20º Venerable Gran Maestre de
las logias regulares,
Soberano Príncipe de la
Masonería o Maestro ad Vital
Grado Vigésimo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Segundo Grado del Consejo de Caballeros Kadosh
Segundo de los Grados Históricos y Filosóficos
Segundo de los Grados definidamente Templarios
Segundo Grado de la Sexta Clase o Serie
Los orígenes del grado:
Ø Son confusos porque, a lo largo del
tiempo, el grado tomó diversos nombres y ocupó distintos lugares en la
jerarquía escocesa. Por ejemplo, en la lista de grados incluida en los procesos
verbales de 1770, se lo denomina Gran Patriarca.
Ø En el “Cuaderno
del General Hahn”, un manuscrito empleado privadamente por el Hermano que
le da título (que, por lo demás, es totalmente desconocido), de 1762, hay un ritual
que, aparentemente, fue luego copiado por la Logia de Mirecourt, y resulta similar al del 20° grado escocés.
Ø No obstante, el Ritual de Mirecourt es de naturaleza cristiana, e incluso católica.
En el Manuscrito Francken este ritual
parece haber experimentado un proceso de “laicización”,
que lo aproxima a las versiones actuales.
Ø Algunos estudiosos opinan que todos estos
rituales derivan de una fuente anterior, posiblemente del Past Master inglés.
Sin embargo, el ritual actual de Past
Master del Rito de York es muy
diferente al ritual del 20° escocés.
Ø Por otra parte, las referencias a
Kilwinning relacionan claramente este grado con el sistema Templario de Ramsay.
Ø Como dato histórico, los antiguos rituales
indicaban que “un noble de Escocia
se trasladó a Francia, fijando su residencia en Burdeos, en donde estableció
una Logia de Perfección, sobre el año 1744”. Aparentemente, esta
relación es fidedigna, e indicaría la fecha exacta de la fundación de una “Logia Madre Escocesa de Perfección”.
Ø En el Rito de Memphis este grado suele colocarse en el mismo número que
en la escala escocesa, y se lo denomina Caballero Gran Maestro del Templo de
la Sabiduría.
Ø En algunas versiones del Rito de Mizraïm, el grado 61° llevaba el
mismo título que el 20° escocés, aunque con símbolos y signos que, en realidad,
corresponden al 21° (Noaquita o Caballero Prusiano).
“Los deberes, poderes
y privilegios de un Maestro al abrir y cerrar los trabajos de una Logia y de
conducir esos trabajos están definidos en este grado. El Maestro Ad Vitam (de
por vida) debe tener en cuenta los tres requisitos de un Maestro: Tolerancia,
Justicia y Verdad, y como Maestro de una Logia, debe dar Luz y Conocimiento a
los hermanos. La proliferación de grados y sectarismo religioso debe ser
evitada, y la Masonería debe ser restaurada a su “pureza primitiva”. Los grados
existentes son, en realidad, lecciones constantes, y títulos como “Caballero”,
“Príncipe”, y “Pontífice” representan metas de moralidad y justicia muy nobles,
de las cuales los poseedores de esos títulos deben ser recordados.
El Caballero brinda su
mano y corazón a la Masonería y es el soldado juramentado de la Verdad. El
Príncipe es el primero entre sus iguales en virtud y buenos actos. El Soberano
es uno entre otros Soberanos, y él es Supremo y primero entre iguales,
solamente debido a la ley que él administra y por la cual el mismo es
gobernado. Los títulos tales como Sabio y Venerable indican los poderes que
ésos que ocupan cargos altos buscan obtener. Otros títulos tienen significados
esotéricos que los recipiendarios entienden.
Para enseñar, el hombre primero debe aprender. Este altruismo es de importancia
especial en la Masonería para los que actúan como Maestros de las Logias
Simbólicas, conduciendo al Iniciado a lo largo de los caminos sublimes que
terminan en una confluencia de la verdad absoluta.
Similarmente, el
sistema entero de grados morales, religiosos y filosóficos, requiere para
nuestros hermanos la comprensión más profunda primero de nuestras propias
mentes antes que esperar inculcarlas en las mentes de otros.
Con este propósito
aprendemos parábolas y alegorías, no siempre buscando la veracidad de ellas,
sino como vehículos de instrucción y como ilustraciones útiles. Éstos muestran
las luchas de la mente humana en su búsqueda de respuestas a los problemas
insolubles, una infinita variedad de esfuerzos para comprender a Dios, a las
fuerzas de la naturaleza, la existencia del bien y el mal en un universo que se
amplía.
El Rito Escocés
emprendió la tarea de revisar y de reformar el trabajo y el ritual de sus
grados. La idea principal de cada uno fue conservada y las absurdeces fueron
rechazadas, así logrando un sistema consistente de instrucción moral, religiosa
y filosófica. Se sumergió en los libros hebreos y cristianos y extrajo de los
misterios antiguos de Egipto, Persia, Grecia, la India, los Druidas y los
Esenios; las leyendas de las Cruzadas y de las ceremonias de la Caballería;
todas fueron usadas como vehículos para inculcar a nuestros candidatos las
grandes verdades Masónicas. Éstas incorporan la esencia eterna de las épocas,
las leyes inmutables de un universo que se expande.
