3º Maestro
El grado de
Maestro ha recibido el calificativo de “Sublime”,
de donde es frecuente la denominación “El Sublime Grado de Maestro Masón”.
Este
término anticipa los grados de la Logia
Capitular de Perfección, y justifica la consideración del Maestro como el primero de los Altos Grados.
El vocablo
“Sublime” alude a la Palabra Sublime,
la Palabra que se pierde y se recupera una y otra vez.
Finalmente,
algunos asocian este término con la “sublimación”
alquímica, que el Maestro Masón aspira conseguir.
Se encuentra en posesión de la plenitud de sus derechos
masónicos, por lo que puede acceder a la Presidencia
de la Logia, a formar parte de la Gran
Logia, etc.
Ello se representa simbólicamente a través del hecho que
puede tomar asiento en cualquier región del Templo,
tanto al Mediodía como al Septentrión.
Y que aquellos Hermanos que poseen
Altos Grados, cuando están trabajando en una
Logia Simbólica, deben portar el mandil y los atributos de
Maestro Masón, independientemente de los
otros grados que puedan poseer.
Si bien el Maestro
de una Logia ocupa el “Trono de
Salomón”, y representa a este último personaje, la Maestría en
general puede considerarse como un atributo netamente hirámico.
Hiram Abiff o Abif es el centro en torno al cual gira
todo el simbolismo del Maestro Masón.
Hiram es el Maestro por excelencia, y la Maestría Masónica un esfuerzo por
alcanzar el nivel de consciencia que Hiram
simboliza.
“Maestro es aquel
que puede enseñar”. En tal sentido, puede decirse que el
Aprendiz aprende, el Compañero trabaja y el Maestro enseña;
pero que, al mismo tiempo, todos aprenden, trabajan y enseñan.
Entre los grados simbólicos existe, por lo tanto, una doble
relación: vertical y horizontal.
Vertical (la plomada) en sentido jerárquico, pues cada grado
supera al precedente e implica nuevos y más profundos conocimientos.
Horizontal (el nivel), porque los tres grados interactúan
entre sí, se alimentan y enriquecen mutuamente.
En síntesis, el esquema del simbolismo es, a la vez,
jerárquico y a nivel, e implica un flujo permanente de la gnosis que
circula entre los tres grados, y contribuye a unificarlos en una estructura
común (la escuadra).
La escuadra y el compás

Este símbolo, tan
común en la Masonería, presenta en el grado de Maestro una cierta paradoja.
Por un
lado, la joya del Venerable Maestro de la
Logia es la escuadra.
Por el
otro, sobre el Altar, el compás se
coloca con ambas puntas sobre la escuadra, indicando una cierta
jerarquía del primero sobre la segunda.
Se trata,
aparentemente, de simbolizar que el Maestro
se encuentra entre la escuadra y el compás, entre la Tierra y el
Cielo, entre los Principios y sus efectos.
No es, por
lo tanto, sólo del Cielo o sólo de la Tierra, sino que se ha transformado
en el mediador, en aquel que maneja tanto la escuadra como el compás.
La relación
que adoptan estos dos instrumentos puede ser expresada recurriendo al lenguaje
alquímico: «la materialización del espíritu y la espiritualización de la
materia».
La «enseñanza gestual»
Toda la
enseñanza masónica es simbólica y, dentro del simbolismo, lo «gestual», es decir, los signos y
posturas ejecutados con el propio cuerpo, revisten gran importancia.
Se dice que
los gestos y signos corporales masónicos intentan reproducir «el gesto
creador del Gran Arquitecto del Universo».
Si bien, en
lugar de «creación», el término más
correcto sería «emanación», lo cierto
es que los gestos masónicos pretenden tener un sentido cosmológico, expresando
a través del cuerpo el proceso evolutivo del Universo.
En tal
sentido, los signos y gestos parten del «propio cuerpo, considerado en sí
mismo como un símbolo».
