Claves para entender a los Maestros

29 julio 2017

LAS ESCRITURAS, JOHN TILLOTSON

LA MASONERÍA SEGÚN LAS ESCRITURAS, 1737 ev
JOHN TILLOTSON

No muchas son las referencias que se conservan de John Tillotson; Montesquieu lo menciona, así como el caballero de Ramsay en una de sus cartas. Según la Encyclopaedia britannica, Tillotson (1630-1694) fue deán de la catedral de Saint-Paul en Londres, antes de convertirse en 1691 en arzobispo de Cantorbéry. En 1675 editó los Principios de la religión natural, de Wilkins. Han quedado bastantes compilaciones de sus sermones, como Cincuenta sermones y la regla de fe (1691), Cuatro sermones referentes a la divinidad y a la encarnación de nuestro bienaventurado salvador (1693) y los Sermones póstumos (1694).

Una curiosa recopilación de algunos de ellos, titulada Selección de discursos sobre diversos temas (Select orations on various subjects), impresa a título póstumo en 1737, contiene el texto que presentamos a continuación. En él, el autor intenta demostrar que la Franc-Masonería se enmarca en el ámbito de una hermenéutica tradicional de la Biblia, con la peculiaridad de poseer un simbolismo tomado de la arquitectura. Hemos prescindido de ofrecer anotaciones con las referencias bíblicas del texto, pues son demasiado numerosas y apenas aclararían el sentido del documento. Parece claro que, para Tillotson, la Iglesia cristiana es una verdadera Masonería espiritual. Más que un tratado de apologética, la Masonería según las Escrituras constituye una defensa cristiana de la Masonería. On Scripture masonry fue publicado posteriormente en el vol. 74, pp. 89-98, de “Ars Quatuor Coronatorum”, Londres, 1961, y Patrick Négrier realizó la traducción francesa (Textes fondateurs de la Tradition maçonnique, 1390-1760, París, Grasset, 1995).

La divinidad y lo sublime de la Masonería tal como aparece en los oráculos sagrados:
Al muy respetable Gran Maestro de la antigua y honorable sociedad de los masones libres y aceptados, este texto está a él dedicado por el más humilde y obediente servidor de su señor. El autor.

