26º Príncipe de la Merced o Escocés Trinitario
Grado Vigésimo Sexto
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Octavo Grado del
Consejo de Caballeros Kadosh
Octavo de los Grados
Históricos y Filosóficos
Octavo de los Grados
definidamente Templarios
Octavo Grado de la
Sexta Clase o Serie
Los
orígenes del grado:
Ø
…son
todavía más confusos que los de la mayoría de los grados del Rito Escocés, si bien se reconoce que
tuvo su nacimiento en Francia, posiblemente en París.
Ø
En
el 26° se superponen imágenes y símbolos que provienen de diversas corrientes
iniciáticas.
Ø
La
tradición del escocismo dice que este fue uno de los ocho grados que Federico
de Prusia agregó en 1786 al Rito de
Perfección, conformando de esa manera la escala actual de treinta y tres
grados.
Ø
La
investigación histórica parece indicar, sin embargo, que lo antedicho pertenece
sólo a la leyenda.
Ø
En el Ritual de Dalchó (1804) este era el
grado 25°, y todavía hoy podemos hallar algún ritual que lo ubica en esa
posición. En tales
casos, el 26° es el Caballero de la
Serpiente de Bronce, que hoy ocupa el 25° lugar de la escala escocesa.
Ø
Es sabido, además,
que hacia el año 1800 el ritual fue modificado por masones del Rito Escocés Filosófico, quienes desarrollaron
una ceremonia de iniciación bastante “teatral”,
que incluye, como veremos, la colocación de “alas” en la espalda del candidato.
Ø
Finalmente,
en los Ritos de Memphisy de Misraïm,
en algunas oportunidades este grado se desdobla o fusiona con otros,
configurando órdenes como el Sacerdote de la Verdad o los Caballeros
de la Ciudad Santa.
En algunos rituales lleva el nombre de Príncipe de Compasión. Es
uno de los más complejos y a la vez difundidos en la masonería filosófica
universal. Es un grado templario, debiéndose su nombre a Federico II, rey de
Prusia, introduciéndolo en 1786 al Rito Escocés.
Posee una relación con la sociedad
filantrópica y religiosa de los trinitarios o Hermanos de la Merced, que se encontraban sujetos a la Orden del Temple, cuya regla
establecía que sus integrantes debían
tener que pedir limosna continuamente para el rescate de los cautivos
cristianos en Argel, Túnez y otras naciones islámicas.
En su explicación
Bouilly, de los doce escudetes que representan los emblemas y los símbolos de
los doce grados filosóficos del R.·.E.·.A.·.A.·. (del grado 19 al 30);“Este
grado es, según nosotros, el más inextricable de todos los que componen esta
docta categoría: también toma el sobrenombre de Escocés Trinitario. En efecto,
todo ofrece en esta alegoría el emblema de la Trinidad: este fondo a tres
colores [verde, blanco y rojo], abajo esta figura de la Verdad, en fin, por
todas partes este indicio de la Gran Obra de la Naturaleza [a las fases de la
cual hacen alusión los tres colores], de los elementos constitutivos de los
metales [azufre, mercurio y sal], de su fusión, de su separación [solve y
coagula], en una palabra de la ciencia de la química mineral [o más bien de la
alquimia], de la que Hermes fue el fundador entre los Egipcios, y que dio tanta
potestad y extensión a la medicina [espagírica]. Hasta tal punto es verdad que
las ciencias constitutivas de la felicidad y de la libertad se suceden y se
clasifican con este orden admirable que prueba que el Creador ha proporcionado
a los hombres todo lo que puede calmar sus males y prolongar su paso sobre la
tierra... Es principalmente en el número tres, tan bien representado por los
tres ángulos del Delta, del que los Cristianos han hecho el símbolo brillante
de la Divinidad; es, digo, en este número tres, que se remonta a los tiempos
más lejanos, donde el sabio observador descubre la fuente primitiva de todo lo
que sacude al pensamiento, enriquece la imaginación, y da una justa idea de la
igualdad social… Así pues, no cesemos, dignos Caballeros, de permanecer
Escoceses Trinitarios, de mantener y de honrar el número tres como el emblema
de todo lo que constituye los deberes del hombre, y recuerda a la vez la
querida Trinidad de nuestra Orden, grabada sobre las columnas de nuestros
Templos: la Fe, la Esperanza y la Caridad”. Los tres colores del grado a veces
se consideran como simbolizando respectivamente las tres virtudes teologales:
el blanco representa entonces la Fe, el verde la Esperanza, y el rojo la
Caridad (o el Amor). Las insignias de este grado de Príncipe de la Merced son:
un mandil rojo, en medio del cual hay pintado o bordado un triángulo blanco y
verde, y un cordón con los tres colores de la Orden, colocado en aspa, del que
hay suspendido como joya un triángulo equilátero (o Delta) de oro.
Acerca
de los colores blanco, rojo y verde, hemos de notar que son los que forman la
bandera italiana y también la bandera mexicana. Esta última puede deberlos a la
orden de la Merced ya que ésta tuvo un papel destacado en la liberación de
esclavos, prisioneros y apoyo movimientos independentistas en América.
