MANUSCRITO
DUMFRIES Nº 4, 1710 e.·.v.·.
The
Dumfries Nº 4 ms., C. 1710. Publicado en Harry Carr,
The Early masonic
catechisms, 1963, pp. 52-68. Trad. francesa
en Textes fondateurs de la Tradition
maçonnique 1390-1760. Introduction à la pensée de la franc-maçonnerie primitive, traduitset présentés par Patrick
Négrier, París, Bernard
Grasset, 1995.
Oración de Principio
Imploramos al Padre omnipotente de santidad y a la sabiduría del glorioso Jesús por la gracia del Espíritu Santo, que son tres personas
en un principio
divino, que estén
con nosotros desde ahora, y que nos otorguen también la gracia de gobernarnos aquí abajo, en esta vida mortal, de manera que
podamos alcanzar su reino, que jamás
tendrá fin. Amén.
Prefacio
Buenos hermanos y compañeros, nuestro propósito
consiste en haceros saber de qué manera apareció esta excelente
ciencia de masonería, cómo se inició, y también cómo fue sostenida, favorecida y cultivada
por los héroes más famosos y más valientes sobre
la tierra, como reyes, príncipes y toda clase de hombres inteligentes del más alto rango; así como los deberes que incumben
a todos los masones
verdaderos y cualificados, a quienes se les ha enseñado a guardarlos con una fe verdadera y a consagrarles toda su atención si quieren ser recompensados.
Forma del Juramento
Los deberes
que ahora os repetimos, así como todos los demás deberes
y secretos que también pertenecen a los franc-masones y a cualquiera que haya sido recibido entre ellos por curiosidad, al igual que las deliberaciones de esta santa logia adoptadas en la cámara o en la casa, no debéis divulgarlos ni revelarlos a cambio de don alguno,
ni por un vaso de vino ni por otra recompensa, sea por favor o por afecto, de manera directa o indirecta, ni por ninguna otra causa, ni siquiera a vuestro padre, madre, hermana, hermano, hijos, extranjero
o cualquier otra persona. Que Dios acuda
en vuestra ayuda.
Los Primerísimos Inicios de la Masonería
Hay siete artes liberales. La primera
es el arte de los números, que enseña las virtudes intelectuales. La segunda es la gramática, unida a la retórica, que enseña la elocuencia, y cómo hablar en términos
sutiles. La tercera es la filosofía, que es el amor a la sabiduría, gracias a la cual, con ayuda de una regla de los contrarios, se reconcilian los dos términos de una contradicción, se enderezan
las cosas curvas y se blanquean las negras. La
cuarta es la música,
que enseña a cantar y a tocar el arpa y el órgano, así como todas las demás clases de instrumentos de música. Debe tenerse presente en el espíritu que este arte no tiene ni medio ni fin. La quinta es la lógica, que permite
discernir lo verdadero de lo falso, y que sirve de guía a los jueces y a los hombres de ley. La sexta es la geometría, que enseña a medir los cielos materiales y todas las dimensiones de la tierra, así como todo lo que ella contiene. La séptima
y última es la ciencia de la astronomía y la astrología, que enseña a conocer
el curso del sol, de la luna
y de las estrellas que orlan
los cielos.
Las siete artes juntas se fundan en la geometría, lo que nos permite deducir que es el arte
más excelente, porque sostiene a las
demás.
En efecto, no hay hombre que trabaje en cualquier
oficio que no utilice de alguna manera la geometría, pues sirve para pesar y medir toda clase de cosas sobre la tierra,
en particular a los labradores
y a los cultivadores del suelo (en lo que concierne a) los granos y las semillas,
los vinos y las flores,
plantas y demás. En efecto,
aparte de la geometría, ninguna de las otras (artes) permite a los hombres medir.
Cómo empezó primero
este arte, yo os lo voy a decir. Antes del diluvio
de Noé había un hombre llamado
Lamach, que tenía dos esposas. Una era Adah, y la tal Adah dio al mundo dos hijos, el primogénito era Jabel, y el otro hijo Jubal. De la otra esposa tuvo un hijo llamado Tubalcaín
y una hija llamada Naamah. Estos hijos inventaron todas las artes y oficios
en el mundo. Jabel era el mayor e inventó
la geometría; guardaba los rebaños de ovejas, que en los campos tuvieron corderos,
para los que construyó
abrigos de piedra y de madera, como podéis ver en el capítulo
cuarto del Génesis.
Su hermano
Jubal inventó el arte de la música vocal
e instrumental, y el tercer hermano inventó
el trabajo de la forja (de los metales)
tales como el bronce y el hierro. Y su hermana inventó el arte de tejer y de manejar el huso y la rueca.
Estos niños sabían que Dios quería vengarse
sobre la tierra del pecado por el fuego
o por el agua. Pero ellos estaban,
para beneficio de la posteridad, más atentos
al arte que habían inventado
que a sus propias vidas. Por ello grabaron
el arte que habían inventado
sobre pilares de piedra, de manera que se pudieran encontrar
después del diluvio. Una era de la piedra llamada mármol, que no puede ser consumida por el fuego; el otro monumento era de (ladrillo), que no puede disolverse en el agua.
Luego, tras el diluvio, el gran Hermorian, hijo de Cush,
que era hijo de Ham, el segundo
hijo de Noé, fue llamado el padre de la sabiduría debido a esos pilares
que encontró después del diluvio con las artes inscritas encima. Las enseñó durante
la construcción de la torre de Babilonia. Allí se le llamó Nimrod o potente
ante el Señor. Nimrod profesó
la masonería por deseo del rey de Nínive, su primo. Dicho Nimrod hizo masones
y le recomendó
al señor del país para que construyeran toda clase de edificios
entonces de moda; y les enseñó signos y marcas, de manera que pudieran
reconocerse uno al otro en medio del resto de la humanidad sobre la tierra.