La Masonería según la Escritura:
“Por lo tanto, el Señor, el Ser eterno, dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, piedra angular, escogida, sólidamente cimentada... Haré del derecho un cordel, y de la justicia un nivel” (Is. 28, 16-17).
Habiendo ordenado el edificio del universo en número, peso y medida, y habiendo echado los cimientos del mundo, Dios nuestro muy sabio maestro desplegó el cordel sobre sí, y, como dice Job, lo suspendió en el vacío por (medio) de una misteriosa geometría. Se convirtió así en la imagen sensible de la Masonería divina, cuyo eterno plan, cuyo modelo arquetípico, era el objeto de su sabiduría y de su inmenso conocimiento antes de que el mundo fuera. Todo lo hizo gracias a su Hijo, que le era fiel en todos los asuntos de su Casa, y distribuyó a sus obreros y servidores sus tareas y sus pagas. Nada cumplió Dios sin trazado, sin modelo en su decreto oculto, que secretamente guarda al abrigo de las miradas humanas. Pues sus caminos son insondables; sus pasos son ignorados; ¿quién ha comprendido al Espíritu del Señor, o quién ha sido su consejero? Las huellas de su omnipotente providencia subsisten en el jardín de la noche; él mismo habita en una luz inaccesible; pasa a nuestro lado y no le vemos. El masón celestial es un excelente obrero; pero, ¿quién puede dar cuenta de la manera como engendra, de su nombre o del nombre de su Hijo? Él, cuyas primeras actuaciones tuvieron lugar hace tanto tiempo, es invisible como el camino de un águila en el aire, como la aguja de un reloj de sol (a mediodía), o como la revolución silenciosa de la gran rueda del mundo, hasta que él alcance el punto final en que el edificio deberá ser derribado, y su materia dispersada en la región del infinito.
En Heb., 11, 10, Dios es llamado el constructor de la ciudad y de sus fundaciones.
Se le describe ciñéndose él mismo de fuerza, apoyando un compás sobre la superficie del abismo, desplegando los cielos como un pabellón, y afirmando la tierra sobre sus pilares; fijando el número de las estrellas, llamándolas a todas por sus nombres; construyendo las cámaras del sur bajo la bóveda del firmamento; pesando las colinas y las montañas en los platillos de una balanza. Además, dice David, su secreto no es sino para aquellos que le temen; a ellos mostrará su pacto. Si obráis con rectitud, ¿no seréis aceptados? dice Dios. En cada nación, aquel que teme a Dios y obra rectamente es admitido por él. Pero, ¿puede un hombre hacer salir lo limpio de lo que está sucio? Nadie llega al ungido, al constructor de la Casa, si el Padre no le conduce hasta su enviado. Debe ser fiel a la obligación cristiana que ha prometido; debe observar las reglas particulares de la compañía y de la santa comunión, (vivir) en el amor fraterno, separado del mundo y sin conformarse a él. Debe edificarse a sí mismo y edificar a los demás como piedras vivientes, según el mandamiento de su maestro, en todo lo que es digno de elogio, y debe esperar a la Jerusalén de lo alto, cuyos muros son de piedras preciosas, y su pavimento de oro puro.
El Libro de Dios, su voluntad y sus obras son los modelos de la Masonería sagrada.
Está llena de sublimes misterios, no comunicados a todos. No todos toman parte en el Espíritu de Dios, sólo son hermanos de la santa liga aquellos que han (recibido) la adopción para poder decir Abba, Padre. No tengas miedo, pequeño rebaño, dice el ungido, yo te he escogido y (retirado) del mundo, que no me conoce a mí ni conoce al Padre; pero yo le conozco, y te lo he mostrado. ¿Puede darse a una compañía decreto más elevado y venerable que los emblemas y las imágenes de la comunión, que están colocados tan comprimidos en el volumen del Espíritu santo como las estrellas que centellean alegremente en la bóveda del cielo? Somos llamados el edificio de Dios, su obra, su templo, su morada, a la que ha prometido volver, y ha fijado su domicilio entre nosotros.
Caín no fue aceptado porque abatió a su hermano. Una lección para todos los hombres fieles y benévolos: construyó una ciudad que, al no estar hecha con justicia y virtud, no fue Masonería; la moralidad y la piedad son tan esenciales a la ciudad como la arquitectura. Los constructores de Babel fueron dispersados, ya que no poseían ni los signos de la verdadera Masonería ni el espíritu que la caracteriza. Nuestros padres antes del diluvio vivían en tiendas, imagen del tabernáculo de la ley y del deseo de nuestro Señor de erigir su tienda con nosotros en el Evangelio, y de conducirnos a su Casa sobre el monte Sión, construida en la roca eterna. La estructura de estas tiendas fue el primer punto exterior de la Masonería sagrada en ser inventado. San Pablo, el gran doctor de las naciones, y de esta isla, como insinúa Clemente, era un fabricante de tiendas, tal como leemos en el libro de los Hechos. Dios es el Padre de las luces, el autor de todo bien y de todo don perfecto, y entre otros dones el de la Masonería es un talento divino. Moisés dice de Betsael en Ex. 25 que Dios el Dios lo llenó de su Espíritu de sabiduría, de inteligencia, de conocimiento en toda clase de obras. Noé construyó el arca siguiendo las instrucciones del maestro celestial. Moisés hizo todo el exterior del edificio (guardando) la Ley según el modelo (mostrado) en la montaña. Y nosotros asentamos los mejores cimientos, lo más profundamente, en la humildad, ofreciendo nuestra habilidad a Dios y a su gloria; así, el alma construye con la mirada puesta en el cielo, sin (correr el riesgo) de la confusión de una segunda Babel.
¿Qué decir de los pilares de Seth, de la construcción de Babilonia por Nemrod, del templo, del trono, de la flota y de los palacios de Salomón, del complejo de Tamar en el desierto, cuyas asombrosas ruinas todavía subsisten, del templo de Diana en Éfeso, de las estatuas y las imágenes de Nabucodonosor y otros, de la reconstrucción del templo por Ciro y Herodes, de las galerías y los patios del palacio de Assuerus, que (el libro) de Esther describe ornado de columnas de mármol, y dotado de capas de oro y de láminas de alabastro incrustadas de esmeraldas? Todos estos ejemplos de esta sublime ciencia, y otros que (igualmente) se encuentran en los escritos inspirados, son una (fuente) continua de elogios para ella, y citarlos todos se convertiría en una fastidiosa repetición.
Permitidme más bien ilustrar y afinar el proyecto (de esta ciencia) profundizando en los ejemplos que ofrece la Escritura. Señaladas sociedades, formadas según los principios de la sabiduría, de la virtud y de la bondad, que no comunican enteramente su medio de unión, su misterio específico a nadie más que a sus miembros, son y han sido siempre una práctica de todos los tiempos y naciones. Dice Dios: he amado a Jacob, y a Esaú le he odiado, es decir: He aceptado y preferido a uno antes que a otro. De hecho, Dios hizo de la raza de Abraham una sociedad elegida, un pueblo particular que debería ser la regla de la Masonería. David comprendió que no había actuado así con ningún otro pueblo, y que los paganos no tenían conocimiento de sus leyes. Estas últimas eran el secreto de la comunidad judía, y estaban asociadas en el culto judío a símbolos y a signos sensibles. Además, nadie, excepto el sumo sacerdote una vez al año, podía penetrar en el Santo de los santos; nadie más que él podía pronunciar el nombre de Dios, estatuir sobre los leprosos, probar las aguas de los celos, responder por los Urîm y los Toumîm, y cumplir otras funciones propias.
Éstos son secretos (ignorados) por las naciones. ¿Hubo entre las naciones reyes que poseyeran estas leyes y esta inteligencia? Y la ley, el culto, el arca, eran signos exteriores del modo de unirse.
La primera comunicación de Dios al hombre fue una regla particular, asociada al signo del árbol del conocimiento del bien y del mal. Adán fue expulsado del jardín por haber roto su obligación; el arco iris fue para Noé y su posteridad un signo del nuevo pacto de Dios. La Ley y el Evangelio son pactos que incluyen obligaciones. Los signos (dados) a Abraham eran la circuncisión y la aparición de los mensajeros. Los patriarcas y sus familias formaban una sociedad separada del mundo y agradable a Dios, que poseía los signos de su palabra y un sacrificio no comunicado a los paganos, aunque imitado por ellos. La perfección de la Ley y la obra de santificación fueron hasta entonces en gran medida exactas.
Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y en particular en el dominio de la Masonería. Él, Jacob y los demás tenían visiones y revelaciones, no acordadas al mundo, y sus prosélitos debían jurar su obligación antes de poder ser aceptados. Buscaban una ciudad permanente no hecha por mano de hombre, aunque el velo sobre el rostro de Moisés probaba que existían misterios que todavía no habían sido revelados. De esta tradición recibieron los paganos sus propias doctrinas, reservadas sólo a los iniciados. El Credo era antiguamente una palabra, una prueba entre dos cristianos destinada a permitir que se reconocieran en todo lugar. Se le llamó después un símbolo, un signo; otros signos eran las ceremonias exteriores.
Desde la antigüedad hasta este día no se permite a los catecúmenos penetrar enseguida en todo lo que concierne al cristianismo; hay todavía una doctrina oculta en las revelaciones, los profetas y otros libros, y la primera noción de los escritos apocalípticos no estaba, como tampoco está, indiferentemente abierta a todos.
En sus instrucciones, san Pablo establece una distinción entre la leche y el alimento sólido, así como hace una distinción entre los principios y la perfección. El ungido enseñaba mediante parábolas a un pequeño número (de discípulos). La Iglesia del ungido es una sociedad de Masonería espiritual, escogida en el mundo, que se comunica con signos exteriores y que asiste a misterios. Ella tiene efectos discernibles con el ojo espiritual, no por el hombre natural. Se le llama casa, construcción; el ungido es la piedra angular, y los apóstoles los cimientos. Subsiste gracias a la edificación (de sus miembros), es el único edificio bien concebido, y éste es todo el trabajo de la vida cristiana que expresa el término de Masonería. El ungido tenía muchas cosas que decir a sus discípulos, pero en su tiempo no podían entenderlas, y nosotros todavía miramos a través de un cristal opaco. Hay misterios en la Iglesia del ungido, el maestro masón que negó a los fariseos el signo que otorgó a los apóstoles. Sus instrucciones son excelentes, tanto en el plano de la moral como en el de la inteligencia de esta última. De muchos círculos trazados uno dentro de otro, el último es el más cercano al centro. Igualmente, la grandeza y la vida pública no son pruebas de beatitud, y el último puede ser el mayor en el reino de Dios. La firmeza del símbolo de la escuadra nos enseña que la verdadera sabiduría no debe ser quebrantada; y el nivel (nos enseña) que el corazón sigue siempre sus inclinaciones sin alcanzar un enderezamiento, que jamás es igual, y por ello no encontramos aquí abajo ni reposo completo ni satisfacción.
