Fiestas de las Tesmoforias
11 al 12 (13) de octubre
Las Tesmoforias eran unas fiestas celebradas en
las ciudades de la Antigua Grecia en honor de las diosas Deméter y
su hija Perséfone. El nombre procede de thesmoi, las ‘leyes’ por las que los hombres deben trabajar la
tierra.
Las Tesmoforias eran las fiestas más difundidas y la principal
expresión del culto de Deméter, aparte de los misterios eleusinos. Las
Tesmoforias conmemoraban el tercio del año en que Deméter se abstenía de su
papel de diosa de la cosecha y el crecimiento, correspondiendo con los severos
meses veraniegos de Grecia, cuando la vegetación moría y no llovía, por estar
la diosa de luto por su hija, sita en el reino del Inframundo. Su rasgo
característico era el sacrificio de cerdos.
Esta fiesta era para que las mujeres celebrasen sus
costumbres privadas, su oportunidad para dejar el hogar y levantar refugios
temporales algo alejados de los centros de los demos. Sólo las mujeres
que estaban casadas con ciudadanos atenienses podían asistir a la fiesta, no
estando presentes solteras ni hombres, esperándose de éstos que enviasen a sus
esposas y corriesen con los gastos, tratándoseles muy mal si intentaban espiar
las ceremonias. Se suponía que éstas promovían la fertilidad, pero las mujeres
se preparaban con abstinencia sexual. También se tomaban baños con el fin de
purificarse.
La palabra se aplicaba como epíteto de Deméter en
el contexto de Deméter Tesmófora. Un relieve de Eleusis ilustrado
por Kerényi muestra a la diosa sentada en el suelo mientras recibe a sus
devotas. «En esta situación puede ser
llamada Deméter Tesmofora, pues las atenienses la imitaban cuando se sentaban
en el suelo y ayunaban en las Tesmoforias.»
En Atenas y algunos otros lugares la fiesta duraba tres
días, del 11 al 13 de pianepsion.
El primer día en Atenas era el anodos, la ‘subida’ al
lugar sagrado, el Tesmoforio, cerca de la colina Pnix.
El segundo día era el lloroso día de ayuno (nesteia)
sin guirnaldas, sentadas en el suelo, sin fuego en algunas ciudades, en el que
sólo se comían semillas de granada; aquellas que caían en el suelo eran la
comida de los muertos y no debían recogerse.
El tercer día, especialmente por la tarde y la noche que
daba comienzo al día griego, se celebraba un banquete de carne en honor de
la Caligenia, una diosa de ‘hermoso nacimiento’ que no aparece en ningún
otro contexto y no tenía equivalente entre los dioses olímpicos, lo que
enfatiza aún más la naturaleza arcaica y preolímpica de esta fiesta que
reforzaba la solidaridad femenina.
La ausencia de elementos de las Tesmoforias en los mitos es
notable: los cerdos del porquero Eubuleo, que fueron tragados por una
grieta del suelo cuando Hades raptó a Core, son un intento por
proveer una etiología a los antiguos rituales; en algunos lugares,
Zeus penetra en las Tesmoforias como Zeus Eubuleo.
No se sabe mucho más sobre las Tesmoforias, dado que sólo
las mujeres tenían permitido asistir y era raro que escribiesen nada en esta
época. Los ‘misterios’ o ritos de
iniciación (teletai) que rodeaban a las restrictivas ceremonias religiosas eran
celosamente guardados por quienes los celebraban. La principal fuente es
un escolio sobre Luciano explicando el término
«Tesmoforia».
La ceremonia incluía el enterramiento de sacrificios de
noche y la recuperación de los restos en descomposición de cerdos que se
guardaron en el megara de Deméter, unas zanjas y pozos o zanjas
naturales del templo de la diosa, el año anterior. Como se sabía que las serpientes se
congregaban en estos pozos, el escolio sobre Luciano explica que quienes no
iban a recuperar los restos gritaban para asustar a lo que hubiese en ellos.
Tras orar, los fétidos restos de los cerdos del año anterior se mezclaban con
semillas y se plantaban: «el más claro
ejemplo en la religión griega de magia agraria», señala Burkert.
Aristófanes parodió
estas fiestas en su obra Las
Tesmoforiantes, pero no pudo dar muchos detalles sobre el propio festival.
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