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16 mayo 2019

Compositores masones (VI) Jean Sibelius


Compositores masones (VI)

Jean Sibelius

Nacido Johan Julius Christian Sibelius​ (Hämeenlinna, 8 de diciembre de 1865-Järvenpää, 20 de septiembre de 1957), fue un compositor y violinista finlandés de finales del Romanticismo y comienzos del Modernismo. Es ampliamente reconocido como el mejor compositor de su país y, a través de su música, a menudo se le atribuye haber ayudado a Finlandia a desarrollar una identidad nacional durante su lucha por la independencia de Rusia.

El núcleo de su obra es su conjunto de siete sinfonías que, como el resto de sus obras más importantes, siguen interpretándose y grabándose en su país natal y a nivel internacional. Sus composiciones más conocidas son Finlandia, la Suite Karelia, Valse triste, el concierto para violín, la sinfonía coral Kullervo y El cisne de Tuonela (de la Suite Lemminkäinen). También destacan piezas inspiradas por la epopeya nacional finlandesa, el Kalevala, más de un centenar de canciones para voz y piano, música incidental para numerosas obras de teatro, la ópera Jungfrun i tornet (La virgen de la torre), música de cámara, música de piano, música ritual masónica, ​ y 21 piezas de música coral. A lo largo de su carrera, se inspiró a menudo en la naturaleza y la mitología nórdica.

Sibelius compuso prolíficamente hasta mediados de la década de 1920, pero después de terminar su Séptima sinfonía (1924), la música incidental para La tempestad (1926), y el poema sinfónico Tapiola (1926), no logró concluir obras de gran envergadura en sus últimos treinta años, un declive sorprendente y desconcertante comúnmente conocido como «El Silencio de Järvenpää», la ubicación de su casa. A pesar de que presuntamente dejó de componer, siguió intentándolo, incluyendo resultados infructuosos en una Octava sinfonía. En sus últimos años, escribió música masónica y revisó algunas obras anteriores, mientras mantenía un interés activo, pero no siempre favorable hacia los nuevos desarrollos en el mundo de la música.

El billete de 100 marcos finlandeses llevaba su efigie hasta 2002, fecha en que se produjo la entrada en circulación del euro. ​ Desde 2011, Finlandia celebra un Día de la Bandera, el 8 de diciembre, que coincide con el cumpleaños del compositor, también conocido como el «Día de la Música finlandesa».​ En 2015, en el 150 aniversario del nacimiento del compositor, se llevaron a cabo una serie de conciertos especiales y eventos, especialmente en la ciudad de Helsinki.
 
Música
Sibelius es ampliamente conocido por sus sinfonías y sus poemas sinfónicos, especialmente Finlandia y la Suite Karelia. Su reputación aumentó en Finlandia en la década de 1890 con la sinfonía coral Kullervo, que, como muchas piezas posteriores se inspiró en el poema épico Kalevala. Su Primera sinfonía fue estrenada ante un público entusiasta en 1899 en un momento en que el nacionalismo finlandés estaba evolucionando. Además de las otras seis sinfonías, ganó popularidad en su patria y en el extranjero con su nueva música incidental y poemas sinfónicos, especialmente En saga, El cisne de Tuonela y Valse triste. ​ Sibelius también compuso una serie de obras para violín y orquesta, incluyendo un Concierto para violín y orquesta, la ópera Jungfrun i tornet, muchas piezas orquestales cortas, música de cámara, obras para piano y violín, obras corales y numerosas canciones. ​

A mediados de la década de 1920, después de su Sexta y Séptima sinfonías, compuso el poema sinfónico Tapiola y música incidental para La Tempestad. A partir de entonces, aunque vivió hasta 1957, alcanzando los noventa y un años, no publicó más obras destacables. Durante varios años, trabajó en una Octava Sinfonía que posteriormente quemaría.

 
En cuanto a su estilo musical, se observan indicios de Chaikovski de forma particularmente evidente en sus primeras obras, como la Primera sinfonía y su Concierto para violín, ​ aunque en un periodo, sobre todo durante la composición de su ópera, se sintió abrumado por Wagner. También es posible ver influencias más permanentes como las de Ferruccio Busoni y Anton Bruckner, pero sus poemas sinfónicos se inspiran principalmente en Liszt. ​ Las similitudes con Bruckner pueden observarse en las partes de los metales de su obra orquestal y el tiempo generalmente lento de su música.
 
