Christian Johann Heinrich
Heine
13 de diciembre de 1797 – 17 de febrero de
1856
Düsseldorf – París
Fue uno de los más destacados poetas y ensayistas alemanes
del siglo XIX.
Heine es considerado el último poeta del Romanticismo y al mismo tiempo su enterrador. Heine conjura el mundo romántico —y todas las figuras e imágenes de su repertorio— para destruirlo. Tras el enorme éxito cosechado por su temprano Libro de Canciones (1827), que conoció doce ediciones en vida del autor, da por agotada “la lírica sentimental y arcaizante, y se abre paso a un lenguaje más preciso y sencillo, más realista”.
A partir de entonces consiguió dotar de lirismo al lenguaje
cotidiano y elevar a la categoría literaria géneros en aquel momento
considerados menores, como el artículo periodístico, el folletín o
los relatos de viaje. Además, concedió al idioma alemán una elegante sencillez
que este nunca antes había conocido.
Heine fue tan amado como temido por su comprometida labor
como periodista, crítico, político, ensayista, escritor satírico y polemista.
Debido a su origen judío y a su postura política Heine fue constantemente
excluido y hostigado. En 1831 se exilió en París, donde pasó sus últimos
veinticinco años. Su actitud solitaria impregnó su vida, su obra y su recepción
de ideas extranjeras.
Heine sigue siendo hoy en día uno de los poetas del idioma
alemán más traducidos y citados.
***
Su propio padre lo inició en la Masonería, asociación a la que seguiría perteneciendo años más tarde en París. Junto a su padre, frecuentó la Logia masónica Zur aufgehenden Morgenröte, en el seno de la cual ambos sufrieron cierta marginación por su origen judío.
Iniciado en la Logia “Lês Tinosophes”, de Paris.
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