Claves para entender a los Maestros

10 agosto 2025

PALACIO LEGISLATIVO (IV)

 

PALACIO LEGISLATIVO (IV)

1925 – 25 DE AGOSTO – 2025

Fachada Oeste

Está puerta lateral con relieve frente al edificio Anexo tiene una carga simbólica, especialmente con la Cámara de Representantes. El uso del relieve solo en la puerta del medio podría indicar una intención de enfatizar el umbral como elemento de transición: el paso entre lo cotidiano y lo institucional, entre el afuera ciudadano y el adentro legislativo.

En términos de lectura patrimonial, esa entrada también puede funcionar como espacio liminal, casi ceremonial, en el que se condensa una estética de poder sobrio pero significativo.

  



La secuencia de las mujeres portando uvas remite claramente al ciclo vital y espiritual, y al poder fecundo de lo colectivo. La vid como “hierba de la vida” trasciende el cristianismo: es símbolo dionisíaco, emblema de transformación, incluso de transubstanciación.

Si al final de la escena dos hombres se dirigen a una reunión legislativa, ese tránsito de la uva al vino cobra un sentido político: el trabajo invisible de la tierra (mujeres, naturaleza, mitología) se convierte en acto institucional de creación de leyes. La metáfora sugiere que la legislación es fruto del proceso vital y social, con raíces antiguas y simbólicas.

 


 

Este bajo relieve parece estar estructurado como una coreografía ritual que alude a la sacralización del trabajo productivo y la elevación de lo terrenal hacia lo heroico o lo divino.

El acto de “entregar el animal” representa la disponibilidad de la riqueza ganadera como ofrenda; quitarle el yugo es un gesto liberador que transforma al animal de herramienta en símbolo. Aquí se deja de lado la utilidad del animal para convertirlo en portador de sentido.

La figura central del joven de rasgos clásicos, al estilo de un dios griego, dota de solemnidad el momento: él no produce ni prepara, pero recibe. Esto sugiere un orden jerárquico o idealista donde los frutos del trabajo colectivo son canalizados hacia una figura que encarna la trascendencia, el orden, o incluso lo legislativo si vinculamos esta iconografía con el espacio de la Cámara de Representantes que mencionabas antes.

En términos interpretativos, podría pensarse que este joven simboliza al legislador ideal, aquel que recibe las ofrendas (riqueza nacional, esfuerzo productivo) para transformarlas en normas y organización social. Un paralelo con el dios griego implica nobleza, belleza idealizada, y legitimidad cultural.

 



Esta escena en el otro extremo parece cerrar el ciclo alegórico con una nota de abundancia ritual, como si estuviéramos presenciando un banquete que celebra no solo la riqueza del país, sino también la armonía entre naturaleza, trabajo y cultura cívica.

Las cuatro mujeres con bandejas evocan una estética ofrendaría que dialoga con arquetipos femeninos de la fertilidad, la provisión y la conexión con la tierra y el mar. Cada alimento –marino o terrestre- no es solo sustento, sino símbolo: lo marino puede sugerir profundidad, misterio, lo telúrico apunta a estabilidad y fecundidad.

La disposición en bandejas organizadas remite también a la idea de ritual codificado, como si se tratara de una “presentación sacramental” antes del festín, un gesto que, en contexto cívico, puede leerse como la entrega de lo mejor de la nación (sus recursos) para el pacto institucional.

Si el relieve central representa el banquete, este momento de preparación es crucial: es el preámbulo del encuentro, la disposición simbólica del alimento como ofrenda. En términos republicanos, podría pensarse como una metáfora del Estado que se nutre de la diversidad productiva del territorio y la canaliza hacia la construcción normativa.

 

No olvidemos que también estamos haciendo una lectura numérica en las otras fachadas:

Grupo 1: 6 figuras (mujeres con cestos de uva), el número 6, asociado a la armonía y perfección dentro de tradiciones pitagóricas, puede representar la simetría del ciclo vital. Son las portadoras de la semilla transformadora: la vid.

Grupo 2: 7 figuras (escena ganadera + joven central), el número 7 introduce una alteración, un punto álgido. Es número de totalidad, espiritualidad y revelación. Aquí aparece la figura idealizada que recibe la ofrenda, elevando la escena al plano heroico o normativo.

Grupo 3: 6 figuras (mujeres con bandejas de alimentos), se retoma el número 6 como cierre armónico, creando un espejo con el inicio. Estas portadoras de alimentos equilibran el conjunto, redondean el ciclo desde la fecundidad hacia la celebración.

Este patrón 6–7–6 forma una estructura tripartita que recuerda a la forma de un poema (como un haiku), con punto medio elevado, casi sacralizado. Podríamos interpretarlo como un ritmo ceremonial: ofrenda → recepción idealizada → celebración compartida.

 

 

En síntesis:

1. Mujeres con cestos de uvas: evocan lo fértil, lo espiritual, lo ancestral. La vid como símbolo de inmortalidad y transformación. Representan el trabajo colectivo que precede a la creación normativa.

2. Hombres dirigiéndose a una reunión: alegoría de los legisladores que canalizan el fruto social hacia leyes. De la vid al vino como metáfora del paso de la naturaleza a la cultura normativa.

3. Escena ganadera ritualizada: Tres hombres ofrecen, tres preparan: equilibrio, comunidad, voluntad cívica. Quitar el yugo transforma al animal en símbolo. El joven central, al estilo de dios griego, recibe la ofrenda como encarnación del orden justo.

4. Cuatro mujeres con bandejas de alimentos: representan la riqueza del país: frutos del mar y de la tierra. Acto de disposición ceremonial, no consumo: alimento como símbolo de pacto. Preámbulo al relieve central del banquete institucional, que celebra la construcción cívica.

La puerta narra un tránsito mito-poético: del esfuerzo productivo, la fertilidad y la ofrenda, hacia la institucionalización de la norma republicana. La estética clásica, la distribución ritual y el rol femenino y masculino en equilibrio refuerzan una visión idealizada del proceso legislativo como fruto del pacto social y natural.

Este portal puede ser integrado a tu circuito como espacio liminal entre memoria, poder y fertilidad simbólica, complementando recorridos que aborden tumbas de legisladores, símbolos republicanos o transiciones históricas del rol del Estado.

 

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