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13 julio 2021

Logia de Panamá

 

Logia de Panamá

Logia la Mejor Unión

14 de julio de 1821



Se organizó la primera Logia en la ciudad de Panamá el 14 de julio el año de 1821.
Este taller debió gobernarse por una Carta Patente del Gran Oriente de España. Esa Logia se llamó La Mejor Unión. Formaban parte de ella masones de origen europeo, y nativos de origen español. Fueron miembros de ella algunos prohombres de la independencia que sellaron con el Acta suscrita el 28 de noviembre de ese año de 1821. Don José Vallarino Jiménez, Don Manuel María de Ayala, signatarios del acta de independencia entre otros patriotas; Don Ramón Vallarino, Don José María Gotilla, y otros tantos que figuraron en el cuadro de obreros de esa benemérita logia, que más tarde obtuvo Carta Patente de la Gran Logia de Nueva York, y que finalmente en 1825 adhirió su misión progresista a la autoridad del Gran Oriente de Colombia que tuvo su inicio en Caracas. No hay duda de que los patriotas panameños, hombres dignos y educados en la escuela de la Democracia, recibieron inspiración en las columnas simbólicas de la Logia La Mejor Unión.

Los hechos que pregona la Historia, son el mejor galardón que la Masonería pudo cosechar en aquellos peligrosos días en que la pugna de las ideas fue intensa y el interés comunal y patriótico privó sobre las consideraciones tradicionales, repudiando la forma monárquica de gobierno y declarándose la independencia de la Corona de España.

Como atinadamente dijo el Libertador Bolívar, “El acta de independencia del Istmo de Panamá es el monumento más glorioso que puede dar a la Historia ninguna provincia americana; todo está allí consultado: Justicia, generosidad política e interés nacional”.

De esa época en adelante, se fue desarrollando una sucesión de logias como eslabones de la cadena mística de la Hermandad. La Masonería estuvo presente en todas las épocas de la vida social, política y comercial de los panameños, al influjo de los acontecimientos que se desenvolvieron en el Istmo.

Nacionales y extranjeros en estrecho lazo de confraternidad se sentaban al amparo de las columnas simbólicas.

Cuando la fiebre del oro estuvo en su apogeo con el descubrimiento de los yacimientos del precioso metal en California, y no existía aún el ferrocarril transcontinental en los Estados Unidos, los mineros y hombres amantes de aventura en busca de fortuna pasaron por Panamá en corriente migratoria de la costa Este de la unión hacia el Oeste, y viceversa, según las circunstancias.

Los navíos que arribaban procedentes de California con el oro que los más afortunados traían como resultado de sus esfuerzos, y los productos de aquella arcadia norteamericana, por un lado, y los que por el atlántico llegaban con nuevos bríos siguiendo el derrotero hacia las regiones del “Gold rush” hacían de la ciudad de Panamá un centro de actividad de notable importancia. Los nombres de las poblaciones de Chagres y Cruces, como el mismo de la ciudad de Panamá, llegaron a ser legendarios para los transeúntes.

https://www.granlogiadepanama.org/historia/

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