impugnó con éxito
los resultados de las elecciones y comenzó a servir en la Cámara de
Representantes en abril del mismo año. Johnson era un aliado cercano del
presidente Franklin Delano Roosevelt (FDR). Los dos hombres trabajaron en
estrecha colaboración en varios proyectos relacionados con Texas. Una de
las más importantes fue la Operación Texas. La Operación Texas fue una
operación encubierta que trajo judíos europeos a Texas para escapar de la
persecución nazi. Johnson sirvió en la Cámara de Representantes hasta
1949.
En 1940, Johnson fue nombrado teniente comandante en la
Reserva Naval de los Estados Unidos. Se presentó al servicio tres días
después del ataque a Pearl Harbor en 1941. FDR aprovechó la posición de sus
aliados en la Armada. FDR no confiaba en la información que llegaba a
través de la cadena de mando normal en el Pacífico Sur, por lo que dispuso que
Johnson y otros dos oficiales fueran allí y trajeran información precisa.
En 1948, Johnson se postuló para el Senado de los Estados
Unidos. Esta fue la segunda vez que corrió, la primera no tuvo
éxito. Esta vez fue elegido para el Senado. Sirvió en el Senado hasta
1960. Johnson impulsó su reputación en el Senado. Su reputación se hizo
tan fuerte que algunos querían que se postulara para presidente en las
elecciones de 1956. Para las elecciones de 1960, Johnson retrasó la
búsqueda de la nominación demócrata, lo describió como una estrategia por temor
a que se formara una división en el partido con Kennedy. En cambio, el
retraso le costó tiempo valioso de campaña. Al menos un historiador afirmó
que posiblemente fue por miedo al fracaso que Johnson dudó.
En la convención demócrata de 1960, Johnson intentó
conseguir apoyo. Se dirigió a Tip O'Neil, del estado natal de Kennedy,
Massachusetts, y le preguntó: "Tip, sé que tienes que apoyar a Kennedy al
principio, pero me gustaría tenerte conmigo en la segunda
votación". O'Neill respondió: "Senador, no habrá una segunda
votación". Al no haber segunda votación, Kennedy era el candidato
demócrata. Aunque los Kennedy, tanto John como Robert, no eran fanáticos
de Johnson, John F. Kennedy sabía que agregarlo a la lista aseguraba el voto
demócrata del sur.
Después de que Kennedy y Johnson asumieron el cargo, Kennedy
decidió que necesitaba mantener a Johnson ocupado y feliz. Kennedy le dijo
una vez a un asistente: "No puedo permitirme el lujo de que mi
vicepresidente, que conoce a todos los periodistas en Washington, ande por ahí
diciendo que todos estamos jodidos, así que vamos a mantenerlo feliz". Kennedy
nombró a Johnson como jefe del Comité Presidencial sobre Igualdad de
Oportunidades de Empleo, donde Johnson trabajó con afroamericanos y otras
minorías en cuestiones de derechos civiles. En el puesto, Johnson terminó
presionando a Kennedy en cuestiones de derechos civiles más lejos y más rápido
de lo que Kennedy había planeado originalmente.
El 22 de noviembre de 1963, John F. Kennedy fue asesinado en
Texas. Johnson prestó juramento apenas dos horas después en el Air Force
One.
Durante la presidencia de Johnson, que duró hasta 1969,
Johnson, a nivel nacional, se centró en cuestiones de derechos civiles. En
1965 se aprobó la Ley de Educación Superior. Johnson eligió la Universidad
de Texas como el lugar para firmar el proyecto de ley. Regresó a la escuela
de Welhausen, donde enseñó cuando era estudiante universitario. Allí
afirmó: "Nunca olvidaré los rostros de los niños y niñas de aquella
pequeña escuela mexicana de Welhausen, y aún recuerdo el dolor de darme cuenta
y saber entonces que la universidad estaba cerrada a prácticamente todos esos
niños porque eran demasiado pobre. Y creo que fue entonces cuando decidí que
esta nación nunca podría descansar mientras la puerta al conocimiento
permaneciera cerrada para cualquier estadounidense.
En el plano internacional, la guerra de Vietnam ocupó toda
la administración de Johnson. En ocasiones, los miembros de la prensa
sintieron que Johnson estaba siendo poco honesto en sus evaluaciones sobre la
guerra de Vietnam. Esto se conoció como la "brecha de credibilidad".
A pesar de los problemas de Vietnam, en cuestiones internas
Johnson dejó un legado de grandes reformas y cambios sociales, algunos
políticos y otros sociales. Fueron los cambios en el área de Derechos
Civiles los que le hicieron perder apoyo en los estados del Sur hacia el final
de su presidencia.
Johnson falleció a causa de un evento coronario masivo.