Si bien,
como dijimos, lo gestual se halla presente en toda enseñanza masónica, es en el
grado de Maestro donde alcanza la
plenitud de su expresión.
Es por ello
que los signos, símbolos y toques en este grado son muy numerosos, además de
incluir todos los signos del Aprendiz
y del Compañero.
Algunos de
tales signos han caído en desuso, o están dispersos entre los distintos Ritos.
¿Tales
pérdidas no nos recuerdan «la pérdida de
la Palabra»? Se trata, en este caso, de una Palabra muda, que se compone de
gestos, de posturas corporales, previas a la emisión de los sonidos.
Y todo ello
nos indica que el aforismo «reunir lo disperso» en este grado adquiere
una vitalidad y necesidad absolutas.
Por otra
parte, la importancia de la enseñanza gestual indica que la instrucción del
Maestro no puede consistir en largos discursos, sino que prioriza el lenguaje
del cuerpo, el simbolismo y las expresiones verbales cortas pero a la vez
significativas.
Los números
El
simbolismo numérico de este grado es complejo, pues incluye los números 3, 5, 7
y 9.
El 3 aparece en la importancia simbólica
otorgada al Delta.
El 5 en los Cinco Puntos del Compañerismo.
El 7 en el hecho que «el Maestro Masón
en sí mismo es una Logia Justa y Perfecta», recordando que tal condición es
alcanzada cuando siete masones la componen.
El 9 en su carácter de «número de fin de ciclo», en este caso,
el fin del ciclo de la Masonería
Simbólica.
La ceremonia de
Iniciación en este grado se conoce como “Exaltación”.
“Exaltar” significa elevar a una
dignidad, ensalzar los méritos de algo o las cualidades de alguien. Exotéricamente,
esto simplemente puede entenderse como que la condición de Maestro es una dignidad, y quienes la reciben son exaltados a la
misma.
Sin
embargo, desde un punto de vista esotérico, “exaltar” tiene un contenido alquímico:
“exaltar” la materia por medio del fuego transmutador.
En este sentido, “exaltar” es similar
a “sublimar”.
En todo el
simbolismo y la filosofía del grado de Maestro
hay un eje central: el Verbo, la Palabra, el Logos.
La pérdida
de este Logos, la muerte de Hiram,
la incapacidad para pronunciar la Palabra
Verdadera, es la gran “caída” que los Rituales del grado
intentan simbolizar.
Una “caída” que, sin embargo, no es del todo
deplorable, porque la misma motoriza la posterior queste (búsqueda):
primero, del cuerpo de Hiram; luego, de los Asesinos y, finalmente, de la Palabra
en sí misma, que habrá de encontrarse en el grado 14°.
Por lo
tanto, la muerte de Hiram es casi un sacrificio, la necesaria Muerte
del Padre, sin la que sus hijos quedarían aprisionados en una fórmula, en
una estructura: es una muerte fructífera, que vivificó el simbolismo masónico
al generar el conjunto de los Altos
Grados.
El color del grado
Si bien el
grado de Maestro pertenece a la Logia Azul y, por lo tanto, se halla
influido por el simbolismo de ese color, el tono característico del Maestro es el negro.
A veces
puede resultar paradójico que los autodenominados «Hijos de la Luz» hagan tanto hincapié en la negrura, en la
obscuridad.
Pero
recordemos que la obscuridad es la condición necesaria (no suficiente) para la
expresión y la manifestación de la Luz, de donde lo negro, lo obscuro, es la
matriz de la que emerge lo luminoso.
La Mesa del Maestro
Frente al Trono del
Maestro se encuentra su Mesa, también llamada Altar.

Es de forma rectangular, y está cubierta con un tapete
negro, sembrado de lágrimas blancas y orladas de una ancha franja de plata.
Sobre la Mesa se encuentran:
•
La espada.
