CIRCULAR DE LAS DOS LOGIAS
DIRECTORAS DE
LAS LOGIAS ECLÉCTICAS
18 y
21 de Marzo de 1783
Venerables hermanos:
simbólicos, reconoce sin dificultad que la libertad y la igualdad forman la base de nuestra augusta asociación. Sobre esta roca levantaron en otro tiempo nuestro edificio; asentada sobre esta base sólida, la masonería no podía menos de eternizarse. La sabiduría, la fuerza y la belleza fueron sus columnas; la humanidad, la concordia y la unión las cadenas destinadas a unirlas. Así es que, durante muchos siglos, este magnífico monumento permaneció inquebrantable.
Cuanto más evidentes son estas verdades,
tanto más todo hermano que se interesa en la suerte de nuestra Orden debe
afligirse de la triste situación en que se encuentra nuestra asociación en casi
todas las regiones de la Europa. Todo el que ha leído con atención las antiguas
leyes y se ha penetrado del espíritu de la Orden; aquel que echa una mirada imparcial
sobre los acontecimientos que se han realizado y lee los diferentes escritos
que se han publicado; el que compare y pese en la balanza de la sana razón, de
la verdadera filosofía y de la historia; aquel, en una palabra, que sepa cuál
es la situación de nuestra sociedad en Europa, ese adquirirá la más profunda convicción
de que entre la actual masonería y la de los antiguos tiempos, hay la misma
diferencia que entre la torre de Babel y el templo de Salomón.
Desde su entrada en la Orden, el
espíritu y el corazón del iniciado están llenos de esta magnífica idea que en
adelante debe caminar por la senda de la virtud, de la verdad y de la sabiduría,
rodeado de la amistad más pura y tierna de los hombres más eminentes. Pero ¿qué
apercibe cuando se quita la venda de los ojos? Sectas tan alejadas las unas de
las otras por el fin que se proponen, como por las doctrinas que esparcen;
sectas que después de haber nacido en el seno de la concordia, han desgarrado
cruelmente y desunido de un
modo violento corazones adheridos por el
amor fraternal; sectas que se profesan un odio inextinguible, y se persiguen mutuamente
con el mayor encarnizamiento. En el momento
en que la tolerancia y la filosofía han
arrancado de las manos enemigas de la Orden sus armas homicidas, se levanta entre
nosotros el espíritu de la discordia y de la persecución;
y mientras que la Orden no está ya
turbada por los profanos, está amenazado nuestro templo de ser destruido por
intestinas divisiones. Con estas últimas han penetrado el despotismo y la sed
de distinciones; el santuario de la paz, todo nuestro bello edificio está
amenazado de una completa destrucción.
Estos males no han venido a descargar
sobre nuestra asociación sino en el momento en que se hacen los mayores esfuerzos
por minar las bases de nuestra Orden: la libertad y la igualdad. ¿A qué ataques
de parte de los profanos no nos veremos bien pronto expuestos, si se continúa
en poner una mano sacrílega sobre los fundamentos de la Orden? ¿… tenemos
motivo para temer que los gobiernos cesen en fin de ver con ojos indiferentes
una sociedad, en la que una parte considerable de sus súbditos reconocen por
jefes, príncipes o personajes extranjeros, y recogen entre sí sumas enormes
destinadas a sostener logias extranjeras? ¿Qué sucedería si estos gobiernos tu viesen
CONOCIMIENTO DE LOS OBJETOS DE QUE SE OCUPAN ALGUNOS sistemas? Pues antes de
mucho será imposible sustraernos por más tiempo a sus investigaciones: ya
algunos vagos rumores se han esparcido acerca de la naturaleza de los grados
llamados superiores.
Sed prudentes, queridos y venerables
hermanos; tomemos sabias medidas para conjurar la tempestad que nos amenaza; aún
estamos a tiempo. En cuanto a los sistemas cuya legitimidad de ningún modo ha
sido demostrada, mantengámonos respecto de ellos en la neutralidad que la razón
recomienda: hagamos desaparecer de en medio de nosotros todo lo que podría
inspirar la menor sospecha a las autoridades civiles.
Que cada logia se atenga a los grados superiores,
según los sistemas que ella profesa. Pero, sobre todo, venerables, dignos y
queridos hermanos, volvamos la masonería a la antigua sencillez que la distinguía
antes del nacimiento de todos estos sistemas. Nos abstenemos de pronunciarnos
sobre su valor, su verdad o su autenticidad. Convencidos que la tolerancia es
el primer deber de nuestra Orden, nos contentáremos con recordaros que nuestras
discusiones y nuestras divisiones datan de la época en que se introdujeron
estos sistemas. La conclusión que nosotros sacamos de este hecho es incontestable:
en una sociedad como la nuestra, en que solo la libertad y la convicción deben
reinar, es preciso que la razón no se deje oprimir. En fin, sigamos los
ejemplos de los grandes hombres de la antigüedad: los filósofos eclécticos, sin
adherirnos a ningún sistema, eligiendo en cada uno de ellos lo que contiene de
mejor y más cierto. Obrando así, la masonería ecléctica conseguirá desprenderse
de todos los alimentos impuros.
Creemos prestar un señalado servicio a
todos los dignos y virtuosos hermanos abriéndoles un camino capaz de hacer volver
a la Orden a su primitiva sencillez, recordándoles los verdaderos principios de
la masonería. A este fin, queriendo que nuestra sociedad sea tan digna de consideración
y de respeto como en sus mejores tiempos; deseando reanimar por
medio de la amistad más sólida la
fraternidad que ha desaparecido, reunir todas las fuerzas y allanar todos los
obstáculos, las logias que abajo firman han hecho alianza con muchas logias
alemanas y extranjeras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario