14º Maestro de la Bóveda
Sagrada
Entre los símbolos principales de este grado se encuentran:
v El pozo
El pozo iniciático, (“sobre el
que un rayo de Sol cae a plomo”), es similar a la caverna. Descender a sus profundidades
es penetrar en lo más hondo del inconsciente, tanto personal como colectivo. En
el fondo del pozo hay un Delta, el Delta de Hiram, es decir, algo muy valioso,
que Hiram arrojó allí antes de morir.
Como un rayo de Sol cae perpendicularmente en el pozo, quiere decir que, en
ese instante, el Sol alcanzaba el meridiano (justo cuando se encontraba sobre
la abertura del pozo; en realidad esto sólo es exacto durante un equinoccio).
Y es en ese instante preciso, a mediodía, cuando se abre la Logia del 14°
grado.
v
Las herramientas
Se dice que: “Fueron utilizadas en descubrir y levantar
la piedra cuadrangular que cubría la entrada a las bóvedas de Enoch, en abrir
un camino que condujese a la Bóveda Sagrada y en destruir el pedestal que
estaba encerrado allí.”
-
La palanca
-
El azadón
-
La pala
En el Arco Real se menciona el pico en lugar de la azada, pero el
significado simbólico es equivalente.
v
Ushebtis,
Término egipcio que
significa "los que responden", son estatuillas que se depositaban en la tumba
del difunto. Su cometido era servirle en la Duat. Generalmente, eran figuras momiformes,
a imagen del difunto, portando una azada y, a veces, un pico o un saco a la
espalda. El número de ushebtis depositados en las tumbas varió según la
época e importancia del personaje.
Algunos enterramientos
del Imperio Nuevo poseían 365 ushebtis, o más, correspondientes a cada
día del año. En la imagen
vemos distintos instrumentos portados por los ushebtis, tales como azadas o
picos que, precisamente, son fundamentales en los grados 13° y 14° escoceses.
v
El Delta
Se dice que el Delta es “el verdadero objeto de la Perfección masónica”.
Y notemos que este Delta no observa y juzga al hombre desde
el Cielo, sino que se encuentra en las profundidades, en un mundo subterráneo,
sólo accesible a través de pozos y cavernas.
v
La corona
La presencia de la corona en la joya de este grado alude a
Kether, el primero y más elevado de los Sephiroth. De hecho, si se cuenta al
Sephiroth desconocido Daat, las emanaciones cabalísticas son once, y no diez,
como los once grados de la Logia Capitular de Perfección. El Sendero a
través de estos grados sería entonces un Sendero de reintegración (“La
búsqueda de la Palabra”), de Malkuth a Kether, desde el Maestro Secreto,
donde todo está oculto, hasta el Gran Elegido, donde todo se manifiesta.
v
El compás
El compás se considera, en la Masonería Simbólica, atributo del Gran
Maestro. Su relevancia en este grado es una forma de asociar la Logia
Capitular a una Gran Logia.
Y de
otorgar a sus miembros una jerarquía equivalente a la de “un Maestro entre
los Maestros”.
Según los Rituales, aparece abierto a 90° o a 45°.
Parece más adecuada la primera opción, que “indica los
vastos conocimientos adquiridos”.
v
El Sol
Es la visión directa de la Luz, la Energía, la Palabra.
El Sol es el Centro, la Fuente, el Núcleo.
Representa el Sí-Mismo, lo más Verdadero, ya sea en el hombre o en el
Universo.
v
El anillo
Su naturaleza circular alude a la consumación de un ciclo.
Y, siendo un símbolo femenino, junto al dedo que lo lleva (un símbolo
fálico masculino), implica la conjunción de los opuestos.
Es la corona, pero en la mano que construye, mientras que la primera se
coloca en el cerebro que piensa.
¿Qué significa la inscripción “La virtud une lo que la muerte no
puede separar”?
Por supuesto que no puede aludir a una virtud exotérica, de carácter
trivial.
Pero “virtud”, etimológicamente, deriva de valor, valor físico, y,
al derivar de vir, se vincula con virilidad, y tiene una connotación masculina.
Por ello, la virtud es el valor, el valor del guerrero, del luchador, del
que mantiene sus valores en medio de las vicisitudes de la vida.
