Claves para entender a los Maestros

20 enero 2025

REMBRANDT

 

REMBRANDT

Y SUS SECRETOS

 

Como muchos de los artistas no dejó ningún tipo de documentación sobre sus obras, por lo que la interpretación muchas veces gira en torno a diferentes especulaciones que cada uno puede hacer sobre ellas.

En este caso está la investigación de la Universidad Arion, en Boston, Zhenya Gorshman realizó su artículo “Rembrandt: Turn of the Key”. para desentrañar los misterios de masonería y sectas religiosas que el pintor parecía profesar, en este texto se mostrarán los diferentes indicios que parecen indicar que cada trazo del pintor no era, para nada, al azar.

 

… hágase la luz

Uno de los rasgos más característicos del pintor fue el contraste entre luz y oscuridad que marcó no sólo su obra, sino una época. Es verdad que la luz se convirtió en uno de los elementos más relevantes para las pinturas y el arte de ese entonces, pero también es un elemento fundamental de la masonería. La luz es un símbolo masón que representa la verdad divina que ilumina el camino de la vida en constante peregrinaje. Sin la oscuridad, nadie puede ser iluminado. Una cosa debe preceder a la otra, tal como la noche que precede a la mañana. Goethe era un conocido miembro de los masones y Rembrandt era su pintor favorito. De hecho, Goethe adquirió un grabado de Rembrandt conocido como “El alquimista” para ilustrar la primera edición de Fausto en 1790 y una de sus líneas más fa mosas: “Existe una fuerte sombra donde hay mucha luz”, muestra el espíritu masón en todo su esplendor. Tal vez perfeccionaba su técnica pictórica, pero lo que se cree es que, en realidad, expiraba el simbolismo de la luz y la oscuridad de esta tradición esotérica.

 

Su nombre

Su nombre de pila es en realidad Rembrant, sin la ‘d’. Después de 1633 insistió en añadir la letra a su nombre aunque en muchos documentos aún carecía de ésta. En menos de 10 años cambió totalmente su firma y esto puede deberse a que, en realidad, esa firma se convirtió en un reflejo claro de su identidad. Como si se tratara de dos palabras diferentes, Rembrandt firmaba su nombre con un Rem, precedido de un Brandt. Un diccionario flamenco antiguo muestra el significado de ambas palabras: brandt significa luz mientras que rem quiere decir obstrucción. Probablemente el pintor cambió su nombre para que, igual que en la simbología masona, su nombre también estuviera compuesto por los dos opuestos.

 

Los tres puntos secretos

Después de su nombre, en muchas ocasiones el pintor agregaba una letra “f”. Muchos lo atribuyen a la locución latina fecit, que significa “hecho por”. Otros creen que, hombre de múltiples significados, Rembrandt también intentaba hacer énfasis en la fraternidad, tal vez no de hermanos, sino de una sociedad fraternal, tan parecida a la de las universidades norteamericanas.

Además, después de la “f” agregaba tres puntos. Albert C. Mackey realizó una enciclopedia de Masonería en la que asegura que las abreviaturas masonas se distinguen por el uso de tres puntos colocados en forma triangular después de las letras. Es algo así como comunicación en código hacia otro hermano masón. La efe se refiere, efectivamente, a hermano. Como dato curioso, en Francia, de hecho, a los masones se les llama Les Frères Trois Points o los hermanos de los tres puntos.

Rembrandt era bastante creativo para colocar su firma. Normalmente añadía su nombre en superficies de piedra, como en su cuadro “Samson threatened his father-in-law”. Los rituales y leyendas nos muestran a la piedra como un símbolo predominante; desde el aprendiz que se encarga de pulir la piedra con un martillo y un cincel, hasta la culminación de los rituales, las piedras aparecen en los diferentes grados masones. Después de la ceremonia de iniciación, se le dice al nuevo hermano masón que representa la piedra angular sobre la que debe construirse el tempo espiritual de la masonería.

