Claves para entender a los Maestros

29 octubre 2015

Walter Sydney Best

Walter Sydney Best
4 de julio de 1881 - 29 de octubre de 1954
¿? - Montevideo

Venerable Maestro de Silver River Lodge en 1927.


Cementerio Británico. Montevideo.

28 octubre 2015

Carlos de Castro

Carlos de Castro
21 de marzo de 1835 – 28 de octubre de 1911
Montevideo

Abogado, ministro de estado, legislador y diplomático. Casado con la señora Isabel Caravia, fue suegro y mentor de Pedro Figari.
 
De este ilustre ciudadano, se puede decir que ocupó todos los altos destinos de nuestro país, salvo el de presidente de la República.


Su padre fue don Agustín de Castro. Arruinada la familia y muerto su progenitor su madre se casó, por segunda vez, con Cayetano Gavazzo, poseedor de una cuantiosa fortuna, quien lo envió a Italia a estudiar en compañía de sus otros hermanos.

Permanece en Génova por el espacio de 16 años donde realiza estudios preparatorios y superiores hasta obtener el título de doctor en jurisprudencia el 21 de junio de 1859.

De regreso al país en 1860, el Dr. Eduardo Acevedo (masón), Ministro de Gobierno de Berro, lo designó para regentea y dictar clases en las cátedras de Economía Política y de Derecho Constitucional y Administrativo.

Al inaugurarse la clase de Economía Política que él mismo dictó y en la cual dejó impreso su profundo espíritu liberal en total y absoluta  adhesión a los principios masónicos manifestó lo siguiente: “Mi carácter altamente liberal os asegura la completa independencia de opiniones, porque en esta aula la libertad no se teme…”.

Entre los años 1861 y 1869 es Miembro del Consejo Universitario y Rector de la Universidad Mayor.

En 1865, cuando apenas contaba con 30 años de edad, es nombrado Ministro de RR.EE., cargo que ocupa hasta el año 1866 en que renuncia. Es quien firma el Tratado de la Triple Alianza, por nuestro país.

En 1869 es nominado como Senador por Paysandú.

En 1873 es diputado por Montevideo, 1er. Vice-Presidente de la Cámara de Representantes y Miembro de la Comisión Permanente.
El 7 de febrero de 1874 es designado Ministro del Supremo Tribunal de Justicia.

El 6 de octubre de 1882 se produce un conflicto de poderes entre el Ejecutivo y el Judicial lo que trajo aparejado que el Dr. de  Castro con todo el Tribunal Supremo, con la excepción del Dr. Lindoro Forteza, presentaran sus renuncias, las cuales fueron aceptadas. Sin embargo, el 18 de octubre de ese mismo año, a pesar del conflicto que había existido unos días antes, el Presidente Santos designó al Dr. Carlos de Castro como Ministro de RR.EE: Su actuación en el ministerio estuvo orientada con amplio y profundo espíritu liberal, que el Dr. de Castro había recibido de sus maestros en la Italia del Resurgimiento. En 1884 a parte de sus tareas como Ministro de Gobierno se le encarga la cartera de Justicia, Culto e Instrucción Pública.
Su casa en la Ciudad Vieja de Montevideo

En 1885, a instancias suyas, como representante del Senado en compañía del Dr. Lindoro Forteza  (masón) Presidente del Supremo Tribunal de Justicia y del Gral. Máximo Tajes, Ministro de Guerra, integra la Comisión Especial encargada de devolver al Paraguay los trofeos de guerra de la Triple Alianza.

En 1886 es Miembro del Consejo de Instrucción Secundaria  y Superior.

En 1891 al dejar el Ministerio de Gobierno ingresa al Senado electo por el departamento de Montevideo.

El 10 de enero de 1895, el gobierno de Idiarte Borda lo nombra Ministro Plenipotenciario  en calidad de enviado extraordinario ante el gobierno del Brasil, regresando de esta misión en 1897 para reintegrarse nuevamente al senado. Desempeñando esas funciones lo hallaron los sucesos políticos del 10 de febrero de 1898, donde Juan Lindolfo Cuestas da un golpe de estado, disolviendo la Asamblea, declarándose dictador.

