Gabriel Antonio Pereira
Villagrán
17 de marzo de 1794 - 14
abril de 1861
Montevideo
Soldado de los ejércitos artiguistas,
constituyente del año 30, ministro, legislador y Presidente de la República su
figura abarca casi la totalidad de la época de nuestra regeneración política.
Era hijo de una familia de enorme fortuna y
estaba emparentado, por línea paterna, con la familia de Artigas –su madre era
hermana de Rafaela Villagrán-. A pesar de su posición social abraza la
causa de la revolución en el año 1811, abandonando sus comodidades y sus bienes
para seguir la suerte del soldado en aquella epopeya de sangre, dolor y
sacrificio, como fue la gesta artiguista.
Acompañar a Artigas en la Redota y en el primer gobierno patrio
del año 1815, es nombrado Capitán del batallón de Granaderos Libertos
Orientales.
En 1819 es uno de los fundadores de la Logia de los Independentistas que en el
año 1822 se convertirá en los Caballeros
Orientales.
El Gobierno provisorio de la Florida lo
encuentra como diputado por la localidad Las Vívoras, siendo uno de los
firmantes del Acta de la Declaratoria de
la Independencia, el 25 de agosto de 1825. Es uno de los miembros de la
Asamblea General Constituyente del año 1829, en la cual ocupó el cargo de Vicepresidente.
En el primer gobierno de la República es nombrado Ministro de Hacienda,
renunciando a la banca de Senador por Paysandú para la cual había sido electo.
Durante la Guerra Grande permanece dentro
de los muros de la ciudad de Montevideo, siendo integrante de la Asamblea de
Notables, Ministro General de Gobierno y Ministro de Hacienda.
El 1º de marzo de 1856, es nombrado
Presidente Constitucional como resultado del pacto de la Unión, entre los Grles.
Flores y Oribe. Su plan de gobierno tenía como lema: Paz, Unión, Progreso y Libertad.
Pocas veces un gobernante tuvo que afrontar
tantos problemas y tan trascendentales como Pereira, saliendo victorioso de los
mismos gracias a su férrea e indoblegable carácter y a su acrisolada honradez.
Cumple los 4 años de gobierno con enormes
sacrificios, logrando sobreponerse con inflexible voluntad, a las pasiones
políticas e ideológicas que la República había heredado de la Guerra Grande.
Tuvo la desgracia de ser uno de los actores
principales en la tragedia de Quinteros, cargando con una culpabilidad que no
fue solamente de él, sino el resultado directo de las intransigencias políticas
y de los fanatismos ideológicos de la época de los cuales como ser humano que
era tampoco pudo escapar.
Terminado su mandato presidencial el 1º de
marzo de 1860 es electo Senador por Soriano, cargo que ocupa hasta el día de su
muerte que lo sorprende el 14 de abril de 1861, luego de una larga enfermedad
que lo había mantenido postrado.
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Fue uno de los más destacados miembros de
nuestra Masonería nacional en la cual ocupó los más altos cargos, como el de
Gran Comendador y en ocasión de su presidencia, el de Gran Protector de la
Orden.
Fue uno de los fundadores de las Logia Independentista, en 1819, de los Caballeros Orientales, en 1822; del Capítulo Independencia y la Logia Tolerancia en 1830 y de Constante Amistad, en 1831.
Siendo Presidente de la República expulso a
los Jesuitas del Colegio de Santa Lucía comunicando al Supremo Consejo los
motivos que lo llevaron a tomar tal decisión.
Gabriel Pereira fue sin dudas, un ciudadano
no probo cuya vida estuvo dedicada al bien de sus semejantes, cumpliendo, en un
todo, con los cometidos de un justo y verdadero masón.[1]
[1] Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas
orientales. Tomo I. Montevideo. 1991. pp. 108-109.
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