Claves para entender a los Maestros

23 septiembre 2014

27º Gran Comandante del Templo

27º Gran Comandante del Templo

Grado Vigésimo Séptimo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Noveno Grado del Consejo de Caballeros Kadosh
Noveno de los Grados Históricos y Filosóficos
Noveno de los Grados definidamente Templarios
Noveno Grado de la Sexta Clase o Serie

Los orígenes del grado:
Ø  Se ha dicho que este grado representa de la forma más directa el espíritu del discurso de Ramsay: la integración de la Masonería Operativa con los valores de la caballería, integración  que determinó la conformación de numerosos Altos Grados.
Ø  Es el primer grado en el que el elemento caballeresco predomina sobre el resto de las influencias.
Ø  Aquí se conjugan distintas órdenes y tradiciones de caballería, por lo que el grado, de todas formas, también termina siendo una fusión de tendencias diferentes.
Ø  Posiblemente ello haya determinado las distintas denominaciones que se le han otorgado:
·         Soberano Comendador del Templo.
·         Gran Comendador del Templo.
·         Caballero Comandante del Templo.
·         Caballero Comendador del Templo de Jerusalén.


Se trata de la iniciación de un principiante, en prepararlo para convertirse en uno de esos caballeros valientes, que dedicaron sus energías y vidas para arrebatar a la Ciudad Santa de las manos de sus conquistadores musulmanes.

Revivifica el viejo espíritu caballeresco de hidalguía, el respeto a las virtudes, y la defensa firme del deber y de la adoración de la verdad. Había una época en la que un caballero moriría antes que pronunciar una falsedad o profesar una opinión sólo por conveniencia, ganancia, o miedo de la desaprobación mundana. Él no pervertiría los dichos o los actos de otros hombres; no hablaría ni discutiría sin sinceridad ni mancharía su escudo bajo ningún pretexto. Todo esto él observaría dentro o fuera de su Capítulo.
Las cualidades requeridas de un aspirante a esta Orden eran humildad, templanza, castidad, generosidad y honor, y era requerido a afirmar, bajo condiciones muy solemnes, su buena voluntad de renunciar a todos los deseos terrenales, y rendir obediencia implícita a las reglas y requisitos de la Orden, y de sacrificar su vida si fuese necesario, en el rescate y la defensa de la Tierra Santa.
El Rito Escocés, el brazo derecho fuerte de la Masonería que esgrime en alto la espada flameante de la verdad, ha trabajado para dar a la humanidad su derecho de nacimiento de la libertad del pensamiento, de la libertad del discurso y de un gobierno libre, para superar la tiranía, la injusticia y la usurpación, y destruir el despotismo de un hombre. El mejoramiento y la construcción de la raza humana son los deberes de cada masón en el espíritu de magnanimidad de un caballero. Esto no significa que debemos perder nuestras vidas cuando la pérdida no tendría ningún beneficio. Más bien, debemos ayudar a nuestro semejante, sacrificar nuestra comodidad y deseos personales y ayudarle a ascender a un plano más alto de envoltura espiritual de modo que él pueda entenderse a sí mismo.
A pesar de todos los esfuerzos idealistas, filosofías de sabiduría y limitación y meditaciones sublimes y elevadas, hay épocas y acontecimientos que demandan acción agresiva, exhibiciones de fuerza y voluntad indomable de victoria en batallas que se deben ser emprendidas para apoyar las virtudes que proclamamos. Se  debe despreciar lo bajo y egoísta, y hacer manifiestas las cualidades caballerescas de carácter y caridad, verdad y honor, antes que ser ejemplos de acumulación de riqueza y de poder mundano. Esto es masonería práctica en acción, cumplir con el deber, con el pobre y desamparado, el débil e infeliz, el perturbado y enfermo. Enseñándole que debe practicar humildad, paciencia, caridad y abnegación, pero nunca someterse a la opresión, a la injusticia o a la usurpación, a la tiranía espiritual o al despotismo político.
A través de su historia, el Rito Escocés ha enseñado, practicando e inculcando entre todos los hombres un conocimiento de la verdad, esforzándose por liberarlos de pasiones animales y de la ignorancia, del fanatismo, de la intolerancia y de la esclavitud espiritual. Ahí el Caballero verdadero suena su clarín y desenvaina su espada”.[1]