Lo que era
su deber
En primer lugar, que se amaran el uno al otro y que sirvieran
al Señor del cielo con un corazón
verdadero y sincero
para prevenir la desgracia futura, y que fueran
honestos, íntegros y leales hacia el señor que les empleara,
de manera que el mencionado Nimrod pudiera
ser respetado y
honrado por haberles enviado.
Y que no hubiera entre ellos ni fraude,
ni pelea, ni división, ni disimulos
o malentendidos, ni discordia
alguna, o de lo contrario
Dios les enmudecería, como ya hizo anteriormente cuando confundió su lengua a causa de su presunción. Era la primera vez que los
masones se ocuparon de su oficio.
Después Abraham y Sarah, su esposa, llegaron a Egipto.
Allí enseñó las siete artes a los egipcios,
y tuvo un excelente alumno que se reveló como una gloria de este tiempo.
Su nombre era Euclides.
Este joven dio prueba de su talento tan bien que superó a todos los artistas
de la tierra.
Abraham se regocijó
por él, pues era un gran maestro,
y le anunció
todos los acontecimientos
futuros que afectarían a la multitud irreflexiva.
Ocurrió en su tiempo
que los señores
y los grandes de este país tuvieron
muchos hijos de sus relaciones con otras esposas y damas del reino, pues Egipto era entonces
una región opulenta, pero no había suficiente de qué vivir para los hijos. Por ello, los grandes
del país se inquietaron seriamente acerca de la manera de procurar lo necesario a sus hijos.
El rey del país convocó una asamblea para deliberar
sobre la manera en que podrían atender
a sus necesidades. Pero no pudieron
encontrar otra solución
que la de proclamar
a través de todo el reino: Si alguien
podía dar a conocer un medio de colocar
a sus jóvenes, sería bien recompensado por su trabajo y su
esfuerzo.
Tras esta ordenanza o proclamación, apareció el excelente doctor
Euclides, quien dijo al rey y a sus señores: Si queréis
darme a vuestros hijos para que yo los dirija y los instruya
como los gentiles
hombres deberían
ser instruidos, dadles,
así como a mí, un presupuesto suficiente, para que pueda gobernarles e instruirles conforme a su cualidad,
y darles órdenes según las necesidades del arte. El rey accedió
a ello y selló este (acuerdo) con una carta.
Entonces, el excelente
clérigo Euclides
tomó (con él) a los hijos de los señores
y les enseñó
según la ciencia de la geometría a obrar en toda clase de excelentes trabajos en piedra:
Templos, iglesias,
monasterios, ciudades, castillos, pirámides, torres y todos
los restantes excelentes edificios de piedra. Les constituyó en Orden, les enseñó a reconocerse uno al otro sin equivocarse, y confirmó
para ellos las costumbres de Nimrod, a saber, que deberían amarse verdaderamente el uno al otro y guardar la ley de Dios escrita
en sus corazones. Debían además ser fieles al monarca
del reino, y por encima de todo guardar
los secretos de la logia y los secretos
del prójimo. Debían también
llamarse el uno al otro compañero, y desterrar todo otro nombre vil. Debían conducirse a sí mismos como hombres del arte, y no como incultos patanes. Debían ordenar al más sabio de entre ellos, a fin de que fuera su maestro y supervisara el trabajo.
No debían traicionar su cargo ni por un motivo afectivo ni por afán de lucro, y tampoco designar como maestro de obra de un señor a alguien
que careciera de inteligencia, de manera que el oficio no fuera difamado. Y deberían
llamar al director de la obra maestro durante todo el tiempo que trabajaran con él.
Dicho Euclides escribió para ellos un libro de constituciones, y les hizo jurar el más grande
juramento utilizado por los hombres de esos tiempos, a saber, observar
fielmente todas las instrucciones contenidas en las constituciones de la masonería. Dio la orden de que fueran convenientemente pagados, para que pudieran vivir como hombres de arte y de ciencia.
Les ordenó también que se reunieran en asamblea
y que deliberaran sobre los temas importantes del oficio y del arte de la geometría; pero que no se asociaran
con quien no estuviera debidamente cualificado y regularmente creado en una verdadera
logia. Deberían mantenerse alejados
de todo desorden, o de lo contrario
Dios introduciría entre
ellos una segunda
confusión que se revelaría peor que la primera.
Después de esto,
el excelente clérigo Euclides inventó muchas raras invenciones, y cumplió
maravillosas hazañas,
pues nada había demasiado
duro para él en las siete artes liberales, gracias a las cuales
hizo del pueblo
de Egipto el
más sabio de la tierra.
Luego, los hijos de Israel penetraron en tierra prometida, a la que ahora se llama entre las naciones
el país de Jerusalén. Allí, el rey David comenzó
el Templo de Jerusalén, que entre ellos es llamado el Templo de Diana. David amaba y quería bien a los masones: les otorgó buenas prebendas, y les dio el siguiente
deber: deberían respetar
los diez mandamientos que habían sido escritos por el dedo de Dios, grabados en la piedra o en las tablas de mármol, y entregados a Moisés sobre la santa montaña del Sinaí, y ello con una solemnidad celestial, pues miríadas de ángeles
con carros de fuego los acompañaban (lo que demuestra que la escultura sobre piedra es de institución divina).
Con muchas otras cosas, les confió un deber conforme
con aquel que habían recibido fuera de Egipto del muy famoso
Euclides, así como otros deberes de los que más tarde oiréis hablar.