Opuesto al régimen surgido recién vuelve a la actividad política en el año 1901 cuando es nuevamente electo diputado por Montevieo. Finalizando su mandato en 1904, el Dr. de Castro a quien ya aquejaban los achaques de su avanzada edad se retiró a su magnífica quinta del Paso Molino -ubicada en el actual Camino Castro (llamado así en su homenaje) y María Orticochea-, muy venida a menos su gran fortuna de la que había sido dueño, dejando de existir en ese retiro voluntario el 28 de octubre de 1911, a la edad de 76 años.

---------- 0 ----------

En nuestra Masonería la obra realizada por el Dr. Carlos de Castro es tan vasta y completa que se ha convertido en imperecedera.

Ingresó a la Logia Caridad el 11 de diciembre de 1860 y de la cual fue Venerable los años 1871/72.

En 1879 es nombrado Gran Comendador de la Orden, cargo que ocupará en varias oportunidades.

En 1881 redacta y hace aprobar el Código y la Constitución Masónica.

En 1882, en razón de sus hábiles gestiones, obtiene de los poderes públicos de esa época la Personería Jurídica de nuestra Institución, convirtiéndola desde ese momento en una de las primeras organizaciones masónicas del mundo autorizadas legalmente para actuar en la vida pública, en la más completa libertad.

El Ilustre y Poderoso Hermano Carlos de Castro fue un hombre de vastísima ilustración, con un alma y un espíritu de un gran señor, cuya casa fue por largos años, considerada como un centro de la cultura rioplatense.

Y para aquilatar en toda su enorme dimensión las virtudes que lo adornaron, transcribiremos las palabras que pronunciara, con motivo de su muerte, José Enrique Rodó: “El doctor de Castro es una de esas figuras consulares de una generación que ha dado a la República hombres eminentes en todas las manifestaciones del pensamiento y de la acción y puede decirse sin exagerar que ocupaba entre esas figuras uno de los puestos de primera fila; dejo impreso en todo la huella de su talento poderoso y de su nunca desmentido patriotismo”.[1]

En su homenaje, en 1917 fue fundada Logia Carlos de Castro, hoy Derechos Humanos Nro. 85.







[1]  Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas orientales. Tomo I. Montevideo. 1991. pp. 36-37.

26 octubre 2015

Antonio (h) Díaz Soriano

Antonio (h) Díaz Soriano
21 de mayo de 1831 – 26 de octubre de 1911
* - Buenos Aires


Militar, historiador y hombre de letras, hijo del ilustre guerrero de la independencia y Ministro de Guerra del Gobierno del Cerrito, del mismo nombre, había visto la primera luz en la ciudad de Buenos Aires, siendo su madre doña María Soriano, de nacionalidad oriental.

Sus primeros servicios militares comienzan durante la guerra grande, en el campo del Cerrito junto a su padre, Ministro de Guerra de Oribe.

En 1848 es ascendido a Teniente 1º de Caballería y en 1851, en vísperas de la Paz de Octubre de aquel año, se encuentra a las órdenes del comandante Faustino Ménedez.

Terminada la guerra grande fue dado de baja volviendo al servicio activo, durante la presidencia de Berro, en 1862, ocupando primero una plaza en el batallón Escolta de Gobierno y más adelante en la Guardia Nacional de Tacuarembó cuando era jefe político del mismo don Tristán Azambua.

En 1863 es designado ayudante del Gral. Lucas Moreno y en enero del año siguiente es ascendido a Sargento Mayor.

En 1870 se encuentra con el Cnel. Timoteo Aparicio, siendo alcanzado por la amnistía que otorgó a los revolucionarios la Paz de abril de 1872.

En uno de los sublevados del 15 de enero de 1875 y 6 de agosto de 1876 es nombrado, por el Presidente Varela, 2º Secretario de la Legación en España aunque nunca alcanzó a ocupar dicho destino.

El 25 de agosto de 1880 el Presidente Vidal lo designa como Teniente Coronel del ejército nacional.

Su obra literaria de mayor aliento es la Historia Militar y Política de las Repúblicas del Plata (desde el año 1828 hasta el año 1866) que fuera publicada en Montevideo en 1877 compuesta por 12 tomos y un tomo adicional como apéndice destinado a biografías y del cual sólo se imprimieron 128 páginas. La tutoría de esa obra le fue cuestionada atribuyéndole la misma a su padre el Gral. Don Antonio Díaz.