Una regla que intenta ser justa nos prohíbe abandonar nuestra razón por nuestras pasiones, y (nos obliga) a conservar la regulación (ejercida) por el juicio. El corte de las rocas con el cincel nos enseña que el arte y la industria superarán las dificultades. Un ingenio hidráulico nos enseña que el pecado nos obliga a compensar nuestra labor con nuestras lágrimas. Una rueda que no mueve a ninguna otra a menos de ser ella misma movida nos muestra que nuestro propio corazón debería estar preparado ante los sentimientos que queremos inspirar, y que deberíamos amar a Dios para poder ser amados.
Una pirámide nos muestra que deberíamos, aunque aparentemente fijados en el suelo, aspirar al cielo. Una columna nos muestra que los inferiores son el soporte de los superiores, un templo que estamos dedicados a la virtud y al honor. Un compás que traza un círculo de un solo trazo muestra que una acción puede tener consecuencias sin fin, tanto en el bien como en el mal. Y el hecho de que una columna invertida parezca más grande en su parte inferior nos enseña que el Espíritu (también reside) en la adversidad y en la muerte, que las aflicciones deberían animarnos, y que la pérdida de la vida (debería) recordarnos una gozosa resurrección.
Hay un principio vital emanado de Dios en esas piedras y esos minerales que son la materia primera de la Masonería. Dios es todo en todos. Pero así como los ojos de los apóstoles estaban constreñidos a no poder reconocer a nuestro Señor en su cuerpo espiritual, sólo un pequeño número es capaz de discernir el fuego interior de la tierra cuando madura los frutos de este elemento, así como los minerales utilizados en la construcción y en la vida cotidiana, y que exhala constantemente un vapor que san Juan comparaba con la hoguera y el humo del infierno. Oremos para que la voluntad de Dios pueda realizarse sobre la tierra como en el cielo, que la energía y las potencias de la naturaleza puedan subsistir gracias a su presencia, con respecto a la cual David declara que nada podría disimularla. La sal de la tierra nutre a las piedras, como el maná alimentó a los israelitas en el desierto. De ahí viene que los adeptos nos enseñen que esta sal es llamada con el nombre de Dios, eheyeh, Yo soy, que es el autor y la vida de esta sal, así como ésta lo es de otros seres. San Juan, cuya Revelación es el programa de la Masonería espiritual, conocía la piedra blanca, y vio al Hijo de Dios ceñir alrededor de su pecho un cinturón de oro.
El número 3 aparece de manera señalada en el Libro de Dios para ilustrar la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu santo; (está) el cuerpo, el alma y el espíritu; el hebreo, el griego y el latín puestos encima de la cruz; Santo, santo, santo, dicen los serafines; (está) el día en que (Jesús) trabaja, aquel en que descansa y aquel en que volverá a trabajar; Job, Daniel y Noé, los tres profetas que se habrían salvado juntos; Eliphaz, Sophar y Bildad; Ananías, Azarías y Misaël, Shem, Ham y Japhet. También los tres hijos de Adán más conocidos, que eran Abel, Caín y Seth; están además los de Terah, de quienes hemos recibido las promesas, Haran, Nahor y Abram. En fin, tres ángeles aparecieron; tres joyas (adornadas) de piedras preciosas se hallaban sobre el pecho de Aarón; tres letras componen la raíz de cada palabra hebrea; tres veces al año los judíos debían acercarse a Jerusalén; tres días durante los cuales Jonás estuvo en la ballena, y el ungido en la tumba.
Hay tres Juanes: el Bautista, el Evangelista, y Marcos, sin contar con que hay otros Marcos distintos a éste.
Por su parte, el número 7 era el del (día del) sabbat, cuando el Creador descansó de sus obras; 7 es el número del jubileo, del año de gracia; los siete ojos de Dios son mencionados, así como los siete brazos del candelabro del templo; está el libro de los siete sellos, y siete ángeles, los siete meses (de la construcción) del tabernáculo. El templo fue construido en siete años. La sabiduría séptuple y la providencia de Dios se muestran en sus acciones. La Pascua se celebra siete veces siete días antes (del don de) la Ley. Éste es un ejemplo de la presencia de los números más perfectos en la Biblia.
Jeremías recibió la orden de construir y de demoler. Fue para disuadir la impiedad, (el signo) del riesgo de que se construya para ver a otro habitar, o de que el Señor abandone el edificio a la desolación. Las piedras del muro gritaron contra la opresión y la injusticia.
Es un estímulo al deber, y (el signo) de que la palabra de Dios es capaz de construirnos en derechura, y también (el signo) de que probará la obra de cada hombre mediante el fuego, para demostrar que no se puede poner cimiento distinto de aquel del cual él mismo es el fundamento, el ungido salvador. Es un aliento a la caridad, a que seamos edificados juntos para (convertirnos) en una morada de Dios en el Espíritu, y a que mantengamos firme la profesión de nuestra fe hasta que la piedra rechazada por los constructores se haya convertido en cabeza de ángulo. Es un estimulante para la obediencia (saber) que aquel que ha construido todas las cosas es Dios.
La palabra masón, que es una de las últimas palabras exotéricas (el nombre trascendente, el nombre sagrado, es menos conocido y no puede ser verdaderamente pronunciado más que por los iluminados) viene del francés maison, que significa casa.
Somos la morada del ungido, dice el apóstol en Heb. 3, 6. El Señor construyó Jerusalén, dice David en el salmo 147, 2. Ha trazado un camino hacia ella. El ungido es el camino en Jn. 14, 6. Abre la puerta que introduce; el ungido es la puerta en Mt. 7, 13; y nos regala en su morada con su cuerpo y su sangre los frutos de la rectitud. No os enorgullezcáis, dice el ungido, de tener a Abram por Padre, pues Dios es capaz de hacer brotar hijos de Abram de estas piedras. El ungido es llamado por el apóstol el peñasco espiritual, y la conversión de nuestros corazones de piedra en corazones de carne es (el efecto) de su redención, que nos aporta para nuestro arrepentimiento. (Dice en) Jn. 14, 2: En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Morada viene de maneo, morar, que sugiere un objetivo a alcanzar cuando se es miembro de la logia celestial. Muchas iglesias y condiciones particulares son etapas en el camino que conduce a la casa que ningún terremoto puede destruir y que ninguna tempestad puede sumergir. Lo que era de su Padre también era suyo. Todo lo que posee el Padre me pertenece, dice el ungido; y es como si nuestros bienes también fueran suyos. En la esperanza de ello, los elegidos, aquellos que son aceptados, siempre se han lamentado:
¡Desgracia a mí, por residir en Mechek y habitar entre las tiendas de Kedar!
Por su parte, una temible representación de la logia celestial (Gen. 28, 16) arrancó a Jacob esta exclamación: Esto no es sino una casa de Dios, y es la puerta del cielo. ¡Álzate! dijo Dios, he puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar (Ap. 3, 8). La Iglesia es la Casa de Dios, y está en todas partes. Job la encontró en la tierra, Ezequías en su lecho de muerte, Jeremías en su celda, Jonás en el mar, Daniel en la fosa, los tres niños en la hoguera ardiente, Pedro y Pablo en la prisión, el ladrón en la cruz. El cuerpo, llamado templo del Espíritu Santo, debe ser reconstruido en la resurrección en vistas a la adoración durante el reposo eterno. La Iglesia, la Casa de Dios, era antaño llamada, dice el Doctor Donne, el famoso deán de Saint-Paul, oratorio (porque se) pedían a la providencia divina las cosas necesarias. Pues vanos son nuestros esfuerzos sin su asistencia. A menos que el Señor construya la Casa, los obreros trabajarán en vano, dice David.
Y Mt. 21, 44: Aquel que caiga sobre esta piedra fracasará, y aquel sobre el cual caiga, ella le triturará. Aquel que ofenda al ungido, la piedra sobre la que se apoyó Jacob, será confundido. Y si en el juicio ella cae sobre el delincuente, su peso le aplastará más fuertemente a como la piedra de David (aplastó) la frente de Goliath, y le destruirá incluso más que la tumba.
Así como los lugares santos del templo de Diana fueron preservados, así nosotros somos un modelo de lo divino. Aunque los cielos de los cielos no puedan contenerle, se aloja en un corazón contrito. David rezó para tener un frenillo sobre el umbral de sus labios.
El hombre interior es el lugar santo, el coro, y las bellas cualidades son sus tesoros y sus ornamentos. El santo de los santos es la conciencia arrepentida, en la que la fe y la caridad son dos querubines que recubren la misericordia de las sillas. Aquí está el oráculo divino, el Dios de quien dan testimonio nuestros espíritus que son sus hijos. Sólo el gran sacerdote, el salvador, puede entrar aquí y contentarnos.
Aquí se encuentra el arca de la Ley, el maná del perdón y de la consolación, el candelabro dorado del entendimiento iluminado, los panes de la rememoración, el velo de la rectitud, con el que el salvador oculta nuestros defectos; las columnas, los utensilios, las decoraciones, son la verdad y la justicia, ornamentos de un espíritu bien dispuesto, que son de gran valor ante los ojos de Dios.
Las elevaciones de este género a partir de la Escritura son infinitas. No hay un aspecto de la Masonería, desde el porche hasta las murallas, del umbral y del dintel asperjado contra el mal mensajero, hasta la cámara elevada donde los apóstoles se reúnen; no hay un instrumento, desde el hacha que Eliseo ordenó recuperar hasta la plomada del profeta, ni una figura, desde la línea hasta el círculo de los cielos, que no estén santificados por una mención expresada en la lengua de Canaan. Y la referencia a la totalidad de este sistema, en cualquier sociedad, está autorizada por los muchos paralelos (que se encuentran) en la tribuna sagrada de la Escritura.
Pero en el momento de la consumación de todas las cosas, la ciudad de nuestro Dios tiene doce puertas para que los elegidos penetren por el este, por el oeste, por el norte y por el sur, a fin de residir en el reino de Dios. La puerta estrecha es el pasaje a lo que se llama belleza, por el cual entraremos en el corazón (al son de) la alabanza.
Es así que David prefería ser guardián del umbral antes que habitar en las tiendas de la perversidad. La condición para poder pasar esta puerta es creer en el salvador; los dos (senderos ascendentes) laterales son la paciencia y la inocencia; el techo es la caridad.
Permaneced firmes en la fe, dice san Pablo. De aquí viene que la Iglesia tienda a que la fe sea llamada pilar y fundamento de la verdad. La entrada de este jardín está guardada por la espada flamígera de la justicia divina. El muro (del recinto) no puede ser medido más que por la caña del ángel. Es un secreto para la razón humana. Por siempre está en la cumbre de las colinas eternas. Aquellos que las frecuentan son justos y perfectos.
Ser, en virtud de la obligación cristiana, miembros libres de esta ciudad consiste, como Agustín decía de Roma, en exaltar la arcilla como si fuera mármol, y en revestirnos de nuestra Casa de lo alto, que en los cielos es eterna.


