Grandes Maestres
Orden de los Templarios (VIII)
Eudes de Saint-Amand
Pertenecía
a una familia noble del Limousin.
Marchó muy joven a Palestina, pues cuando asume la jefatura de los
templarios, tiene en su haber una importante carrera militar, ya que había
ocupado el cargo de mariscal del reino y vizconde de Jerusalén. Es desconocida
la fecha de su ingreso en el Temple y sucedió al efímero Philippe de Milly a la cabeza de la
Orden hacia 1171.
Aunque gozó de una reputación
como hombre sagaz y de gran coraje, el cronista Guillermo de Tiro lo
describe así: «Hombre ruin, soberbio,
arrogante, que respira sólo furor, sin temor de Dios y sin consideración hacia
los demás... murió en la miseria, sin pena de nadie.»
Nada más ser elegido se opuso al
rey Amalarico I de Jerusalén al rechazar presentar ante la justicia
real al templario Gantier du Mesnil,
culpable de haber asesinado a un emisario del Viejo de la Montaña. Su enfrentamiento duró hasta la muerte del
rey, al que sucedió el joven y enfermo Balduino IV.
En 1177, Saladino lanzó
un raid sobre Ascalón con casi 20.000 hombres. Al punto
Balduino IV se dirigió a su encuentro con apenas 3.000 infantes y 375
caballeros, de los que 80 eran templarios conducidos por su jefe. Son los
templarios los que se sitúan en vanguardia y cargan atropellando a las primeras
líneas del sultán ayubida.
«El ángel exterminador parecía
seguirles en la pelea.»
La batalla de Montgisard (18
de noviembre de 1177) fue una gran victoria de los cristianos conseguida
en parte gracias al ímpetu y la furia de la carga de los templarios. Sin
embargo, al año siguiente, mientras el ejército construía un fuerte sobre el río
Jordán, fue sorprendido por Saladino (batalla del Vado de Jacob). Mientras los
caballeros se desbandan, sólo resisten los templarios, al igual que los
hospitalarios, y todos sucumben a excepción de Eudes de Saint-Amand. El sultán desea intercambiarlo por uno de sus
sobrinos prisionero de la Orden; pero el Gran
Maestre, que rechaza la oferta, le responde: «Yo no puedo autorizar con mi ejemplo la cobardía de mis caballeros que
se dejarían prender con la esperanza de ser rescatados. Un templario debe
vencer o morir, y no puede dar por su rescate otra cosa que no sea sino su
puñal y su cinto.»
El 2 de Agosto de 1.179 el Papa
Alejandro III aprobó un tratado entre el maestre de los Hospitalarios
Roger de Moulins y Eudes de Saint Amand (Como Gran Maestre del
Temple) en el que tanto Hospitalarios como Templarios se comprometen a dirimir
las diferencias que existen entre las dos Hermandades.
Llevado al cautiverio, muere en Damasco el 19
de octubre de 1179, lo que es confirmado por el registro de Reims.
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