Entre los libros más importantes podemos destacar El Capitán Albonoz, drama nacional en verso (1860); Lágrimas y Jesuitas, drama (1861); Polonio Collazo, Gaucho del Arerungua, verso criollos (1873) y La Tumba de Rosa, leyenda histórica (1875) y de la cual Alejandro Magariño Cervantes emite juicios laudatorios manifestando que el autor revelaba “dotes nada vulgares”.

Tras arduas investigaciones se pudo comprobar que el Cnel. Díaz se ocultaba bajo el seudónimo de Polonio Collazo.

Falleció en la ciudad de Buenos Aires a la edad de 80 años, el 26 de octubre de 1911, a consecuencia de una caída y cuando todavía gozaba de una actividad física comparable a su lucidez mental.


---------- O ----------

En la Masonería nacional desarrolló su actividad como miembro activo de la Logia Fe en la cual se inició sus trabajos el 22 de mayo de 1861, a la edad de 30 años, según surge del Libro de Matrícula a foja 81 de la respectiva Logia.

Fue un hermano siempre fraterno, que en cada uno de sus actos, fueron éstos masónicos o profanos, dejó  impresa su nunca desmentida conducta, que siempre estuvo ceñida entre la Escuadra y el Compas.[1]






[1] Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas orientales. Tomo I. Montevideo. 1991. pp.47-48.

18 octubre 2015

Lucas Píriz Portillo

Lucas Píriz Portillo
18 de octubre de 1790 – 1º enero de 1865
Concepción del Uruguay (Entre Ríos) - Paysandú

General de los ejércitos de la Nación, natural de la provincia argentina de Entre Ríos.

Sus padres fueron Gregorio Píriz y Dominga Portillo.


Actuó en toda la gesta independentista que va de 1825 hasta que se firma la paz de 1828. Chacrero en la zona de Paysandú, se sumó a la Cruzada Libertadora de 1825 y peleó hasta el fin del conflicto con Brasil en 1828. Integrado al ejército luchó en respaldo del presidente Fructuoso Rivera contra el levantamiento de 1832 de Juan Antonio Lavalleja.


El 11 de julio de 1835 es promovido a Ayudante Mayor.

Trasladado en 1836 a Paysandú, donde actuaban también como militares sus hermanos, combatió en favor del gobierno de Manuel Oribe contra la rebelión de Fructuoso Rivera. Era empleado doméstico cuando la derrota de 1838 y abandonó el país tras Oribe. En Argentina hizo toda la campaña de los federales bajo las órdenes de Oribe y en 1847 se destacó en la toma de Salto, actuando en filas de Servando Gómez.

El 24 de mayo de 1837 es nombrado Sargento Mayor y el 18 de abril de 1838 es Teniente Coronel.

Apoyó a Justo José de Urquiza cuando éste se volvió contra Oribe en 1851 y puso fin a la Guerra Grande. Jefe Político de Salto en 1855, luchó luego contra la revolución de Flores

El 19 de agosto de 1863 se gradúa de Coronel.

En Paysandú se convirtió en una de las columnas más fuertes de la resistencia. No apareció uniformado sino por excepción de particular, con una galera alta dentro de la cual tenía dos o tres pañuelos, en zapatillas en muchas ocasiones, aquel hombre de fisonomía aindiana y carácter bonachón, alto y gordo, estuvo siempre donde debía estar, con una serenidad y una pachorra asombrosas.

Buen militar, tal vez el mejor de todos sus compañeros, vino a encontrar la muerte, cuando apenas resguardado en el hueco de una puerta en la esquina de las calles 18 de Julio y Montevideo, intentaron contener el ataque simultaneo de los ejércitos floristas-brasileños, lo alcanzó una bala de fusil que lo hirió de muerte en el bajo vientre. Conducido sin pérdida de tiempo a una casa próxima, falleció la misma noche de aquel 1º de enero de 1865, a consecuencia de una hemorragia interna.

Los restos mortales de este valiente soldado descasan, desde hace años en el cementerio de Salto, donde siempre había residido con su familia.