•
Un reloj de arena, Al reloj de arena a veces se le agregan alas, para simbolizar el rápido
paso del tiempo y lo transitorio de la vida. «El reloj de arena, o de agua,
en su doble movimiento, es decir, en sus inversiones sucesivas, sugiere los
latidos del corazón. El pasaje de la arena entre los dos compartimentos se
efectúa a través de un estrecho orificio, lo cual puede asimilarse a la dificultad
que se experimenta al pasar de un estado a otro. El flujo de la arena de un compartimento
al otro es imperceptible al principio, y se acelera gradualmente. Girar la
clepsidra significa comenzar un nuevo
ciclo de posibilidades».
•
La escuadra.
•
El compás.
•
El mazo.
•
Una calavera humana. En el fondo del dosel del Oriente, a la derecha del Trono del Maestro, habrá un esqueleto
humano con un mazo en la mano derecha, en actitud de golpear. Nótese
como numerosos símbolos de la Cámara del
Medio son similares a los del Cuarto
de Reflexión del Aprendiz.
Algunos
Rituales añaden a lo anterior una llana o trulla, lo que nos parece muy
adecuado, por ser este el instrumento con el que el Maestro Masón extiende el cemento de la fraternidad sobre las
asperezas que aún puedan permanecer en los materiales.
Las dos columnas
Se
colocan en Occidente en la posición
usual, pero son diferentes a las dos columnas del Aprendiz y del Compañero.
Ambas
son de orden dórico; la de la derecha, entrando, lleva grabada la letra M\, y la de la izquierda la B\; es decir, las dos letras con las que se
abrevia la Palabra Substituta.
Sobre
los capiteles de las columnas descansan sendas urnas funerarias, de las que
sobresalen las hojas de una rama de acacia.
Los símbolos principales del grado se encuentran:
·
La piedra cúbica de punta
«La cubo y la esfera corresponden,
respectivamente, al doble punto de vista estático y dinámico» (Mainguy).
En algunas ocasiones, la piedra cúbica de
punta, o piedra cúbica piramidal, se considera un símbolo propio del Maestro, y
en otras algo intermedio entre el Compañerismo y la Maestría.
En este último caso se la interpreta como la
Obra Maestra de un Compañero apto para acceder a la Maestría.
Desde esta interpretación, las distintas
“piedras” se consideran símbolos de transición, la piedra cúbica de Aprendiz a
Compañero y la Piedra Cúbica de Punta de Compañero a Maestro.
En cualquier caso, la Piedra Cúbica de Punta, a
través de la pirámide que la corona, marca un centro, un punto de convergencia
de las distintas direcciones del espacio, y por ello corresponde a algo
cumplido, terminado, donde todos los esfuerzos se han focalizado en un punto,
produciendo un resultado que puede calificarse de “magistral”.
«La piedra cúbica representa la estabilidad
absoluta y es en tal sentido un reflejo del Principio».
Se ha comparado el cubo con la forma simbólica
de la Jerusalén Celeste, cuyo estudio detallado corresponde al grado 19°.
Asimismo, la pirámide remite al simbolismo del
fuego y a ideas de transformación y trascendencia.
Las cuatro caras laterales del cubo representan
los cuatro puntos cardinales, mientras que la pirámide manifiesta la
preeminencia del zenith.
El cubo tiene seis caras y doce aristas.
La pirámide está sólidamente apoyada en la
Tierra a través de su base cuadrada, mientras que se eleva hacia el Cielo como
una montaña; por ello fue considerada por los egipcios como el Templo sagrado
por excelencia.
•
El hacha
Las armas son auxiliares de las herramientas, y
las herramientas pueden utilizarse como armas”.
Por supuesto que no armas para librar una
guerra contra otros seres humanos, sino la batalla interior por elevar y
desarrollar el ser.
Si bien el hacha es un símbolo que se
profundiza más en los Altos Grados, en el Maestro a veces se la coloca sobre la
piedra cúbica de punta, señalando su vértice, símbolo del origen de toda
manifestación.
•
El compás
La punta central del compás representa los
principios, mientras que la otra traza el círculo de la manifestación.