***
Johnson era miembro de Johnson City Lodge No. 561 en Johnson
City, Texas. Johnson sólo recibió el título de Aprendiz Ingresado y
decidió no continuar con su trabajo masónico.
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James
Hamilton
24 de agosto de 1838 – 3 de enero de 1913
Brighton, Sussex, Inglaterra – Mayfair, Londres
Segundo duque de Abercorn, fue un político y par
británico.
Después de graduarse de Christ Church, Hamilton se
dedicó inmediatamente a la política y fue elegido miembro del Parlamento
británico por el condado irlandés de Donegal. Sirvió en el Parlamento
durante 20 años.
Hamilton se desempeñó como Alto Sheriff de Tyrone,
después de lo cual regresó a la Universidad, donde se graduó con una Maestría
en Artes en 1865. Más tarde, ese mismo año, se embarcó en una misión
diplomática en Dinamarca.
Entre algunos de los otros títulos que ostentaba
Hamilton se encontraban los de Señor de la alcoba del Príncipe de Gales de 1866
a 1885 y Novio de la estola de 1886 a 1891. Ambos cargos eran originalmente
individuos designados para proteger a los miembros de la familia real mientras
estaban en sus dormitorios y otros entornos privados. Las personas que
ocupaban estos cargos también eran responsables de ayudar a vestir al miembro
de la familia real. Debido a la naturaleza íntima de estos roles, la
persona que ocupaba estos cargos se convertía en un confidente cercano de la
familia real. Hamilton fue el último novio de la estola. En 1887 fue
nombrado miembro del Consejo Privado de Irlanda.
En 1901, el rey Eduardo envió a Hamilton en misión
diplomática a Dinamarca, Suecia y Noruega, Rusia, Alemania y Sajonia para
anunciar la ascensión del rey al trono.
En 1869, Hamilton se casó con Lady Maria Anna
Curzon-Howe y juntos tuvieron nueve hijos. El hijo mayor fue James Albert
Edward Hamilton. A través de James Albert, Hamilton fue el tatarabuelo de
Diana, princesa de Gales.
***
Hamilton fue elegido Gran Maestro de Irlanda en
1886. Fue elegido después del fallecimiento de su padre, quien ocupó el cargo
antes que él. Hamilton siguió siendo el Gran Maestro de Irlanda hasta su
fallecimiento en 1913.
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PALACIO LEGISLATIVO (VI)
1925 – 25 DE AGOSTO – 2025
Fachada ESTE
La intención es poner en valor el aporte del medio rural, tanto en las tareas vinculadas al cultivo de la tierra como en el desarrollo de la actividad ganadera, pilares fundamentales de nuestra identidad productiva y cultural. Pero a su vez podemos hacer una mirada más simbólica en linea al complejo edilicio y su función.
La disposición de las figuras, su vestimenta y
actitud remiten al imaginario grecorromano, donde el cuerpo y el gesto
comunican valores éticos, cívicos y filosóficos. La presencia de bastones,
telas y posturas reflexivas sugiere una escena de deliberación o ceremonia,
posiblemente vinculada a la transmisión de saber, la justicia o el ejercicio
del poder.
Este tipo de representación puede leerse como
una alegoría de la institucionalidad: los personajes encarnan roles cívicos
(legisladores, sabios, magistrados) que dialogan en un espacio de respeto y
solemnidad. La ausencia de violencia o tensión refuerza la idea de que el poder
se ejerce mediante la palabra, el rito y la ley.
Su presencia actúa como recordatorio visual de
los valores fundacionales de la república: diálogo, sabiduría, pluralidad. La
estética clásica no solo embellece, sino que inscribe el edificio en una
genealogía de poder ilustrado, donde el pasado grecolatino legitima el presente
institucional
PALACIO LEGISLATIVO (V)
1925 – 25 DE AGOSTO – 2025
Fachada NORTE
En la fachada posterior del Palacio
Legislativo, sobre la Avenida General Flores, se destacan dos conjuntos
escultóricos en relieve, obra del artista italiano Arístides Bassi. [1]
Estas composiciones no solo enriquecen el
edificio desde el punto de vista ornamental, sino que articulan una poderosa
narrativa alegórica centrada en los valores fundacionales de la República: el
trabajo, la justicia y la institucionalidad.
El estilo neoclásico de Bassi, profundamente
influenciado por la tradición escultórica italiana, establece un diálogo
armónico con el lenguaje arquitectónico del Palacio, reforzando su carácter
solemne y simbólico. A través de estas figuras, el arte se convierte en
vehículo de expresión cívica, integrando estética y mensaje político en una síntesis
visual de alto contenido simbólico.
