Claves para entender a los Maestros

21 abril 2020

Lobatones


Lobatones

El término Loweton, Lobetón, Louvetón, Luveton, Lobatillo, Luston o Lovetón, es la forma en que la Masonería llama a los hijos de los maestros masones. Por considerarse a sí mismos los francmasones como "hermanos", cada hijo de un maestro masón es sobrino de todos los otros masones. Por extensión, el Loweton es simplemente el hijo de un masón activo, sea o no un maestro, pero en la práctica solo se reconocen lowetones a los hijos de los maestros masones. ​ El Loweton es el lobato de la manada, es el pequeño que debe ser protegido, educado, guiado y amparado por todos los hermanos masones.


RITUAL DE ADOPCION DE LOBATONES

Para la Ceremonia de Adopción, se decorará la Logia con colgaduras y gasas blancas con adornos de plata y abundancia de flores, formando festones y guirnaldas.
La iluminación será espléndida, especialmente la de Oriente, y las luces se distribuirán convenientemente por grupos de tres.
Se adornarán con lazos blancos y azules, guarnecidos de oro, el dosel, el trono, las mesas de los Vigilantes, las de los Oficiales y las Columnas, en las que las iniciales J.·. y B.·. quedarán encerradas dentro de una corona de flores, de la que penderán anchas cintas blancas.
Junto a las gradas del Oriente se halla una mesita triangular cubierta con un tapete de satín blanco con flores de plata, y encima un jarro con agua, una palangana y un paño blanco. Sobre una fuente de plata habrá pan, una vasija con miel, una copa con vino y una cucharilla de plata. En el centro de esta mesa se colocará un candelabro de tres brazos, con las luces apagadas. En el altar del Venerable se pondrán, a ambos lados, varios jarrones con flores, y algunos vacíos, por estar destinados a contener los ramos que se colocarán en ellos en el momento oportuno.
El niño será apadrinado en este acto por uno o por dos Maestros Masones…

