Rito de
Adopción
10 de junio de 1774
Es momento de entrar a ver este proceso dentro de la orden y
cómo fue ganando terreno hasta la aceptación de que existieran logias mixtas y
logias exclusivamente femeninas.
No sabemos cuál fue el camino que realizó la mujer para
ingresar a la masonería, dado que gran parte de la documentación sobre las
logias especulativas no se encuentra.
Sí
tenemos algunos libros de actas de algunas logias masculinas de Francia donde
se deja constancia de que los masones aceptaban en ciertos trabajos a las mujeres,
situándose en algunos casos al margen de las propias leyes de la institución.
Rescatemos un documento antiguo donde se reconoce de forma
expresa la existencia de las logias femeninas. Estamos hablando de que esto ocurría
el 11 de agosto de 1760 en el que la Gran Logia de Maestros de París, cuando se
emite sentencia expulsando definitivamente de la orden a un venerable maestro
de apellido Fellon por haber abierto y auspiciado logias femeninas.
El 10 de junio de 1774, el Gran Oriente de Francia establece
el rito denominado de Adopción o “Masonería de Damas”, el cual estaría bajo su
jurisdicción y tendría reglas y leyes para su gobierno. Dispone que solo los
maestros masones están habilitados a concurrir a dichas reuniones; que cada
logia de adopción esté a cargo y bajo la sanción y garantía de una logia
masónica regularmente constituida y el que venerable maestro de esta última, o
los vigilantes, si faltase él, fuese el oficial encargado de presidirla,
acompañado de la “Maestra Presidenta” de la logia de adopción.
La masonería de adopción consta de cuatro grados:
1º Aprendiza,
2º Compañera,
3º Maestra, y
4º Maestra Perfecta.
La base de la misma es la “virtud” y se entiende conveniente
asentarla, no solo sobre los principios que inspiran amor al bien y horror al
vicio, sino, incluso, sobre la práctica de las buenas costumbres.
Muchos de los
rituales correspondes a textos bíblicos, pero estos no se pueden tomar a pie juntilla,
deben de entenderse en clave simbólica; la interpretación alegórica de esos
textos y el imaginario constituyen la instrucción masónica de la mujer en los
distintos grados del rito de adopción.
Siguiendo estas reglas se construyeron, a partir de 1775,
varias logias de adopción. Se destaca entre ellas La Candeur, que admite
burguesas, como el caso de la señora Helvetius, o la adopción de la Princesa de
Lamballe, la duquesa de Chartres cuyo marido, el futuro Philippe Egalité, era gran
maestre de la orden.
La duquesa de Borbón, prima del rey y madre del duque de
Enghien, fue la gran maestra de la masonería de adopción.
Con la Revolución francesa las logias de adopción tienen una
tendencia a desaparecer y sus integrantes se vieron dispersados por la emigración.
Otro factor que incidió en este ambiente fue el encarcelamiento o la acción
política.
Tenemos que esperar hasta el primer imperio para apreciar el
renacer de estas logias de adopción, destacándose la emperatriz Josefina, como gran
maestra. Su accionar no pudo mantenerse y poco a poco, durante el siglo XIX,
las logias de adopción van camino a un estado vegetativo o incluso a su
desaparición.
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