27º Gran Comandante del Templo
Grado Vigésimo Séptimo
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Noveno Grado del
Consejo de Caballeros Kadosh
Noveno de los Grados
Históricos y Filosóficos
Noveno de los Grados
definidamente Templarios
Noveno Grado de la
Sexta Clase o Serie
Los
orígenes del grado:
Ø
Se
ha dicho que este grado representa de la forma más directa el espíritu del
discurso de Ramsay: la integración de la Masonería
Operativa con los valores de la caballería, integración que determinó la conformación de numerosos Altos Grados.
Ø
Es
el primer grado en el que el elemento caballeresco predomina sobre el resto de
las influencias.
Ø
Aquí
se conjugan distintas órdenes y tradiciones de caballería, por lo que el grado,
de todas formas, también termina siendo una fusión de tendencias diferentes.
Ø
Posiblemente
ello haya determinado las distintas denominaciones que se le han otorgado:
·
Soberano
Comendador del Templo.
·
Gran
Comendador del Templo.
·
Caballero
Comandante del Templo.
·
Caballero
Comendador del Templo de Jerusalén.
“Se trata de la iniciación de
un principiante, en prepararlo para convertirse en uno de esos caballeros
valientes, que dedicaron sus energías y vidas para arrebatar a la Ciudad Santa
de las manos de sus conquistadores musulmanes.
Revivifica
el viejo espíritu caballeresco de hidalguía, el respeto a las virtudes, y la
defensa firme del deber y de la adoración de la verdad. Había una época en la
que un caballero moriría antes que pronunciar una falsedad o profesar una
opinión sólo por conveniencia, ganancia, o miedo de la desaprobación mundana.
Él no pervertiría los dichos o los actos de otros hombres; no hablaría ni
discutiría sin sinceridad ni mancharía su escudo bajo ningún pretexto. Todo
esto él observaría dentro o fuera de su Capítulo.
Las
cualidades requeridas de un aspirante a esta Orden eran humildad, templanza,
castidad, generosidad y honor, y era requerido a afirmar, bajo condiciones muy
solemnes, su buena voluntad de renunciar a todos los deseos terrenales, y
rendir obediencia implícita a las reglas y requisitos de la Orden, y de
sacrificar su vida si fuese necesario, en el rescate y la defensa de la Tierra
Santa.
El
Rito Escocés, el brazo derecho fuerte de la Masonería que esgrime en alto la
espada flameante de la verdad, ha trabajado para dar a la humanidad su derecho
de nacimiento de la libertad del pensamiento, de la libertad del discurso y de
un gobierno libre, para superar la tiranía, la injusticia y la usurpación, y
destruir el despotismo de un hombre. El mejoramiento y la construcción de la
raza humana son los deberes de cada masón en el espíritu de magnanimidad de un
caballero. Esto no significa que debemos perder nuestras vidas cuando la
pérdida no tendría ningún beneficio. Más bien, debemos ayudar a nuestro
semejante, sacrificar nuestra comodidad y deseos personales y ayudarle a
ascender a un plano más alto de envoltura espiritual de modo que él pueda
entenderse a sí mismo.
A
pesar de todos los esfuerzos idealistas, filosofías de sabiduría y limitación y
meditaciones sublimes y elevadas, hay épocas y acontecimientos que demandan
acción agresiva, exhibiciones de fuerza y voluntad indomable de victoria en
batallas que se deben ser emprendidas para apoyar las virtudes que proclamamos.
Se debe despreciar lo bajo y egoísta, y
hacer manifiestas las cualidades caballerescas de carácter y caridad, verdad y
honor, antes que ser ejemplos de acumulación de riqueza y de poder mundano.
Esto es masonería práctica en acción, cumplir con el deber, con el pobre y
desamparado, el débil e infeliz, el perturbado y enfermo. Enseñándole que debe
practicar humildad, paciencia, caridad y abnegación, pero nunca someterse a la
opresión, a la injusticia o a la usurpación, a la tiranía espiritual o al
despotismo político.