http://gle.org/la-masoneria-segun-las-escrituras-1737-e-%C2%B7-v-%C2%B7-john-tillotson/

28 julio 2017

Henry Marshall

Henry Marshall
¿? - 28 julio de 1944
¿? - Montevideo


Venerable Maestro de Acacia Lodge en 1871 y 1872.



Cementerio Británico de Montevideo.

26 julio 2017

LA MARSELLESA

LA MARSELLESA


La Marsellesa” es tomada como el himno de la revolución, compuesto por el masón Leconte de L’Isle, fue cantado por primera vez en la logia de los Caballeros Francoas de Strasburgo. Y así mismo todo el simbolismo griego que adoptan los revolucionarios, al igual que el deísmo naturalista de que hacen gala, deriva sin discusión de las leyendas y temas masónicos.

Marchemos, hijos de la patria,
Que ha llegado el día de la gloria
El sangriento estandarte de la tiranía
Está ya levantado contra nosotros (bis)
¿No oís bramar por las campiñas
A esos feroces soldados?
Pues vienen a degollar
A nuestros hijos y a nuestras esposas

¡A las armas, ciudadanos!
¡Formad vuestros batallones!
Marchemos, marchemos,
Que una sangre impura
Empape nuestros surcos.

¿Qué pretende esa horda de esclavos,
De traidores, de reyes conjurados?
¿Para quién son esas innobles trabas
y esas cadenas
Tiempo ha preparadas? (bis)
¡Para nosotros, franceses! Oh, qué ultraje! (bis)
¡ Qué arrebato nos debe excitar!
Es a nosotros a quienes pretenden sumir
De nuevo en la antigua esclavitud
¡Y qué! Sufriremos que esas tropas extranjeras
Dicten la ley en nuestros hogares,
Y que esas falanges mercenarias
Venzan a nuestros valientes guerreros? (bis)
¡ Gran Dios ! Encadenadas nuestras manos,
Tendríamos que doblegar las frentes bajo el yugo!
Los dueños de nuestro destino
No serían más que unos viles déspotas.
¡Temblad! tiranos, y también vosotros, pérfidos,
Oprobio de todos los partidos!
¡Temblad ! Vuestros parricidas proyectos
Van al fin a recibir su castigo. (bis)
Todos son soldados para combatiros.
Si perecen nuestros héroes.
Francia produce otros nuevos
Dispuestos a aniquilaros.
¡Franceses, como magnánimos guerreros
Sufrid o rechazad los golpes!
Perdonad estas pobres víctimas
Que contra su voluntad se arman contra nosotros.
Pero esos déspotas sanguinarios,
Pero esos cómplices de Bouillé,
Todos esos tigres que, sin piedad,
Desgarran el corazón de su madre...
Nosotros entramos en el camino
Cuando ya no existan nuestros mayores;
Allí encontraremos sus cenizas
Y la huella de sus virtudes. (bis)
No estaremos tan celosos de seguirles
Como de participar de su tumba;
¡Tendremos el sublime orgullo
De vengarles o de seguirles!
¡Amor sagrado de la patria,
Conduce y sostén nuestros brazos
vengadores!
¡Libertad, libertad querida,
Pelea con tus defensores (bis)
¡ Que la victoria acuda bajo tus banderas
Al oír tus varoniles acentos !
¡Que tus enemigos moribundos
Vean tu triunfo y nuestra gloria!


22 julio 2017

Lecturas: Helena P. Blavatsky I

LOS ORÍGENES DEL RITUAL
EN LA IGLESIA Y EN LA MASONERÍA
Helena P. Blavatsky

CAPÍTULO II
EL SIMBOLO DE LA VIRGEN MARIA


En toda la superficie del planeta, desde el Polo Norte hasta el Polo Sur, desde los helados golfos de los países nórdicos hasta las tórridas llanuras de la India meridional y del corazón de América, desde Grecia hasta Caldea, el Fuego Solar ha sido adorado como símbolo del Poder Divino creador del Amor y de la Vida. La unión del Sol (el elemento masculino) con la tierra y el agua (la materia–elemento femenino) se ha conmemorado en los templos esparcidos por el Universo entero. Nueve meses antes de llegar el solsticio de invierno, los paganos celebraban una fiesta conmemorativa de esta unión en la que se decía que Isis había concebido; pues bien, los cristianos hacen lo mismo, pues celebran nueve meses antes de la Navidad el grande y santo día de la Anunciación, día en que la “Virgen María” recibió el favor de (su) Dios y concibió al “Hijo del Altísimo” ¿De dónde proceden la adoración del Fuego, de las luces y de las lámparas que se colocan en las iglesias?

¿Por qué se hace esto? Porque Vulcano, el dios del Fuego, se unió con Venus, diosa del mar.
Por esta misma razón los Magos y las Vírgenes–vestales cuidaban del Fuego sagrado. El Sol era el “Padre” de la Naturaleza; o sea, de la eterna Virgen–Madre. La relación de aquel con ésta se repite en la dualidad Osiris–Isis y en la de Espíritu–Materia, la cual fue adorada bajo tres estados por los paganos y los cristianos. He aquí de dónde proceden esas Vírgenes vestidas con un traje azul salpicado de estrellas, que pisan una luna creciente, símbolo de la naturaleza femenina (en sus tres elementos: aire, agua y fuego), fecundada anualmente por el Fuego o Sol masculino con sus radiantes rayos, (las “lenguas de fuego” del Espíritu Santo).
El Kalevala, que es el poema más antiguo de Finlandia, cuya antigüedad precristiana es indiscutible para los eruditos, habla de los dioses finlandeses del aire y del agua, del fuego y de los bosques, del cielo y de la tierra. El lector podrá encontrar en la magnífica traducción al inglés de J.M. Crawford, Rume L (Vol. II) la leyenda entera de la Virgen María, de

Mariatta, hermosa joven, Virgen–Madre de las Tierras nórdicas (pág.729).

Ukko, el gran Espíritu que moraba en Yumala (el Cielo o Paraíso), eligió a la Virgen Mariatta con objeto de que le sirviera de vehículo para encarnarse por su medio en forma de Hombre–Dios. Quedó ella encinta al comer una baya roja (marja). Repudiada por sus padres dio a luz a un Hijo inmortal en el pesebre de un establo, pero el “Santo Niño” desapareció inmediatamente y Mariatta se lanzó en su búsqueda. Preguntó a una estrella –“la estrella guía de los países nórdicos”– dónde se ocultaba “El Santo Niño”, pero ésta le repuso irritada:

Aunque lo supiera, no te lo diría: porque tu hijo fue quien me creó en el frío para que brillase eternamente…

Y la estrella no dijo nada a la Virgen. La dorada luna no consintió tampoco en ayudarle, fundándose en que el hijo de Mariatta la había creado dejándola en el anchuroso cielo:

Aquí me dejó para que durante la noche vagase en completa soledad por las tinieblas y luciera para bien ajeno…

Únicamente el “Argentado Sol” se compadeció de la Virgen–Madre y le dijo:

Allá lejos está el Niño adorado.
Allí reposa tu santo Hijo, durmiendo oculto con agua hasta la cintura entre cañas y juncos…

Y Mariatta se lleva al Santo Niño a su casa y mientras que ella le llama “Flor”.
Otros le dicen Hijo del Dolor.
¿Nos encontramos, en este caso, ante una leyenda post–cristiana? De ninguna manera, pues ya dije antes que es una leyenda de origen esencialmente pagano, siendo creencia que es anterior al cristianismo. De esto se sigue que, con semejantes datos literarios en la mano, pierden su finalidad las acusaciones dé ateísmo e idolatría que se repiten sin cesar. Por otra parte, el término idolatría es de origen cristiano, pues sabido es que esta palabra fue aplicada por los nazarenos primitivos durante los dos primeros siglos de nuestra era y la primera mitad del tercero a las naciones que utilizaban iglesias, templos, estatuas e imágenes, porque los primeros cristianos no tenían templos, ni estatuas, ni imágenes, cosas que ellos aborrecían en extremo.
El término “idólatras” podría aplicarse con más propiedad a nuestros acusadores que a nosotros, como lo demostraremos en este escrito. El católico que coloca Madonas en cada encrucijada y fabrica estatuas de Cristo, de ángeles de toda especie e incluso de Santos y Papas, no puede acusar de Idólatras a los hindúes y budistas.
A continuación demostraremos en qué nos basamos para decir esto.





https://es.slideshare.net/santimonia/blavatsky-helena-los-origenes-del-ritual-en-la-iglesia-y-la-masoneria

21 julio 2017

Francisco Aguiar

Francisco Aguiar
1776 – 21 de julio de 1840
Islas Canarias - Montevideo

Llegó desde Islas Canarias en 1811, en un afragata de 250 toneladas que él capitaneó y en la que trajo hasta aquí su familia, tripulación, criados, mercaderías y más de 30 familias de colonos para estas tierras.