Fue un hombre de profundas convicciones liberales que lo llevaron a sucumbir entre los humeantes escombros de las trincheras de Paysandú en forma varonil e hidalga.

----------  o  ----------

Fue miembro activo de la Masonería oriental integrando el cuadro de la Logia Unión de Salto.[1]

El Panteón de Lucas Píriz

Luis Pérez, estudiante de 6to año del Liceo 2, estudió particularmente el panteón del Gral. Lucas Píriz, un militar del partido blanco héroe de la defensa de Paysandú contra la revolución de Venancio Flores que fue muerto de un disparo en enero de 1865.
Por ese disparo en su panteón se encuentra un libro abierto marcado con una rosa, como símbolo de que su vida no pudo terminarse por una muerte temprana. Un símbolo que no tiene el mismo significado que la columna truncada que muestra el dolor ante esa muerte repentina.
En ese panteón se ve la corona de flores que simboliza la gloria por ser una persona muy destacada.
El ánfora  allí presente representa el agua y el fuego como vida y la tela sobre el mismo es el corte de esa vida.
Este panteón presenta un obelisco con una dimensión bastante importante, que simboliza el rayo del sol que se eleva y baja a la tierra y está  ubicado al lado derecho de la Capilla Central.
Lucas Píriz era Masón de grado 32 y en el ejército tenía un grado superior a Leandro Gómez, pero como éste último tenía un grado 33 de Masón, se respetó esto y fue él quien finalmente dirigió el ejército de la Defensa de Paysandú.






[1] Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas orientales. Tomo I. Montevideo. 1991. pp. 112-113.

17 octubre 2015

Plácido Ellauri

Plácido Ellauri
17 de octubre de 1815 – 22 de octubre de 1893
Buenos Aires - Montevideo

Profesor y magistrado. Hijo del Dr. José Ellauri y había nacido en la ciudad de Buenos Aires.


En 1852, siendo todavía un estudiante de Derecho, es designado para ocupar la cátedra de Filosofía de la Universidad, en la cual educa a toda una generación en la doctrina liberal democrática, hasta el año 1877.

En 1865 es nombrado fiscal de gobierno y hacienda, renunciando en 1867 para volver a su cátedra de la Universidad.

En enero de 1879 el gobernador Latorre suprime su clase de filosofía.

En mayo de 1883, el Presidente Santos, haciendo un acto de justicia lo reintegra a su antigua cátedra de filosofía la que mantiene hasta el año 1888, fecha en que se retira a la vida privada por razones de salud.

Ocupó dentro de la Universidad destacados puestos siendo Rector de la misma en dos oportunidades 1871-1873 y 1875-1876.

En el mes de octubre de 1893 fue objeto de un entusiasta y cálido homenaje público por parte de quines fueron sus discípulos que lo pasearon en andas por la principal avenida de la ciudad y el 22 de ese mismo mes y año, poco después de aquella justa demostración de aprecio hacia quien había dado tanto a favor de la enseñanza liberal y laica, dejaba el valle de los vivos con entera serenidad espiritual en total consonancia a como había sido su vida.

Es uno de los fundadores del Ateneo de Montevideo.
----------0----------

Como su padre fue un gran masón  y dentro de la Masonería nacional ostentó las más altas divinidades.

Desde su iniciación fue miembro activo de la Logia Caridad a la cual sirvió y prestigió con su presencia.[1]



[1] Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas orientales. Tomo I. Montevideo. 1989. pp. 53-54.

16 octubre 2015

John Oldham

John Oldham
16 de octubre de 1836 – 18 de abril de 1910
Preston Lancashire, Inglaterra – Buenos Aires

 
Fue el primer superintendente del River Plate Telegraph Co. (propietario del cable Colonia Punta Lara, establecido en 1866).


Fue uno de los miembros más antiguos de la Institución de Ingenieros Eléctricos (Inglaterra). Había participado en la colocación exitosa del cable transatlántico 1866, en colaboración con Charles Bright y William Thomson, entre otros, y más tarde fue conferida la Orden de la Rosa por el entonces emperador de Brasil por sus servicios en el desarrollo del telégrafo en esta parte del el mundo. 

