Claves para entender a los Maestros

19 abril 2020

ORDEN DE LOS CABALLEROS ORIENTALES


ORDEN DE LOS CABALLEROS ORIENTALES
19 de abril de 1825 Cruzada Libertadora

Sin duda esta es la más conocida para todos nosotros, es probable que fuera subordinada a los Caballeros Racionales incluso muchos de sus miembros la integraron.
Entre sus integrantes se destacan:

Aguilar, Francisco;
Aguirre, Atanasio;
Aldecoa, Agustín;
Antuña, Francisco Solano;
Bauzá, Francisco;
Benavente, Diego (chileno);
Berro, Pedro Francisco (español);
Blanco, Silvestre, Prudencio y Juan Benito;
Calatayud, Pedro;
Camusso, Carlos (español);
Castriz, Ramón (español);
Chopites, Antonio;
Cifuentes, Manuel;
Costa, Domingo;
Cullen, Domingo y Ramón;
De Acha, Román;
Díaz, Antonio (español);
Echevarriarza, Cristóbal (español);
Ellauri, José, León y Rafael;
García de Zúñiga, Zenón;
Gayoso, Baltasar;
Gil, Francisco;
Giró, Juan Francisco y Pablo;
Goddefroy, Luis (francés);
Graceras, Roque;
Iriarte, Tomás de;
Lamas, José Benito;
Lapido, Atanasio;
Lecocq, Francisco y Gregorio;
Lenguas; Pedro;
Massini, Ramón;
Muñoz, Francisco Joaquín;
Murguiondo, Prudencio;
Nieto, Pablo A.;
Noble, James (inglés);
Oribe, Ignacio y Manuel;
Pereira, Gabriel Antonio;
Pérez, Gregorio, Lorenzo Justino y Luis Eduardo;
Platero, José Mª;
Roo, Juan María;
Rucker, Conrado (inglés);
San Vicente, Carlos de;
Tort, Matías;
Vázquez, Santiago y Ventura;
Vidal, Daniel y Manuel;
Villardebó, Miguel Antonio (español);
Zubillaga, José Féliz y Gregorio;
Zufriategui, Pablo y Juan

El club patriótico de Montevideo, denominado de Caballeros Orientales, surgió de la Gran Logia de los Lautaros establecida en Montevideo y en disidencia con la que existía en Buenos Aires. Don Santiago Vázquez era uno de sus antiguos miembros y suyo fue el pensamiento de la creación de su sociedad patriótica con la denominación ya indicada, él confeccionó el reglamento que debía regir. La sociedad no conocía la existencia de la Lautaro a que debía su origen…
…en todas las deliberaciones prevalecía la resolución impulsiva y secreta de los grados más altos y que eran, por lo tanto los Lautaros, los miembros directores…”.[1]

De la Constitución de la Orden podemos apreciar su organización con solo tres grados:
v  El recién iniciado era instalado en la clase de Caballero Oriental;
v  el grado siguiente de Consejero; y
v  el grado de Anciano –acá se encuentran los lautaros y miembros fundadores.
Teniendo pequeñas modificaciones para los cargos con las logias masónicas:


Constitución Orgánica del Orden de los Caballeros Orientales
Capítulo 1º
De la Gran Sala, Cámara, Oficiales y miembros de que se compone
Artículo 1º.- La G.S. se compone de la reunión de todos los Caballeros O. que se designen bajo el título general de compañeros se dividen en Jóvenes y Cámaras y se sirven de Oficiales para el ejercicio de las funciones: el nombramiento se hará por deliberación de la G.S.
2º.- La cámara primera se llama cámara de ancianos; y de ella unida a los consejeros se forma el consejo o cámara de consejo; ninguna tiene número fijo de individuos que debe estar en proporción del total de compañeros; pero ni el consejo podrá exceder de la mitad de éstos ni los ancianos de la mitad del consejo, luego que la G.S. exceda de 40 individuos.
3º.- Los oficiales de la G.S. son: Presidente, Vicepresidente, Orador 1º y 2º; secretario 1º y 2º; Tesorero y Ayudante; Archivador, Maestro de Ceremonias, y supernumerarios, que por méritos o servicios se crean convenientes; todos los oficiales son tomados del consejo: se nombran por deliberación de la G.S.
4º.- La sociedad en general no tiene números fijo de miembros; todos los hombres de importancia del país están indicados para serlos, y cuando la reunión se considere demasiado grande o numerosa, la sala podrá deliberar sobre la creación de una segunda de arreglo a constitución.
Capítulo 2
De las funciones de los Oficiales en sala, su colocación y…
Artículo 1º.- El Presidente preside la G.S. y el Consejo, su colocación en el centro bajo las decoraciones que […] Secretario, Tesorero y Archivador, y firma generalmente todo documento de la Orden.
2º.- El Vicepresidente se coloca al extremo opuesto del Presidente cercano a las columnas; su función consiste en velar el orden interior de la G.S. durante las reuniones, y remplaza al Presidente […]
3º.- El Orador es el fiscal, y conservador de los estatutos y reglamentos del Orden, y debe reclamar sobre toda infracción que observe; tiene el encargo de ilustrar […] sujeto a discusión y es el único que puede hablar sobre ellos cuantas veces lo crea conveniente; hace discursos a los iniciados y se coloca […] la columna de la derecha.
4º.- El segundo desempeña las funciones de 1º en su ausencia y puede encargarse de la ilustración de algunos negocios para ayudar al 1º cuando el consejo lo delibere; se coloca inmediatamente al 1º.
5º Los Secretarios 1º y 2º son los encargados de firmar las minutas de las deliberaciones, de extender los acuerdos, documentos y comunicaciones del Orden, que autoriza con su firma, o signo, despachar alternativamente, remplazado al 2º al 1º según las exigencias las ocupaciones de este, o simultáneamente según la resolución del  Presidente; se coloca en el primer lugar de la columna de la izquierda a no ser en los momentos de despacho que están en dos mesas a derecha e izquierda del Presidente, no ocupándose entre tanto sus asientos son depositarios de los libros y documentos corrientes que no están en estado de pasar al Archivo.
6º.- El Tesorero encargado de recibir y conservar los fondos de la asociación y de hacer su distribución con arreglo a las órdenes de ella; lleva cuenta de cargo y vasta documentación, y la presentara cuando la G.S. lo deliberase; se colocara inmediatamente a la oratoria.
7º.- El Ayudante de Tesorero es encargado de ayudar al Tesorero en la recaudación y distribución de fondos y suplanta la falta de él; se coloca inmediato a los Secretarios.
8º.- El Archivador lo es de todos los documentos, que no son necesarios en el ejercicio de la Secretaria; se coloca inmediatamente al Tesorero.
9º-- El Maestro de Ceremonias está encargado de vigilar que cada miembro ocupe el lugar que le corresponde, y hacer con los candidatos las funciones que señala la liturgia; se coloca inmediata al Ayudante Tesorero.
10º.- Los Supernumerarios sirven para llenar los vacíos en falta accidentales por resolución del Presidente, y para su efecto en ausencia, muerte o dimisión de los Oficiales; se colocan a derecha e izquierda, por antigüedad, o edad, inmediatamente a los Oficiales en ejercicio.
11º.- Los Oficiales que han dimitido constitucionalmente sus comisiones conservan el carácter de tales; y se colocan después de los Oficiales en ejercicio, y antes de los supernumerarios.
12º.- En ausencia de Oficiales, que no pueden verificarse sin permiso de la Sala, ella delibera según la naturaleza de la separación, si es o no accidental o provisoria; en este caso lo suceden, como un iniciado provisionalmente hasta su incorporación en el contrario queda separado de sus funciones…
13º.- La G.S. puede alterar las comisiones de los Oficiales en ejercicio para equilibrar el trabajo, o para hacerlo compatible con las funciones públicas de sus individuos.
Capítulo 3
De las Cámaras
Artículo 1º.- La Cámara de Ancianos tiene la iniciativa de las proposiciones para la deliberación de la G.S.; cualquiera de sus individuos hace en ella las que cree conveniente; la Cámara discute y delibera si ha lugar a proponerlas a la G.S.; si decide en contrario se pasa al orden del día; si en apoyo de la proposición, se forma consejo donde por deliberación se sanciona la aprobación de los ancianos, o se […] pasando al orden del día; solo en aquel caso toma la G.S. en consideración el proyecto propuesto.
2º.- Las Cámaras pueden deliberar sobre reglamentos interiores de ella, en cuanto no se opongan a la presente constitución, y puede nombrar secretarios que lleva un registro particular de cada una…
Capítulo 4
Del Orden y de las discusiones, deliberaciones y libro
Artículo 1º.- El Presidente designa el carácter y división de los trabajos en cada sección y los anuncia.
2º.- Los trabajos se dividen en recepción, discusión, proposición, opinión pública, doctrina.
3º.- Nadie puede alterar el orden de los trabajos propuestos por el Presidente a no ser por motivos urgentes…
4º.- Cuando el Presidente anuncia discusión, el Orador o el Relator encarga por el Consejo propone los puntos, que esta ha sancionado para discutir y la ilustraran sucesivamente.
5º.- Cualquiera de los miembros expresa con la brevedad posible sus dictámenes, y las razones en que la fundamenta, después que ha hablado el Orador.
6º.- Nadie puede hablar en Sala sin haber obtenido permiso, ni pedirla en tanto que otro esté hablando.
7º.- Ningún miembro será interrumpido en su locución a no ser que falta a el orden, y al objeto de la discusión, en cuyo caso será advertido por el Presidente.
8º.- Nadie puede hablar sobre un punto que se discute sino una vez, y solo por segundo cuando la considere necesario para explicar los conceptos de la primera.
9º.- Son exceptuación del artículo anterior el Presidente, el Orador, y el Relator…”.[2]