Eso es lo que la Masonería está destinada a ser. No una organización para
inculcar venganza como castigo por las muertes de Hiram, de Jacques De Molay, o
de Charles I, sino para enseñar grandes verdades. Abogamos por la Libertad,
Fraternidad, Igualdad; inculcamos el honrar a Dios, considerar a todos los
hombres como Hermanos, y trabajar para nosotros y la sociedad. Por lo tanto,
nuestros grados pueden conferirse de una manera verdaderamente universal
alrededor del mundo”.[1]
La continuidad entre
estos dos grados se establece a través de distintos aspectos simbólicos, por
ejemplo: ambos implican un título elevado (Gran
Pontífice y Gran Maestro).En los dos grados los colores
predominantes son el azul y el amarillo.Algunos rituales indican que el amarillo (o el dorado)
es un símbolo de jerarquía, por lo que corresponde adecuadamente a un Maestro.
Y que el azul es un emblema de la Verdad,
sobre la que aquella jerarquía se fundamenta.
Los
objetivos exotéricos del grado son:
Ø Esparcir en toda la sociedad las luces de
la educación y del conocimiento.
Ø Luchar para mantener a todo trance, por
todos los medios posibles, el derecho que tienen los hombres a la igualdad.
Ø Perfeccionarse en el “Arte de la Palabra”,
exotéricamente considerado.
Ø Evitar que los llamados a presidir las logias
se perpetúen en sus puestos. Combatir todo atisbo de “despotismo” masónico.
Ø Trabajar en las logias con asiduidad,
puntualidad y constancia.
Ø Estudiar la masonería como un sistema
filosófico.
Los
objetivos esotéricos del grado son:
Ø Impartir instrucción masónica (esotérica)
a los miembros de los grados anteriores.
Ø Vivenciar y vivificar la enseñanza
impartida y recibida en las logias simbólicas.
Ø Restituir los rituales de las logias
simbólicas a su pureza original.
Ø Perfeccionarse en el “Arte de la Palabra”,
esotéricamente considerado.
Ø Recordar que aquellos que presiden las
logias son “el primero entre sus
iguales”, y deben dar muestra permanente de Sabiduría, tanto profana como esotérica.
Entre los símbolos principales de este grado se encuentran:
Ø El triángulo.
ØEl triángulo pitagórico.
Ø Los tres pilares.La referencia a la Justicia,
la Verdad y la Tolerancia, si bien es valiosa, parece algo relativamente moderno. Corresponde
a la época en que la Sabiduría, la Fortaleza y la Belleza de la Arquitectura
Operativa fueron reemplazadas por conceptos vinculados con la Arquitectura Social. De todas formas,
estas tres nociones son, realmente, fundamentales para cualquiera que ostente
el cargo de Maestro de una Logia.
Recordemos que, entre los operativos,
la maestría implicaba actuar como juez entre
las disputas y desavenencias que pudieran surgir entre los Hermanos.
Ø
La
escuadra. En este contexto,
es un nuevo símbolo de exactitud, precisión, proporción, regularidad.
Ø
El
octágono.Aquí puede ser
una sutil referencia Templaria, pues se aprecia cómo el octógono es una doble Cruz de Malta, o una Cruz de Malta en movimiento de rotación.
Ø Las nueve luces. Recordemos que alcanzan siete para
constituir una Logia Simbólica. El nueve está llevando, por
consiguiente, tal Logia a otro nivel, y ese es uno de los objetivos de una
Logia de Grandes Maestros.
Ø El mazo.Es un símbolo de autoridad pero, más esotéricamente,
representa la energía concentrada o focalizada en un punto, para producir un
resultado final y definitivo. Ambas ideas no son excluyentes, pues podemos
pensar que la verdadera autoridad proviene de la capacidad para focalizar
adecuadamente la energía.
Ø La rama de acacia que, según algunos rituales,
reemplazó, como símbolo a la granada.
Ø El perfume.
Ø La piedra fundamental.
Ø La mezcla sagrada.
El Signo:
El Signo de las Tres Escuadras:
Ø Primera escuadra: colocar la mano derecha sobre el
corazón, con los dedos unidos y extendidos.
Ø Segunda escuadra: separar el dedo pulgar, formando
ángulo recto.
Ø Tercera escuadra: colocar la mano izquierda sobre la
cadera, también en ángulo recto (otros la colocan sobre los labios).
Ø Se dice que la primera escuadra
corresponde a la Verdad, la segunda a la Justicia y la tercera a
la Tolerancia.
El Signo de las Cuatro Escuadras:
Ø Es igual al anterior, pero agregando
una cuarta escuadra, que se forma uniendo los talones de los pies, en
ángulo recto.
Ø En los antiguos rituales ingleses,
con relación a esta forma de colocar los pies, decían que “en esta posición se reciben las
enseñanzas de la Masonería”.
El Signo de las Cinco Escuadras:
Ø Primera y segunda escuadras: cruzar los brazos sobre el pecho,
como hizo Salomón al concluir el Templo, colocando el derecho sobre el
izquierdo, de forma tal que cada brazo forme un ángulo recto.
Ø Tercera y cuarta escuadras: extender ambos dedos pulgares
hacia arriba.
Ø Quinta escuadra: unir los talones de los pies, en
la misma forma en que se efectúa en la Masonería Simbólica.
Ø El signo es, entonces, una
combinación del símbolo de la escuadra con el de la Estrella Flamígera.
Se defiende la enseñanza laica y libre del clero. (Según
Rottjer). Templario.
Muchas Gracias, bastante ilustrativo tu comentario.
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