A
través de su historia, el Rito Escocés ha enseñado, practicando e inculcando
entre todos los hombres un conocimiento de la verdad, esforzándose por
liberarlos de pasiones animales y de la ignorancia, del fanatismo, de la
intolerancia y de la esclavitud espiritual. Ahí el Caballero verdadero suena su
clarín y desenvaina su espada”.[1]
Los
objetivos exotéricos del grado son:
Ø
Expresar los
ideales caballerescos de verdad, honor, lealtad, justicia y humanidad.
Ø
Manifestar
tolerancia hacia los errores humanos.
Ø
Ayudar a las
viudas, huérfanos, inocentes e indefensos.
Ø
Respetar la
libertad de todos los pueblos.
Ø
Cultivar la
sabiduría.
Los
objetivos esotéricos del grado son:
Ø
Vivenciar
los aspectos esotéricos del ideal caballeresco.
Ø
“Proteger la Ciudad”, esotéricamente entendida.
Ø
Cultivar
la Sabiduría.
Ø
Estudiar
los aspectos ocultos de la doctrina y la herencia de los Templarios.
Ø
Comprender
el significado del Bafomet.
Entre los símbolos principales de este grado se encuentran:
Ø
Los
colores rojo y negro. Estos colores,
muy conocidos en alquimia y en el Martinismo, ya habían aparecido en grados
anteriores. Su presencia simultánea indica un cierto grado de conjunción, el
haber llegado, hasta algún punto, a la conjunción de los opuestos.
Ø La corona de laurel. La
corona de laurel o luréola, generalmente se entregaba como recompensa a
poetas, deportistas y guerreros en la antigua Grecia y Roma. Es
por lo tanto, un símbolo de victoria, muy apropiada para un Caballero, que ha obtenido el triunfo
sobre la miseria y la ignorancia.
Ø
El
círculo. La reunión de los Iniciados
en un círculo es una de las formas rituales más universales, desde los druidas
hasta los Caballeros del Rey Arturo. Implica la reunión de las personalidades,
de la egrégora, en torno a un centro común, hacia el que se proyectan y en el
que se focalizan los pensamientos, para producir un resultado final y
específico.
Ø
La
esfera. Es el círculo llevado a tres
dimensiones.
Ø
Es la forma
que tienden naturalmente a asumir los cuerpos, desde una gota de agua hasta un
planeta, porque implica la máxima superficie con el mínimo de energía. La
esfera es el círculo multiplicado infinitas veces, es por lo tanto, la máxima
potenciación del poder de la Tabla Redonda.
Ø
El
corazón.
Ø
Las
espadas extendidas hacia un punto central.
Ø La llave negra. Su color posiblemente denote
que está hecha de hierro. Este símbolo contrasta notablemente con la blanca
llave de marfil del Maestro Secreto. Se
supone que esta llave guarda el secreto de la Tabla Redonda, o la tumba de Jacques
De Molay, según en qué contexto se considere.
Ø
Salomón.
De él se ha dicho que fue: “…un corazón
tan sabio y
entendido, que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se
levantará otro como tú” (1ª Reyes 3:12). Aquí se está aludiendo al corazón no como símbolo de
los sentimientos, sino como órgano de conocimiento, lo que era habitual entre
los egipcios y otras culturas antiguas.
Ø
La
Rosa-Cruz.
Desde un punto de vista ético, este grado
enfatiza la independencia moral y la libertad de consciencia. Es decir, se
insiste en el obrar con libertad, en una ética que no se apoya en el deber
impuesto exteriormente, sino en los valores libremente elegidos.
En síntesis: este es uno de los grados en
que el elemento caballeresco del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se hace más
evidente. Elemento caballeresco que debe ser despojado de fanatismo cristiano,
y abrirse hacia las expresiones de la Caballería presentes en otras culturas.
La Caballería, en última instancia, es la manifestación de un arquetipo, el que
trasciende las limitaciones de las fronteras religiosas y sociales. Es
menester, de todas formas, dotar a este grado de un mayor contenido, trabajar
para vivificar y enriquecer sus símbolos y, de una vez y para siempre,
abandonar la negativa costumbre de conferirlo por comunicación, práctica que ha
conducido a empobrecer y olvidar la Belleza presente en sus Rituales.[2]
Muy interesante y esclatecedor. Gracias por tu trabajo. Me ha servido mucho.
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