Aclaremos que su actividad fue puramente política, y no todos sus miembros eran iniciados en los secretos de la masonería filosófica, estos eran los menos. Por lo que se desprende la Orden de Caballeros Orientales fue una organización satélite, una institución paramasónica. Al frente hermanos masones, su estrategia instrumentada por una logia, esta última si todos sus hermanos masones, teniendo una misión determinada de carácter político. Confirmando lo manifestado hasta el momento, es clave entender este procedimiento; “…‘los miembros de la antigua Gran Logia se reunían en privado siendo las resoluciones que allí se tomaban las que daban después la ley’, (a la Orden) y, al explicar más adelante la forma en que los lautarinos lograban hacer prevalecer sus opiniones, apunta Iriarte: ‘porque nos era fácil conquistar los votos de algunos miembros de los ancianos y por consiguiente sucedía que cuando nos incorporábamos a los Consejos para deliberar ya llevábamos la votación ganada y así sucesivamente para la reunión inmediato inferior; así los orientales que no conocían el secreto de la Gran Logia seguían su impulso sin poder evitarlo no sospecharlo’”.[3]
En esta línea fue frecuente los lineamientos que Carlos Alvear desde Buenos Aires le transmitía por intermedio de cartas casi diarias a Montevideo; “Es preciso trabajar con empeño en ganarse a los españoles, esta masa de población es muy importante…”.[4]
Está claro la lucha contra el enemigo invasor, luso-brasileño, buscando la independencia de la Provincia Oriental, para poder integrarla al sistema federal de las provincias hermanas del Río de la Plata.

Muchos Caballeros Orientales integraran el Cabildo en 1822: Cristóbal Echevarriarza, Domingo Cullen, Gabriel Antonio Pereira y Santiago Vázquez; y 1823: Román de Acha, Pedro Francisco Berro, Silvestre Blanco, Juan Francisco Giró, José María Platero y Bernardo Susviela Llano.

Como sabemos esto colabora en la empresa llamada Cruzada Libertadora de los 33 Orientales, pero veamos que su financiamiento también contó con la ayuda monetaria de la Hermandad, entre ellos tenemos a:

Féliz Alzaga
Julián de Gregorio Espinosa
Ramón Larrea
Pedro y Manuel Lezica
Juan Pedro Aguirre
Mariano Fragueiro
Juan José y Nicolás Anchorena
Ruperto Albarellos

Daniel Pelúas- Masonería en el Uruguay. Los Orígenes. Editorial Fin de Siglo. Montevideo. 2016.