Tras esto, David pagó su deuda
con la naturaleza, y Salomón su hijo acabó
el Templo que su padre había comenzado. Diversos masones
de muchos países se reunieron juntos,
y fueron ochenta
mil, de entre los cuales trescientos fueron
cualificados y nombrados vigilantes de la obra. Hubo un rey de Tiro llamado
Hiram que amaba bien a Salomón,
y que le entregó madera para su obra. Además,
le envió un artista en quien habitaba
el espíritu de la sabiduría. Su madre era de la tribu de Nephtalí,
y su padre era un hombre de Tiro. Su nombre era Hiram. El
mundo no había producido hombre como él hasta entonces. Era un maestro masón de un saber y una generosidad perfectos. Era maestro
masón de todos los edificios y constructores del Templo,
y el maestro de todas las obras esculpidas y cinceladas que se encontraban en el Templo, tal como está escrito
en los capítulos 6 y 7 del primer libro de los Reyes. Salomón confirmó
a la vez los deberes y las costumbres que su padre David había dado a los masones, y el excelente
oficio de masonería
se consolidó en la tierra
de Jerusalén, en Palestina, y en muchos otros reinos.
Muchos
artesanos llegaron de lejos a pie
para instruirse más en el arte.
Algunos estaban cualificados para instruir a otros, y aclarar a los ignorantes, de manera que el (oficio) comenzó a parecer espléndido y glorioso, en particular en Jerusalén y en Egipto.
En la misma época,
el curioso masón Minus Greenatus, también llamado Green, que había participado en la construcción del Templo de Salomón, llegó al reino de Francia
y enseñó el arte de masonería
a los hijos del arte en este país. Y hubo en Francia un miembro del linaje real llamado Charles Martel, que amaba a Minus Greenatus más allá de toda expresión a causa de su juicio
en el arte de masonería.
El tal Martel adoptó las costumbres de los masones,
y después se fue a su propio
reino – pues al parecer no era francés - y allí hizo llamar a muchos masones valientes, y les acordó
buenas prebendas, les repartió en los grados que Greenatus
le había enseñado,
les confirmó una carta y les ordenó reunirse frecuentemente a fin de que pudieran
conservar una buena
cohesión sin divisiones. Es así como el oficio penetró en Francia.
Inglaterra, durante todo este tiempo, estuvo privada
de masones hasta la época de san Albons. En este tiempo el rey de Inglaterra era un pagano, y construyó
la ciudad que se llamó después
Saint-Albans. En tiempo de Albons hubo un hombre excelente
que era intendente en jefe del rey, y que detentaba el gobierno del reino. Contrató
masones para construir las murallas de Saint-Albans,
e hizo masones a sus principales compañeros.
Aumentó en un tercio su paga en relación
con la que tenían antes, y les acordó tres horas al día para recrearse, a fin de que su empleo no les pareciera
pesado, y de que no vivieran como esclavos, sino como gentileshombres de arte y de ciencia. Les prescribió además un cierto día al año en el mes de junio para que se reunieran e hicieran una fiesta, en vistas a mantener
la unidad entre ellos. Y durante
ese día, fijado en San Juan, debían izar su estandarte real con los nombres
y títulos de todos los reyes y príncipes
que habían entrado en su sociedad,
y también los escudos de los masones con los escudos del Templo
de Jerusalén y de todos los monumentos famosos
del mundo. Todas estas franquicias permitieron a dicho hombre noble tratar con el rey, y les procuró una carta para que las conservaran siempre en el mismo estado. Por otra parte, ellos (recibieron) la divisa en letras de oro puestas sobre un campo de gules con negro y plata: Invia
virtuti via nulla.
Después de esto, grandes guerras se sucedieron en Inglaterra; así, la Regla de la casa fue dejada de lado hasta el reinado de Athelston, que fue un buen rey de Inglaterra y aportó paz al país.
Construyó muchos excelentes y suntuosos edificios, como abadías,
iglesias, claustros, conventos, castillos, torres, fortalezas, murallas, así como todos los restantes monumentos notables. Se mostró
como un hermano
afectuoso hacia todos
los masones cualificados. Además, tuvo un hijo cuyo nombre era Edwin. Y este Edwin amaba tanto a los masones
que no podía comer ni beber
sin su compañía. Era un espíritu
valiente y generoso, penetrado
de arte y de práctica.
Antes prefería conversar
con los masones que con los cortesanos de la Corte
de su padre. Prefería ir al encuentro de los masones para comer con ellos y aprender su arte, y él mismo entró en la Orden. Legó al conjunto de los maestros de la fraternidad escuadras de oro y compases de plata con puntas de oro, perpendiculares, plomadas de oro puro, trullas
de plata y todos los demás instrumentos del oficio.
Les procuró
además la carta de su padre y les recomendó tener cada año una asamblea de masones,
en la que cada masón estaría obligado a dar cuenta de su habilidad
y de su práctica. Y en estas reuniones les prescribió nuevos métodos de secreto y les enseñó buenas costumbres conformes a las reglas de Euclides,
de Hiram y de otros maestros
famosos. Y cuando era cometido
en el oficio un fraude, infligía un justo castigo
al culpable. Se aplicó a destruir el vicio y alentó públicamente la virtud.
Tras esto, llegó
a York, y allí hizo masones,
les dio su deber y les enseñó
las costumbres de la masonería. Escribió un libro de constituciones y ordenó que la regla fuera guardada
desde entonces y para siempre.
E hizo ordenanzas según las cuales el oficio
debería ser regulado de reino en reino tal como fue entonces
establecido y ordenado por los más respetables de esta asamblea. Además hizo una proclamación según la cual todos los masones que poseyeran
certificados o testimonios escritos de sus viajes, de su habilidad
y de su práctica debían presentarlos para probar su arte y su comportamiento anteriores. Y se le aportaron algunos en hebreo, otros en griego, en latín, en caldeo, en siríaco, en francés,
en
alemán, en eslavo, en inglés, y en otras muchas lenguas,
y el objeto
era idéntico. Tras esto, el famoso Edwin les recordó la confusión (que había seguido) a la construcción de la torre de Nimrod, y que si deseaban que Dios les hiciera
prosperar, a ellos y a sus acciones,
no debían ser tentados ni aspirar a la idolatría, sino sinceramente honrar y adorar
al gran arquitecto del cielo y de la tierra, fuente
y origen de todas las bondades, (él) que ha construido su estructura a partir de la nada, y que ha echado los cimientos
sobre las aguas profundas, y que dio la orden al mar de no ir más lejos, el gran anfitrión
del cielo y de la
tierra, el único protector del hombre y de las bestias (salmo 36, 6-7), que gobierna el sol, la luna y las
estrellas. Les aconsejó poner en evidencia
su omnipotencia con ayuda del
compás de su inteligencia, a fin de que tuvieran repugnancia a ofenderle.