Los objetivos exotéricos del grado son:
Ø  Expresar los ideales caballerescos de verdad, honor, lealtad, justicia y humanidad.
Ø  Manifestar tolerancia hacia los errores humanos.
Ø  Ayudar a las viudas, huérfanos, inocentes e indefensos.
Ø  Respetar la libertad de todos los pueblos.
Ø  Cultivar la sabiduría.

Los objetivos esotéricos del grado son:
Ø  Vivenciar los aspectos esotéricos del ideal caballeresco.
Ø  Proteger la Ciudad, esotéricamente entendida.
Ø  Cultivar la Sabiduría.
Ø  Estudiar los aspectos ocultos de la doctrina y la herencia de los Templarios.
Ø  Comprender el significado del Bafomet.

Entre los símbolos principales de este grado se encuentran:
Ø  Los colores rojo y negro. Estos colores, muy conocidos en alquimia y en el Martinismo, ya habían aparecido en grados anteriores. Su presencia simultánea indica un cierto grado de conjunción, el haber llegado, hasta algún punto, a la conjunción de los opuestos.
Ø  La corona de laurel. La corona de laurel o luréola, generalmente se entregaba como recompensa a poetas, deportistas y guerreros en la antigua Grecia y Roma. Es por lo tanto, un símbolo de victoria, muy apropiada para un Caballero, que ha obtenido el triunfo sobre la miseria y la ignorancia.
Ø  El círculo. La reunión de los Iniciados en un círculo es una de las formas rituales más universales, desde los druidas hasta los Caballeros del Rey Arturo. Implica la reunión de las personalidades, de la egrégora, en torno a un centro común, hacia el que se proyectan y en el que se focalizan los pensamientos, para producir un resultado final y específico.
Ø  La esfera. Es el círculo llevado a tres dimensiones.
Ø  Es la forma que tienden naturalmente a asumir los cuerpos, desde una gota de agua hasta un planeta, porque implica la máxima superficie con el mínimo de energía. La esfera es el círculo multiplicado infinitas veces, es por lo tanto, la máxima potenciación del poder de la Tabla Redonda.
Ø  El corazón.
Ø  Las espadas extendidas hacia un punto central.
Ø  La llave negra. Su color posiblemente denote que está hecha de hierro. Este símbolo contrasta notablemente con la blanca llave de marfil del Maestro Secreto. Se supone que esta llave guarda el secreto de la Tabla Redonda, o la tumba de Jacques De Molay, según en qué contexto se considere.
Ø  Salomón. De él se ha dicho que fue: “…un corazón tan sabio y entendido, que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú” (1ª Reyes 3:12). Aquí se está aludiendo al corazón no como símbolo de los sentimientos, sino como órgano de conocimiento, lo que era habitual entre los egipcios y otras culturas antiguas.
Ø  La Rosa-Cruz.


Desde un punto de vista ético, este grado enfatiza la independencia moral y la libertad de consciencia. Es decir, se insiste en el obrar con libertad, en una ética que no se apoya en el deber impuesto exteriormente, sino en los valores libremente elegidos.

En síntesis: este es uno de los grados en que el elemento caballeresco del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se hace más evidente. Elemento caballeresco que debe ser despojado de fanatismo cristiano, y abrirse hacia las expresiones de la Caballería presentes en otras culturas. La Caballería, en última instancia, es la manifestación de un arquetipo, el que trasciende las limitaciones de las fronteras religiosas y sociales. Es menester, de todas formas, dotar a este grado de un mayor contenido, trabajar para vivificar y enriquecer sus símbolos y, de una vez y para siempre, abandonar la negativa costumbre de conferirlo por comunicación, práctica que ha conducido a empobrecer y olvidar la Belleza presente en sus Rituales.[2]


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