La apertura de los trabajos se verifica en el grado de Aprendiz, de la manera acostumbrada.
Leída y aprobada el acta de la tenida anterior, se da entrada a los Visitadores y Comisiones de otras Logias, y el Venerable Maestro expone el objeto de los trabajos, haciendo resaltar la importancia que revisten, e invita a todos a que le presten su concurso para que el acto que se va a verificar tenga toda la brillantez y realce que debe acompañar a estas solemnidades.
Recomendará a los hermanos que se abstengan de hacer signo alguno masónico durante la permanencia de los profanos en el Templo, y dispuesto todo para la ceremonia, el Venerable designará una Comisión especial, presidida por el Maestro de Ceremonias, para que dé entrada en el Templo a las señoras y profanos invitados.
Cuando todos estén colocados en los puertos que previamente se hayan designado, el Ven.·. Maest.·. dice:
Ven.·. Maest.·. - Sentémonos.
Todos obedecen.
Ven.·, Maest.·. - Hermano Primer.·. Vigilante, servíos participamos qué asunto nos reúne esta noche en el Templo.
Prim.·. Vig.·.- Venerable Maestro, el hijo de uno de nuestros hermanos se ha extraviado en el mundo profano. Dos masones de esta Logia, guiados por los impulsos del bien, le han conducido hasta las puertas del Templo y piden protección para él.
Ven.·. Maest.·. - Hermano Segundo Vigilante, ¿qué podemos hacer en favor de ese niño?
Seg.·. Vig.·. -Admitirle en el Templo, y que encuentre un protector en cada uno de nosotros.
Ven.·. Maest.·. (Dirigiéndose a los profanos). -Señoras y caballeros: Ya habéis escuchado de labios de nuestros hermanos Vigilantes cuál es el objeto que nos reúne. La Francmasonería, Institución altamente humanitaria, que persigue la fraternidad entre los hombres extiende su activa propaganda a la sociedad profana para establecer el reinado de la Libertad, sin la cual es imposible el progreso humano.
A su desarrollo se oponen, por una parte, el dominio de las pasiones, y por otra, la superstición y el fanatismo, enemigo de la luz y valladar constante a las ideas de emancipación de la conciencia y del imperio de la razón.
Da un golpe de mall.·., y luego prosigue:
Ven.·. Maest.·.-Hermano Maestro de Ceremonias, id a ver si el niño y los padrinos están dispuestos a ser recibidos.
El Maestro de Ceremonias sale y vuelve diciendo:
Maestro de Ceremonias. - Venerable Maestro, los padrinos y el niño están en el atrio del Templo y piden el favor de ser introducidos.
Ven.·. Maest.·. -Ruego al h.·. Experto que, acompañado del Portaestandarte y otros cuatro hermanos, salgan a su encuentro, saludándolos en nombre de la Logia, y vuelvan con ellos, llamando a las puertas profanamente.
Los designados salen del Templo, y luego que han cumplido la orden del Ven.·., llaman a la puerta del modo indicado por éste.
Ven.·. Maest.·. -Ved quién llama.
El Guarda-Templo entreabre la puerta; el Maestro de Ceremonias se acerca a ella, y después de mirar al exterior, la cierra de nuevo, y dice:
Maest.·. de Ceremonias. - Venerable Maestro, es el h.·. Experto acompañado de otros masones, que traen un niño profano y piden entrada en el Templo.
Ven.·. Maest.·. -Cumplir con vuestro deber. (Da un golpe de mall.·. y todos los hh.·. se ponen de pie).
El Maestro de Ceremonia sale del Templo; organiza la comitiva, y colocándose al frente de ella se acerca a la puerta, que permanecerá abierta. El Guarda Templo dirá entonces:
Guarda-Templo. - Venerable Maestro, la comitiva se encuentra a las puertas del Templo.
Ven.·. Maest.·.- Dadle entrada, y vosotros, hermanos, formad la bóveda de acero.
Los hermanos ejecutan la orden del Ven.·., y la comitiva avanza bajo la bóveda de acero…
Al llegar la comitiva al Altar que está en medio del Templo, todos se detienen; los padrinos del niño se colocan con éste delante del Altar; el Experto sube al Oriente 'Y coloca sobre un jarrón que se halla en la mesa del Venerable, el ramo que lleva en la mano, y pendiente de él, por medio de un lazo de seda azul, el cartel en que va inscrito el nombre del niño; después, en unión del Maestro de Ceremonias, distribuye flores, tanto a los masones como a los profanos, que aquéllos u colocan sobre el pecho en un ojal de la levita, y ramilletes a las señoras.
Durante esta ceremonia tocará la música, si la hubiere, y cesará al golpe de mall.·. del Venerable. Todos toman asiento por orden de éste, y después dice, dirigiéndose a los padrinos:
Ven.·. Maest.·. -Padrinos, ¿qué pedís para este niño?
Un padrino. -Que el Venerable de esta Logia y todos los hermanos de ella lo tomen bajo su protección, y que en prueba de sus buenos sentimientos, le admitan en los primeros misterios de la Masonería.
Ven.·. Maese.·. -¿Cuál es el nombre de su padre?
El padrino. - Se llama N…., y pertenece a nuestra Logia.
Ven.·. Maest.·. - El nombre de su padre le hace acreedor a nuestro cariño. ¿Qué edad tiene el niño?
El padrino. - Tiene, ... años.
Ven.·. Maest.·. (Dirigiéndose al padre del niño).
-Querido h.·. N... , ¿prometéis educar a vuestro hijo inculcándole los deberes que tiene el hombre para con Dios, para consigo mismo y para sus semejantes, inspirándole los sentimientos de amor a la Humanidad y a la práctica de todas las virtudes?
El padre. - Prometo.
Ven.·. Maest.·.- Y vosotros, padrinos, ¿os comprometéis formalmente a proteger a este niño con vuestros cuidados, y a ilustrarle con vuestros consejos en el caso de que le fueran necesarios?
Los padrinos. - Lo prometemos por nuestro honor y fe de masones.
Ven.·. Maest.·. - Hermanos todos, ¿estáis dispuestos a adoptar al niño N... , hijo de nuestro h.·.
N ... N ... ? Levantaos si así lo acordáis.
Todor los hh.·. se levantan.
Ven.·. Maest.·. - Cúmplanse entonces nuestros deseos.
Da un golpe de mall.·. y baja del Oriente, yendo a colocarse ante el Altar al lado de la mesita triangular y cerca del candidato; en ambos lados se colocan el Experto y el Maestro de Ceremonias. Todos permanecen de pie. El Venerable hace una seña al Ven.·.  Maestro de Ceremonias para que encienda el candelabro colocado sobre la mesita, y luego continúa:
Ven.·., Maest.·. -Que la luz material te vivifique, querido niño, hasta tanto que la verdadera luz brille a los ojos de tu entendimiento. Cuando tengas más edad conocerás esa luz, más preciosa que la del día, la luz de la ciencia y de la verdad, es decir, la inteligencia de la vida y la actividad de la razón, que comenzarán para ti.
Llegará el día en que tú mismo comprendas nuestra misión y nuestros misterios, y entonces bendicirás a la Institución que de tal modo se dedica al bien de la Humanidad.
Padrinos, presentad las manos del niño.
Echa agua sobre las manos del niño, secándolas enseguida, y prosigue:
Ven.·. Maest.·. -Querido niño, que tus manos estén siempre limpias de toda mancha y de todo crimen; que se conserven eternamente puras, y, sobre todo, que no se manchen jamás con la sangre de tus semejantes.
Tocando con los dedos los párpados del niño.
Que tus ojos adquieran la facultad de descubrir el mal para combatirle, y el camino de la dicha para conducir por él a tus hermanos.
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Poniéndole el mandil.
Te invisto desde ahora con la insignia masónica-, emblema del trabajo, porque el deber del hombre es trabajar, pagando así la deuda que tiene para con sus semejantes; el trabajo dignifica al hombre, en tanto que la ociosidad le degrada. La alegría que produce el cumplimiento del deber es la mayor recompensa del hombre laborioso y satisface una necesidad moral.
Pero cuando el trabajo del día se termina es necesario atender a las necesidades físicas.
Que este pan (tomándolo) sea la representación emblemática de la nutrición del espíritu y del cuerpo. Ten siempre presente que el hombre generoso, antes de entregarse al descanso, mira en torno suyo por si tiene que partir con alguien su alimento. Hagámoslo así; dividamos en tu nombre este pan como ejemplo de la solidaridad que debe unir a todos los hombres y de la filantropía que debe inspirar todos nuestros actos.
Parte el pan en cinco trozos y los distribuye entre el candidato, los padrinos, el Experto y el Maestro de Ceremonia. Luego, dirigiéndose a los padrinos, dice:
Ven.·. Maest.·. - Padrinos, ¿prometéis, por vuestro honor, que haréis a este niño fiel observador de las virtudes francmasónicas?



Revista CULTURA MASÓNICA N.º 22


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