Logia Hypatia
San José de Mayo. Uruguay
5 de julio de 2014
Trabaja en Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Al realizarse la instalación del
triángulo el 5 de julio de 2014 en San José, Elbio Laxalte Terra realiza la
siguiente semblanza de Hypatia:
Si
hay un nombre que los iniciados, científicos y personas libres de la historia
han pronunciado con dulzura y respeto ha sido sin dudas el de Hypatia de
Alejandría. Nombre de mujer que se fue trasformando en símbolo del
librepensamiento y de la resistencia al dogma, a la superchería, a la
discriminación y a la opresión espiritual y material de la humanidad. El
próximo año 2015, en el mes de marzo, se harán los 1600 años de su muerte.
Pero, a pesar del tiempo trascurrido, sin dudas Hypatia es hasta hoy, y
seguramente lo será más aún en el futuro, uno de los astros del
librepensamiento, una eminente antorcha de libertad, que alumbrará nuestras
luchas por la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Hypatia se supone que
nació hacia el año 370 de nuestra era, y murió asesinada en el año 415.
Alejandría, su ciudad natal, fundada por
Alejandro el Grande en el año 372 antes de Nuestra Era, estaba ubicada en el
Bajo Egipto, al oeste del Delta del Nilo, y sobre el mar Mediterráneo, […] hasta
la muerte de Hypatia, el centro comercial e intelectual más importante del
mundo antiguo. Su Museo y Biblioteca, impulsados desde los orígenes de la
ciudad por Ptolomeo, compañero de Alejandro el Grande, constituyeron de hecho
la primera universidad del mundo. La biblioteca llegó a albergar más de 700.000
volúmenes de todos los terrenos del saber, la literatura y el arte… Cuando el 27 de febrero de 380 – Hypatia tendría unos
diez años – el Emperador Teodosio proclama la fe católica como la religión
oficial del imperio, en detrimento de una cierta pluralidad y coexistencia
religiosa, sonó el momento de su definitiva decadencia. Hypatia era hija de
Theón, un erudito matemático y astrónomo, que vivió aproximadamente entre el
335 y el 405 de Nuestra Era […]Hypatia, siendo adolescente, estuvo estudiando en
Atenas, y con el tiempo devino experta en matemática y astronomía, pero quedó
asimismo en la historia como una filósofa de fuste que fundó la Escuela
Neoplatónica de Alejandría, pero con especial énfasis en los estudios sobre
Sócrates[…] En este
contexto Hypatia es una molestia. Ella no es cristiana y tampoco defiende ni
las creencias griegas ni los cultos paganos, tan comunes y populares entonces.
Ella defiende la antigua estructura de la “civitas” fundada sobre un gobierno
civil laico, es decir, que no toma partido por una religión, y sobre el debate
público. Esta es la herencia política griega y la práctica tradicional romana.
Para completar, el gobernador romano de Egipto, Orestes, si bien el imperio
adoptó el cristianismo como religión oficial, se mantiene bastante al margen de
la misma. Por esta razón se acusa a Hypatia de ejercer influencia sobre
Orestes, el cual fue uno de sus discípulos en su círculo íntimo. Sócrates el
Escolástico, historiador cristiano, no deja oculta su admiración por esta
remarcable mujer. Decía: “Ella había alcanzado un tal nivel de cultura que
superaba en este punto a los filósofos[…] Ella dispensaba todos los
conocimientos filosóficos a quien quisiera, es por eso que quién querían hacer
filosofía iban a donde ella. La franqueza de la cual hacía gala, más su
educación hacía que ella afrontara frente a frente y con la mayor sangre fría
incluso a los gobernantes. Y no
tenía la más mínima vergüenza de encontrarse entre hombres, porque debido a su
maestría superior, eran más bien ellos que tenían vergüenza y temor frente a
ella[…]”. También hay
que decir que todos los testimonios indican que Hypatia era una mujer de una
extraordinaria belleza, lo que sirvió asimismo como otro elemento acusatorio,
al señalarse su supuesta capacidad de ejercer encantamientos satánicos sobre
los hombres, y en particular sobre el prefecto romano Orestes, dado que éste
era poco proclive a aceptar las directivas cristianas. Es la escalada de la violencia. Hypatia continúa con
sus enseñanzas. Continúa sus cursos los cuales no pueden no llegar a otras
conclusiones lógicas que no cuestionen la irracionalidad de la teología
cristiana. Hypatia se vuelve entonces una enemiga de la fe. Marzo del 415. El
fin se aproxima. El prefecto romano Orestes escapa a un atentado preparado por
Cirilo y huye, dejando todo el poder a los católicos. Cirilo lanza entonces la
muchedumbre, excitada por Pedro, uno de sus discípulos, hacia la casa de
Hypatia. La multitud encuentran a Hypatia llegando a su casa en un carruaje. La
toman por la fuerza y la conducen arrastrándola a la iglesia llamada Cesarea,
la desnudan, golpean y posiblemente violan. Con unos caracoles afilados le
arrancan la piel, luego la descuartizan, llevando en triunfo sus restos hasta
un lugar llamado Cinarion, donde
los queman. Es el fin de su vida física. Pero nace un símbolo del
librepensamiento. Porque en Hypatia es a la vez a la mujer y a la ciencia que
se asesina. Tuvo la valentía de rechazar el someterse: no adhiriendo a ninguna
religión, no se convirtió en cristiana para intentar salvar su vida, como le
aconsejara Orestes; ella privilegió la razón humana y la observación científica
antes que la fe. Fue fiel a su libertad de palabra y de espíritu y al amor a la
ciencia y a la filosofía. Además, para conservar su libertad como mujer, nunca
se casó, y se dice que era virgen. Por todo esto ella debía morir. Con la
muerte de Hypatia, comenzó un largo período histórico de predomino católico y
de oscurantismo social. Los últimos intelectuales de Alejandría huyeron y
desaparecieron de la historia. La Biblioteca, el centro intelectual más
importante del mundo antiguo, quemada y destruida. Perdiéndose para siempre
buena parte de la producción cultural de la época[…] El
asesinato de Hypatia no fue un hecho coyuntural de la historia. Fue el comienzo
de una historia sembrada con sangre de mártires de la libertad de pensamiento[…]Ella
aún continúa a inspirarnos, como lo hizo con el célebre pintor Rafael. Cuando
éste realizó en 1509 el boceto de su conocida pintura “La Escuela de Atenas”,
con destino al Vaticano y la presenta a los obispos, entre las figuras de
Zenón, Sócrates, Ptolomeo, Platón, Heráclito, etc. aparecía a la izquierda del
cuadro, entre Parménides y Pitágoras una figura femenina. Interrogado Rafael,
indicó que era Hypatia, “la más famosa de los miembros de la Escuela de
Atenas”, […] Rafael logró que Hypatia siga presente en la “Escuela
de Atenas”, desafiando la autoridad vaticana, y quedando para siempre como un
símbolo que en las propias entrañas del oscurantismo que la asesinó presagia
que la lucha por las libertades aún está inconclusa.[1]
El
nº 5 corresponde a Hypatia |
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