***

Es interesante la propuesta del periodista Valentín Trujillo del diario El Observador, en el 2015, nos planta: “Treinta y tres cosas que usted no sabía de los Treinta y Tres”. Es frecuente que este episodio de la historia nacional diera para muchos y diferentes interpretaciones.
Sino ver el video de Guillermo Vázquez Franco:

Pero volviendo a planteo de periodista seleccionamos algunas:
ü  La más clásica. No se sabe a ciencia cierta cuántos eran los 33 orientales. Según una investigación de Jacinto Carranza durante la década de 1940, existen 16 listas diferentes de nombres y en total se menciona a 59 personas.
ü  En 1823, Ana Monterroso, esposa de Lavalleja, llegó a Montevideo desde Buenos Aires con espías para organizar la revolución luego de la cruzada.
ü  Si los “cruzados” no fueron 33, tampoco fueron todos orientales. Según el historiador Aníbal Barrios Pintos, hubo cuatro argentinos, cuatro paraguayos y uno nacido en Mozambique. Se trataba de Joaquín Artigas, liberto que era criado del cruzado Pantaleón Artigas, sobrino del prócer. El cordobés Simón del Pino fue el único de los cruzados que estampó su firma en el acta de la Declaratoria de la Independencia.
ü  Luis Ceferino de la Torre fue quien confeccionó las banderas que portaron los cruzados el 19 de abril en el desembarco. El pintor suizo Jean Philippe Goulou fue quien pintó la inscripción “Libertad o Muerte” en la ropería de Luis Latorre, y una mujer de la sastrería Pérez y Villanueva de Buenos Aires fue quien bordó las letras. Pudo estar inspirada en la frase: “Independencia o muerte”, del Grito de Ipiranga. Latorre la donó luego al Museo Nacional, de donde la robó en 1969 el grupo anarquista OPR33.
ü  La idea original era desembarcar el 12 de abril, pero una fuerte tormenta retrasó el segundo lanchón.
ü  El 18 de abril los hermanos Ruiz prendieron una fogata para avisar que el río estaba despejado. Esa era la señal para navegar. En su diario, Juan Spikerman anotó que pasaron tan cerca de una lancha brasileña que vieron sus faroles. Los cruzados desembarcaron el 19 de abril. No se sabe si fue de mañana o a la hora 23, en plena noche. Las crónicas difieren de forma tan extrema.
ü  En 1828 Lavalleja confeccionó una lista de los cruzados, que Manuel Oribe corrigió en 1830 con motivo del cobro de las pensiones para quienes participaron en 1825.
ü  En octubre de 1831, el argentino Tiburcio Gómez reclamó que él también había sido uno de los 33. Como se creía que había muerto, no estuvo en la lista de 1830. En su lugar se había incluido a Basilio Araujo. En 1832, Lavalleja reconoció que Gómez sí había estado y cobró la pensión. No obstante, luego se le suspendió el pago porque adhirió a la revolución de Lavalleja contra el presidente Fructuoso Rivera.
ü  José Leguisamón, alias “Palomo”, se había unido a los 33 en el Paraná. Como murió en la batalla de Ituzaingó en 1827, no recibió reconocimiento alguno.
ü  Muchos de los cruzados habían participado de la revolución oriental junto a José Artigas. La mayoría acompañó a Lavalleja en su puja contra Rivera. La mayoría, salvo excepciones, luego se hicieron blancos, con Oribe.
ü  Santiago Gadea es una de las excepciones. Apoyó al presidente Rivera y luchó contra Lavalleja, su antiguo jefe, durante las revoluciones del primer gobierno de aquel.
ü  Varios de los cruzados orientales nacieron en Las Piedras o alrededores: Manuel Meléndez, Ramón Ortiz, Juan Rosas, Andrés Cheveste, Atanasio Sierra.
ü  Manuel Meléndez murió de tifus y su pensión como cruzado la cobró su madre, que gestionó este trámite.
ü  Cuando Sierra murió en 1862, la bandera de los 33 que se había utilizado en la Agraciada cubrió su féretro.
ü  El cruzado Juan Acosta quedó ciego y mendigaba de la mano de un niño por Montevideo. Se lo nombró teniente para que cobrara la pensión.
ü  Avelino Miranda fue herido en 1827 y quedó inválido, pero se hizo soldado de Rivera. Cobró su pensión. Lo asesinaron dos hermanos, uno de ellos cuñado de una mujer a la que Miranda quiso violar. Matías Álvarez murió en una riña a finales de 1825 y su viuda nunca cobró la pensión.
ü  Por tener abierta una causa criminal, a Andrés Spikerman, hijo de un carpintero holandés y hermano del cruzado Juan, se lo excluyó del premio. Lo desterraron en 1832 y fue soldado de Oribe.
ü  El cruzado Tiburcio Gómez murió en 1882, con 102 años, “entre la indiferencia del gobierno y del pueblo”, según anotó Carlos María Ramírez. La familia no pudo comprarle un ataúd. El cruzado Gregorio Sanabria, que peleó con valor en Sarandí, en 1829 se había declarado como “indigente”.
ü  En 1831, el cruzado Felipe “Carapé” (apodo que en guaraní significa “enano”) era leñador sobre el río Uruguay. Lo acusaron de matar un soldado en una pulpería. Su defensor fue Carlos Villademoros, autor de una obra de teatro en verso sobre los 33. Carapé estuvo un año preso. Murió en 1835.
ü  Dionisio Oribe era uno de los dos negros que participaron en la Cruzada Libertadora. Era criado de Manuel Oribe. Gestionó su pensión y cobró el premio. Acompañó a su patrón durante toda la Guerra Grande y murió en la Unión en 1857, el mismo año que Oribe.
ü  El pintor Juan Manuel Blanes no fue el primer artista que retrató el desembarco en la playa de la Agraciada. Este honor le correspondió a la pintora Josefa Palacios, apodada como “Pepita” y oriunda de Colonia. Palacios pintó a los 33 orientales en 1854. El cuadro está en el Museo Histórico Nacional, ubicado en la Ciudad Vieja. Blanes pintó su emblemático y gigantesco cuadro en 1878. Para documentarse viajó hasta la Agraciada y llevó a Montevideo arena de la playa para acentuar el realismo. Cuando se inauguró la obra, Blanes enfrascó la arena y la vendía como souvenir al público, que la adquirió con avidez.