Les inculcó en el espíritu
muchas otras sentencias divinas,
y mandó hacer un libro sobre la manera en que el oficio fue inventado
en el origen, con la orden de leerlo cuando se hiciera a un masón (así, si luego se extraviaban, no tendrían ninguna excusa para evitar su castigo), y de darle
su deber, como prescribe el mencionado libro. A partir
de estos tiempos, los masones
debían observar esta ceremonia
y estas órdenes para que los hombres
pudieran ser maestros. Además de las asambleas particulares, por consejo de los maestros y compañeros, se añadieron
progresivamente diversos deberes relativos a su deber y su comportamiento
sobre cada punto
particular de la Masonería.
El deber
Todo hombre que es masón o que entra en su asociación para ampliar y satisfacer
su curiosidad debe velar por el siguiente deber. Si uno de vosotros es culpable de alguna de las siguientes faltas, debéis arrepentiros y corregiros rápidamente, pues hallaréis que es una dura cosa caer en las manos de nuestro Dios enojado; y más particularmente vosotros, que estáis
bajo el imperio de vuestra
promesa, tened cuidado de observar el juramento
y la promesa que habéis hecho en presencia
de Dios omnipotente. No penséis poder usar de una restricción mental o del equívoco,
pues cada palabra que proferís durante toda la duración de vuestra recepción es un juramento, y Dios os examinará
según la pureza de vuestro
corazón y la limpieza
de vuestras manos. Es una herramienta de filo cortante con la que jugáis, prestad atención
en no cortaros. Os recomendamos que no perdáis vuestra salvación por alguna satisfacción aparente.
1° En primer lugar,
serviréis al verdadero Dios y guardaréis cuidadosamente sus preceptos
generales, en particular los diez mandamientos dados a Moisés sobre el monte Sinaí, tal como los encontraréis expuestos sobre el pavimento
del Templo.
2º Seréis fieles
y asiduos a la santa
Iglesia católica
y huiréis de toda herejía,
cisma o error
que llegue a vuestro conocimiento.
3º Seréis fieles
a la logia y guardaréis todos los secretos
que la conciernen.
4º Seréis fieles al rey legítimo del reino, y oraréis
por su salvación en todas las ocasiones que se os presenten, cuando oréis
por vosotros mismos, y no tomaréis
parte en ningún plan de traición contra su persona y su gobierno.
5º Os mostraréis amantes y leales el uno con el otro, y actuaréis hacia vuestro prójimo
o vuestro compañero como quisierais que actuaran con vosotros.
6º Estaréis en
buenas y leales
relaciones
con
todos
estos
maestros y compañeros de masonería
que sabéis han entrado
en ella según las reglas de la Orden. Guardaréis
sus secretos, os opondréis con todas vuestras
fuerzas a aquello que les perjudique, y sostendréis su
honor y su crédito.
7º Que todo masón permanezca en una verdadera
logia o en cámara o en casa para hablar y juzgar de cosas relativas
a la honestidad y a la conducta
moral, allá donde puedan
refrescar la memoria con respecto a los desaparecidos eminentes.
8º Sed sinceros
y honestos hacia el señor o vuestro
empleador. Haced fielmente su obra. Preservad su provecho y su beneficio
tanto como podáis. No le defraudéis en ningún punto, de manera que no pueda tener ninguna
razón para quejarse, y
obtendréis honor.
9º (Llamaréis) “masón” a vuestro compañero y a vuestro
hermano, y no os dirigiréis a él con un nombre irrespetuoso, pues esto podría levantar discordias, divisiones y animosidad, lo que provocaría el
escándalo.
10º No permitáis a ningún maestro o compañero
que cometa adulterio o que fornique, por maldad
o por impiedad, con la esposa,
la hija o la criada
de otro compañero.
11º Tendréis mucho cuidado de pagar fiel y honestamente vuestra pensión, sea el comer,
el beber, la
limpieza o el albergue, cuando paséis ante la
cocina.
12º Estad atentos,
allí donde os alojéis, de que no se cometa ninguna
villanía, pues el oficio podría
ser difamado.
13º Tendréis un religioso cuidado en observar el día de descanso, absteniéndoos de toda obra y mal trabajo,
y consagrad ese día al estudio
empleándolo al servicio
y a la búsqueda del verdadero Dios, así como
a impedir
a las facultades de vuestra
alma a que vagabundee tras las vanidades de este mundo.
Rogad a Dios que santifique vuestra esperanza, vuestra comprensión,
vuestra memoria, vuestra razón y
vuestras inclinaciones.
14º Ocupaos personalmente, según vuestro talento y vuestros medios, de aliviar
al pobre. No dejéis que vuestra
prudencia reemplace a vuestra caridad,
pensando que éste o tal otro es indigno o que no tiene necesidades. Por el contrario, no dejéis escapar ninguna oportunidad, pues es por el amor de Dios y para obedecer
a su mandamiento que hacéis un donativo.
15º Visitad a los enfermos, reconfortadles, orad por ellos
y no les dejéis en desamparo. Es deber vuestro el ayudarles;
si Dios les reclama de este mundo,
permaneced allí y asistid a sus
funerales.
16º Sed afables
y buenos hacia todos, pero especialmente hacia las viudas y los huérfanos; tomad resueltamente su defensa,
proteged su interés,
aliviad sus necesidades: incluso aunque
sea un trozo de pan echado con incertidumbre sobre la superficie del agua, no obstante,
gracias a la bendición
especial del cielo, un día os será devuelto con interés séptuplo, y os asegurará
un capital en el otro mundo.