En el centro del relieve, se representa la figura del Maestro en actitud didáctica frente a sus discípulos, configurando una alegoría elocuente de la educación como fundamento esencial de la ciudadanía y sustento de la institucionalidad democrática. La escena, cargada de simbolismo, evoca la transmisión del conocimiento como acto fundacional del orden republicano, donde la formación cívica se erige como garantía de cohesión social y participación consciente. En el siglo XIX, la educación fue concebida
como herramienta clave para formar ciudadanos ilustrados, capaces de sostener
las instituciones republicanas. Figuras como José Pedro Varela impulsaron
reformas educativas que vinculaban instrucción pública con democracia. La representación del Maestro en actitud
didáctica puede leerse como una visualización de ese ideal: el saber cómo
patrimonio colectivo, y el docente como mediador entre el individuo y la
nación. El Palacio Legislativo, como sede del poder
republicano, incorpora en su ornamentación visual una narrativa que refuerza
los valores democráticos. La inclusión de la figura del Maestro en sus
relieves no es casual: representa la centralidad de la educación en el
proyecto nacional. Esta iconografía puede vincularse con el
discurso político de la época, que exaltaba la instrucción pública como base
de la modernidad y el progreso. |
En el centro del relieve medio, se
representa a un adolescente dominando con firmeza a dos pumas, en una escena
que simboliza el triunfo de la inteligencia sobre la fuerza bruta. Esta
imagen, de fuerte carga alegórica, exalta la razón como principio ordenador
de la vida republicana, donde el poder se legitima no por la violencia, sino
por la capacidad reflexiva y el dominio ético. Flanqueando al joven, se ubican las figuras
de un hombre y una mujer, encarnaciones de la dualidad complementaria que
sostiene el equilibrio institucional. Lejos de representar una oposición,
ambos cuerpos expresan la armonía entre lo masculino y lo femenino como
pilares simbólicos de la ciudadanía plena, en consonancia con los ideales de
inclusión y justicia que estructuran el imaginario republicano. |
En el último relieve se representa a la
prensa, concebida como emblema de la libertad de expresión, la circulación
crítica de ideas y el ejercicio del control ciudadano sobre el poder. Esta
alegoría visualiza a los medios como instrumentos fundamentales de la vida
democrática, capaces de articular el debate público, fiscalizar a las
instituciones y garantizar la transparencia en el ejercicio del gobierno. La inclusión de esta figura en el programa
escultórico del Palacio Legislativo refuerza la centralidad del discurso
libre en la arquitectura republicana, donde la palabra impresa se convierte en
vehículo de participación, conciencia cívica y pluralismo político. |
Si se leen los relieves en secuencia, de
izquierda a derecha, se revela un proceso simbólico de profunda resonancia
republicana: el conocimiento, antaño patrimonio de minorías ilustradas,
transita hacia su democratización, convirtiéndose en bien común y fundamento de
la ciudadanía. Esta progresión escultórica sugiere una evolución desde la
enseñanza elitista hacia la circulación pública del saber, en sintonía con los
principios de inclusión, transparencia y participación que estructuran el
ideario republicano.
La narrativa visual propuesta por los relieves
no solo acompaña el lenguaje arquitectónico del Palacio Legislativo, sino que
lo amplifica, inscribiendo en piedra una pedagogía cívica que interpela al
espectador y lo convoca a formar parte activa del proyecto democrático.
La idea de que el conocimiento debe ser
patrimonio colectivo encuentra eco en el pensamiento de José Pedro Varela,
figura clave de la reforma educativa uruguaya. En La educación del pueblo
(1874), Varela afirma:
“La
instrucción pública no es un lujo de los pueblos ricos,
sino
una necesidad de los pueblos libres.”
Esta afirmación sintetiza el espíritu que
anima la secuencia escultórica: el saber cómo condición de libertad, y la
educación como herramienta de emancipación ciudadana. La cita puede
incorporarse como epígrafe o nota al pie para reforzar el vínculo entre el
discurso visual del Palacio Legislativo y el ideario reformista del siglo XIX.
Los forjadores, absortos en su labor, encarnan una alquimia del esfuerzo: la transmutación del trabajo físico en progreso colectivo, del metal en emblema de civilización. Su gesto concentrado y su vínculo con la materia evocan no solo la técnica, sino también la voluntad transformadora que sustenta el proyecto republicano. En esta escena, el trabajo deja de ser mera
actividad productiva para convertirse en símbolo de dignidad, construcción
social y modernidad, en sintonía con los valores que el Palacio Legislativo
busca consagrar en su lenguaje escultórico. |
||
Aunque el relieve central reproduce en gran
medida la escena anterior, presenta sutiles variaciones que modifican su
carga simbólica. Los pumas, ahora sin objetos en sus fauces, sugieren una
transformación en la representación de la fuerza: ya no como amenaza
contenida, sino como potencia neutralizada y subordinada al dominio racional.