Desde un punto de vista teúrgico, una punta del
compás representa entonces el centro y la otra la cadena de los Maestros,
considerados como operadores en un acto mágico.
«Trazando las imágenes en movimiento, y móvil
él mismo, el compás se ha convertido en el símbolo del dinamismo constructor,
atributo de las actividades creadoras».
•
La escuadra y el compás, en la posición del
Maestro
Se dice que, en este grado, la escuadra
simboliza el «acto rectificador».
Por otra parte, el compás es un símbolo propio
y específico del grado, pues es aquí donde se alcanza la perfecta igualdad
(todos los presentes en la Logia son Maestros, y todos se encuentran a igual
distancia del centro, es decir, se hallan sobre el círculo trazado por el
compás).
También se afirma que la nueva posición del
compás simboliza que “ahora tienes libertad para trabajar con ambas puntas, con
el fin de que el círculo de tus deberes masónicos esté completo”.
«Es en la escuadra y el compás donde está la
perfección del cuadrado y del círculo».

•
La plancha de trazar
Como la plancha de trazar era originalmente de
madera se la consideraba un material “vivo”, es decir, los planos y proyectos
del Maestro se trazaban sobre la vida misma.
Algunos consideran que proviene del ábaco (del
fenicio abak), una tablilla cuadrada cubierta de polvo sobre la que se trazaban
caracteres, planos y figuras.
El Manuscrito Dumfries la denomina «Trasel
Board», y afirma que sobre ella «El Maestro traza sus diseños».
P.: ¿A qué usos se destina la plancha de
trazar?
R.: A múltiples usos. Ella será utilizada por
el Secretario para elaborar el Acta de los trabajos de la Logia. Los Maestros
la emplearán para componer planos capaces de instruir a los Aprendices, a los
Compañeros y a los demás Maestros. Siempre se tratará de reflexionar con
madurez antes de proceder a la aplicación concreta de cualquier proyecto.
Finalmente, se dice que el Maestro Masón es él mismo una plancha de trazar
cuyos actos y acciones, fluyendo libremente, sin coerciones exteriores, sino
respondiendo a la expresión natural de su ser, pueden servir como modelos para
que otros, tanto profanos como Iniciados, encuentren en ellos inspiración y
ejemplo.
•
Los símbolos sobre la plancha, matriz de los
alfabetos masónicos
Generalmente,
sobre la plancha de trazar se inscriben los símbolos que se muestran.
Tales símbolos son la clave para la
construcción de los alfabetos masónicos.
Es decir, las letras, los bloques constitutivos
del Universo, nacen de la plancha, que es entonces la matriz del Cosmos.
•
El tablero de dibujo
Si bien no es exactamente lo mismo que la
plancha de trazar, su simbolismo es similar.
Existe una tradición de la Orden que habla de
las mesas utilizadas por Hiram Abif en sus “planos y diseños arquitectónicos”.
En todos los casos la idea es de diseño, de
plan, de obra concebida primero en el pensamiento, y luego materializada en el
mundo concreto.
•
La trulla
La trulla favorece la unión y la fusión entre
las piedras; es por lo tanto el símbolo de la unidad.
La trulla es el instrumento mediante el cual la
Obra del constructor adquiere su perfección y acabado final.
La trulla simboliza el arte de armonizar las
oposiciones, y transformar tal oposición en fecunda creatividad.
•
La cuerda, el lápiz y el compás
En algunos Rituales, son las herramientas del
Maestro Masón.
«La cuerda determina el margen que tiene el
Maestro para orientar la línea límite de la edificación. El lápiz (con su
centro de grafito) con el que traza los planos, determina la armonía de las
leyes de la mecánica con las del Gran Arquitecto del Universo. El compás
determina el centro invisible (eje) sobre el que gira el cosmos; sus puntas
miden la relación-proporción de las manifestaciones» (Daza).