17º No bebáis en ninguna
ocasión hasta la ebriedad, pues esto es una ofensa a
Dios, y también porque
os pondríais en estado
de revelar los secretos de la logia,
y por ello de ser perjuros.
18º Os
abstendréis de toda diversión
escandalosa y profana, de los juegos
de azar o de cualquier otro juego destructor.
19º Evitaréis todo lenguaje lascivo
y todo lenguaje, postura
o gestos obscenos,
pues todo ello no hace sino agradar al (demonio)
y alentar la
concupiscencia.
Éstos son los deberes generales
a los que todo masón debe atenerse, sea maestro
o compañero. Es muy deseable
que éstos los conserven
cuidadosamente en su corazón,
su deseo y sus inclinaciones. Haciendo así, se harán a sí mismos respetables a los (ojos de) las
generaciones futuras; Dios bendecirá
a sus descendientes, les dará talento y los colocará en agradables empleos.
Los deberes que incumben
a los maestros y compañeros son los siguientes. El primero
es que ningún compañero
aceptará trabajo
de un señor o de otro empleador
si él mismo no se sabe capaz de concluirlo, de manera que el oficio no tenga deshonor alguno, y que el señor o el empleador no sea engañado,
sino al contrario, lealmente
servido por aquel a
quien ha financiado.
Si un masón se encarga
de un trabajo o se ve en el puesto de
maestro de obra no será apartado del mismo si es capaz de acabarlo.
Además, que ningún maestro o compañero tomará aprendiz por una duración inferior
a siete años, y el aprendiz
deberá disponer del uso de sus miembros y tener buen aliento.
Además, que ningún maestro o compañero
recibirá su paga antes de haber comenzado
la obra, sin el consentimiento de la logia.
Además, que ningún maestro o compañero se permitirá
crear un masón en ausencia de al menos cinco o seis de sus compañeros debidamente obligados por el juramento.
Además, que ningún maestro o compañero que esté a jornal trabajará a destajo en la obra de un señor.
Además, que ningún maestro
dará el salario a su compañero si este último no lo merece, de manera que el empleador
no sea objeto de abuso por parte de obreros ignorantes.
Además, que ningún compañero
calumniará a otro a sus espaldas, pues esto podría hacerle perder
su buen nombre o sus bienes temporales.
Además, que ningún compañero, sea en la logia o en el exterior, responderá a su compañero
de manera irrespetuosa.
Además, que nadie entrará
de noche en la ciudad en la que haya una logia de compañeros sin ir con otro compañero, que pueda probar que es un hombre honesto
o conocido como tal.
Además, que todo maestro y compañero
se sumará a la asamblea
desde la primera convocatoria si ésta se celebra a un máximo de cinco millas, y que colaborará
en los gastos de sus compañeros o de su maestro.
Además, que todo maestro (y compañero) rezará por su
superior y tendrá veneración
por él.
Además, que todo maestro y compañero
que haya cometido un delito se atendrá a la
decisión
que adopten su maestro y sus compañeros a su respecto.
Y si (la causa) no puede ser
paralizada de otro modo, deberá ser tratada en la asamblea.
Además, que ningún maestro masón fabricará
molde de escuadra o de regla para un (masón)
instalador o un
masón formado en el taller.
Además, que ningún maestro,
sea en la logia o en el exterior, pondrá una marca grabada
en la piedra o en otro sitio sin haberla fabricado él mismo.
Además, que todo masón recibirá a masones extranjeros teniendo cuidado de repartirlos en el país de acuerdo a sus necesidades. Y si les da trabajo conforme
a la regla, es decir, si tienen un molde, una medida con la que trabajar,
dejadles al menos dos semanas
y luego dadles su contrato.
Y si no tienen
medida, dejadles
que se alimenten dándoles
bebida y comida para llevar
hasta la próxima logia.
Además, que nadie en la Orden estará al acecho para ver si otro se equivoca en sus palabras y en sus pasos; por el contrario, si este último prueba que es miembro
de la Orden, entonces estáis
obligados a respaldarle y a tener con él los miramientos en uso en el oficio.
Además, que todos los masones serán honestos en su trabajo, sea éste a destajo o a jornal, y que lo acabarán lealmente, de manera que puedan
recibir su sueldo como está previsto.
Además, que ninguna logia o quórum de masones entregará
el secreto real a alguien
de manera arbitraria; sino que, después
de una larga deliberación, dejadle
aprender sus preguntas
por el corazón, y luego
sus símbolos, y que después haga como la logia piense
que debe hacer.
El deber
del aprendiz
En primer lugar, que sea sincero hacia Dios, la santa Iglesia
católica, el rey y el maestro al que sirve. Además, no criticará,
ni se opondrá
a su maestro o a los bienes de su maestro, no se abstendrá de servirle, y no se alejará
de él para satisfacer su propio placer, de día o de noche, sin su permiso.
No cometerá adulterio ni fornicación, sea dentro o fuera de la logia, con la hija, la criada u otra mujer de su maestro. Retendrá
en todo los consejos que dentro o fuera de la logia, fuera de la cámara o de la casa, le haya dado un compañero, un maestro
o un hombre libre. No le opondrá
un argumento a fin de desobedecerle. No revelará
ningún secreto que pueda provocar un conflicto entre los masones,
compañeros o aprendices, sino que se conducirá con respeto hacia todos
los franc-masones, de manera que pueda ganar hermanos para su maestro. No jugará a las cartas, ni a los dados, ni a otros juegos
desleales. No frecuentará las tabernas ni las
cervecerías para despilfarrar el dinero de su
maestro sin su permiso.
No hurtará ni sustraerá los bienes de nadie, ni una porción,
durante su aprendizaje, sino que deberá guardarse de estas cosas lo mejor que pueda, e informar a su maestro o a algún otro masón
si es posible con toda la diligencia requerida.