Venerable Maestro de la Logia Acacia en 1875 y 1900. 



Cementerio Británico de Montevideo.

15 octubre 2015

MASONERIA FILOSOFICA O MASONERIA ROJA (III)

MASONERIA FILOSOFICA
O MASONERIA ROJA (III)
Logia de Perfección

C. Los grados de Elegido

9° Elegido de los nueve o
Perfecto Masón Electo
Elegir a nuestros representantes y limitar sus funciones


Mandil de Maestro Elegido de los Nueve, Gran Logia de Francia, fines del siglo XVIII. El trabajo artístico que presenta este mandil es realmente notable.
Mandil del Maestro Elegido de los Nueve, Gran Oriente de los Países Bajos, siglo XIX. Nótese la influencia cristiana, al colocarse en la solapa del mandil la corona de espinas. Además, las nueve llamas se han transformado aquí en nueve lágrimas.
Francia
Francia


10° Elegido de los Quince
Las atribuciones de los representantes de la nación en el Extranjero

Mandil de Elegido Secreto, del Rito Francés.





11° Sublime Elegido o
Electo de las doce Tribus
Los poderes para legislar una localidad, provincia y el Estado.
Junto con el gobierno que debe constituir
El grado tiene un definido carácter caballeresco (como se ve en su denominación), el que no tiene sentido histórico, pero sí simbólico.
La cruz templaría que se advierte en algunos mandiles  no tendría sentido en la época
Salomónica, por lo que debe tomarse en forma simbólica.
El ciclo de los Elu
El Elegido de los Nueve es el descenso a los Infiernos, el Elegido de los Quince la elevación de la consciencia hacia la luz, y el Sublime Caballero Elegido es la recompensa que corona el conjunto de pruebas superadas, recompensa en la que juegan su rol tanto el mérito como el azar.
El título conferido es Nasiah Ameth. Nasiah significa príncipe o jefe.
Salomón les muestra los tesoros que esperan en Gabaón, mientras se termina de elevar el edificio que señala el comienzo del nuevo ciclo.

Mandil del siglo XVIII (Francia)

Dr. Jorge Norberto Cornejo


Juan José de Herrera Pérez

Juan José de Herrera Pérez
15 de octubre de 1832 – 1º de diciembre de 1898
Montevideo

Ministro de Estado, diplomático, legislador y hombre público de relevantes servicios prestados al país.
Caricatura de Juan José de Herrera por
Charles Schütz publicada en
Caras y Caretas en 1890.

Nació en Montevideo y sus padres fueron el Cnel. Luis Rufino de Herrera Basabilbaso y doña María Inés Pérez.

El 15 de mayo de 1854, luego de regresar de Europa con su familia, termina sus estudios de derecho doctorándose en Jurisprudencia.

En 1856 es electo como diputado por el departamento de Canelones y el 29 de setiembre de 1856, el Presidente Pereira, lo designa secretario de la Comisión Especial que presidida por el Dr. Andrés Lamas concurría a Río de Janeiro.

El 18 de mayo de 1858 el Tribunal Superior lo nombró Defensor de Pobres en lo Criminal.

El 2 de febrero de 1862, el Presidente Berro, lo nombra Encargado de Negocios ante el gobierno de Paraguay en sustitución del Dr. Octavio Lapido.

Emigrado a la república argentina después de la victoria de la revolución florista de 1863, es confinado en la localidad de Chivilcoy, ante las denuncias del gobierno oriental (florista) que lo acusaba de estar preparando una revolución armada.

Es uno de los delegados en las negociaciones de paz, que desembocaron en el convenio ce abril de 1872.

En ese mismo año ingresa a la Cámara de Diputados como representante del departamento de San José.

Es uno de los principistas que fue deportado a Cuba por el gobierno de Varela, en la histórica barca Puig.

De regreso al país luego de esa extraordinaria odisea, en conocimiento que se estaba preparando una revolución, desembarca en Buenos Aires pasando a formar parte de la Comisión que organiza la Revolución Tricolor del año 1875.

En 1877 es designado miembro de una comisión encargada de confeccionar un proyecto de ley de elecciones.

