Dermidio de María Navarrete
10 de enero de 1836
– 25 abril de 1920
Hijo de Isidoro de María y de Sinforosa
Navarrete Artigas
fue también un notable periodista como su padre.
“Adquirió
su educación básica en el Liceo Montevideano, dirigido por los educacionistas
españoles José María Cordero y Francisco Suárez. A los diez años trabaja como
tipógrafo en "Le Patriote Francais". Se incorpora al mundo de las
noticias en 1855, cuando su padre (Isidoro de María) era cónsul en Gualeguaychú
(Argentina)”.[1]
En 1856, con su progenitor edita el periódico
El Mercantil y poco tiempo después
funda, en la ciudad de Mercedes, el diario El
Eco del Río Negro. También por esa época redacta, en Gualeguaychú
(Argentina), La Época.
En 1860 escribe en La
Prensa Oriental y al fundar Adolfo Vaillant el diario El Siglo en 1863, Dermidio de María que
contaba con 37 años de edad entra a formar parte de su redacción de la que no
se separará más.
Sus Notas de Fénix le dieron la justa
notoriedad de que gozó como periodista.
“Ingresa al Club
Universitario como Socio Fundador en octubre de 1868, junto a Carlos M.
Ramírez, José Pedro Varela y Gonzalo Ramírez entre otros. Pese a ser bastante
mayor que la mayoría de los estudiantes del Club (tenía 32 años) es obvio que
compartía el sentimiento que los animaban y su entusiasmo por el desarrollo del
saber.
Las palabras de Pablo De María, su hermano, escritas en la segunda Memoria del Club, son más que representativas del pensamiento de catedráticos y estudiantes:
"Los estudiantes orientales, obedeciendo así la ley de su destino, quisieron ser obreros de su propio adelanto y una noche, en una pequeña habitación, a la luz de una lámpara que alumbraba con tímidos resplandores los semblantes de veinticuatro adolescentes, fundaban una institución llamada a dirigir el movimiento literario dela República. Tuve el
honor de ser uno de los seis estudiantes que concibieron la idea de fundar este
centro; tuve el honor de presidir la primera sesión del Club Universitario
(...) (y) la institución que establecimos, de una modesta sociedad de simples
estudiantes que era, ha pasado a merecer el título de primer centro literario
del Plata. (...) El Club Universitario solemniza todos los años, en esta misma
fecha, los sucesivos aniversarios de su fundación, pidiendo sus galas a la
elocuencia y sus encantos a la poesía, para fundir, unidas y hermanadas, en el
molde de las grandes inspiraciones patrióticas, el alma del tribuno y el alma
del bardo".[2]
Las palabras de Pablo De María, su hermano, escritas en la segunda Memoria del Club, son más que representativas del pensamiento de catedráticos y estudiantes:
"Los estudiantes orientales, obedeciendo así la ley de su destino, quisieron ser obreros de su propio adelanto y una noche, en una pequeña habitación, a la luz de una lámpara que alumbraba con tímidos resplandores los semblantes de veinticuatro adolescentes, fundaban una institución llamada a dirigir el movimiento literario de
En el año 1907 al crearse la oficina de
prensa del Ministerio del Interior se le confió su dirección, que abandonó en
1918 cuando las Cámaras, por unanimidad le votan una pensión vitalicia en
reconocimiento a sus notables virtudes ciudadanas y a los ingentes esfuerzos
realizados en pro de las instituciones liberales democráticas.
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Integró los cuadros de la Masonería nacional desde
la Logia Caridad a la que
ingreso en mayo de 1867 y a la que con sus ideas contribuyó a engrandecer. [3]
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