Preguntas planteadas y respuestas
¿Qué sois?.
R.- Soy un hombre.
¿Cómo lo sabré?.
R.- Por todos los verdaderos signos de la primera parte de mi entrada.
Oiré y callaré.
¿No debéis hacer
nada más?.
R.- Sí, pero he sido engendrado de un hombre, he nacido de una mujer, y además
tengo muchos reyes soberanos
y potentes príncipes por hermanos.
¿En qué logia
habéis entrado?.
R.- En la verdadera logia
de san Juan.
¿Dónde debería tenerse
una logia?
R.- En la cumbre de una montaña o en medio de un pantano, allí donde no pudiera escucharse
el grito del gallo ni el ladrido de un perro.
¿Cuál es la altura de vuestra logia?.
R.- Innumerables pulgadas y palmos.
¿Cómo es que innumerables?.
R.- Es la materia del
cielo y del firmamento estrellado.
¿Cuántos pilares hay en vuestra
logia?. R.- Tres.
¿Cuáles son?.
R.- La escuadra, el compás y la
Biblia.
¿Dónde se encuentra la llave
de vuestra logia?.
R.- En una caja de hueso recubierta de un rudo vellón.
Dadme (la explicación) detallada de vuestra
caja.
R.- Mi cabeza es la caja, mis dientes
son los huesos, mis cabellos el vellón, mi lengua
es la llave.
¿Cómo habéis sido
introducido?.
R.- De manera
vergonzosa, con una cuerda alrededor del cuello.
¿En qué postura estabais cuando
fuisteis recibido?.
R.- No estaba ni de pie ni acostado, ni corría ni andaba; estaba arrodillado sobre la rodilla izquierda.
¿Por qué teníais una cuerda alrededor
del cuello?.
R.- Para colgarme de ella en el caso de que
traicionara la confianza puesta en mí.
¿Por qué estabais arrodillado
sobre la rodilla
izquierda?.
R.- Porque debía
estar en una postura muy humilde para recibir
el real secreto.
¿A qué obligación os habéis comprometido?. R.- A un gran juramento.
¿Qué castigo se inflige a
aquellos que revelan el secreto?.
R.- Deben en vida tener
el
corazón arrancado,
la
cabeza
cortada, y el cuerpo
enterrado en la orilla de la playa, y no en el lugar en que se entierra a los cristianos.
¿Cuántas luces hay en vuestra
logia?. R.- Dos.
¿Cuáles
son?.
R.- El sol que se alza en el este y que envía a todos los hombres
al trabajo, y el sol que
se oculta en el oeste y que envía a todos
los hombres a acostarse.
¿Cómo está orientada vuestra logia?.
R.- Este-oeste, porque todas las Santas Iglesias y los Templos están así orientados, en particular el Templo
de Jerusalén.
¿No podía Hiram poner los cimientos
del Templo de sur a norte más bien que de este a oeste?.
R.-: No, no podía.
Dadme la razón de
ello.
R.- David ordenó
que los cimientos del Templo descansaran sobre el campo de grano, como podéis leer en la Santa Biblia,
donde es llamado el campo de trillar
(el trigo) de Araunah el Gebuseo. Además, podéis leer a propósito de esto, en ese escrito
sagrado, que en el interior
del Arca del Señor se encontraba la alianza entre Dios y los hombres, las dos tablas de mármol con los diez mandamientos escritos por el dedo de Dios. Dicha arca estuvo guardada por desgracia durante mucho tiempo en el campo de trillar de Araunah del que se acaba de hablar, lo que les obligó a echar los cimientos del Templo de este a oeste, conforme a la posición de las dos tablas.
¿Qué es la Masonería?.
R.- Es una obra de escuadra.
¿Qué es un
masón?.
R.- Es un obrero de la piedra.
¿Reconoceríais a vuestro
maestro si le vierais?. R.-
Sí.
¿Por qué le reconoceríais? R.- Por su ropa.
¿De qué color es su ropa?.
R.- Amarilla y azul, como el compás,
que es de cobre y de hierro.
¿Qué mortero utilizaban los masones
que construyeron el Templo?.
R.- El mismo mortero
que utilizaron los que construyeron la torre de Nemrod,
es decir, el légamo, que es una especie de tierra roja, y al que diluyeron y filtraron
en el muro después de poner las piedras.
¿Cuántos peldaños había
en la escala de Jacob?. R.- Tres.
¿Cuáles eran esos tres?.
R.- El
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
¿Cuántas flores hay en el ojal del
masón? R.- Tres y doce.
¿Cómo las llamáis?.
R.- La Trinidad y los doce apóstoles.
¿Quién era el maestro
masón en la construcción del Templo?.
R.- Hiram de Tiro.
¿Quién puso la primera
piedra en los cimientos del Templo?. R.- El mencionado
Hiram.
¿En qué lugar puso la primera
piedra?. R.- En el ángulo sud-este
del Templo.
¿Qué dijo al ponerla?.
R.- ¡Que Dios nos ayude!.
¿Cuál fue la mayor maravilla que se vio u oyó con respecto al Templo?.
R.- Dios fue hombre, y
un hombre fue Dios. María fue madre y también
sirvienta.
¿Para qué es buena la noche?.
R.- La noche es mejor
para oír que para ver.
¿Para qué es bueno el día?.
R.- El día es mejor
para ver que para oír.
¿Qué hizo el segundo hombre
cuando murió el primer hombre?.
R.- Perfeccionó la obra que proyectó
el
primer hombre.
Por
eso
el
rey
David proyectó
construir el Templo,
pero la muerte se lo impidió, y fue
Salomón quien lo terminó.
¿Qué significa
el Mar de Bronce que fue construido
por Hiram y al que soportaban
doce bueyes, de los cuales tres miraban hacia el norte, tres hacia el sur, tres hacia el oeste y tres hacia
el este?.