Además, los masones del real arco crean una firma o marca que tallan en piedra y que sirve como identificador personal. En numerosas ocasiones, Rembrandt pone la firma en sus cuadros como si estuviera escrita en piedra.





 

Conócete a ti mismo

Todos esos cuadros que se convirtieron en una gran contribución a la pintura, también son un fuerte símbolo de los rituales masones y su principio de “examinación interior”. Los masones buscan cultivar la individualidad antes de ajustarla a estructuras preexistentes. La tarea de cada uno de sus miembros es pulir y cultivar su espíritu para entender sus defectos y alcanzar la perfección. Se cree que grandes mentes independientes como Franklin, Mozart, Wilde o Voltaire pertenecieron a los grupos masones. Pocos pintores lograron desarrollar esa introspección penetrante como Rembrandt. Entre 1627 y 1631 se retrató unas 20 veces y en 40 años, con diferentes técnicas, realizó unos 75 autorretratos.

 

¿Me estás mirando?

¿Qué hay más allá del rostro en los autorretratos de Rembrandt?

En la pintura holandesa del siglo XVII, a menudo hay múltiples metáforas. Sabemos que hay que mirar detrás de los objetos ordinarios para leer un significado más profundo o sacar una lección moral. Los gestos, la ropa, los fondos, las poses, la dirección de la mirada y los colores pueden ser indicadores de un significado que el artista está transmitiendo al espectador. Desafortunadamente, con el tiempo, estos mensajes con frecuencia se malinterpretan o se pasan por alto. A menudo, los mitosse asocian a las pinturas a lo largo de los siglos. Sin embargo, el meollo del asunto suele residir en una observación engañosamente básica de la obra de arte. Veamos más de cerca el Autorretrato de Rembrandt (1636-38), ahora en el Museo Norton Simon. A primera vista, es un retrato de busto bastante tradicional.

Rembrandt se retrata a sí mismo con una boina de artista, con una mirada perforante, que puede decirse que examina al espectador o, por el contrario, perfora su propia imagen en el espejo. Uno apenas detecta el indicio de una mano escondida en la solapa de la chaqueta.

El efecto de claroscuro ilumina el rostro, invitando al espectador a escudriñar la personalidad, ya que oscurece el gesto de la mano, haciéndolo fácilmente imperceptible. Recuerde que es de la oscuridad de donde nace el conocimiento. Este gesto puede resultar familiar, para algunos el gesto de la mano escondida es una señal de masón.


Escrito en piedra...

Un aspecto de la preocupación de Rembrandt por el autoexamen se extiende a su tratamiento poco ortodoxo de la firma.

Sus firmas van más allá del propósito básico de reivindicar la autoría y pueden verse como una extensión de la autorrepresentación o autoinserción. La mayoría de las veces, la colocación de su firma dirige deliberadamente la atención del espectador a los aspectos clave de su obra, por ejemplo, en la planta de los pies de Cristo en su Jesús en la cruz de 1631, en una prenda que sostiene al niño llevado por el águila en El rapto de Ganimedes (1635), y en el pedestal en Aristóteles con un busto de Homero de 1653.

Además, Rembrandt añade insistentemente su nombre a las superficies de piedra, por ejemplo, en la base de una columna en la pintura de Sansón amenazó a su suegro, y en la

piedra en bruto en El rapto de Europa.

En el ritual y la leyenda masónica, la piedra (como se podría esperar) juega un papel principal. Empezando con el nuevo aprendiz, a quien se le confía pulir la piedra en bruto con martillo y cincel, y culminando con las piedras de diversas formas que aparecen en el Grado de Maestro Masón, casi no hay una ceremonia en la masonería que no esté relacionada de alguna manera con la piedra. Es digno de mención que después de completar la ceremonia de iniciación, el nuevo Hermano es colocado en una posición particular dentro de la Logia y generalmente se le dice que representa la piedra angular sobre la que debe construirse el Templo espiritual de la masonería. Además, cuando se une a la Masonería del Real Arco, se le pide al iniciado que cree una “marca” de firma que sirve como un identificador personal tallado en piedra. En numerosas ocasiones, Rembrandt coloca la firma en sus cuadros como si estuviera escrita en piedra para que el espectador reflexione al respecto. Es importante reconocer esta elección deliberada, que va más allá del uso utilitario de la firma con fines de identificación de la obra del artista.

