Los jesuitas
y la Masonería
Este tema tiene diferentes miradas dentro de la propia
Compañía de Jesús.
Por ejemplo, es el
caso de Johann Gabriel Leo Louis Meurin, más conocido como Leo Meurin (23 de
enero de 1825 - 1 de junio de 1895), fue un arzobispo jesuita alemán.
Entre sus obras encontramos:
La
Franc-maçonnerie, synagogue de Satan, Paris, V. Retaux et fils, 1893.
Simbolismo
de la masonería. Este último tuvo una 4ta. edición por el
arzobispado de Chile en 2009, el siguiente fragmento de la obra:
Seria ilusorio creer que la Masonería oculta sus
misterios tras un solo velo. En la Masonería escocesa, madre de los demás
ritos, existen 33 grados, en cada uno de los cuales deben jurar los adeptos no
revelar sus secretos ni a los profanos ni a los hermanos
de grado inferior. Existen, por otra parte, los 90 grados
del rito de Misraim, superior al escocés en número de grados, pero inferior en valor
intrínseco. Dejaremos a un lado éste y otros ritos; el escocés es la esencia de
la Masonería…
CAPÍTULO CUARTO
LA MASONERÍA,
SECTA RELIGIOSA
1.-Los dogmas religiosos de la secta.
Toda religión pretende establecer o reestablecer las
relaciones del hombre con el Ser Supremo. La Masonería reconoce como Ser Supremo
al que llama «Gran Arquitecto del Universo». Este Ser es conocido en las Logias
ordinarias bajo los nombres de «Maestro»,
“Eblis”, «Jehovah», y «Angel de la Luz»; en las
ultralogias bajo los de «Principio del Bien», “Lucifer” «igual a Adonai, que,
desdichadamente, es también Dios».
Al reconocer en e5ta doctrina al más puro maniqueísmo, no
nos hemos creído obligados a refutar este error, tantas veces· refutado cuantas
veces ha levantado la cabeza en el curso de la Historia.
Nada hay más irracional y salvaje entre los errores que
afligen a la Humanidad, que esta doctrina de dos dioses de igual poder, combatiendo
durante toda la eternidad…
***
Por su parte:
Enrique de Gandía-
La independencia de América y las sociedades secretas. Ediciones Sudamericana
Santa Fe. 1994.
Los historiadores que sostienen la absurda teoría de que, si
un hombre era religioso, iba a misa e invocaba a Dios y a Cristo, no era ni
podía ser masón, da muestra de una triste ignorancia. Precisamente se era masón
si se tenían fuertes sentimientos religiosos. La mayoría de los masones eran
perfectos católicos, cuando no protestantes muy firmes en sus creencias. A
veces convivían en una logia; otras veces se reunían en logia separadas. Los
juramentos de los masones, ante el Gran Arquitecto del Universo, se hacían
sobre los Evangelios. Los iniciados debían declarar que eran católicos o
protestantes: siempre buenos religiosos. Sabido es que no se admitía a los
ateos. Estaban excluidos los comediantes o gente que trabajaban en los teatros…
Cuando un rey de España expulsó a los jesuitas no faltaron
masones que los defendieran. La mayoría de las logias tenían nombres de santos.
El patrono de la masonería era, desde el 1737, San Juan. Se festejaba a San
Juan Bautista el 24 de junio, como San Juan de verano, y a San Juan
Evangelista, como San Juan de invierno. Había logias que, además, festejaban a
su patrono particular, otro santo.
En
general se reconocía a San Juan Bautista como "patrón de todos los masones
que cubren la superficie de la Tierra". Los masones estaban obligados a
asistir a las misas dedicadas a sus patronos bajo pena de multas. Otras logias
suspendían sus actividades durante los quince días de Pascua para que sus
miembros cumplieran con sus deberes religiosos. No faltaban las misas para sus
hermanos difuntos. También se celebraban misas para San Pedro y San Pablo.
Además de la acostumbrada y continua beneficencia, la masonería celebraba los
acontecimientos de las familias reales, como ser las muertes, los nacimientos,
los casamientos. Había Te Deum para celebrar convalecencia y otros hechos.
Había hermanos visitadores de enfermos, consoladores y cirujanos. La mayoría de
las logias tenían algún miembro sacerdote. Todas las ordenes religiosas estaban
representadas en la masonería. Muchos sacerdotes fundaron logias y otros fueron
sus venerables. Ferrer Benimeli, a quien seguimos en estos pormenores, ha
anotado cuarenta y cinco eclesiásticos fundadores de logias y otros sesenta y
cuatro eclesiásticos que fueron Venerable, o sea, Grandes Maestros, de logias.
En la logia de Saint Chinian figuraban dos obispos. El obispo de Autun,
Mauricio de Talleyrand-Perigord, tan talentoso y tan desfachatado, era miembro
de la logia masónica Les Philalétes. Otra logia de Narbona estaba integrada
solamente por eclesiásticos. Muchas logias Fueron fundadas en conventos. El
abate Gordier de Saint-Firmín propuso a Voltaire como miembro de la logia Las
Nueve Hermanas, de París, cuando tenía ochenta y cuatro años, y recibió el
delantal que había usado el filósofo Helvetius. En la logia de Sens, en 1777,
había cincuenta eclesiásticos. En 1778, nueve benedictinos, un sacerdote y tres
canónigos fundaron a logia La Fidelité de Hesdin. En la logia San Juan de la
Verdadera Concordia, de Viena, m 1785 había doce eclesiásticos.
El eminente Ferrer Benimeli trae una lista de logias
francesas con nombres de santos y otras listas de sacerdotes masones, con sus
nombres, cargos, fechas de nacimiento, logias y años en que eran masones. Esta
lista, que el mismo autor considera incompleta, tiene más de tres mil
quinientos nombres. Todos son del siglo XVIII.
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