En el año 1877 es electo diputado por Montevideo, al mismo tiempo que dirigía un periódico llamado La Época.

En el año 1897 integra la Junta de Guerra Nacionalista de Buenos Aires, volviendo al Uruguay luego de firmarse la paz de setiembre de 1897 que daba por finalizado el alzamiento armado  contra el gobierno del Presidente Juan Idiarte Borda.

Asumido el gobierno de la república por el presidente del Senado don Juan Lindolfo Cuestas, éste lo designa para ocupar una banca en el Consejo de Estado, en representación del sector nacionalista.

El 1º de diciembre de 1898 lo sorprende la muerte, como resultado de una dolencia que lo aquejaba desde hacía mucho tiempo atrás.


----------0----------

En la Masonería nacional actuó desde la Logia Caridad en la cual se inició junto con el destacado poeta y literato don Aurelio Berro, el 19 de setiembre de 1856, según del surge del acta de esa fecha (libro de actas Nº 1).[1]



[1] Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas orientales. Tomo I. Montevideo. 1989. pp. 79.80.

12 octubre 2015

Grado: Compañero

Grado:
Compañero


La tenida de iniciación del segundo grado está abierta sólo a miembros admitidos en el grado de compañero de oficio. El ritual si­gue procedimientos casi idénticos a los del aprendiz iniciado (ojos vendados, cuerda y circunambulación de la logia).
Desde el comienzo de este grado –escribe otro experto en el te­ma– el candidato debe tener claro que, aunque gran parte le resul­te familiar, también es muy diferente y algunos aspectos hasta pa­recen opuestos a los del grado anterior. Hay ciertos caminos de nueva exploración que se abren en este punto. En general, en varias conferencias se nos da una explicación de casi todas las partes del ritual”.


Las herramientas del grado de compañero de oficio son la escua­dra (símbolo de moral, veracidad y honestidad), el nivel (símbolo de igualdad) y la plomada (rectitud de conducta). Otros símbolos impor­tantes son los “pilares” (o columnas), que representan la fuerza y el orden establecido y, por extensión, el poder y el control. Recuerdan los pilares de la historia de Hiram Abiff y significan vigilancia del templo y conexión entre el cielo y la tierra. Algunos investigadores es­peculan que, antes del Templo de Salomón, estos pilares representa­ban el pilar de la nube y el pilar del fuego, que llevaron a los israeli­tas a través del desierto hasta la tierra prometida. Los dos pilares corresponden a las tres grandes columnas (o soportes) de la masone­ría: sabiduría, fuerza, y belleza/equilibrio.

El número tres es de gran influencia en la masonería. Hay tres grados, también hay tres grandes luces, las tres columnas, tres oficia­les, tres grandes maestres y tres principios básicos de la masonería. Este número se refiere asimismo a las tres virtudes teologales: fe, es­peranza y caridad. También el número siete es de importancia cen­tral: por ejemplo, los siete escalones de la escalera de caracol simbo­lizan las artes y ciencias liberales. Formuladas ya en 33o d.C., y adoptadas por los eruditos cristianos, se las consideraba un medio pa­ra alcanzar el conocimiento de Dios. Este principio se expresó en la construcción de la catedral gótica de Chartres, que fue la primera en incluir (en su puerta occidental) representaciones esculpidas de las siete artes liberales. Un historiador masónico escribe: “Los maestres de Chantres enseñaban que el apropiado estudio de las siete artes li­berales guiaba el intelecto para acercarse a la luz oculta detrás del mundo. La invisible estructura subyacente de la realidad, la verdad, podía aprehenderse de este modo”.


A mediados del siglo XIII, el humilde masón que había dominado las siete artes tenía derecho a la designación de “arquitecto” y “maes­tro de artes”. Por esto el compañero de oficio debe adquirir compe­tencia en las siete artes liberales, y se le exige el estudio de estos te­mas para ganar la admisión en la “Cámara del Medio”, proceso en el cual el compañero de oficio recibe el maíz, el vino y el aceite. El maíz representa el alimento y el sustento de la vida; el vino, el refrigerio, la salud, la espiritualidad y la paz; el aceite, la alegría, la dicha y la feli­cidad. Juntos, el maíz, el vino y el aceite representan las recompensas temporales de vivir una buena vida y son, como apunta un masón, “la compensación intangible, pero no menos real, por un uso leal e inte­ligente de las herramientas de trabajo”, la fidelidad a las obligaciones masónicas y el “interés inagotable por el estudio de la estructura, el propósito y las posibilidades de la hermandad”.