Siguiendo
los comentarios de Guenon sobre Dante al que algunos autores relacionan con el
título de gran maestre cátaro leemos: “En los cantos XXIV y XXV del Paraíso, se encuentra el triple beso del Príncipe Rosa-Cruz, el pelícano, las túnicas blancas, las mismas que las
de los ancianos del Apocalipsis, las barras de cera de sellar, las tres virtudes
teologales de los Capítulos masónicos (Fe, Esperanza y Caridad). En los
Capítulos de Rosa-Cruz (grado 18 escocés), los nombres de las tres virtudes teologales
son asociados respectivamente a los tres términos de la divisa “Libertad,
Igualdad, Fraternidad”; también se podrían aproximar a lo que se llama “los
tres principales pilares del Templo” en los grados simbólicos: “Sabiduría,
Fuerza, Belleza”. — A estas tres mismas virtudes, Dante hace corresponder San
Pedro, Santiago y San Juan, los tres Apóstoles que asistieron a la
Transfiguración; ya que la flor simbólica de los Rosa-Cruz (la Rosa cándida de los cantos XXX y XXXI)
ha sido adoptada por la Iglesia Católica como la figura de la Madre del
Salvador (Rosa mística de las letanías), y por la iglesia de Toulouse (los
Albigenses) como el tipo misterioso de la asamblea general de los Fieles de Amor. Estas metáforas ya eran empleadas por los Paulicianos, predecesores de los Cátaros en los siglos X y XI”.[1]
“El
propósito de este grado es enseñar la virtud de la Misericordia. Por
Misericordia se entiende el espíritu de la compasión o ternura del corazón que
predispone a la persona pasar por alto el daño. Es más noble perdonar al
ofensor que buscar la venganza.
Las escrituras sagradas, tanto en el Viejo Testamento como en el Nuevo, están
llenas de alabanzas a Dios por su amor bondadoso y sus tiernas misericordias.
La misericordia humana mira a la misericordia de Dios como su modelo e
inspiración. “Sed vos Misericordioso”, dijo el Maestro de Galilea, “incluso
como vuestro padre es misericordioso”. No tenemos ningún derecho moral de
buscar en las manos de Dios nada que nosotros neguemos a otros. Solamente los
que son misericordiosos pueden esperar obtener misericordia”.[2]
Los
objetivos exotéricos del grado son:
Ø
Fomentar la
solidaridad, como valor individual y social.
Ø
Rescatar a
los cautivos y esclavos.
Ø
Mejorar las
condiciones de vida de todos aquellos que están privados de la libertad.
Ø
Combatir la
ignorancia, fuente de la mayoría de los males humanos.
Ø
Combatir la
intolerancia religiosa.
Ø
Estudiar y
poner en práctica, sin exageraciones, sentimentalismos o fanatismos, los
principios del amor y la compasión.
Los
objetivos esotéricos del grado son:
Ø
Avanzar a
través del Árbol cabalístico.
Ø
Estudiar los
principios fundamentales, teóricos y prácticos, de la alquimia.
Ø
Practicar la
alquimia, dirigida a la transmutación metálica.
Ø
Practicar la
sublimación alquímica en sí mismo.
Ø
Trabajar para
comprender el significado, y aproximarse a la consecución, de la Piedra Filosofal.
Ø
Perpetuar las
grandes verdades enseñadas en los Antiguos
Misterios.
Entre los símbolos principales de este grado se encuentran:
Ø
El ciervo.
Ø
El color
negro.
Ø
El jaspe
verde.
Ø El ternario de los colores: blanco, rojo y verde. Podemos rastrear el empleo de
estos tres colores en pueblos antiguos. Por ejemplo, en las carreras rituales
romanas competían tres tipos de carros: los russati (rojos), los albati
(blancos) y los virides (verdes).Los rojos estaban consagrados a
Marte, los blancos a Júpiter y los verdes a Venus.
Ø
Azufre,
mercurio y sal.
Ø
El triple
triángulo entrelazado.
Ø
Los números 3
y 9.
Ø
El cordero.
En la jerarquía de los grados:
Ø
El 26°
presenta un carácter en cierta forma opuesto y complementario con el 25 °.
Ø
Opone al
símbolo de la serpiente el del ave y, así como el 25° está vinculado con la
Tierra (como lo indica uno de los Signos de ese grado), el 26° parece apuntar
hacia el Cielo.
Ø
El 25° y 26°
combinados conforman, por lo tanto, una suerte de Solve et Coagula alquímico,
en el que el Caballero de la Serpiente de Bronce es lo fijo y el Escocés
Trinitario lo volátil.
Ø
El Escocés
Trinitario presenta algunas analogías bastante claras con el 10° (Sublime
Caballero Elegido), especialmente en lo referido al culto de la Verdad, y a la
caracterización del Iniciado como un Ameth, un “hombre fiel y verídico
en todas las ocasiones”.
Ø
El Escocés
Trinitario también presenta analogías con el Rosa-Cruz.
Ø
Ambos grados
poseen una base de alquimia y filosofía hermética considerable.
Ø
La asociación
entre ambos grados es tan estrecha, que algunos Rituales antiguos indicaban que
la inscripción que se hace en uno de los lados de la Tessera, debería
efectuarse en el “código cifrado de los Caballeros Rosacruces”.
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