R.- Estaba
destinado al baño y a las abluciones de los sacerdotes de esos tiempos. Pero ahora sabemos que era una representación de Cristo, cuya sangre estaba
destinada a purificar
del pecado y a lavar a los elegidos, y que los doce bueyes eran una representación
de los doce apóstoles que lucharon contra el paganismo y el ateísmo, y que sellaron con su sangre
la causa de Cristo.
¿Qué significaba la Puerta Dorada
del Templo que daba acceso al Santo de los Santos?.
R.- Era otra representación de Cristo,
que es la puerta, el camino, la verdad y la vida, para quien y en quien
todos los elegidos
penetran en el cielo.
Cómo saludar a los masones de otras logias.
- Los respetables maestros de nuestra logia
me han enviado
hasta vosotros, os saludan conmigo muy cordialmente, deseando
que mi visita pueda reavivar
en vuestra memoria vuestros buenos sentimientos a su respecto.
R.- Nosotros,
maestros y compañeros de esta logia, os deseamos de todo corazón
la bienvenida y os suplicamos que oséis hablarnos francamente, decirnos
vuestros deseos, y pedir nuestra
ayuda, para lo cual estaremos a vuestras órdenes
en todo tiempo y en toda circunstancia. Todos,
tantos como aquí estamos,
seguiremos honrando
al amor y sirviéndoos.
Cuando penetréis en una habitación, debéis decir:
¿La casa es propia? Si ellos responden: Ella cala, o: Ella está mal cubierta,
a esta respuesta
debéis guardar silencio sobre la mayoría de las preguntas relativas a la Masonería.
Así se acaban las constituciones.
Preguntas que conciernen al Templo
1.- ¿Qué significa el Templo?.
R.- El Hijo de Dios, y en parte la Iglesia.
El Hijo sufrió y su cuerpo fue destruido, resucitó
al tercer día, y erigió para nosotros la Iglesia cristiana, que es la verdadera Iglesia espiritual.
2.- ¿Qué significa el mármol
blanco?.
R.- El Cristo es el mármol blanco sin mancha, la piedra rechazada
por los constructores... Pero Dios
la ha escogido...
3.- ¿El misterio de la
madera de cedro?.
R.- El cedro, el
ciprés y la madera de olivo no estaban sujetos a la putrefacción, y no podían
ser devorados por los gusanos.
Por ello la naturaleza humana de Cristo no estaba sujeta
ni a la corrupción ni a la
putrefacción.
4.- ¿El misterio
del oro?.
R.- El oro y las piedras
preciosas significan la divinidad
de Cristo, en la que habitaba
su plenitud, pues es el origen.
5.- ¿El misterio de
los querubines?.
R.- Primero significaban la gloria celestial y la vida eterna que debe venir. Pintados a imagen del hombre, representan el coro de los santos ángeles
y de los santos, que cantan el Te Deum laudamus. En segundo lugar, los dos querubines sobre la misericordia en el
coro del santuario significan el Antiguo y el Nuevo Testamento, que contienen la doctrina de Cristo, y así como sus alas se tocan mutuamente, así el Antiguo
y el Nuevo Testamento están unidos, coincidiendo el final del primero con el principio del otro, uno conteniendo el mundo antiguo,
el otro conteniendo el fin del segundo
mundo. Ambos se refieren a Cristo,
a quien fue confiado el
ministerio de Dios.
6.- ¿El misterio de la
puerta dorada del Templo?.
R.- Cristo es la puerta de la vida por la que debemos penetrar en la eterna dicha. Las dos columnas
significan la adquisición de los dos conocimientos que preceden a esta entrada, a saber, el de su persona
y el de su misión.
7.- ¿Qué significa el velo?.
R.- El Hijo de Dios nuestro
Señor Jesucristo, suspendido del altar de la cruz, es el verdadero velo que, interpuesto entre Dios y nosotros, ensombrece con sus heridas y su sangre la multitud de nuestras ofensas, y nos permite así ser hechos agradables a su Padre.
8.- ¿El Arca de la Alianza?.
R.- Ella representa tanto a nuestro
salvador Cristo como a los corazones de los fieles,
pues en el pecho de Cristo se encontraba la doble doctrina
de la ley y del evangelio, así como se encuentra entre los fieles,
aunque en menor grado. Era el verdadero
maná descendido (del cielo) para dar vida al mundo. La tabla de la ley nos conduce al amor y a la obediencia. La vara florida
de Aarón significa
la dulzura del evangelio
y la gloria de nuestro gran sacerdote
Jesucristo, de quien Aarón era una figura.
9.- ¿El misterio del
Altar?.
R.- El Altar, con sus cuatro esquinas doradas,
en parte hecho de madera de acacia y en parte cubierto de oro, representa la unión de la humanidad
y la divinidad de nuestro
salvador, pues la naturaleza incorruptible se hacía sensible
por el oro, y la humanidad
de Cristo, rebelde
a la putrefacción, fue embellecida por la gloria celestial de la divinidad. Personalmente unido a la naturaleza divina, él ascendió al cielo y se asienta a la derecha de Dios, su Padre, coronado de majestad y de dicha eterna.
10.- ¿El misterio del
candelabro de oro.
R.- El candelabro de oro de seis brazos, con sus siete luces, significa el Cristo y sus ministros. Cristo, fundamentalmente, es el gran sacerdote y la luz del mundo que nos ilumina para la vida eterna. Los doctores y maestros de la Iglesia son los brazos que Cristo ilumina con la santa doctrina del evangelio. Nadie debería estar
separado de Cristo, sino que, por la luz de la doctrina,
debería ser una linterna en nuestro camino. Y como todos los brazos del candelabro estaban
unidos, así todo ministro
y todo hijo de Dios debería estar
unido al cuerpo de Cristo sin separación (posible). Las flores y los lises denotan las gracias de su espíritu, extendidas sobre
todos sus fieles ministros. Las luces y las
lámparas exhortan a todos los
buenos ministros (del culto) a un
gran cuidado y diligencia.