ü  Hasta 1855 la plaza ubicada actualmente entre 18 de Julio, Colonia, Minas y Magallanes se llamó plaza Artola. Al año siguiente, se decretó que se la bautizara como plaza de los Treinta y Tres Orientales. Tiene una estatua ecuestre de Lavalleja. A metros de allí está la doble estatua del filósofo Carlos Vaz Ferreira y el físico Albert Einstein, quienes se juntaron a conversar en esa plaza en abril de 1925, a un siglo exacto del desembarco.
ü  En 1952 el cineasta Miguel Ángel Melino filmó una película sobre la gesta de 1825. El filme se llama El desembarco de los Treinta y Tres Orientales, dura unos 50 minutos.




Los  dos jefes orientales Lavalleja y Oribe, se los vincula a la masonería, en el Museo de los Presidentes se encuentra la banda de grado 33 de Manuel Oribe.

En este siglo XXI, en la Gran Logia de la Masonería del Uruguay se procede al encendido de luces de las logias:
ü  Logia Juan Antonio Lavalleja, en el departamento de Lavalleja.
ü  Logia Manuel Oribe, en el departamento de Montevideo.



Por último le dejamos este link http://danielpeluas.blogspot.com/2016/12/libertad-o-muerte.html donde abordamos el origen del lema “Libertad o Muerte”.


Canciones:










[1] Fernández Cabrelli, Alfonso- Presencia masónica...  Ob. Cit. p. 39. Esto es fragmento de un manuscrito anónimo que se encuentra entre los papeles de Bernardino Rivadavia en el Museo Mitre de Bs. As.
[2] Biblioteca Pablo Blanco Acevedo. Tomo 132. pp. 78-79.
[3] Fernández Cabrelli, Alfonso- Presencia masónica...  Ob. Cit. p. 42.
[4] Ídem. p. 43.

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