Música para la ceremonia
de iniciación
Se ha supuesto que la cantata “A ti, alma del universo, oh
Sol” «Dir, Seele des Weltalls» (K 429) fue ejecutada primeramente con
motivo de la iniciación masónica de Mozart. Concretamente, los primeros acordes
del aria del tenor que invoca al sol y a la luz deberían sonar en el momento
culminante cuando al recipiendario le es levantada la venda y recibe la luz
simbólica. Pero como la partitura está datada meses antes de su iniciación,
también se ha supuesto que esta pieza fue encargada a Mozart para ser
interpretada en “tenida blanca” (es decir, en una reunión de masones abierta
también a personas ajenas a la Orden), concretamente, en la celebración de la
gran fiesta solsticial Masónica de San Juan de verano, día en que finaliza el
año Masónico.
https://www.youtube.com/watch?v=WcTFho7c4KM
Ambas hipótesis son compatibles si pensamos que inicialmente
fue una obra encargada por la Logia a Mozart, con el fin de acompañar algún
momento del rito de iniciación y que finalmente fue interpretada en su propia
ceremonia de recepción masónica. Eso explicaría que luego Mozart añadiera una
segunda parte titulada “Agradecimiento a los Hermanos” en la que expresaba sus
mejores sentimientos hacia la logia que le había admitido en su seno. La letra
de la cantata inicial dice así:
Coro
A ti, alma del
universo, ¡oh, Sol!
dedicamos el primero
de los cantos festivos.
¡Oh, Poderoso,
Poderoso! sin ti no vivimos.
De ti viene la
fertilidad, el calor y la luz.
Tenor
Te agradecemos la
alegría
de poder volver a ver
la Tierra en primavera…
Parece que la profunda impresión que le dejó su ceremonia de
iniciación le inspiró el primer movimiento de su cuarteto (K. 465)
llamado Las disonancias, que simbolizan los desvaríos del profano en busca
de la luz, mientras que el franco allegro en Do Mayor que les sigue son la
seguridad de la revelación.
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