11.- ¿El misterio de la
mesa dorada y del pan puesto encima?.
R.- La mesa recubierta de un precioso
contra chapado significa los ministros del evangelio;
el pan significa el Cristo,
el pan de vida.
12.- ¿El misterio de
la vid de oro y de las uvas de
cristal?.
R.- La vid, que, al este del Templo, estaba hecha de oro brillante, recuerda a nuestro
Cristo, que se compara
a sí mismo con una viña y que (compara)
a los fieles con los sarmientos; las uvas de cristal (se asemejan)
a la doctrina
del evangelio y a las obras de la fe, que son: la fe, el amor, la esperanza, la caridad, la paciencia, la oración, y a las obras de la gracia, que son proporcionales a la fe.
13.- ¿El mar de
bronce. Su misterio?.
R.- El mar de bronce era una representación del bautismo
y del agua viva que brota de las heridas
de Cristo. Los doce bueyes significan los doce apóstoles.
14.- La altura y la longitud del Templo?.
R.- Era largo de 100 codos y alto de 120 codos. El santo de los santos estaba en el
extremo oeste, las piedras de mármol en el interior del Templo medían 25 codos de altura, 12 codos de longitud y 8 codos
de anchura. Eran todas de
mármol blanco.
Preguntas planteadas y respuestas
¿Cuántas luces hay en esta logia?. R.- Tres.
¿Cuáles son?.
R.- El maestro, el compañero de oficio y el vigilante.
¿Dónde están estas
luces?.
R.- Hay una al este,
una al oeste y otra en medio.
¿Para qué sirve la del
este?.
R.- Sirve al maestro,
la del oeste sirve al compañero
de oficio, y la del medio al vigilante.
¿Qué hay detrás del
vigilante?. R.- Tres estantes.
¿Qué hay encima?. R.- Tres reglas.
¿Cuánto (miden)?.
R.- Hay una de 36 pies, una de 34 pies y otra de 32 pies.
¿Para qué sirven?.
tierra.
R.- La de 36 sirve
de nivel, la de 34 de escuadra, y la de 32 sirve
para medir la
¿De qué manera nos
llegaron en el origen?.
R.- Se cuenta que fueron dadas al rey David cuando tallaba
piedras en la montaña
(para que le sirvieran) para reconocer
a los artesanos de los obreros.
Quiso Dios tomarlas y enviar
de vuelta al rey David. Salomón le sucedió, (ocupó)
su lugar y se las dio (estas
reglas).
¿Cuál es la longitud de vuestro cable?.
R.- Es tan largo como la distancia
que hay entre el emplazamiento de mi ombligo y la
raíz de mis cabellos.
¿Por qué?.
R.- Porque todos
los secretos yacen
en este sitio.
¿De qué... de quién habéis obtenido
vuestros principios?.
R.- De aquel
que está en la cumbre
del pináculo del
Templo.
¿De qué manera fue
construido el Templo?.
R.- Por Salomón e Hiram, que le mandó instrumentos para la obra. Este Hiram salió de Egipto. Era hijo de una viuda.
Proporcionó toda clase
de instrumentos: picos, arados,
palas, y todas
las cosas que pertenecen al
Templo.
¿Donde descansa el maestro?.
R.- En un cuezo de piedra,
bajo la ventana oeste, desde donde mira al este, esperando
que el sol levante (haga sonar la hora) de enviar a sus hombres al trabajo.
¿Dónde se encontró
este noble arte o
esta ciencia cuando
se perdió?.
R.- Se lo encontró sobre dos pilares de piedra, de los cuales uno no podía hundirse, ni
el otro ser quemado.
Escudos de
armas
Salomón
alzó dos nombres notables,
uno a la derecha llamado Jachin...
que significa En él está la fuerza.
No solamente mostró en la materia, sino también en el nombre de estas dos columnas,
con qué firmeza se mantienen
los elegidos ante Dios, a la vez en el presente y en vista de los últimos tiempos.
Ahora, los hijos de Dios han recibido la fuerza de manera interior. En los últimos tiempos, Dios hará de tal manera, con su espíritu
de gracia, que ellos no se alejen
jamás totalmente de él. Por otra parte, se me ha enseñado
este punto. Ambos
nombres parecen además aludir a las dos Iglesias
de los judíos y de las
naciones:
-
La de los judíos (es designada) por J***** a la derecha, como si Dios quisiera a la larga fijarla en su tiempo, aunque no haya llegado a ser estable a causa de la obstinación de su entendimiento, que les hizo rechazar a Cristo cuando llegó.
-
Y la de las naciones
(es designada) por B*** a la izquierda, a causa de la fuerza que estaba en ella presente cuando acogió
a Cristo la primera vez que oyó estas
cosas.
Cristo escribirá sobre estas columnas mejores
nombres que los de J***** y B***.
En el lugar del primero
escribirá el nombre de su Dios, de manera que se haga evidente
para todos los hombres,
y que estos hombres sean elegidos de entre aquellos que queden para ser el pueblo particular de Dios .../... En este sentido
fue dicho: Ellos sabrán que yo te he amado. Y por ello también,
en el profeta Zacarías, capítulo 14, versículo
20, la santidad del Señor
fue escrita sobre los cascabeles
colgados de los caballos.
Fin.
Ved aquí una cabeza de muerto para recordaros que sois mortal... ved la gran fuerza
con la cual...
pero establecer... en el cielo permanece
que todas vuestras acciones sean justas y verdaderas (pues) tras vuestra muerte ellas os darán la vida quedaos
en el interior de vuestra esfera designada
estad preparado
para vuestros últimos fines,
el día está cerca.
(A caput mortuu[m] here you see To mind
you of mortality Behold great strength by ... fell
but establish ... in heaven
doeth dwe(ll) Let all your actions be just and trwe
which after death gives life to you
Keep round within of your
appointed sp(hrere) be ready for your latter
end daws near).
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