Pedro I de
Brasil y IV de Portugal
12 de octubre de 1798-24 de setiembre de 1834
Palacio de Queluz (Lisboa)
Proclamó Brasil independiente de Portugal y
se convirtió en el primer emperador de Brasil y en el primer jefe de Estado de
Brasil. Ostentó el trono portugués durante un breve período con el nombre de
Pedro IV, apodado El Rey Soldado.
Es uno de los pocos gobernantes que ha ostentado tanto el título de "emperador" como el de "rey".
Palacio de Queluz
Pedro nació en el Palacio de Queluz, cerca de Lisboa.
Su nombre completo era Pedro de Alcântara Francisco António João
Carlos Xavier de Paula Miguel Rafael Joaquim José Gonzaga Pascoal Cipriano
Serafim de Bourbon e Bragança, recibiendo los dos primeros en honor
a San Pedro de Alcántara. Su padre fue el entonces príncipe heredero Juan,
hijo de la reina María I y del rey Pedro III. Su madre fue la infanta Carlota
Joaquina de Borbón, hija del rey Carlos IV de España y de la princesa María
Luisa de Parma.
Su padre era, desde 1792, el regente de Portugal por la
demencia de la reina María. En 1801, después de la muerte de su hermano mayor,
Francisco Antonio, Pedro se convirtió en el segundo en la línea al trono
portugués y como tal en príncipe de Beira. Al año siguiente, sus padres se
separaron: mientras el príncipe Juan vivió en el palacio de Mafra y la infanta
Carlota Joaquina en el palacio de Ramalhão, Pedro y sus hermanos vivieron en el
palacio de Queluz junto a su abuela, la reina María.
Cuando el príncipe tenía nueve años, en 1807 la familia real
se trasladó a Brasil para escapar de las Guerras Napoleónicas.
Permanecieron en el país durante 13 años. Su presencia convirtió a Río de
Janeiro en la capital de facto del imperio portugués y elevó a
Brasil un estatus igual al de Portugal dentro del reino constituyéndose de este
modo el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve.
Fue en Río, el 5 de noviembre de 1817, donde Pedro se casó
con su primera esposa, Leopoldina, archiduquesa de Austria e
hija del emperador Francisco I. De esta unión nacieron:
Ø
María de la Gloria (1819-1853), princesa
de Gran Pará y futura reina de Portugal, con el nombre de María II. Se casó
dos veces y tuvo descendencia.
Ø
Miguel (1820).
Ø
Juan Carlos (1821-1822).
Ø
Januaria María (1822-1901), casada con el
príncipe Luis de las Dos Sicilias. Con descendencia.
Ø
Paula Mariana de Braganza (1823-1833).
Ø
Francisca (1824-1898), casada con Francisco
de Orleans, príncipe de Joinville. Con descendencia.
Ø
Pedro de Alcántara' (1825-1891), futuro
emperador del Brasil, con el nombre de 'Pedro II'.
Tras enviudar en 1826, Pedro I contrajo matrimonio el 17 de
octubre de 1829 con Amelia de Beauharnais, princesa y duquesa de
Leuchtenberg (1812-1873); la pareja tuvo una hija:
Ø
María Amelia (1831-1853), fallecida soltera
y sin descendencia. Su padre le concedió el antiguo título de princesa de
Brasil.
De su larga relación con Domitila de Castro Canto y
Melo le sobrevivieron dos hijas ilegítimas:
Ø
Isabel María de Alcântara Brasileira, duquesa de
Goiás (1824-1898).
Ø
Maria Isabel II de Alcântara Brasileira, condesa
de Iguazú. (1830-1896).
Tumba de Don Pedro I
(Cripta Imperial, São
Paulo, Brasil)
Pedro regresó a Portugal para luchar contra su hermano Miguel sobre
quien había recaído el derecho a la corona al renunciar Pedro al trono
portugués para quedarse como emperador del Brasil. El episodio más
sobresaliente de este periodo fue el denominado desembarco de la Playa de
la Memoria (Matosinhos), ocurrido el 8 de julio de 1832 en el
que el soberano acaudillaba a un ejército que se dio en llamar Los Bravos
de la Memoria.
En 1834 Pedro derrotó a su hermano usurpador y retornó el
trono a su hija María.
Pedro murió en Queluz, el mismo palacio en el que
nació, a la edad de 35 años, en 1834, a causa de una tuberculosis.
En 1972 sus restos se trasladaron a Brasil y fueron
enterrados en la cripta del Monumento de Ipiranga donde está también
el Museo Ipiranga.
