Claves para entender a los Maestros

26 enero 2016

Bertrand de Blanchefort

Grandes Maestres
Orden de los Templarios (VI)

Bertrand de Blanchefort

1109 – 2 de enero de 1169



Originario de Guyenne y pariente del papa Clemente V, que más tarde será quien prohíba la institución. Se le considera como un gran guerrero con gran sentido común y de una extremada honradez.


Cierto es que el padre de nuestro Maestre se apellidaba Blanchefort, y la madre del papa Clemente V también. Pero no es menos cierto que el primero había vivido en el siglo XII y la segunda en el siglo XIV. Mucho tiempo transcurrido para llevar en la mente un árbol genealógico por muy estudioso que uno sea de la mencionada Orden del Templo.

En el Archivo Histórico del municipio de Saint-Germain-d'Estheuil, en el Médoc francés, existe un libro de acristianamiento en el cual se dice que el niño Bertrán de Goth, hijo de don Bèrand de Goth, señor de Livran y de doña Brayde de Blanchefort, señora de Veyrines fue acristianado el día 3 de febrero del año del Señor de 1264.

Como vemos, tanto el padre como la madre del papa Clemente V, provenían de la nobleza francesa. El padre era el señor de Livran, es decir, vivía y tenía en posesión el castillo de Livran, donde nació el Papa. Se sabe que este castillo era muy antiguo; que, al morir el padre, fue heredado por Clemente V por ser el hermano mayor de tres hermanos (dos varones y una hembra), y que al no poder vivir en él por el estado tan ruinoso en que se hallaba, decidió, en el año 1305, mandar construir otro castillo en la ciudad de Villandraut para poder habitarlo rodeado de modernas comodidades. Tal vez este detalle haya dado lugar a que en la mayoría de las biografías del Papa se afirme que nació en esta ciudad.

Cuando el papa Clemente V murió, en tan extrañas circunstancias, sus hermanos heredaron sus posesiones. Y tal vez porque la necesidad les obligaba, vendieron ambos castillos con todos sus territorios para repartirse el dinero.

La madre no le iba a la zaga al padre, pues como vemos, era la señora por heredad de una pequeña localidad llamada Veyrines. Un lugar que pertenece al departamento de Aquitania y que esta situado en el pintoresco valle de Dordoña en el suroeste francés.

Con todo lo señalado, no vemos por ningún sitio que doña Brayde de Blanchefort, llevase ese apellido por ser pariente en algún grado del padre de nuestro Maestre, porque de basarnos solamente en ese detalle, podríamos afirmar con la misma autoridad, que todos los Blanchefort que habitan en el mundo, son parientes del Papa Clemente V”.[1]
El 19 de junio de 1157 fue hecho prisionero en el río Jordán en el lugar llamado el vado de Jacob (batalla del lago Merón), junto con más de 80 templarios, por Nur al-Din, el principal soberano de Siria. Dos o tres años después, su rescate pagado por Manuel I Comneno, emperador bizantino, le permitirá ser liberado con más de 6.000 cautivos.

Acompaña a Amalarico I de Jerusalén en su expedición a Egipto; pero tiene que regresar precipitadamente para, ponerse a la cabeza de sus templarios y de los cruzados llegados de Europa, contener a Nur al-Din, quien, aprovechando la ausencia del rey Amalarico, ataca las regiones de Antioquía y Trípoli. Después de una primera victoria, Bertrand de Blanquefort es vencido en la batalla de Harens (1165), donde perecen más de 60 templarios.

Las relaciones con Amalarico se degradan, cuando éste hace prender a 12 templarios acusados de cobardía, pues habían entregado a Nur al-Din la fortaleza en la que montaban guardia. En 1167, Bertrand de Blanquefort retira su apoyo a Amalarico I de Jerusalén, que deseaba anexionarse Egipto, alegando que eso sería romper el tratado negociado unos meses antes por el templario Geoffroy de Foulcher y que esta intervención militar volvería a unir a los musulmanes. Efectivamente, la expedición acaba en un desastre; pero Bertrand de Blanchefort no llegará a verlo, ya que fallece el 2 de enero de 1169, según el registro parroquial de Reims.

Introdujo reformas en la regla templaría y obtuvo del papa Alejandro III el derecho de los grandes maestres de la Orden a llevar en lo sucesivo el título de «maestre por la gracia de Dios» y el de ostentar un bastón de mando, el Abacus.




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