MANUSCRITO
GRAHAM, 1726 e∴v∴
Todas las instituciones de la Franc-Masonería puestas al
descubierto y probadas por lo mejor de la tradición así como por referencias a
la Escritura.
Observad en primer lugar que todos nuestros signos provienen
de la escuadra, de acuerdo con su empleo habitual. La prueba de ello se
encuentra en el versículo 7 del capítulo 6 del primer libro de los Reyes.
El saludo se hace como sigue, de cualquier sitio del que
vengáis: Yo vengo de la muy respetable logia de maestros y de compañeros
perteneciente a Dios y al bienaventurado san Juan, que saluda a todos los
hermanos verdaderos y perfectos de nuestros santos secretos, como yo mismo lo
hago, encontrando que sois tales.
- Yo os saludo, hermano, y os ruego que me digáis vuestro
nombre.-
Responded J. y el otro debe decir que su nombre es B.
El examen continúa como sigue:
- ¿Cómo sabré que sois franc-masón? – Por las verdaderas
palabras, signos y toques de mi entrada.
- ¿Cómo habéis sido hecho masón? - En una logia verdadera y
perfecta.
- ¿Qué es una logia perfecta? - El centro de un corazón
sincero.
- Pero, ¿a cuántos masones llamáis así? - A cualquier número
impar entre 3 y 13.
- ¿Por qué tantos, y por qué en número impar? - El primer
número hace referencia a la santa Trinidad, y el otro a la venida de Cristo,
con sus 12 apóstoles.
- ¿Cuál fue el primer paso de vuestra entrada? - Un deseo
intenso de conocer los secretos de la franc-Masonería.
- ¿Por qué se llama franc-Masonería? - En primer lugar,
porque ella es un libre don de Dios a los hijos de los hombres; en segundo
lugar, porque está liberada de la intrusión de los espíritus infernales; y en
tercer lugar porque es la libre unión de los hermanos de ese santo secreto que
debe subsistir para siempre.
- ¿Cómo habéis sido introducido en logia? - Pobre y sin un
real, ciego e ignorante de nuestros secretos.
- ¿Y ello por qué razón? - Así como nuestro salvador se hizo
pobre para nuestra redención, yo me hice pobre en ese momento en vistas al conocimiento
de Dios resumido en la escuadra.
- ¿Qué habéis visto en logia cuando se os permitió ver? - Yo
vi la verdad, el mundo y la justicia del amor fraternal.
- ¿Dónde? - Delante de mí.
- ¿Qué había detrás de vos? - El perjurio y el odio de la
fraternidad para siempre si yo descubriera nuestros secretos sin el
consentimiento de una logia, a menos que los haya obtenido de una triple voz
habiendo sido recibido, pasado y elevado en las reglas por tres logias
distintas, y a condición de que haya jurado adecuarme a nuestros artículos...
- ¿Cómo estaba orientada la logia durante vuestra recepción?
- Al este, al oeste y al sur.
- ¿Por qué no al norte? - Ya que nosotros residimos en la
parte norte del mundo, y ya que no enterramos a los muertos en el lado norte de
nuestras iglesias, igualmente dejamos vacío el lado norte de nuestras logias.
- ¿Y por qué al este y al oeste? – Porque las iglesias están
orientadas de este a oeste, y sus patios se encuentran al sur.
- ¿Por qué las iglesias están orientadas de este a oeste? -
Hay cuatro razones para ello.
- ¿Cuáles son? - La primera: nuestros primeros padres fueron
situados al este en el Edén; la segunda: un viento del este secó el mar (Rojo)
ante los hijos de Israel, y el templo del Señor debía ser construido de la
misma manera; la tercera: el sol se eleva en el este y se oculta en el oeste
por encima de aquellos que habitan cerca del ecuador; la cuarta: la estrella
apareció por el oeste para advertir a todos los pastores y hombres sabios que
nuestro salvador iba a venir en la carne.
- ¿Quién os guió en el interior de la logia? - El vigilante
y el más mayor de los compañeros del oficio.
- ¿Por qué no el más joven de los compañeros del oficio? -
Por seguir a nuestro salvador, que ordenó al jefe servir la mesa, exhortación a
la humildad que siempre debemos observar.
- ¿En qué postura habéis prestado vuestro juramento? - No
estaba ni tendido ni de pie, ni andaba, ni corría; no daba vueltas, no estaba
ni colgado ni a punto de volar, ni desnudo ni vestido, ni calzado ni descalzo.
- ¿Por qué razón estabais en esa postura? - Porque un Dios y
un hombre componen al verdadero Cristo, y así un sujeto desnudo que estuviera
medio desnudo y medio vestido, medio calzado y medio descalzo, medio arrodillado
y medio de pie, sería la mitad de todo y no sería nada, demostrando así un
corazón humilde y obediente dispuesto a marchar lleno de fe tras ese justo Jesús.