LA MASONERIA Y LA INDEPENDENCIA DE BRASIL
Pedro I, primogénito del rey Juan VI de Portugal,
emperador del Brasil y rey de Portugal, iniciado el 5 de agosto de 1822,
fue instalado Gran Maestro del Gran Oriente de Brasil el 5 de octubre de 1822
Desde su implantación en Brasil en
1797 hasta el fin de la Republica Vieja en 1930, la masonería como
organización o a través de sus miembros, ha sido en buena manera responsable de
los grandes acontecimientos que configuraron el país actual. A finales del
XVIII y comienzos del XIX, la vanguardia del pensamiento (burgueses, intelectuales,
nobles, militares, clérigos…), formaron parte desde el primer momento de los
cuadros de las logias masónicas junto con otros que lo hacían atraídos por su
curiosidad sobre los temas esotéricos o, posteriormente, cuando se asoció la
masonería al poder, o quienes sencillamente buscaban prestigio e influencia
social. Debido a la carencia de Universidades, los hijos de las familias con
recursos de Brasil eran enviados a estudiar a Europa,
normalmente a la Universidad de Coimbra en Portugal o a la
Universidad de Montpellier en el Sur de Francia. Allí entraban
en contacto con las ideas revolucionarias y los nuevos conceptos liberales, lo
que propiciaba el que se afiliaran a alguna organización secreta, que era la
única manera de poder desarrollar sus inquietudes.
Antes de surgir en Brasil las
primeras sociedades de carácter masónico, la masonería como filosofía,
indirectamente, influía en la formación de la nueva sociedad brasileña. El
trabajo se inició en los clubes literarios, academias y grupos patrióticos que
realizaban actividades artísticas e intelectuales, y contribuían a difundir las
nuevas ideas que germinaron en los movimientos emancipadores.
La masonería hizo acto de presencia
en Brasil en 1797 a bordo de un barco francés que fondeó en la Bahía
de Todos los Santospróxima a Salvador, cerca del Monte Cristo. Allí
se constituyó la primera logia llamada Cavaleiros da Luz. A partir de 1800
son fundadas las primeras logias masónicas con fines claramente reformadores o
políticos, pero revestidas con la liturgia masónica. En 1806 el virrey prohíbe
todas las actividades masónicas en Brasil, pero a pesar de ello siguieron
sus actividades. En 1815 se funda la logia Comercio y Artes en Río de
Janeiro que tendría un importante papel en los acontecimientos de la
Independencía.
Huyendo de los franceses, el rey de
Portugal João VI, había trasladado su corte a Brasil en 1808, y en 1815
transformó la antigua colonia en Reino Unido de Portugal, Brasil y el
Algarve. En 1810 los ingleses expulsan a los franceses de Portugal y
gobiernan el país con el consentimiento de João VI, que se queda
en Brasil. El 1818, después de la Revolución Pernambucana, João VI
prohíbe las sociedades secretas en el Reino Unido de Portugal, Brasil y
Algarve. En 1820 la Revolución de Porto, de carácter liberal, con
participación protagonista de miembros del Gran Oriente Lusitano, y muchos
militares, consigue expulsar a los ingleses, establece un gobierno provisional,
elabora una Constitución también provisional e impone al rey João VI
tres exigencias principales; que acepte la Constitución, que acepte el nuevo
Gobierno y le ordena su vuelta inmediata a Portugal junto con su
familia.
João VI aceptó las exigencias y
regresa a Lisboa el 24 de abril de 1821, sin olvidarse de llevarse el
tesoro, dejando Brasil en una crisis económica y politica sin
precedentes y habiendo nombrado dos días antes como Regente en Brasil al
príncipe heredero, su primogénito de 23 años de edad, Pedro de Alcántara,
Bragança y Borbón. La vuelta de João VI a Brasil permite
la reorganización de la masonería en Río bajo la dirección de Joaquim
Gonçalves Ledo. A las cortes portuguesas, que querían devolver a Brasil la
condición de colonia, no les agrado que Pedro de Alcántara se hubiera
quedado en Brasil. Temían, no sin razón, que ocurriera lo que ya estaba
ocurriendo en el resto de países americanos, que Brasil se
independizara.
Unos meses después de la salida de João VI
de Brasil, se reinstala la logia Comercio y Artes. A partir de ella
se formó en 1822 la primera Obediencia Masónica Brasileña llamada
el Gran Oriente Brasiliano o Brasilico (GOB). Fueron elegidos por
aclamación como Gran Maestro, Jose Bonifacio de Andrada y Silva, Gran
Maestro Adjunto, el Mariscal Joaquim de Oliveira Alvares, Primer Gran Vigilante
Joaquim Gonçalves Ledo y como Gran Orador el Padre Januario de Cunha Barbosa que
serían , junto con el Principe, los grandes protagonistas de la
Independencia.
