TEMPLO DE
En el relato de la masonería, el templo de Salomón tiene un
lugar destacado en el mismo. Veamos algunos de los aspectos que son rescatados.
Las Escrituras hebreas detallan de la construcción del
gran templo bajo la dirección del Rey Salomón de Israel, el hombre más sabio de
la tierra. El Templo fue construido como lugar para albergar La Arca del Pacto.
Para asegurarse que la Arca estuviera en un refugio seguro, Salomón construyo
un elevador hidráulico de arena en el lugar Santísimo. Esta ruta de emergencia
y el sarcófago de piedra en la cual el Arca fue escondida durante el sitio de
Nabucodonosor, donde recientemente fue descubierta en el elaborado sistema de
túneles de paneles del Monte Moriah- el Monte del Templo en Jerusalém.
***
¿Cuál fue la apariencia del Templo del Rey Salomón?
La construcción del Templo comenzó durante el cuarto año
del gobierno de Salomón. Se tardó en construirlo aproximadamente 7 años, lo que
implica que debió de terminarse en el año 961 a.C. El Templo propiamente dicho
debió ser un edificio largo y bastante estrecho, orientado sobre un eje
longitudinal en dirección Este-Oeste. El edificio debió tener una longitud de aproximadamente
30 metros, 9 metros de ancho y una altura de casi 3 metros.
En la fachada oriental se construyó una escalera, junto a
la puerta de la entrada. A ambos lados de ésta se erigieron dos columnas,
llamadas Jaquin y Boaz, la primera a mano derecha de la entrada
y la segunda a su izquierda.
Los sacerdotes y el rey entraban en el Templo a través de
una gran puerta chapada de oro, de aproximadamente 10 metros de alto y 4 de
ancho. Trás de esa puerta se encontraba el vestíbulo de entrada,
el “Ulam”. Después de este vestíbulo, se encontraba la estancia principal,
el “Hekal” o Santo, iluminado a través de unas ventanas altas. Estas
ventanas eran más grandes hacia dentro que hacia fuera, simbolizando que la Luz
vino del interior hacia el exterior. El “Hekal” medía 13’5 metros de
alto, 9 metros de ancho y 18 de largo, en una proporción de 3:2:4. La anchura y
longitud guardaban una proporción de 1:2, lo que significa que la planta
del “Hekal” estaba compuesta de un “doble cuadrado”, una proporción
que puede encontrarse en muchas “estancias sagradas”. El forjado
de piedra se cubrió con un solado de madera de cedro en el que, según
algunas fuentes, se grabó el “Sello de Salomón”. Las paredes
del “Hekal” se cubrieron con lamas de cedro, traiías de las montañas del
Líbano; las vigas del forjado también se hicieron del mismo material.
El Templo propiamente dicho según la reconstrucción
de Juan Bautista Villalpando (1595) La tercera cámara,
el “Debir” o Santo de los Santos (Sancta Sanctorum), se encontraba en
la parte trasera, a un nivel más alto que el “Hekal”, y sólo
podría accederse a él subiendo por una escalera. El “Debir” tenía la forma de
un cubo de 9 x 9 x 9 metros, y en su centro se puso el Arca de la Alianza. Éste
era un arcón grande, hecho de madera de acacia, cubierta
con planchas de oro y con cuatro anillas a las esquinas en las que se
ponían varas para transportarla. Dentro del Arca se guardaron las Tablas de la
Ley, entregados por el mismo Dios a Moisés. En estas Tablas se grabaron
los Diez Mandamientos, sirviendo de conexión entre Yahvé e Israel.
Durante los tiempos del Éxodo del
pueblo judío el Arca estaba oculta en el Tabernáculo, que fue
finalmente traído a Jerusalén por el rey David. Ya se había
acreditado el poder mágico del Arca cuando se derrumbaron las
murallas de Jericó al pasar los judíos ante ellas con el Arca.
Las dos columnas Jaquin y Boaz se erigieron frente a la entrada del
Templo y se fundieron en bronce en una sola pieza. Tenían una altura de más de
12 metros, con unos capiteles esféricos de aproximadamente 2 metros de
diámetro. Las columnas sólo tenían una función simbólica y no sujetaban ninguna
viga ni ningún elemento estructural. Los investigadores relacionan estas
columnas con los obeliscos encontrados a la entrada de los templos egipcios. El
arquitecto romano Vitruvio contaba que estos obeliscos se usaban como
un reloj, midiendo su sombra como hacemos nosotros con los los relojes de sol.
Sin embargo, las esferas ornamentales de encima de las dos columnas
del Templo de Salomón habrían hecho muy inexacta esta función de
reloj.
Jakin y Boaz, las columnas del Templo, y el Mar de
Bronce, según Juan de Caramuel (1678) Cerca del Templo se situó un
altar para los holocaustos (sacrificio de animales en la hoguera) y un gran
cuenco de bronce, el “Mar de Bronce” o “Mar Cobrizo”. Éste era
un gran cuenco semiesférico de 4’5 metros de diámetro, apoyado en las partes
traseras de 12 toros, también fundidos en bronce, tres en cada dirección de los
puntos cardinales. El cuenco debió pesar en vacío más de 25.000 Kg. El
propósito de este depósito (descrito detalladamente en II Cron 4:1) no está muy
claro. Quizás se usará como un espejo para observar los cuerpos celestiales. En
el idioma hebreo antiguo, las palabras para cobre y bronce eran idénticas: el
bronce era un metal más duro y menos proclive a la corrosión, debido a la
aleación de una cierta cantidad de estaño. Algunos autores creen que
el “Mar” debió hacerse de bronce y no de cobre. Todas las herramientas de metal
como martillos y cinceles se hicieron de bronce hasta el siglo XII a.C., cuando
comenzó la producción de herramientas de hierro. Existió una gran tradición en
la producción de bronce el Oriente Medio, donde el cobre se encontraba
fácilmente en las minas de Arabia, el desierto al sur del Mar
Muerto del que Salomón obtenía la mayor parte de sus fuentes de
ingreso. Lo problemático era más bien encontrar el estaño, un metal que
entonces podía hallarse al aire libre en grandes cantidades sólo en las minas
del Sur de Inglaterra. Los fenicios, dándose cuenta de este problema,
navegaron con sus pequeños barcos hasta allí, atravesando
el Mediterráneo y el Océano Atlántico.
https://youtu.be/j-jsV0VV2Lg
https://es.paperblog.com/cual-fue-la-apariencia-del-templo-del-rey-salomon-3332827/
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