- ¿Qué habéis jurado? - Oír y callar nuestros secretos.
- ¿Cuál era el contenido de vuestro juramento? - El segundo
punto de mi (juramento) era obedecer a Dios y a todas las verdaderas escuadras
hechas o dirigidas a mí por un hermano. El tercer (punto) era no robar jamás,
por temor a ofender a Dios y a arrojar vergüenza sobre la escuadra. El cuarto (punto)
era jamás cometer adulterio con la esposa de un hermano, ni mentirle de manera
deliberada. El quinto (punto de mi juramento) era no desear vengarme de manera
injusta de un hermano, sino, por el contrario, socorrerle en tanto esté en mi
poder y no me acarree un grave perjuicio.
- Admito que habéis estado en una logia; así que os
pregunto: ¿cuántas luces posee una logia? - Yo respondo 12.
- ¿Cuáles son? - Las tres primeras joyas son el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo; el sol, la luna, el maestro masón; la escuadra, la
regla; la plomada, el nivel, el mallete y el cincel.
- Probadme que todas ellas son verdaderas luces. - En lo que
concierne a la santa Trinidad, ella da la razón. El sol nos da la luz día y
noche. La luna es un cuerpo sombrío que, surgido del agua, recibe su luz del
sol y además es la reina de las aguas, que son el mejor de los niveles. El
maestro masón enseña el oficio y debería tener una palabra tres veces potente
cuando enseña nuestros secretos como hombre brillante, porque nosotros creemos
en un poder oratorio superior, ya que los 70 tenían un gran poder, y los 11
tenían otro aún mayor, pues escogieron a Matías para reemplazar a Judas. En lo
que concierne a la escuadra, la regla, la plomada, el nivel, el mallete y el
cincel, son seis instrumentos sin los cuales ningún masón puede realizar un verdadero
trabajo.
- ¿A qué pueden referirse estas 12 luces? – Deducimos que se
refieren a los 12 patriarcas, así como a los doce bueyes con respecto a los
cuales leemos en el capítulo 7 del primer libro de los Reyes que soportaban el
mar fundido en bronce: eran símbolos de los 12 discípulos que debían ser
enseñados por Cristo.
- Admito que vos habéis entrado, así que os pregunto si
habéis sido elevado -Sí.
- ¿Dónde habéis sido elevado? - He sido elevado en el
conocimiento de nuestros orígenes, gracias a la vez a la tradición y a la
Escritura.
- ¿Qué palabra pronunciáis sobre los cimientos cuando
eleváis un edificio, allí donde teméis que un espíritu infernal de destrucción,
frecuentando esos lugares, pueda derribar el trabajo de vuestras manos? - Oh,
ven, déjanos y tendrás.
- ¿A quién os dirigís? - Rezo a la santa Trinidad.
- ¿De qué manera pronunciáis estas palabras? - De rodillas,
con la cabeza descubierta, mirando hacia el este.
- ¿Qué queréis decir con estas palabras? - Queremos decir
que despreciamos la justicia propia y que en ello diferimos de esos babilonios
que creían poder construir hasta el cielo. Por el contrario, rogamos a la santa
Trinidad que nos permita construir en verdad y en escuadra; y cada cual tendrá
la recompensa que merece.
- ¿Cuándo fueron pronunciadas estas palabras, o para qué
servían? – Yo respondo que desde el origen, antes de que el evangelio se
extendiera por el mundo cubierto de espíritus infernales de destrucción. A
menos que los hombres construyeran con fe y en oración, sus trabajos eran a
menudo demolidos.
- Pero, ¿cómo fue posible que los trabajos de los babilonios
fueran erigidos antes de que el evangelio comenzara a brillar? - Yo os respondo
devolviéndoos vuestra propia pregunta, porque la presunción de los babilonios
de los que acabo de hablar había ofendido de tal modo al espíritu de Dios que
las lenguas dejaron de ser comprendidas por su pecado a fin de que la humanidad
no volviera jamás a actuar así sin el permiso divino, que quiere que nada pueda
hacerse sin fe ni oración.
- ¿Esto es tradicional? - Sabemos esto por tradición, y
también por referencia a la Escritura, que dice que Shem, Ham y Japheth,
deseosos de llegar junto a la tumba de su padre Noah, trataron de ver si
podrían encontrar allí algo susceptible de conducirles al secreto del poder
detentado por ese famoso predicador. En efecto, deseo que todos reconozcan que
todas las cosas necesarias al mundo nuevo se encontraban en el arca con Noah.
