Miguel
Alemán Valdés
Sayula de Alemán, Veracruz – Ciudad de México
29 de setiembre de 1900 - 14 de
mayo de 1983
Político y abogado mexicano
que se desempeñó como presidente de México del 1º de diciembre de 1946 al 30
de noviembre de 1952. Su administración se caracterizó por la
creación de la Ciudad Universitaria y la industrialización de México.
Fue miembro de las academias de la lengua de México, de España, de Colombia y
de Nicaragua, y recibió el grado de doctor honoris causa de varias
universidades nacionales y extranjeras.
Con él se inició el país de los "Cachorros de la
Revolución", como los llamó Vicente Lombardo Toledano.
El ingreso a la masonería de Miguel Alemán Valdés se produce
el 20 de octubre de 1930.
Su vida como político
ha sido suficientemente estudiada, no así su actividad en las logias masónicas
de la cual apuntaremos algunos datos:
El autor masónico
Lorenzo Frau Abrines asienta en su Diccionario Enciclopédico de la Masonería
(tomo IV, p. 445) que Miguel Alemán Valdés fue un masón prominente.
Salvador Borrego (en
América Peligra, p.589) dice que quien fue su homólogo norteamericano, Harry S.
Truman, era también masón y publica una fotografía del propio Truman con su
indumentaria masónica.
El masón Alfonso
Sierra Partida, fallecido hace algunos años, concedió a la revista mexicana
Contenido (No. 204, mayo de 1980) una entrevista donde afirmó que Miguel Alemán
Valdés y su sucesor Ruiz Cortines fueron masones.
Añade Frau Abrines,
(obra citada, tomo I, p.68) que Alemán ingresó a la masonería a través de la
logia masónica Antíquitas No. 9 de la ciudad de México precisamente el 20 de
octubre de 1930.
Sigue el autor la
trayectoria del biografiado diciendo que siendo ministro en el gobierno de
Manuel Ávila Camacho, Alemán Valdés se afilió a la logia City of México,
obediente de la Gran Logia escocesa Valle de México.
Frau Abrines apunta
que Miguel Alemán recibió el último grado de la masonería escocesa en 1945,
esto es decir inmediatamente antes de su periodo presidencial y seguramente
cuando era ya el candidato presidencial oficial del PRI. La masonería escocesa
se lo entrega para quedar bien con el candidato presidencial que sin dudas
ganará.
Algunos masones han
pretendido afirmar que para ser presidente de la república se necesita (se
necesitaba) ser masón de cualquier rito y de preferencia del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado y tener -además- el grado 33, último de la escala en el Rito
Escocés Antiguo y Aceptado. Si alguna vez las cosas fueron así, hoy han
cambiado. La masonería ha dejado de ser la inteligencia política del país para
ser, apenas, destartalado cabús del trenecito de los vencedores. Los
fogoneros post-mortem del trenecito son Francisco Javier Clavijero (expulsado y
redivivo), Ignacio de Loyola (líder intemporal de la Sociedad de Jesús) y José
María Escrivá de Balaguer (cabeza intemporal del Opus Dei).
¿Benito Juárez? Bien:
Jerónimo PRIgione, diplomático vaticano (diario unomasuno, 26-nov-92), dijo en
su oportunidad: "Juárez ya es historia".
La masonería guardó
pertinente silencio.
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