Claves para entender a los Maestros

09 junio 2020

Los jesuitas y la Masonería


Los jesuitas y la Masonería

Este tema tiene diferentes miradas dentro de la propia Compañía de Jesús.  
Por ejemplo, es el caso de Johann Gabriel Leo Louis Meurin, más conocido como Leo Meurin (23 de enero de 1825 - 1 de junio de 1895), fue un arzobispo jesuita alemán.

Entre sus obras encontramos:

La Franc-maçonnerie, synagogue de Satan, Paris, V. Retaux et fils, 1893.
Simbolismo de la masonería. Este último tuvo una 4ta. edición por el arzobispado de Chile en 2009, el siguiente fragmento de la obra:

Seria ilusorio creer que la Masonería oculta sus misterios tras un solo velo. En la Masonería escocesa, madre de los demás ritos, existen 33 grados, en cada uno de los cuales deben jurar los adeptos no revelar sus secretos ni a los profanos ni a los hermanos
de grado inferior. Existen, por otra parte, los 90 grados del rito de Misraim, superior al escocés en número de grados, pero inferior en valor intrínseco. Dejaremos a un lado éste y otros ritos; el escocés es la esencia de la Masonería…

CAPÍTULO CUARTO
LA MASONERÍA, SECTA RELIGIOSA
1.-Los dogmas religiosos de la secta.
Toda religión pretende establecer o reestablecer las relaciones del hombre con el Ser Supremo. La Masonería reconoce como Ser Supremo al que llama «Gran Arquitecto del Universo». Este Ser es conocido en las Logias ordinarias bajo los nombres de «Maestro»,
“Eblis”, «Jehovah», y «Angel de la Luz»; en las ultralogias bajo los de «Principio del Bien», “Lucifer” «igual a Adonai, que, desdichadamente, es también Dios».
Al reconocer en e5ta doctrina al más puro maniqueísmo, no nos hemos creído obligados a refutar este error, tantas veces· refutado cuantas veces ha levantado la cabeza en el curso de la Historia.
Nada hay más irracional y salvaje entre los errores que afligen a la Humanidad, que esta doctrina de dos dioses de igual poder, combatiendo durante toda la eternidad…

***
Por su parte:
Enrique de Gandía- La independencia de América y las sociedades secretas. Ediciones Sudamericana Santa Fe. 1994.

Los historiadores que sostienen la absurda teoría de que, si un hombre era religioso, iba a misa e invocaba a Dios y a Cristo, no era ni podía ser masón, da muestra de una triste ignorancia. Precisamente se era masón si se tenían fuertes sentimientos religiosos. La mayoría de los masones eran perfectos católicos, cuando no protestantes muy firmes en sus creencias. A veces convivían en una logia; otras veces se reunían en logia separadas. Los juramentos de los masones, ante el Gran Arquitecto del Universo, se hacían sobre los Evangelios. Los iniciados debían declarar que eran católicos o protestantes: siempre buenos religiosos. Sabido es que no se admitía a los ateos. Estaban excluidos los comediantes o gente que trabajaban en los teatros…
Cuando un rey de España expulsó a los jesuitas no faltaron masones que los defendieran. La mayoría de las logias tenían nombres de santos. El patrono de la masonería era, desde el 1737, San Juan. Se festejaba a San Juan Bautista el 24 de junio, como San Juan de verano, y a San Juan Evangelista, como San Juan de invierno. Había logias que, además, festejaban a su patrono particular, otro santo.
En general se reconocía a San Juan Bautista como "patrón de todos los masones que cubren la superficie de la Tierra". Los masones estaban obligados a asistir a las misas dedicadas a sus patronos bajo pena de multas. Otras logias suspendían sus actividades durante los quince días de Pascua para que sus miembros cumplieran con sus deberes religiosos. No faltaban las misas para sus hermanos difuntos. También se celebraban misas para San Pedro y San Pablo. Además de la acostumbrada y continua beneficencia, la masonería celebraba los acontecimientos de las familias reales, como ser las muertes, los nacimientos, los casamientos. Había Te Deum para celebrar convalecencia y otros hechos. Había hermanos visitadores de enfermos, consoladores y cirujanos. La mayoría de las logias tenían algún miembro sacerdote. Todas las ordenes religiosas estaban representadas en la masonería. Muchos sacerdotes fundaron logias y otros fueron sus venerables. Ferrer Benimeli, a quien seguimos en estos pormenores, ha anotado cuarenta y cinco eclesiásticos fundadores de logias y otros sesenta y cuatro eclesiásticos que fueron Venerable, o sea, Grandes Maestros, de logias. En la logia de Saint Chinian figuraban dos obispos. El obispo de Autun, Mauricio de Talleyrand-Perigord, tan talentoso y tan desfachatado, era miembro de la logia masónica Les Philalétes. Otra logia de Narbona estaba integrada solamente por eclesiásticos. Muchas logias Fueron fundadas en conventos. El abate Gordier de Saint-Firmín propuso a Voltaire como miembro de la logia Las Nueve Hermanas, de París, cuando tenía ochenta y cuatro años, y recibió el delantal que había usado el filósofo Helvetius. En la logia de Sens, en 1777, había cincuenta eclesiásticos. En 1778, nueve benedictinos, un sacerdote y tres canónigos fundaron a logia La Fidelité de Hesdin. En la logia San Juan de la Verdadera Concordia, de Viena, m 1785 había doce eclesiásticos.

El eminente Ferrer Benimeli trae una lista de logias francesas con nombres de santos y otras listas de sacerdotes masones, con sus nombres, cargos, fechas de nacimiento, logias y años en que eran masones. Esta lista, que el mismo autor considera incompleta, tiene más de tres mil quinientos nombres. Todos son del siglo XVIII.



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