El maíz o cereal –a veces también se usa trigo– representa el con­cepto de resurrección. El vino simboliza los logros místicos y el éxta­sis. El aceite ha sido siempre uno de los elementos de la consagración o unción religiosa.

El candidato a compañero de oficio también recibe iluminación sobre el tema de la exhibición en la logia de la letra G. Un erudito en masonería escribe:

Como la esfinge ante las pirámides, [la letra G] se alza ante no­sotros en silencio y misterio. No se la exhibe en forma constante en todo el mundo masónico, y hay estudiosos masónicos que conside­ran que habría que dejarla de lado. La razón por la que se la mues­tra se da con claridad al candidato a este grado. Se nos dice que es la inicial de geometría, así como la inicial del nombre del ser supre­mo. Desde la época de los “antiguos deberes” y otros manuscritos hasta el presente, se ha establecido sin lugar a dudas la naturaleza sinónima de geometría y masonería. También es evidente que la “G” es la inicial de Dios. Esto podría ser razón suficiente para su presencia.

Hay otras consideraciones que debería tener en cuenta el estudiante masónico. La pregunta inmediata podría ser: ¿por qué se da a la geometría un status tan exaltado? Se podrá observar también que la palabra God (Dios) no es un nombre en sí, sino una categoría de ser, como “ser humano”. El nombre del ser supremo depende de la tradición que siga cada persona, y no sería incorrecto afirmar que el verdadero nombre del ser supremo no puede conocerse.

El candidato a compañero de oficio aprende la importancia de la geometría para alcanzar un pleno conocimiento de la masonería. Se le informa que la geometría es la base de la masonería. Esta conexión se remonta a los antiguos egipcios, que desarrollaron la agrimensura porque las crecidas anuales del río Nilo destruían las señales diviso­rias de los campos, por lo que debían calcularlas de nuevo cada año. Los griegos dieron el nombre de “geometría” a este modo de medir la tierra y lo extendieron a la ciencia teórica llamada razonamiento de­ductivo (lo cual se atribuye a Pitágoras). Más adelante, Platón elevó la geometría a la jerarquía de ciencia sagrada, destinada a descubrir la naturaleza de la realidad y, a través de ésta, a la deidad. Si se la abor­da de la manera debida —sostenía—, la geometría es el conocimiento de lo eterno y “debe siempre atraer el alma hacia la verdad”. En Ele­mentos de geometría —tratado que comenzaba con cinco postulados acerca de líneas, ángulos y figuras— Euclides usaba sólo el compás y líneas rectas para sus dibujos, pruebas y soluciones.

Como los filósofos de la Antigüedad creían que la geometría tenía el poder de elevar la mente desde el mundo de las apariencias hacia la contemplación del orden divino, las enseñanzas del grado de com­pañero de oficio subrayan la importancia del estudio de números, or­den, simetría y proporción. Estas leyes se descubren en la práctica de las siete artes liberales, así denominadas porque su práctica liberaba la mente.

Presentado ante el venerable maestre por un primer diácono, el candidato debe hincarse sobre la rodilla derecha, con el pie izquierdo formando una escuadra, el cuerpo erguido, la mano derecha en el vo­lumen sagrado y la izquierda sostenida por el compás para formar una escuadra. Se le hace repetir este juramento:

Yo,__________, en presencia del gran geómetra del universo, y en esta venerable y aprobada logia de masones compañeros del ofi­cio, debida y regularmente constituida, por mi propia voluntad y consentimiento prometo y juro en forma solemne, por la presente y de aquí en adelante, que siempre acogeré, ocultaré y jamás revelaré ninguno de los secretos o misterios del, o pertenecientes al, segun­do grado de la masonería, que se conoce con el nombre de compa­ñero de oficio; ni al que no es más que un aprendiz iniciado, ni a ninguno de los no iniciados ni al mundo popular de los que no son masones. Me comprometo a actuar como verdadero y leal artesano, obedecer las señas y mantener los principios inculcados en el pri­mer grado. Todos estos puntos juro obedecer sin evasión, subterfu­gio o reserva mental de ningún tipo, so pena no menor que, de vio­lar algunos de ellos —además de mis anteriores obligaciones—, se me abra la parte izquierda del pecho, se me arranque el corazón y se lo arroje como presa a las voraces aves del aire o a las bestias devora­doras del campo. Ayúdame, Dios todopoderoso, y mantenme inque­brantable en ésta, mi grande y solemne obligación como masón compañero de oficio.