Ahora bien, estos tres hombres ya habían acordado que, si no
encontraban lo que buscaban, lo primero que encontraran debería servirles de
secreto. No dudaban, sino que creían muy firmemente que Dios tenía el poder, y
también que manifestaría su voluntad por medio de su fe, su oración y su
obediencia, de manera que lo que encontraran se mostraría ante ellos tan potente
como si hubieran recibido el secreto de Dios mismo en su origen.
Llegaron entonces a la tumba, donde no encontraron nada más
que el cadáver casi enteramente descompuesto. Cuando cogieron un dedo, éste se desprendió
falange por falange, y lo mismo ocurrió con el puño y con el codo. Entonces
levantaron el cadáver y lo sostuvieron, poniendo un pie contra su pie, una
rodilla contra su rodilla, el pecho contra su pecho, una mejilla contra su
mejilla, y una mano en su espalda, y se pusieron a gritar:
Ayuda, Oh Padre, como si dijeran: Oh, Padre del cielo,
ayúdanos ahora, porque nuestro padre terrestre ya no puede hacerlo. Entonces,
dejando de nuevo el cadáver, y no sabiendo qué hacer, uno de ellos dijo: Hay
tuétano en este hueso, y el segundo dijo: Pero es un hueso seco, y el tercero dijo:
apesta.
Se pusieron de acuerdo entonces para darle un nombre que
fuera conocido por la Masonería hasta este día. Después, se fueron a sus
asuntos y a partir de ese momento sus obras fueron buenas.
Es por ello que debe creerse, pero también comprenderse, que
su poder no venía de lo que encontraron o del nombre que le dieron, sino de su fe
y de su oración. Las cosas continuaron así, y la voluntad dio firmeza a la acción.
Cuando reinaba el rey Alboyne nació Bazalliell, que fue
llamado así por Dios antes de su concepción. Este hombre santo sabía por
inspiración que los títulos secretos y los símbolos primitivos del principio
divino tenían el poder de proteger, y construyó de tal manera que ningún
espíritu infernal de destrucción osó quebrantar la obra de sus manos. Así que
sus obras se hicieron tan famosas que los dos hermanos más jóvenes del rey del
que se acaba de hablar desearon ser instruidos por él en la noble ciencia que
él dominaba. A ello consintió a condición de que no la revelaran (oralmente) sin
unir (para ello) sus propias voces a la de un tercero. Prestaron juramento y él
les enseñó la parte teórica y la parte práctica de la Masonería. Después hicieron
su obra. En esta época, los salarios de los masones aumentaron en este reino;
se veía entonces a los masones en compañía de reyes y príncipes.
Pero cuando la hora de su muerte estaba cerca, Bazalliell
deseó que se le enterrara en el valle de Josaphat, y que sobre (su tumba) se
grabara una inscripción conforme a su mérito, lo cual realizaron ambos
príncipes. Esta (inscripción) estaba (formulada) como sigue:
- Aquí yace la flor de la Masonería, que, superior a muchos
otros, fue el compañero de un rey y el hermano de dos príncipes. Aquí yace el
corazón que podía albergar todos los secretos. Aquí yace la lengua que jamás
reveló ninguno.
Tras su muerte, los habitantes del lugar pensaron que, con
él, los secretos de la Masonería se habían perdido totalmente, pues ya no oían hablar
de ellos, y nadie conocía los secretos excepto esos dos príncipes, y durante su
recepción habían jurado no revelarlos si no unían sus voces a la de un tercero.
Es por ello que debe creerse y también comprenderse que un
secreto tan santo no podía jamás perderse mientras quedara
vivo sobre la tierra un buen servidor de Dios. Pues todo buen servidor de Dios
siempre tiene y tendrá una gran parte en este santo secreto, aunque los demás
ignoren dicho secreto, así como los medios que deben usarse. En efecto, ocurrió
en el mundo de esta época lo que ocurrió en la Iglesia samaritana a propósito
de Cristo.
Buscaban lo que no conocían. Pero su profunda ignorancia no
podía discernir esto, y así todo siguió en las tinieblas y la oscuridad durante
los 840 años que duró el éxodo de los hijos de Israel fuera del país de Egipto.
En el cuarto año de su reinado sobre Israel, Salomón comenzó a construir la
casa del Señor, casa que deseaba construir su padre David, pero que no obtuvo permiso
para realizar, pues sus manos eran culpables de las guerras sangrientas (que
hacían estragos) en todas partes.