 

Todos los caminos conducen a...?

Rembrandt tenía varias fuentes para su búsqueda esotérica. Una de ellas fue su fascinante relación con Menasseh Ben Israel, o Manoel Dias Soeiro, quien fue un rabino portugués, cabalista, erudito, escritor, impresor, editor y fundador de la imprenta hebrea en Ámsterdam en 1626. Rembrandt tomó prestados conceptos de la cábala para numerosas pinturas y grabados, como El banquete de Belsasar, y se especula que tuvo acceso a símbolos esotéricos a través de Ben Israel.15 Hubo una colaboración más evidente cuando Ben Israel encargó a Rembrandt que creara cuatro ilustraciones para su publicación Piedra Gloriosa: David y Goliat, La visión de Daniel de las cuatro bestias, La escalera de Jacob y La imagen vista por Nabucodonosor, publicada en 1655. En combinación, tenemos la roca glorificada (el tema de este volumen y uno de los símbolos más importantes para los masones), el préstamo de la cábala y la solución geométrica. que se utiliza para representar la relación entre Dios y los hombres. Las cuatro imágenes son muy indicativas de las preocupaciones masónicas. En concreto, me gustaría centrar la atención en la Visión de Daniel. Aquí debemos buscar: (1) círculos concéntricos que rodean la figura divina en la parte superior; y (2) una forma de brújula que se extiende desde el óculo, un símbolo de la divinidad, apuntando hacia la Tierra.

Estas dos aplicaciones geométricas recuerdan mucho a un concepto masónico clave que describe a Dios como El Gran Arquitecto. Las herramientas básicas de medición, un compás y la escuadra, se consideran los dos símbolos principales de la geometría sagrada. Además, el círculo como producto del compás se convierte en un símbolo de lo divino y lo creativo.

Es digno de mención que las líneas de la brújula que irradian desde el óculo y la figura de Dios en la parte superior llegan hasta el suelo para tocar la firma de Rembrandt. Rembrandt subraya así la conexión entre los dos creadores en esta imagen: Dios y el Artista. También es fascinante que cuando se reimprimió el libro se encargó a un artista diferente (probablemente sin que Ben Israel lo supiera) que copiara los grabados de Rembrandt. Si bien se replicó La visión de Daniel, se modificó eliminando la imagen de Dios y las líneas brújulas. ¿Fue demasiado controvertida la solución visual de Rembrandt?

 

El símbolo Rosacruz

En el grabado “El alquimista”, la misma que adquirió Goethe, Rembrandt representa una revelación radiante rodeada de tres círculos en medio del aire. La revelación incluye una inscripción secreta que después de usar un espejo se ha descifrado como un anagrama latino que deletrea el nombre de Dios. En medio de la rueda se encuentra una cruz que se divide en cuatro secciones y las clásicas letras latinas INRI. Según el profesor de literatura y humanidades David Lyle Jeffrey, la visión e inscripción que realiza Rembrandt tiene gran significado entre los masones. Además del significado que todos conocemos del INRI, para los masones significa Igne Natura Renovatur Integra (el fuego sagrado masón que es capaz de regenerar la humanidad). Además, la Cruz Rosacruz y el símbolo de Rembrandt tienen los mismos elementos: los tres círculos concéntricos, la cruz en medio y, por supuesto, el INRI.

 

https://redespress.wordpress.com/2020/06/01/rembrandt-el-pintor-que-escondio-secretos-de-masoneria-en-sus-pinturas/

 

 

 

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