Apoyo financieramente las luchas por la independencia, tanto en tiempos de José Artigas como en los de la Cruzada Libertadora de 1825.

Como vecino pudiente y respetado, es llamado a desempeñar elevados cargos en la esfera pública. Se desempeña como Concejal en Maldonado y allí es Alcalde al tiempo de la jura de la Constitución de 1830, que él mismo toma a los ciudadanos fernandinos.

En 1834 ingresa al Senado como representante departamental, hasta la fecha de su muerte.

Comerciante y productor agropecuario, introdujo plantas y animales importados de Europa, realizó grandes cultivos de vid, faenó lobos en la isla homónima y tuvo fábricas de baldosas y cerámicas.

Julián M. de la Sota en sus “Cuadros Históricos”, Tomás de Iriarte e Isidoro de María en sus “Memorias” y Alfonso Fernandez Cabrelli en “Presencia Masónica en la Cisplatina”, lo incluyen en la lista de los Caballeros Orientales.[1]






[1] Lagomarsino Pezzali, Luis A.- La Masonería, Artigas y la Revolución Liberttadora. Montevideo. Arca. 2011. p. 129.

20 julio 2017

Los Himnos y la Masonería

Los Himnos y la Masonería

Mucho se puede decir en este tema, como la masonería está presente en los Himnos de muchos países, a modo de ejemplo hemos tomados lo latinoamericanos, ya sea en su letra como en su composición musical llevada adelante por Hermanos masones.

Argentina

El Himno Nacional Argentino es el himno oficial de Argentina. Fue escrito por Vicente López y Planes en 1812 y compuesto por Blas Parera en 1813. Originalmente fue denominado Marcha patriótica, luego Canción patriótica nacional y posteriormente Canción patriótica. Una publicación en 1847 lo llamó Himno Nacional Argentino, nombre que conserva hasta nuestros días. La versión original del himno dura 20 minutos y en 1924 fue abreviado a entre 3 minutos 30 segundos y 3 minutos 53 segundos.


La letra era marcadamente independentista y antiespañola, como correspondía al espíritu de la época. Tiempo más tarde la Asamblea del año XIII pide un "arreglo" de la letra, para que el himno quedara más acorde con los nuevos vientos que soplaban: Inglaterra se oponía vigorosamente a todo intento de autonomía en las colonias de España, su aliada en la guerra contra Napoleón. El embajador británico, Lord Strangford, hace saber al gobierno de Buenos Aires "lo loco y peligroso de toda declaración de independencia prematura".
Desaparecen entonces estrofas que anunciaban que "se levanta a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación". Se infiltran, en cambio, conceptos monárquicos tan en boga entonces, cuando los próceres competían en candidaturas de príncipes europeos para gobernarlos: el príncipe portugués, el francés, el italiano…
No extraña entonces el "ved en trono a la noble igualdad", afrancesamiento relacionado con el propósito de coronar al duque de Orleans (aunque otros autores señalan que los orleanistas no estaban a favor de la "noble igualdad" de la Revolución francesa, sino más bien lo contrario, que eran partidarios del Antiguo Régimen). O "sobre alas de gloria alza el pueblo, trono digno a su Gran Majestad", estrofa desaparecida en la versión definitiva. O "ya su trono dignísimo abrieron, las Provincias Unidas del Sur".
Himno Nacional Argentino
(Letra completa y corregida)
Letra: Vicente López y Planes
Música: Blas Parera
¡Oíd, mortales!, el grito sagrado:
¡libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta en la faz de la tierra
una nueva gloriosa nación.
Coronada su sien de laureles,
y a sus plantas rendido un león. (bis)
Estribillo (con coro)
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir: (bis)
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir. (tris)
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar. (bis)
La grandeza se anida en sus pechos
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas,
y en sus huesos revive el ardor,
Lo que vé renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor. (bis)
Estribillo (con coro)
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor. (bis)
Todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra, y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel. (bis)
Su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel. (bis)
Estribillo (con coro)
¿No los veis sobre México y Quito
arrojarse con saña tenaz? (bis)
¿Y cuál lloran, bañados en sangre
Potosí, Cochabamba, y La Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
luto, y llanto, y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir? (bis)
Estribillo (con coro)
A vosotros se atreve argentinos
el orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor. (bis)
Mas los bravos que unidos juraron
su feliz libertad sostener
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
Estribillo (con coro)
El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor:
El clarín de la guerra, cual trueno
en los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita unión.
Y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.
Estribillo (con coro)
San José, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta, y Tucumán,
la colonia y las mismas murallas
del tirano en la banda Oriental. (bis)
Son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó;
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló. (bis)
Estribillo (con coro)
La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió.
Y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio. (bis)
Sus banderas, sus armas, se rinden
por trofeos a la libertad.
Y sobre alas de gloria alza el pueblo
trono digno a su gran majestad.
Estribillo (con coro)
Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín. (bis)
Y de América el nombre enseñando
Les repite, mortales, oid:
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud.
Y los libres del mundo responden
al gran pueblo argentino salud. (bis)
Estribillo (con coro)
https://es.wikipedia.org/wiki/Himno_Nacional_Argentino

Vicente López y Planes
El autor de la letra del Himno Nacional ejerció la Presidencia interina de las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1827.
Estudió en los colegios de San Francisco y San Carlos de Buenos Aires, se dedicó al comercio y luchó contra las invasiones inglesas en el Regimiento de Patricios. En 1808 presentó su obra poética titulada El triunfo argentino, referida a la victoria de las tropas patrióticas sobre los ingleses.
Participó activamente en los sucesos de mayo de 1810, fue secretario auditor durante la primera expedición libertadora al interior, secretario del Primer Triunvirato y miembro de la Asamblea General de 1813. Su Himno de mayo, leído ante la Cámara el 11 de mayo de 1813, fue proclamado como "única canción de las Provincias Unidas del Río de la Plata". Con música de Blas Parera se convirtió en el Himno nacional argentino.
López y Planes fue secretario del Directorio durante las gestiones de Balcarce y Pueyrredón. En 1828 Manuel Dorrego lo designó gobernador de la provincia de Buenos Aires y en tiempos de Rosas integró el Tribunal Superior de Justicia.
Volvió a ser gobernador interino de la Provincia de Buenos Aires después de Caseros y durante esa gestión autorizó la expropiación de las propiedades de Rosas y otros integrantes de ese gobierno, restituyó los bienes que habían sido confiscados, favoreció la libertad de expresión y de prensa y sentó las bases de la nueva institucionalidad. En ese rumbo suscribió el Pacto de San Nicolás pero presentó su dimisión indeclinable cuando la Asamblea de Buenos Aires rechazó ese Acuerdo.
Vicente López y Planes fue iniciado masón en la Logia Lautaro de Buenos Aires. Su Canto al trabajo fue adoptado como Himno masónico argentino en 1857 por decisión del hermano Miguel Valencia, Gran Maestre del Gran Oriente de la Confederación Argentina.
El autor del Himno Nacional y del Himno masónico falleció el 10 de octubre de 1856. Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta.
La Masonería Argentina recuerda hoy a su querido hermano, inspirado poeta de las gestas nacionales que actuó según los principios universales de la Masonería propendiendo a la unión de los argentinos como valor superador de las antinomias circunstanciales.

http://www.masoneria-argentina.org.ar/novedades-y-eventos/113-vicente-lopez-y-planes


Brasil

El Himno nacional brasileño (Hino Nacional Brasileiro en portugués) fue compuesto por Francisco Manoel da Silva luego de que Brasil se independizara de Portugal en 1822, pero no fue oficial hasta 1890.
El himno anterior a este era el Hino da Independência compuesto por el emperador Pedro I. Con el establecimiento de la república en 1889, la letra fue escrita por Joaquim Osório Duque Estrada para que fuera cantada acompañada por la música de Francisco Manoel da Silva. Con el transcurso del tiempo la letra ha sufrido algunas modificaciones.