•
El skirret
Es un instrumento
utilizado en la construcción en Gran Bretaña, consistente en un carretel y una
cuerda, que suele mencionarse en conjunción con esta última como uno de los
instrumentos del Maestro.
Se utilizaba el skirret para varios trabajos de
medición.
En el sistema inglés también aparece la
“gramilla”, un aparato que gira en un eje o perno que tiene en su centro, de
donde parte la línea o cordel enyesado, con el que marca los cimientos para la
construcción de los edificios.
•
El Libro y la espada
Sobre el Libro, además de la
escuadra y el compás, pueden colocarse otros símbolos.
Uno de ellos es la espada:
habitualmente se dice que el Libro simboliza la Ley y la espada su
cumplimiento. Esotéricamente, la espada es un símbolo de penetración, en este
caso, del contenido del Libro.
Con la espada penetramos en el
sentido interno del Libro (es decir, del Universo), y así lo comprendemos en
profundidad.
•
El ataúd
Es llamado el “pastos”, el que en los Misterios
Antiguos era una caja o celda cerrada en la que se colocaba durante algún
tiempo al Candidato, para simbolizar su muerte mística.
El ataúd es (y la similitud en las palabras
debe ser una coincidencia) el athanor alquímico, el recinto cerrado en el que
tiene lugar la transmutación.
•
La acacia
Este es un símbolo complejo, que muchas veces
se ha interpretado como el emblema de «la inmortalidad del alma».
Desde nuestro punto de vista, eso no tiene
sentido, como tampoco lo posee el tratar de imponer algún «dogma masónico»
referido a la existencia del alma o a su supuesta inmortalidad.
Por el contrario, sí nos parece muy valiosa la
acacia siempre verde como un emblema del renacimiento, operado durante esta
misma vida, una renovación integral del ser.
La acacia se ha tomado como símbolo de la
Iniciación, es decir, del concepto mismo de lo iniciático.
En hebreo acacia se dice shittah, y de su
madera estaban hechos numerosos objetos sagrados del Templo.
Los Elus Cohen decían que existen «tres clases
diferentes de acacia», la «acacia verdadera» representaría al Elegido, a los
«humanos de equidad» (término que recuerda al Zaddik, el Justo, en la Cábala),
la segunda clase de acacia a sus discípulos, y la tercera a «los profanos
incultos, errantes y vagabundos».
•
El cuadrado mágico
El cuadrado «mágico», Tabla de Theon
o Sello de Saturno, es uno de los símbolos del Maestro Masón.
Es también llamado la «Tabla de la
Memoria», y se dice que sus nueve cifras corresponden a las nueve Musas.
En el centro del cuadrado se
encuentra el número 5, símbolo del Hombre Verdadero, y sus filas y columnas
suman 15, como los peldaños de la escalera que conduce a la Cámara del Medio.

•
La mujer que llora
Se dice que este símbolo fue ideado en los
Estados Unidos por J. Cross.
Sin embargo, un símbolo similar aparece en la Hieroglyphica,
de Nicolás Flamel
En el Rito Escocés este símbolo corresponde al
sexto grado (Secretario Íntimo), por lo que pospondremos un estudio extenso del
mismo hasta ese momento.
De todas formas,
como emblema de la finitud de la vida, del paso inexorable del tiempo y de la
situación del hombre en este mundo, el símbolo es realmente muy apropiado para
el Maestro.
Entre otros
símbolos se encuentran: el incensario, el león, la guadaña, etc.
En realidad, los símbolos que pueden asociarse al grado de
Maestro son prácticamente innumerables.
Uno de ellos es el incensario, que en los antiguos Rituales
se conocía como la marmita de incienso. Se trata claramente de un símbolo alquímico
de transmutación, de transformación de la materia.
También puede aparecer el león, otro símbolo alquímico, que
lamentablemente suele ser interpretado desde una óptica religiosa.
El símbolo de este grado, por excelencia, es el cuerpo de Hiram.
FUENTE:
Dr. Jorge Norberto Cornejo.
Buenos Aires – Argentina.