He aquí todo lo que se refiere a los días en que Salomón, su
hijo, comenzó a construir la casa del Señor. Es mi deseo que todo el mundo convenga
en que todo lo que era necesario aportar para esta santa construcción no
provenía (únicamente) de este sabio rey. Todos debemos reconocer esto, so pena
de acusar a Dios de una injusticia que ningún frágil mortal osaría reprocharle,
y de la que su divina bondad no ha podido hacerse culpable. Leemos ahora en el
versículo 13 del capítulo 7 del primer libro de los Reyes que Salomón envió a
buscar a Hiram de Tiro. Éste era el hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, y
su padre era un hombre de Tiro.
(Era) un artesano experto en bronce, lleno de sabiduría,
hábil en la realización de todas las obras en bronce.
Llegó ante el rey Salomón y construyó para él toda su obra.
La explicación de estos versículos es la siguiente: la palabra hábil expresa la
ingeniosidad; en cuanto a la sabiduría y la comprensión, cuando se encuentran
reunidas en la misma persona, ésta ya nada tiene que desear. Así, con respecto
a este pasaje de la Escritura, debemos convenir en que el hijo de la viuda cuyo
nombre era Hiram estaba dotado de una inspiración sagrada comparable a la del
sabio rey Salomón, o aún a la de san Bazalliell.
Se saca generalmente de la tradición que hubo durante la
erección (de esta Casa) una tumultuosa riña entre los obreros manuales y los
masones a causa de los salarios. Para calmar a todo el mundo y facilitar las
cosas, el rey en su sabiduría dijo: Estad todos contentos, pues todos seréis
pagados de la misma manera.
Dio entonces a los masones un signo que desconocían los
obreros manuales, a fin de que aquel que fuera capaz de hacerlo en el sitio de
la paga pudiera ser pagado como masón. Los obreros manuales, no conociendo
(este signo), fueron pagados como antes. Esto bien pudo pasar así, y si en
efecto fue el caso, debemos juzgar como muy llenas de gracia las palabras del
sabio rey Salomón, pues debe comprenderse y también creerse (por ellas) que el sabio
rey deseaba dar a cada uno lo que merecía.
Comprendo ahora mejor el versículo 7 del capítulo 6 del
primer libro de los Reyes, en el que se dice que la Casa fue, durante su
erección, construida en piedras ya preparadas antes de ser llevadas al lugar,
de tal manera que no se oía ni martillo, ni hacha, ni instrumento alguno de
hierro en la casa durante su construcción. Puede deducirse de ello que todo
estaba preparado de antemano, pero que no podía ser sacado (de la cantera) sin verificación
previa. Y cuando para buscar (un medio de verificación, se removió) cielo y
tierra, no pudo entonces encontrarse nada más conveniente que la escuadra, que
se convirtió en su signo y que significa lo que debían hacerse el uno al otro.
El trabajo continuó y prosperó. Lo que no podía ser bueno era malo. Trabajaron
para un buen maestro, y tenían como vigilante al hombre más sabio de la tierra.
Por ello, en parte por su mérito, pero aún más en razón de la libre gracia, la
Masonería obtuvo un nombre y un
mandamiento nuevo. Su nombre significa Fuerza, a lo cual
responden: Belleza; y su mandamiento es el Amor. Leed en prueba (de ello) los capítulos
7 y 6 del primer libro de los Reyes, en los que encontraréis (descritas) las
maravillosas obras de Hiram durante la construcción de la casa del Señor.
Cuando todo acabó, los secretos de la Masonería fueron
ordenados con justicia como lo están ahora y como lo estarán hasta el fin del
mundo, en la medida en que se los comprenda con exactitud. Forman 3 partes
cuando se refieren a la santa Trinidad que hizo todas las cosas; forman además
13 ramas en referencia a Cristo y a sus 12 apóstoles; son como sigue: una palabra
para el teólogo, seis para el clero y seis para el compañero de oficio, y para
estar plena y totalmente de acuerdo, seguir con los cinco puntos de los compañeros
franc-masones, que son pie contra pie, rodilla contra rodilla, pecho contra
pecho, mejilla contra mejilla y mano en la espalda, cinco puntos que aluden a
los cinco principales signos que son la cabeza, el pie, el torso, la mano y el
corazón, así como a los cinco puntos de la arquitectura y a los cinco órdenes
de la Masonería. Obtienen además su fuerza de cinco (figuras) primitivas: una
divina y cuatro temporales, que son como sigue: primero el Cristo, el jefe y la
piedra angular; en segundo lugar, Pedro, llamado Kephás; en tercer lugar
Moisés, que grabó los mandamientos; en cuarto lugar, Bazalliell, el mejor de
los masones; en quinto lugar, Hiram, que estaba lleno de sabiduría y de
inteligencia .../...
Graham, por suerte maestro de las logias, además de Enquam
Ebo, a 24 de octubre de 1726, a todos y a cada uno de aquellos de nuestra fraternidad
que quieran instruirse con esto.
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