Claves para entender a los Maestros

15 febrero 2018

Domingo Faustino Sarmiento

Domingo Faustino Sarmiento
15 de febrero de 1811 - 11 de setiembre de 1888
San Juan, Provincias Unidas del Río de la Plata - Asunción, Paraguay


Brillante y recia personalidad argentina que fue uno de los más grandes propulsores del avance del país para que, sobreponiéndose al atraso que le significó la tiranía rosista, pudiera alcanzar a las más adelantadas naciones del mundo. Si bien fue legislador, gobernador de San Juan, diputado y senador nacional, ministro, embajador, general e incluso Presidente de la Nación Argentina, su más grande mérito reside en los esfuerzos que realizó a través del periódico, del libro y de los cargos públicos que desempeñó para difundir la enseñanza, afianzar el orden y propagar todo lo que significase cultura y progreso, desde el ferrocarril y el telégrafo, hasta el fomento de la inmigración, la fundación de escuelas, la creación de bibliotecas, etc. A este afán suyo de promover la educación se debe la creación que hiciera del Colegio Militar de la Nación, de la Escuela Naval, del Observatorio de Córdoba, de las Escuelas Normales, etc.

Fue iniciado masón en la Logia Unión Fraternal de Valparaíso el 31 de julio de 1854, junto con los argentinos Mariano E. de Sarratea y el doctor Javier Villanueva, y el chileno Jacinto Chacón.

De regreso a la patria en diciembre de 1855, es uno de los fundadores y primer Orador de la Logia Unión del Plata Nº1.

El 18 de abril de 1882 se afilia a la Logia Obediencia a la Ley Nº13.
El 12 de mayo de 1882 asume el cargo de Gran Maestre de la Masonería Argentina. Anteriormente el Supremo Consejo grado 33º para la República Argentina le había acordado el 18 de julio de 1860 dicho grado, que recibió junto con los generales Justo José de Urquiza, Bartolomé Mitre y Juan Andrés Gelly y Obes, y el doctor Santiago Derqui, el día 21 de ese mismo mes y año.

En 1864 el Supremo Consejo y la Gran Logia le encomendaron su representación para que tomara contacto con el Supremo Consejo y las Grandes Logias de los Estados Unidos de América, lo que así hizo. Allá, visitó al Presidente Andrés Johnson (masón) que le obsequió el distintivo masónico que se encuentra actualmente en el Museo Histórico de Sarmiento junto con sus demás pertenecías masónicas.
También en Francia, tuvo destacada actuación.

Cuando el liberalismo resolvió dar la batalla en favor de la enseñanza obligatoria, gratuita y laica, Sarmiento fue uno de los grandes adalides de esa lucha, sufriendo por tal motivo los más soeces ataques por parte del clero y especialmente de uno de sus portavoces, el doctor Pedro Goyena. En menor escala los recibió de Estrada, quizás porque éste debía lo poco a que hasta entonces había podido llegar en su vida precisamente a Sarmiento.
Al producirse la muerte de Sarmiento, que negóse hasta su postrer instante a someterse a las normas para el caso de la iglesia católica romana, a la Masonería del Paraguay le rinde los primeros honores masónicos.
Posteriormente, a la llegada de sus restos a la ciudad de San Nicolás de los Arroyos es el ex Gran Maestre, doctor Agustín P. Justo, Presidente de la Cámara de Apelaciones de aquella ciudad, quien le tributa honores en nombre de la Masonería Argentina.
Cementerio de La Recoleta

Alcibíades Lappas- La Masonería Argentina a través de sus hombres. Bs. As. 1966. p. 356.
  


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