Himno Nacional Brasileiro
(Letra en Portugués)
Himno Nacional de Brasil
(Letra en Español)
Primera estrofa
Ouviram do Ipiranga as margens plácidas
De um povo heroico o brado retumbante,
E o sol da Liberdade, em raios fúlgidos,
Brilhou no céu da Pátria nesse instante.

Se o penhor dessa igualdade
Conseguimos conquistar com braço forte,
Em teu seio, ó Liberdade,
Desafia o nosso peito à própria morte!

Ó Pátria amada,
Idolatrada,
Salve! Salve!

Brasil, um sonho intenso, um raio vívido,
De amor e de esperança à terra desce,
Se em teu formoso céu, risonho e límpido,
A imagem do Cruzeiro resplandece.

Gigante pela própria natureza,
És belo, és forte, impávido colosso,
E o teu futuro espelha essa grandeza.

Terra adorada
Entre outras mil
És tu, Brasil,
Ó Pátria amada!

Dos filhos deste solo
És mãe gentil,
Pátria amada,
Brasil!
Oyeron del Ipiranga las márgenes plácidas
de un pueblo heroico el grito retumbante,
y el Sol de la Libertad, en rayos bravios,
brilló en el cielo de la Patria en ese instante.

Idea de igualdad
conseguimos conquistar con brazo fuerte,
en tu seno, oh, libertad,
desafía nuestro pecho a la propia muerte.

¡Oh, Patria amada!
¡Idolatrada!
¡Salve, salve!

Brasil, un sueño intenso, un rayo vívido
de amor y de esperanza a la tierra desciende,
si en tu hermoso cielo, risueño y límpido,
con la imagen de la Cruz del Sur resplandece.

Gigante por la propia naturaleza,
Eres bello, eres fuerte, impávido coloso,
Y tu futuro refleja esa grandeza,

¡Tierra adorada!
Entre otras mil,
eres tú, Brasil,
¡oh, Patria amada!

De los hijos de este suelo
eres madre gentil,
¡Patria amada,
Brasil!
Segunda estrofa
Deitado eternamente em berço esplêndido,
Ao som do mar e à luz do céu profundo,
Fulguras, ó Brasil, florão da América,
Iluminado ao sol do Novo Mundo!

Do que a terra mais garrida
Teus risonhos, lindos campos têm mais flores,
Nossos bosques têm mais vida,
Nossa vida no teu seio mais amores.

Ó Pátria amada,
Idolatrada,
Salve! Salve!

Brasil, de amor eterno seja símbolo
O lábaro que ostentas estrelado,
E diga o verde-louro dessa flâmula
- Paz no futuro e glória no passado.

Mas se ergues da justiça a clava forte,
Verás que um filho teu não foge à luta,
Nem teme, quem te adora, à própria morte.

Terra adorada
Entre outras mil
És tu, Brasil,
Ó Pátria amada!

Dos filhos deste solo
És mãe gentil,
Pátria amada,
Brasil!
Recostado eternamente en cuna espléndida,
al sonido del mar y la luz del cielo eterno,
Refulges, oh Brasil, florón de América,
Iluminado al sol del Nuevo Mundo.

Que la tierra más aguerrida,
Tus risueños, lindos campos tienen más flores,
Nuestros bosques tienen más vida,
Nuestra vida, en tu seno, más amores.

¡Oh, Patria amada!
¡Idolatrada!
¡Salve, salve!

¡Brasil, de amor eterno seas símbolo
la bandera que ostentas estrellada!
¡Y digale al verde loro de esta bandera
paz en el futuro y gloria en el pasado!

Mas si se yergue de la Justicia a la muerte fuerte
Verás que un hijo tuyo no huye de la lucha,
ni teme, quien te adora, a la propia muerte,

¡Tierra adorada!
Entre otras mil,
eres tú, Brasil,
¡oh, Patria amada!

De los hijos de este suelo
eres madre gentil,
¡Patria amada,
Brasil!

Joaquim Osório Duque Estrada
Maçom e autor da letra do Hino Nacional Brasileiro
Por ocasião do aniversário da independência da república brasileira, decidimos homenagear neste mês de setembro, aquele que criou um dos símbolos mais conhecidos e divulgados em nosso país: o hino nacional brasileiro. Trata-se de nosso Irmão Joaquim Osório Duque Estrada, compositor da letra do hino nacional brasileiro e maçom pertencente do quadro da nossa querida Cataguazense. Nascido no Rio de Janeiro em 1870, Joaquim Osório Duque Estrada era bacharel em letras pelo Colégio Pedro
II,  jornalista e literato. Além de publicar diversas obras literárias, Joaquim exerceu o cargo de secretário da delegação brasileira no Paraguai. Cinco anos após a República, Joaquim Osório passa a residir em Cataguases. Aqui chegando, foi absorvido pelos intelectuais e políticos da cidade, pertencentes à nossa Loja e vizinhas, tais como: Dr. Astolfo Dutra Nicácio, Senador Ribeiro Junqueira, Dr. Eduardo Ernesto da Gama Cerqueira, Cel. João Duarte Ferreira e muitos outros. Conforme consta no livro de atas do ano de 1894, página 19, Joaquim Osório Duque Estrada solicita seu ingresso na Loja Maçônica Cataguazense em data de 5 de julho de 1894, tendo sido iniciado em 2 de agosto do mesmo ano, conforme registro as páginas de número 24. Daqui enviou seus artigos para o jornal “Correio da Manhã”, do qual mais tarde passou a ser o redator. Editou e escreveu também um jornal local, chamado “Ecos de Cataguases”. Em 1904, ainda fazendo parte de nossa Loja, escreve a letra para o Hino então chamado de 7 de abril. Dois anos depois, o escritor venceu um concurso para a melhor composição poética que se adaptasse, com todo rigor do ritmo, à música do Hino Nacional Brasileiro, composta por Francisco Manuel da Silva. A oficialização de letra e música como HINO NACIONAL BRASILEIRO ocorreu em 1922. Apesar da inegável contribuição de Joaquim Osório na exaltação da pátria, um fato curioso marcou sua passagem na maçonaria, especialmente em nossa Loja. Na sessão econômica de 18 de junho de 1897, O irmão Joaquim Osório Duque Estrada foi excluído da Ordem por falta de pagamento. Pouco tempo depois, ele retorna para o Rio de Janeiro. Joaquim morreu em 1927. Podemos dizer que, toda vez que nós ouvimos tocar Hino Nacional Brasileiro sentimos uma grande emoção. Seja nas conquistas do futebol, do vôlei, da Fórmula 1 ou de outros esportes; seja nas cerimô- nias oficiais das escolas, de formaturas ou atos políticos. A maioria de nós brasileiros sente, naquele momento, uma alegria e um orgulho imenso de pertencer a essa pátria. Esse orgulho deve ser ainda maior para nós, mebros da Maçonaria. Saber que tal letra foi composta por um de nossos irmãos, é uma grande honra!


http://cataguazense.com.br/Boletins/Boletins/200909.pdf

Cuba

La Bayamesa (Himno de Bayamo) es el himno nacional de Cuba. Su melodía y su letra las compuso Pedro Figueredo (Perucho) y el arreglo para instrumentos lo hizo el maestro Manuel Muñoz Cedeño.
Reseña de Pedro (“Perucho”) Figueredo Cisneros
Versión corregida y editada para GADU.ORG
Gustavo E. Pardo

