Claves para entender a los Maestros

21 junio 2017

Domingo Cullen

Domingo Alejandro Lorenzo Cullen y Ferraz
26 de febrero 1791 – 21 de junio de 1839
La Orotava (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias) – San Nicolás de los Arroyo del Medio (Buenos Aires)

Arribó a Montevideo en 1811.

Comerciante y político de importante actuación en Uruguay y Argentina. Participó en la lucha de la independencia, ocupando en 1814 durante la ocupación porteña, el cargo de Contable de la Aduana de Montevideo. Tomás de Iriarte e Isidoro de María, afirmaron que después se afilió a la Sociedad de Caballeros Orientales y participó en tareas conspirativas dirigidas por el Cabildo Representante. En la época navegaban por el Paraná y los ríos de la región, goletas, balandras, sumacas y paquebotes, la mayoría con capitanes o patrones extranjeros. Entre ellos estaba la sumaca “La veloz del Sud” de Domingo Cullen. Si bien antes de 1818 no participó en los movimientos revolucionarios, después de la ocupación de Lecor de Montevideo, entró en la luchas. Con su barco recorría ciudades rebeldes Paraná, Santa Fe y Corrientes, donde conoció y tomó contacto con Tenientes de Artigas, con Ramírez y con Estanislao López, oficiando de emisario.


En 1822, viajó portando un oficio para el gobernador de Buenos Aires, Martín Rodríguez, solicitando apoyo para el movimiento. También con un grupo de vecinos, se entrevistó con el gobernador de Santa Fe, Estanislao López y posteriormente lo volvió a entrevistar para lograr un apoyo concreto. Se firmó un convenio entre el gobernador y el Cabildo Representante, pero no llegó a concretarse por la caída del Cabildo.

Cullen jugó un importante papel en la gestión diplomática, que incluyó también al gobernador de Entre Ríos, Lucio Mansilla, y el gobernador argentino Bernardino Rivadavia.

Tras la entrada de Lecor en Montevideo, Cullen se refugió en Santa Fe trabajando estrechamente con Estanislao López y apoyando desde allí a Lavalleja y a la campaña libertadora.

Fue Ministro de Santa Fe en 1833 y en 1838 ocupó el cargo de gobernador de la Provincia. En esa función mantuvo serias discrepancias con Rosas y, según parece, fue fusilado en Arroyo del Medio por orden del propio Rosas. [1]


El historiador Flavio García lo establece como integrante de los Caballeros Orientales.



[1] Lagomarsino Pezzali, Luis A.- La Masonería, Artigas y la Revolución Libertadora. Montevideo. 2011. pp. 135-136.

17 junio 2017

Elbio Fernández Eulacio

Elbio Fernández Eulacio
18 de julio de 1842 – 17 de junio de 1869
Montevideo

Abogado, Magistrado, Legislador, cuya existencia lamentablemente corta para los intereses de la Nación, estuvo por completo dedicada al servicio de la enseñanza del pueblo y a la propaganda y difusión de las ideas liberales, laicas y democráticas.

Era hijo de Justo Fernández y de Antonia Eulacio. Se casó con Dolores Algorta Villademoros. 



En 1860 se recibió de Bachiller y 3 años más tarde se doctora en jurisprudencia.

Es uno de los redactores fundadores del periódico El Siglo, el gran cotidiano que Adolfo Vaillant (masón) sacara a la calle el 1º de febrero de 1863.

Al triunfar la revolución florista el diario El Siglo, volvió a reaparecer luego de la prohibición del 22 de agosto de 1863 y el Dr. Elbio Fernández volvió a la redacción del mismo como Director.

Aunque compartiendo las mismas ideas de Flores que se había erigido en gobernador provisorio con mandato dictatorial, siempre fiel a su conciencia se reservó el derecho de protestar contra todo acto de gobierno que no estuviese avalado dentro del marco legítimo de la Constitución de la República. “Rígido en moral, ultra liberal en religión y en política, era una mente sólida, admirablemente bien equilibrada” había manifestado el Dr. Julio Herrera y Obes cincuenta años más tarde y más adelante agregó: “Como periodista tenía un gran parecido con Florencio Varela”.

Al firmase el Tratado de la Triple Alianza contra el Paraguay, sus ideas liberales y su absoluta independencia de conciencia lo impulsaron a formular duras críticas al gobierno que lo obligaron a renunciar a la redacción de El Siglo.

En  1865 fue designado por el Tribunal de Justicia para ocupar el cargo de Defensor de Oficio y en 1867 cuando el país fue llamado a elecciones por el Gral. Flores con el objeto de restablecer el funcionamiento legítimo de las instituciones, fue electo suplente de Diputado por el departamento de Salto.

En marzo de 1868, es nombrado por el Presidente Lorenzo Batlle Fiscal de Gobierno y Hacienda. “Espíritu emancipado, al que animó siempre un encendido afán por la divulgación de la enseñanza, teniéndola como el factor que –en jornada decisiva- determinaría el triunfo de la luz de la razón sobre las tinieblas sectarias y confesionales, no es extraño que Elbio Fernández figurase entre los primeros y más entusiastas elementos que José Pedro Varela iba a encontrar en su obra como Reformador de la Enseñanza”.

Es uno de los fundadores de la Sociedad de los Amigos de la Educación Popular el 18 de noviembre de 1868 y al crearse la primera escuela de varones por aquella benemérita institución le dieron el nombre de Escuela Elbio Fernández en homenaje a quien había sido uno de los más fervientes abanderados de la Educación Popular, Laica y Gratuita.

Desgraciadamente el recto magistrado, el periodista independiente y el abanderado del laicismo escolar y del liberalismo filosófico, había dejado de existir en el cumplimiento de su deber para con la sociedad. Y nada más acorde a ésta su vida y su muerte que las palabras que pronunciara José Pedro Varela cuando había manifestado que con el Dr. Elbio Fernández se había perdido “el alma bien templada de su mejor colaborador”.

Su muerte se produjo en circunstancias tan excepcionales que parecían ser dirigidas por los misteriosos designios del destino, a fin de que su desaparición física estuviese en total y absoluta consonancia con lo que había sido toda su vida.

El Dr. Fernández fue convocado como suplente por la Cámara de Representantes el 5 de marzo de 1869 en momentos en que se hallaba atacado por una dolencia mortal que lo inhibía de toda actividad por insignificante que fuese. Sin embargo convocado por la Cámara para resolver con su voto una situación política que se hallaba estancada hasta ese momento, no duda un instante y levantándose de la cama, concurre en pleno invierno, al recinto legislativo acompañado de su médico de cabecera que no lo abandonó nunca para, luego de prestar su juramento de rigor, incorporarse a la cámara y decidir con su voto el rechazo del proyecto que él entendía como perjudicial para los intereses de la Nación.

Pocos días más tarde, el 17 de junio de 1869, el Dr. Elbio Fernández dejaba de existir, como un resultado directo de su concurrencia al parlamento.

Este desenlace y esta conducta fue un fiel ejemplo de su rígida moral masónica que le imponía, por encima de cualquier otra circunstancia, la irrestricta sujeción en el cumplimiento del deber.

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En nuestra Masonería nacional actuó como miembro activo de la Logia Caridad de la cual fue su Venerable Maestro. La muerte lo sorprendió cuando desempeñaba este honorífico cargo para el cual sus hermanos lo habían designado convencidos de las altas dotes intelectuales y morales que lo adornaban.[1]



[1] Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas orientales. Tomo I. Montevideo. 1991. pp. 58-59.