Luego se le encomienda no sólo ajustarse a los principios de la or­den y “perseverar, constante, en la práctica de toda virtud encomia­ble”, sino también consagrarse al “estudio de las artes liberales, esa valiosa rama de la educación que de manera tan eficaz tiende a pulir y adornar la mente. Debe estudiar en especial la ciencia de la geome­tría —o masonería, puesto que en su origen eran sinónimos—, [que] es de naturaleza divina y moral y enriquece el conocimiento más útil, demuestra las maravillosas propiedades de la naturaleza [y] manifies­ta la verdad de la moral”. Al igual que en el primer grado, se narra en un discurso la historia del Templo de Salomón, el asesinato de Hiram Abiff y el destino de los tres “rufianes”. El discurso incluye preguntas del venerable maestre, que el compañero de oficio debe responder. Entre ellas figura la siguiente: “¿Por qué medio se extendió el sistema de la masonería?”. El compañero debe responder: “Nuestro gran maestre Salomón, al observar los efectos producidos por la estricta or­den adoptada por los masones empleados en sus obras, concibió la gran idea de unir lo sabio y bueno de toda nación en el vínculo de amor fraternal y en la búsqueda de conocimientos científicos”.

En un coloquio que remonta la masonería hasta Pitágoras, el ve­nerable maestre pregunta: “¿Qué observaciones masónicas encontra­mos en las instrucciones de Pitágoras?”. El compañero de oficio res­ponde: “Él imponía a sus discípulos un largo período de prueba de secreto y riguroso amor y fidelidad entre ellos. Los distinguía con se­ñas secretas, y los dividía en dos clases, según sus habilidades y cono­cimientos”.

La culminación de la iniciación del segundo grado es señalada con el agregado de escarapelas al mandil masónico; estas simbolizan el progreso alcanzado en la “ciencia de la regeneración”, y la evolu­ción espiritual en que el candidato se encuentra. El azul (el cielo) se relaciona con la devoción a los intereses espirituales.

Al cerrarse la logia, el venerable maestre exhorta a los hermanos a recordar que “dondequiera que estemos, y hagamos lo que hiciére­mos”, el “ojo que todo lo ve” del gran geómetra del universo “nos con­templa, y mientras continuemos actuando como compañeros maso­nes, jamás dejemos de cumplir nuestros deberes para con él [Dios] con fervor y celo”. A lo cual se responde con una expresión masónica tradicional (“Amén” o “Así sea”), que denota conclusión y aceptación.

Acerca del simbolismo de la escalera de caracol en el ritual del grado de compañero de oficio, W.M. Wilmhurst encuentra una com­paración en la parábola, relatada por Jesús, del hijo pródigo que se ha­bía marchado a la buena ventura a una comarca lejana. Escribe: “Has bajado y bajado, como en un movimiento en espiral por una escalera de caracol, hacia este mundo inferior y esta forma imperfecta de existencia. Ahora, al fin te han llegado la hora y el impulso de volver a ese mundo interior [de tu verdadera naturaleza y la naturaleza de la vida verdadera]. Por lo tanto, revierte tus pasos. Ya no mires hacia afuera, sino hacia adentro. Vuelve a subir por esa escalera de caracol. Te lle­vará al centro de la vida y al sanctasanctórum del cual te has apartado”.

Tras haber progresado de aprendiz a compañero, el masón en­frenta lo que Wilmhurst denomina “la última y gran prueba de su for­taleza y fidelidad”.

Jeffers, H. Paul- La masonería. Historia de una sociedad secreta. Editorial El Ateneo. Buenos Aires. 2007. pp. 174-179.