Origen y principales estudios

Nació el 18 de febrero de 1818, en la ciudad de Bayamo, antigua provincia de Oriente, actual Granma.
Pedro (“Perucho”) Figueredo Cisneros es considerado un cubano de la mayor estirpe revolucionaria y
como una de las figuras más brillantes de las guerras independentistas cubanas. Hijo de una acaudalada e ilustre familia, cursó sus primeros estudios en la misma ciudad de Bayamo, luego viajó a La Habana a cursar los estudios superiores, ingresó en el Colegio de San Cristóbal, donde tuvo por maestro al revolucionario cubano José Antonio Saco.
En 1840 se graduó de bachiller en Derecho y luego terminó estos estudios en la Universidad de Barcelona, España, en 1843. En ese mismo año regresó a su ciudad natal, luego de haber viajado por distintas ciudades de Europa. Allí instaló un bufete para trabajar y contrajo matrimonio con la criolla Isabel Vázquez Moreno, mudándose a una finca que poseía aledaña a la ciudad.
Vocación
Renunció a su profesión de abogado, desmotivado por vivir en un medio político corrompido, donde los derechos humanos y la justicia eran ignorados y por no poder ejercer con verdadero decoro, entonces se dedicó al canto y al estudio de la música y la literatura, debido a sus vocaciones artísticas.
El revolucionario
Siempre tuvo una mente idealista y un corazón apasionado, amó extraordinariamente a su esposa y su patria. Prohibió a sus mayorales el castigo despiadado a los esclavos, para los cuales procuró más alimentos y mejores condiciones. Su carácter íntegro y liberal sufría por las injusticias de la tiranía que estaba hundiendo cada vez las aspiraciones independentistas de un pueblo noble y generoso como el cubano.
Denunció la incapacidad de un alcalde y fue encarcelado y le  confiscaron sus bienes. En 1851 se involucró en la ejecución de Narciso López y el fusilamiento de Joaquín de Agüero,  por eso tuvo que trasladarse a La Habana, donde fundó el diario Correo de la Tarde.
En su casa en Bayamo se realizó la primera junta revolucionaria de Oriente en 1867 y se llevaron a cabo los principales preparativos para un alzamiento, estos fueron terminados con la acción del 10 de octubre de 1868.
El Himno
Perucho Figueredo es conocido también por ser al autor de la letra y música de La Bayamesa, Himno Nacional cubano. La letra de este himno tiene la característica de que fue compuesta desde la grupa de su caballo de guerra, al entrar victorioso en Bayamo. Este himno se da a conocer públicamente el día 20 de octubre de 1868.
Al realizarse la Asamblea de Guáimaro, el 10 de abril de 1869, es designado Subsecretario de Guerra y Mayor General del Ejército Libertador.
Últimos días
Cuando el pueblo de Bayamo incendió la ciudad para evitar que cayera en manos de los españoles, se refugió en el monte. En la manigua cubana Perucho Figueredo se enfermó de tifus y le salieron úlceras en los pies. Casi indefenso, fue capturado por los españoles.
Cayó preso en el campamento de Santa Rosa, Cabaiguán, Tunas, el 12 de agosto de 1870. Luego fue trasladado varias veces, hasta llegar finalmente a la cárcel de Santiago de Cuba, donde fue condenado a muerte por un tribunal militar.
Enfermo, con los pies ulcerados y cansado de tan largo viaje fue asesinado el 17 de agosto de 1870. Enfrentó la muerte como un digno revolucionario.
Como el mismo escribió en la notas del himno nacional: “Morir por la patria es vivir”.

“La Bayamesa” (20 de octubre de 1868), de Francisco “Perucho” Figueredo
(CONSTITUÍDA DESPUÉS EN HIMNO NACIONAL DE CUBA)
¡Al combate corred Bayameses!
Que la patria os contempla orgullosa;
No temáis una muerte gloriosa,
Que morir por la patria es vivir.
En cadenas vivir es vivir.
En oprobio y afrenta sumido,
Del clarín eschuchad el sonido;
¡A las armas, valientes, corred!
No temáis al gobierno extranjero
Que es cobarde cual todo tirano,
No resiste el empuje cubano,
Para siempre su imperio cayó.
Sea bendita la noche serena,

El clarín de la guerra sonara
Y el cubano ser libre juró.
En que en alegres campos de Yara,
No se nuble jamás esa estrella
Que las hijas de Cuba bordaron
Y que nobles cubanos alzaron
En su libre y feliz pabellón.
¡Gloria y nombre a los hijos de Cuba!
¡Gloria y nombre al valiente Aguilera!
¡Viva!! ¡Viva! la alegre bandera
Que en los campos de Yara se alzó.

http://www.gadu.org/antologia/resena-de-pedro-perucho-figueredo-cisneros/
http://www.gadu.org/antologia/las-bayamesas/


Ecuador

¡Salve, oh patria! es el Himno Nacional de la República del Ecuador. Consta de 6 estrofas y un coro, de las cuales únicamente se cantan la segunda estrofa y el coro. Su letra fue escrita por Juan León Mera y su música fue compuesta por el compositor francés Antonio Neumane, quien se inspiró en la del Himno a Pío IX de Gaetano Magazzari. El himno tuvo algunos proyectos de reforma hasta alcanzar su fijación definitiva e intangibilidad en 1948. Fue oficialmente estrenado el 10 de agosto de 1870 durante la segunda presidencia de Gabriel García Moreno.

Es la composición musical patriótica que representa al país y que, junto con la bandera y el escudo, tiene la categoría de símbolo patrio.


Hacia 1865 el Ecuador carecía de Himno Nacional, fecha en que por encargo del Congreso fue aprobado el escrito por el ilustre ambateño Juan León Mera, a este himno le pone la música el masón Antonio Neumane de la logia Filantropía de Guayaquil.

https://es.wikipedia.org/wiki/Salve,_oh_patria
http://masoneriaecuatoriana.info/masoneria%20ecuatoriana.html

El Salvador

El Himno Nacional de El Salvador fue compuesto por el general salvadoreño Juan José Cañas y el músico italiano Juan Aberle, el cual fue estrenado formalmente el 15 de septiembre de 1879, para ser adoptado legalmente por la Asamblea Legislativa como himno nacional de la República de El Salvador el 13 de noviembre de 1953.


Juan José Cañas, aparece en el Registro Masónico del Supremo Consejo Centro-Americano 904, F. 158. De acuerdo con esta ficha, la Logia Madre de Juan José Cañas fue la Logia “Progreso Nº 5”, y añade que fue fundador de la Logia “Excelsior Nº 4 de San Salvador el 25 de abril de 1882.

Honduras

El Himno Nacional de Honduras fue compuesto por el músico Carlos Hartling y su letra fue escrita por el poeta Augusto Constantino Coello Estévez. El himno fue decretado como oficial, por decreto ejecutivo número 42 del 13 de noviembre de 1915.
En los actos oficiales, solamente se cantan el Coro, la VII estrofa y nuevamente el Coro. Durante 94 años Honduras no tuvo himno desde la independencia de 1821 hasta 1915
“En el año 1911, siendo Presidente de la República el Dr, Francisco Bertrand, médico y masón, y en unión de otros hermanos que figuraban en el Gobierno, iniciaron la conveniencia de fundar una Logia, y así, el día 28 de Abril de 1911, se celebró junta preparatoria en casa del hermano Maximiliano Sagastume, Gr.·.18, a la que asistieron los siguientes hermanos: Maximiliano Sagastume, Gr.·. 18; Silverio Lafnez, Gr.’. 18; Monico Zelaya, Gr.·. 3;  Miguel Oqueli Bustillo.·.Gr .·. 3; Timoteo Miralda, Gr.’. 3; Urbano Ugarte, Gr.’. 3; Julian Baires, Gr .’.  3; Miguel R. Duron, Gr.’. 2; Federico C, Canales, Gr.’. 2; Ramon Landa, Gr ,’, Purificaci6n Estrada, Gr.’. 2; J, Agapito Fiallos, Gr.’. 1; y Feliciano J. Castro, Gr. ‘. 1;   Resolvieron fundar una Logia que reemplazara a la extinta Logia MORAZAN N° 14, dar a la nueva Logia el nombre de IGUALDAD y’ que para ese fin se dirigiera al Supremo Consejo Centro Americano la correspondiente solicitud de Carta de Dispensa, la cual se obtuvo y fue conocida en la Ten.’. 21 de Julio de 1911. Siguió sus trabajos bajo dispensa, hasta que le fue concedida la Carta Patente, haciendo su instalación solemne el 15 de Septiembre de 1911 y correspondiéndole el número 1.  Fueron sus miembros fundadores los siguientes hermanos: Maximiliano Sagastume, Silverio Lafnez, Monico Zelaya, Miguel Oqueli Bustillo, Timoteo Miralda, Urbano Ugarte, Julian Baires, Miguel R. Duron, Federico C, Canales, Ramon Landa, Purificacion Estrada, J, Agapito Fiallos, Feliciano J, Castro y Carlos Hartling”.