Realmente el GOB estaba dividido
entre dos tendencias, la monárquica representada por José Bonifacio de
Andrada, y la republicana encabezada por Gonçalves Ledo. Estos
diferentes puntos de vista trascendían las paredes de las logias masónicas
reflejándose en la prensa. Gonçalves Ledo tenía mayoría dentro
del GOB, pero Bonifacio de Andrada era persona de confianza
del príncipe.
El grupo republicano liderado por Gonçalves
Ledo, que tenia como base la logia Comercio y Artes de Río, se
posicionó inicialmente a favor del decreto de las Cortes portuguesaspensando
que si el príncipe Pedro de Alcántara volvía a Portugal seria
más fácil la independencia, el Gobierno General de Brasil se
desplomaría y las Regiones se rebelarían proclamándose diferentes
republicas independientes.
Para neutralizar las acciones de este
grupo, los monárquicos, incluidos los masones con Bonifacio de Andrada a
la cabeza, se movilizaron e hicieron llamamientos a la población para que Don
Pedro se quedara como garantía de una posible independencia. La presión
fue tan fuerte que los republicanos cambiaron su estrategia y se adhirieron a
los monárquicos trabajando de forma conjunta durante un tiempo. Realmente, el
grupo de Bonifacio lo que no quería era la separación de Portugal y
pensaban que si Don Pedro regresaba, las posibilidades de que Brasil se
dividiera en Republicas independientes eran muy altas. En todo este proceso,
como no existían los partidos políticos, las logias masónicas se comportaban
como incipientes organizaciones políticas. De hecho, en algunas de ellas,
cuando se ingresaba, se juraba luchar por conseguir la independencia.
Jose Bonifacio de Andrada y Silva
(1763-1838) Gran Maestro del Gran Oriente de Brasil
Las principales fuerzas económicas que se
oponían al proceso de independencia eran los comerciantes de Porto que
querían recuperar el monopolio del comercio con la excolonia. Don
Pedro, como Regente, constituyó un primer gobierno formado solo
por brasileños, la mayoría masones, juntamente con el ministro de origen
portugues, Farinha, que le habia sido fiel. Como Ministro del
Reino (primer ministro), Justicia y Extranjero nombró a Jose
Bonifacio Andrada. Un primer objetivo de Jose Bonifacio fue
restaurar la unidad brasileña que se había eliminado por el decreto de
las Cortes firmado por João VI en 1821. Para ello convocó
un Consejo de Estado de las provincias de Brasil que iba a
servir de Consejo asesor de Don Pedro. Así, en los primeros días
de mayo de 1822, la logia masónica Comercio y Artes de Río decidió,
por unanimidad, ofrecer a Don Pedro el titulo de “Protector y
Defensor perpetuo del Brasil”. Don Pedro aceptó el título, aunque
pidió que se quittara el calificativo de Protector.
En este mes se originaría otro conflicto
entre los partidarios de Bonifacio y de Gonçalves Ledo. Los segundos eran
partidarios de convocar una Asamblea Constituyente que tendría como
misión elaborar la primera Constitución brasileña. Los primeros eran contrarios
a esta idea en ese momento. Gonçalves Ledo movilizó a la opinión
pública y a la prensa en defensa de la convocatoria. La presión hizo que Don
Pedro aprobara la iniciativa y la Asamblea fue convocada al día siguiente
por un Decreto. Esta Asamblea no comenzó sus trabajos hasta once meses después,
el 3 de mayo de 1823.
En Julio, a propuesta del propio Jose
Bonifacio, Don Pedro fue votado y admitido en la masonería de modo que el
2 de agosto de 1822 fue iniciado, adoptando el nombre simbólico
de Guatimozin. Tres días después, a propuesta de Ledo, fue
elevado al grado de maestro masón.
El 20 de Agosto, en un inflamado discurso
en el GOB, Gonçalves Ledo proclama la Independencia de Brasil. El
día 28 de Agosto llegan a Río de Janeiro los nuevos Decretos (nº 124
y 125) de las Cortes de Portugal que anulaban todos los actos
del Príncipe, inclusive la convocatoria de la Asamblea Constituyente y
la del Consejo de Estado, exigiendo el inmediato retorno del príncipe Pedro.
El 14 de Agosto, Don Pedro viajaba hacia São Paulo con el
propósito de controlar la revuelta que se había organizado contra la gestión de
los Andrada, quedando como regente su esposa Doña Leopoldina. La
Regente convocó el Consejo de Estado el día 2 de Setiembre, del
que formaban parte Gonçalves Ledo y Jose Clemente Pereira. Allí se acordó
enviar los Decretos de Portugal a Don Pedro pidiéndole que declarara
la Independencia. Don Pedro tomó conocimiento del contenido de las cartas e
indignado proclamó la separacion de Brasil de Portugal con el famoso
grito de “Independencia o Muerte”. Era el 7 de septiembre de 1822.