Esta omisión, aparentemente menor, introduce una lectura más depurada del
vínculo entre poder físico e inteligencia, desplazando el énfasis desde la
confrontación hacia el equilibrio. |
||
En el tercer relieve, los fundidores son
representados en plena faena, encarnando la dimensión artesanal del saber
técnico. A la izquierda, el modelista retoca con precisión el rostro de una medalla
que ostenta la figura de un centauro —símbolo clásico de la tensión entre lo
instintivo y lo racional—, aludiendo a la necesidad de armonizar pulsiones y
pensamiento en la construcción del orden republicano. A la derecha, el
escultor sostiene un busto de Minerva, diosa tutelar de las artes, los
oficios y la sabiduría, reafirmando el vínculo entre creación material y
conocimiento simbólico. La escena condensa una alegoría del trabajo
como acto intelectual y cultural, donde la técnica no se limita a la
producción, sino que se proyecta como forma de pensamiento y expresión cívica.[2] |
Una vez más, el relieve nos propone una
lectura en clave de transformación: la fundición se presenta como metáfora del
trabajo colectivo, cuyo resultado es la conformación simbólica de la vida
nacional. Esta operación visual, que convierte la materia en significado,
revela la mano de un verdadero alquimista escultórico.
Al regresar a las imágenes centrales de la
fachada, observamos al joven que domina los pumas —figuras que evocan la “vía
seca” de la alquimia, aquella espiritual, rápida y ascendente— flanqueado por
las representaciones de una mujer y un hombre. Curiosamente, no son las figuras
las que se invierten, sino las columnas que las acompañan, lo que sugiere una
alteración deliberada en el orden simbólico.
El hombre aparece desnudo, sin herramientas ni
armas: es el ser que llega por sí mismo, despojado, en estado puro. Su
presencia remite a una idea de iniciación, de retorno a la esencia. Las rosas
que adornan la escena refuerzan esta lectura alquímica: símbolo de
transformación, belleza interior y conocimiento oculto, la rosa opera aquí como
emblema del tránsito espiritual.
Como en otras composiciones del conjunto, se reitera la presencia de los
números 3 y 7, claves en la simbología esotérica y alquímica. Ambos están
asociados al equilibrio, la perfección y los ciclos de iniciación, reforzando
la idea de que el conjunto escultórico no solo comunica valores republicanos,
sino también una cosmovisión más profunda, donde el arte se
convierte en vehículo de sabiduría cifrada.
El conjunto de relieves de Arístides Bassi en
la fachada posterior del Palacio Legislativo no se limita a una función
ornamental: constituye un discurso visual complejo, donde se entrelazan
alegorías republicanas, referencias esotéricas y símbolos de transformación.
Cada escena, cuidadosamente compuesta, articula valores fundacionales –educación,
trabajo, justicia, libertad de expresión- con elementos de una cosmovisión más
profunda, en la que el arte opera como mediador entre lo material y lo
espiritual.
La secuencia escultórica propone una pedagogía
cívica en piedra, que guía al espectador a través de un proceso de iniciación
simbólica: desde la transmisión del conocimiento hasta su democratización;
desde la fuerza bruta hasta su sublimación racional; desde el oficio técnico
hasta la creación consciente. En este recorrido, el Palacio Legislativo se
convierte no solo en sede del poder institucional, sino en espacio de memoria,
reflexión y formación ciudadana.
Así, la obra de Bassi trasciende su tiempo y
su función decorativa, inscribiéndose como parte integral del imaginario
republicano uruguayo. Su lenguaje escultórico, cargado de significados visibles
y ocultos, nos recuerda que la nación no se construye solo con leyes, sino
también con símbolos, relatos y formas que interpelan la sensibilidad
colectiva.
Palacio Legislativo IV Palacio Legislativo VI
[1] Arístides Bassi- Nación en
Italia en 1875, se establece en Montevideo en 1914. Uno de los autores al
monumento de los inmigrantes en Nueva Helvecia. Otras obras están por ejemplo
en la casa del Partido Colorado: un Hermes de mármol con el retrato de José
Batlle y Ordóñez, busto del Dr. Alfredo Vidal y Fuentes (Ministerio de Salud
Pública), retrato de Madame Curie; mausoleo de Gustavo Saint Bois (Cementerio
del Buceo) y mausoleo de Scanavino Brena (Cementerio Central). Fallece en
Montevideo en 1942.
[2] En la mitología
romana Minerva es la diosa de la sabiduría, las artes, las técnicas
de la guerra, además de la protectora de Roma y la patrona de
los artesanos. Se corresponde con Palas Atenea en la mitología
griega, con notorias vinculaciones con el esoterismo.