Todo esto remite a un origen templario, y a una postura frente a la vida
acorde con los ideales del templarismo.
v
El arbusto ardiente
“El que está cerca de mí está cerca del fuego” (Evangelios
Apócrifos).
La experiencia del Sí-Mismo es reveladora y transformadora, pero
conmocionante y perturbadora a la vez
v
Los diversos Altares
Hay en este
grado tres altares: el Altar de los Perfumes, el Altar de los
Sacrificios y el Altar Central.
El Altar
de los Perfumes, aunque se derive de los rituales hebreos, tiene un claro
simbolismo alquímico: el “perfume” es el resultado de la purificación de
las substancias de la tierra, de la acción del fuego sobre la materia, para
liberar sus esencias básicas.
El Altar
de los Sacrificios no remite a un acto cruento o al sacrificio de alguna
función natural humana, sea esta física o intelectual. El “sacrificio”
es la muerte de un personaje, el sacrificio de una máscara, para dar expresión
a la libre voluntad del Sí-Mismo.
Y el Altar
Central es precisamente ese Sí-Mismo, el núcleo de nuestro ser, el
verdadero Yo.
Todo se
concreta, entonces, en conocer quiénes somos realmente, y ese conocimiento es
la Perfección.
¿Puede alcanzarse
tal Perfección en forma definitiva? Seguramente no, porque la profundidad del
Ser es infinita.
Por ello,
tal Perfección es sólo relativa.
Recordemos una de las preguntas que
se le formulan al Candidato en la Iniciación Martinista: “No te pregunto quién
eres, porque si lo supieras, no tendrías ya más nada que aprender; en cambio,
sí te pregunto, ¿quién crees que eres?”.
v
La piedra cúbica
Se la estudia con más detalle en el Rito Francés. Aquí la examinaremos con más
cuidado en la “Instrucción”, pero es un símbolo masónico universal, y muy
apropiado para representar la consumación, el cumplimiento de una Obra.
Imágenes de la baraja masónica de Jean Beauchard, con un simbolismo
muy afín al del
Presente grado
v
La Columna de la Belleza
Es el “axis mundi”, el eje en torno al
cual se orienta el Universo.
Es análoga al Árbol de la Creación,
en torno al cual gira el Todo.
Es una columna arquetípica, y la elección de la
“Belleza” no es casual, si recordamos el importante valor que Platón le
adjudicaba a la Belleza en el reino de las Ideas.
Según el Manuscrito Francken (siglo XVIII): “es
la columna que sostiene al Mundo”.
v
Los “Elegidos”
Algunos Rituales, de inspiración teúrgica, comparan a los
Grandes Elegidos del grado 14° con los “ángeles” cabalísticos, que eran
invocados en los ritos de magia ceremonial.
Esto nos indica que el grado 14° pudo tener su origen en
Rituales mágicos, en los que cada Oficial corporizaba un “ángel” (un
principio cósmico) y, supuestamente, al personalizarlo se transformaba en un
canal para que su influencia alcanzara a todos los miembros de la Orden.
v
Los planetas
v
El Mercurio Filosófico
El Mercurio Filosófico,
relacionado con el Árbol de la Vida y con la crucifixión de Cristo.
De hecho, esta obra, de
L.Cattiaux (1950), lleva el título, en apariencia religioso, de Cristo en la
cruz.
v
La Tetractys
Es un símbolo que fusiona el tres y el cuatro, el ternario y
el cuaternario, reintegrándolos a la unidad.
v
La mezcla sagrada
Está formada por leche, aceite, vino y harina.
El Ritual dice que estos materiales simbolizan, respectivamente: “dulzura,
sabiduría, fuerza y belleza”.
Aunque esa interpretación
parece algo trivial.
La mezcla parece más bien
un símbolo de la Piedra Filosofal, en su condición de cuaternidad.
Como la Iniciación
consiste en una serie de purificaciones, el hecho de comer parte de la mezcla
sería la purificación suprema.
Desde ese ángulo, la
mezcla representaría la Piedra Filosofal en su condición de Medicina
Universal.
Dr. Jorge Norberto Cornejo
mognitor1@yahoo.com.ar
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