https://es.wikipedia.org/wiki/Himno_nacional_de_Honduras
http://www.miguelpazbarahona.org/?page_id=2


Paraguay

El himno nacional de la República del Paraguay es la composición musical que representa al Paraguay. Conforme con el artículo 139 de la actual Constitución, compone, junto al pabellón y el escudo, los tres símbolos patrios oficiales de la República. La letra fue escrita por el uruguayo Francisco Acuña de Figueroa, y fue entregada a los comisionados del gobierno de Carlos Antonio López el 20 de mayo de 1846. Acuña de Figueroa es además el autor de la letra del himno nacional de Uruguay.
Con respecto a su composición, no se sabe con certeza quien es el autor. Algunos historiadores sostienen que fue el francés Francisco Sauvageot de Dupuis, mientras que otros señalan al músico húngaro Francisco José Debali. No obstante, por encargo del presidente Eusebio Ayala, la composición fue reconstruida a cargo del compositor y músico paraguayo Remberto Giménez en 1933, siendo esta la adaptación utilizada en la actualidad.
La antecesora del actual himno data del gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia; fue compuesta una canción patriótica escrita completamente en guaraní, titulada Tetã Purahéi, con autoría del poeta y guitarrista paraguayo Anastasio Rolón. Esta letra le fue entregada al dictador y éste lo elevó a la categoría de «Himno de la patria», mediante un edicto publicado el 20 de julio de 1831. Más tarde, la letra fue traducida al español y publicada en el periódico El Paraguayo Independiente, el 3 de mayo de 1845.

https://es.wikipedia.org/wiki/Himno_nacional_del_Paraguay


República Dominicana

El himno nacional de la República Dominicana es la composición musical patriótica que representa al país y que, junto con la bandera y el escudo, tiene la categoría de símbolo patrio. Su letra fue compuesta por Emilio Prud’ Homme y la partitura musical del Himno fue creada por el Maestro José Reyes en 1883, quien le pidió a Prud' Homme que escribiera unos versos patrióticos que acompañaran sus compases.



Cuando en algunas de nuestras reuniones mencionamos a Duarte por primera vez, los hermanos masones nos ponemos en pie y hacemos una invocación. Así explica el Gran Maestro doctor Ponciano Rondón, de la Logia La Fe No. 7, quien también afirma que sólo Duarte es Padre de la Patria y nadie más, porque es el único inmaculado de los que lucharon por la Independencia.
Al cuestionarle acerca del lugar que ocupan Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, aclara que aunque estos también son hermanos masones, no poseen el alto grado del Apóstol de la Patria.
El Gran Maestro también manifiesta su inconformidad con la manera en que se honra la memoria del Ilustre y denuncia que la razón principal por la que el Himno Nacional no se canta completo es porque se desea ocultar los verdaderos ideales libertadores del patricio, que fueron convertidos en poesía y música por dos hermanos masones: Emilio Prud’ Homme y José Reyes”.

https://es.wikipedia.org/wiki/Himno_nacional_de_la_Rep%C3%BAblica_Dominicana
http://hoy.com.do/duarte-el-esclarecido-e-ilustre-hermano-mason/


Uruguay

El Himno Nacional de la República Oriental del Uruguay es uno de los símbolos nacionales, junto a los escudos y banderas oficiales. Su letra fue declarada como himno por decreto el 8 de julio de 1833 y fue modificada a su forma definitiva a solicitud de su autor por decreto del 12 de julio de 1845. La música actual se aprobó por decretos del 25 y 26 de julio de 1848.

Uruguay nació a la vida independiente en 1828, cuando se firmó la Convención Preliminar de Paz entre Argentina y Brasil con la mediación interesada económicamente de Inglaterra. El nuevo país no poseía símbolos nacionales: ni bandera, ni escudo, ni himno. El Gobernador Provisorio, José Rondeau, recibió entonces el ofrecimiento de Francisco Acuña de Figueroa de colaborar en la redacción de un himno y, para la Jura de la Constitución el 18 de julio de 1830, presentó un proyecto de Himno Nacional. Éste fue aceptado, pero debió esperar tres años para convertirse en el himno oficial.
El himno fue presentado nuevamente por Francisco Acuña de Figueroa al gobierno del primer presidente, Fructuoso Rivera, que lo aprobó el 8 de julio de 1833. Si bien hubo consenso casi desde el principio de que la obra poética tendría ese carácter, algunos la ponían en tela de juicio debido a las violentas diatribas contra España, Portugal y Brasil que contenía. En el acto de gala en el Teatro San Felipe el 25 de mayo de 1833 se cantaron sus versos con música de Antonio Sáenz, pero cuando se ejecutó por primera vez como himno oficial, el 18 de julio del mismo año, la música era de Barros.
El 12 de julio de 1845 se aprobó una reforma en las estrofas, realizadas por el propio autor, que finalmente sería la versión definitiva. Francisco Acuña de Figueroa quitó las referencias más duras a España, Portugal y Brasil y agregó a la primera estrofa la frase «Tiranos, ¡temblad!», que posteriormente se haría célebre. La letra de la canción contiene 11 estrofas de 8 versos decasílabos cada una, a la que se agrega el estribillo de 4 versos. Actualmente de la misma sólo se canta la primera estrofa y se repite dos veces el estribillo.
Francisco Acuña de Figueroa también es autor de la letra del Himno Nacional de Paraguay.

Perteneció a la Masonería nacional, habiendo dedicado varias de sus composiciones poéticas al elogio de la misma.
La Logia Asilo de la Virtud lo contó entre sus miembros activos.

https://es.wikipedia.org/wiki/Himno_nacional_de_Uruguay
http://danielpeluas.blogspot.com.uy/2015/09/francisco-acuna-de-figueroa-vianqui.html


Venezuela

El Himno «Gloria al Bravo Pueblo» es una composición musical patriótica venezolana de 1810, la cual fue establecida como Himno Nacional de Venezuela el 25 de mayo de 1881 por el presidente Antonio Guzmán Blanco.
En cuanto a su composición, la letra y música han sido históricamente atribuidas, respectivamente, a Vicente Salias y Juan José Landaeta, fue escrito originalmente alrededor de 1810 como un himno patriótico. ​Posteriores modificaciones oficiales han sido las de Eduardo Calcaño (1881), Salvador Llamozas (1911) y Juan Bautista Plaza (1947). Esta última es la usada oficialmente en la actualidad.

Se ha dicho que la melodía ya era conocida como «La marsellesa venezolana» desde 1840. En los últimos años, algunas investigaciones han sugerido que el verdadero autor de la letra podría haber sido Andrés Bello, y que la música habría sido compuesta por Lino Gallardo. ​ Sin embargo, esta teoría no ha podido ser comprobada del todo; aunque lo cierto es que tanto Juan José Landaeta como Lino Gallardo pertenecían a la «Escuela de Música de Caracas», actividad central del «Oratorio Arquidiocesano de Caracas», fundado por el Padre Sojo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Gloria_al_Bravo_Pueblo

http://www.fenixnews.com/2009/01/07/lista-de-masones-famosos-venezolanos/