El 9 de septiembre, el GOB, ignorando
el manifiesto de Don Pedro en São Paulo, convocó Asamblea
Extraordinaria presidida por Joaquim Gonçalves Ledo y aprobó apoyar
la inmediata proclamación de la independencia con el nombramiento de Don
Pedro como primer rey de Brasil. El 12 de Setiembre el GOB decide
en Asamblea proclamar a Don Pedrocomo rey constitucional de Brasil enviando
emisarios a todas las provincias.
Estatua de Joaquim Gonçalves Ledo (1781-1847)
en el monumento a la independencia, Sao Paulo, Brasil.
Entre
el 28 de septiembre y el 4 de octubre de 1822 (fechas de la última
asamblea presidida por Bonifacio y del juramento y toma de posesión
de Don Pedro) Ledo organizará una jugada política en contra
de Jose Bonifacio para desplazarlo de la cúpula del GOB; el
príncipe es elegido como Gran Maestro, quedando Jose Bonifacio relegado
a Gran Maestro Adjunto. El príncipe aceptó el cargo y el 4
de octubre fue instalado como Gran Maestro del GOB. El 12 del
mismo mes, Don Pedro es aclamado como emperador de Brasil con
el nombre de Pedro I, siendo coronado el 1 de diciembre de aquel
año. Solamente tres provincias se adhieren a la Independencia: Río de
Janeiro, Sao Paulo y Minas Gerais. Bahía y Pernambuco, que tenían tropas
portuguesas, no lo hicieron. Pará, Maranhao, Piauí y Alagoas también
se mantuvieron fieles a Portugal. La Provincia de Cisplatina,
actual Uruguay, ocupada por un regimiento portugués, tampoco. La situación
para Pedro I era bastante complicada con su Imperio quebrado y bajo
mínimos. Los portugueses centraron su ofensiva en Salvador (Bahía) enviando
grandes contingentes de tropas y armas. Pero en Julio de 1823 los portugueses,
perdedores, abandonaron Salvador, después Maranhão, Pará y
finalmente todo el Nordeste. A final de mes las Cortes portuguesas fueron
disueltas y su ejército regreso para Europa. La guerra había finalizado y la
Independencia estaba consumada.
Volviendo a 1822, el 21 de octubre Pedro
I como Gran Maestro del GOB manda a Gonçalves Ledo que
suspenda los trabajos del Gran Oriente. Pero el día 25, ocurren dos
acontecimientos simultáneos, por una parte se realiza el cierre de actividades
en el Libro de Oro del GOB, sin comunicación a la Asamblea, y
por la otra Pedro I como Gran Maestro envía una nueva carta a Ledo mandando
reiniciar los trabajos de la logia. Entre los días 21 y 24 Ledo había
mantenido contactos con el Gran Maestro del GOB para evitar este
desenlace, sin ningún resultado aparente. Cuando recibió la segunda carta los
acontecimientos políticos manejados por el grupo de Bonifacio ya no
le permitieron continuar con su actividad anterior. Dos días después de la
segunda carta del emperador, los hermanos Andrada (Jose Bonifacio y
Martim Francisco que era Ministro da Fazenda) en una estrategia bien calculada
presentaron su dimisión a Pedro I. Rápidamente los seguidores masones de
los Andrada se movilizarón, presionarón y consiguierón que el
emperador los restituyera en los cargos. Los Andrada, fortalecidos
por este acto, iniciaron desde el poder una investigación que desencadenó de
forma inmediata en una fuerte represión contra el grupo de Ledo. Estos
acontecimientos se conocen como la “Bonifacia”. Realmente Ledohabía
puesto las cosas fáciles a los Andrada cometiendo un gran error
cuando intento imponer a Don Pedro, en su aclamación como Emperador
del Brasil (el 12 de Octubre), un juramento previo de la Constitución que
aún no había sido redactada.
Ledo, con el auxilio del cónsul de Suecia,
consiguió escapar a Argentina. Jose Clemente Pereira fue preso y el
30 de diciembre de 1822 fue deportado a Francia junto con Januario
de Cunha Barbosa. Otros masones fueron presos y después liberados. Las logias
acabaron sus trabajos y el GOB abatió columnas hasta 1831, año de la
abdicación. Desde el Gobierno se fomentó la idea ante la opinión pública de que
la Masonería era la enemiga del emperador y de la Monarquía.
Redactado por:
Antonio Masanés, Experto Universitario en Historia de la Masonería en
España y América por la Universidad Nacional de Educación a
Distancia (Madrid).
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