Sibelius progresivamente se despojó de las cuestiones formales de la forma sonata en sus obras y, en lugar de contrastar múltiples temas, se centró en la idea de células y fragmentos que evolucionan continuamente culminando a lo grande. Sus últimas obras son notables por su sentido del desarrollo ininterrumpido, progresando mediante permutaciones y derivaciones temáticas. La exhaustividad y la sensación orgánica de esta síntesis ha llevado a algunos a sugerir que Sibelius comenzaba sus trabajos con una idea acabada y trabajaba hacia atrás, aunque algunos análisis ponen de manifiesto lo contrario, ya que células de tres y cuatro notas y fragmentos melódicos posteriormente son desarrollados y expandidos dando lugar a «temas» de gran duración. ​


Esta estructura autocontenida contrasta con el estilo sinfónico de Gustav Mahler, principal «rival» de Sibelius en la composición sinfónica. ​ Mientras que la variación temática jugaba un papel importante en las obras de ambos compositores, el estilo de Mahler empleaba temas dispares, contrastantes y con cambios abruptos, mientras que Sibelius buscaba transformar los elementos temáticos lentamente. En noviembre de 1907, Mahler llevó a cabo una gira de conciertos en Finlandia como director, y ambos compositores disfrutaron de un largo paseo juntos, llevando a Sibelius a la siguiente conclusión:
Me dijo que admiraba [en una sinfonía] la gravedad de estilo y la lógica profunda que crea una conexión interna entre todos los motivos ... Mahler era de la opinión contraria. «No, una sinfonía debe ser como el mundo. Debe abrazarlo todo.» ​

Sinfonías
Sibelius comenzó a trabajar en su Primera sinfonía en mi menor, Op. 39, en 1898, y la completó a principios de 1899, con 33 años. Se estrenó el 26 de abril de 1899 por la Orquesta Filarmónica de Helsinki bajo las órdenes del compositor, en una versión original bien recibida que no ha sobrevivido. Después del estreno, Sibelius realizó algunos ajustes, dando lugar a la versión que se interpreta hoy día. La revisión se completó en la primavera y verano de 1900, y se estrenó en Berlín por la Filarmónica de Helsinki, dirigida por Robert Kajanus el 18 de julio de 1900. ​ La sinfonía comienza de forma muy original con un solo algo desesperado de clarinete acompañado por un tenue redoble de timbal.
 
La Segunda sinfonía, su sinfonía más popular y grabada con más frecuencia, se interpretó por primera vez por la Sociedad de la Filarmónica de Helsinki el 8 de marzo de 1902, con el compositor a la batuta. Los acordes iniciales con su progresión ascendente son el motivo que se desarrollará durante toda la obra. El tema heroico del último movimiento con su motivo de tres notas es interpretado por las trompetas en lugar de los instrumentos de viento-madera. Durante el período de opresión rusa, consolidó la reputación de Sibelius como héroe nacional. Después de su estreno, Sibelius hizo algunos cambios, cuyo fruto fue una versión revisada que fue estrenada por Armas Järnefelt el 10 de noviembre de 1903 en Estocolmo.
 
La Tercera sinfonía es una pieza afable, triunfal, y de sonido engañosamente simple. El estreno de la sinfonía fue dado por la Sociedad Filarmónica de Helsinki, dirigida por el compositor, el 25 de septiembre de 1907. Hay temas de la música popular finlandesa en los primeros acordes de la pieza. Compuesta al poco de su traslado a Ainola, contrasta fuertemente con las dos primeras sinfonías, con la claridad de su modo de expresión que se desarrolla en los tonos de marcha del último movimiento. ​ Su Cuarta sinfonía fue estrenada en Helsinki, el 3 de abril de 1911 por la Sociedad Filarmónica, bajo la batuta de Sibelius. Fue escrita mientras Sibelius fue sometido a una serie de operaciones para extirparle un tumor de la garganta. Su tono sombrío puede tal vez explicarse como una reacción a partir de su renuncia (temporal) a la bebida. Los compases iniciales, con violonchelos, contrabajos y fagotes, transmiten un nuevo enfoque al ritmo. Luego se desarrolla en melancólicos bocetos basados en la adaptación del compositor de El Cuervo de Poe. El final menguante es quizás una premonición del silencio que Sibelius experimentaría veinte años más tarde. En contraste con los típicos finales sonoros, la obra termina simplemente con un «plomizo golpe seco».
La Quinta sinfonía se estrenó en Helsinki con gran éxito dirigida por el propio Sibelius el 8 de diciembre de 1915, durante su 50 cumpleaños. La versión que se interpreta más comúnmente en la actualidad es la revisión final, que consta de tres movimientos, presentada en 1919. La Quinta es la única sinfonía de Sibelius en tonalidad mayor a lo largo de todos sus movimientos. Desde su suave introducción interpretada por las trompas, la obra se desarrolla en repeticiones rotativas de sus distintos temas con importantes transformaciones, hasta llegar al canto de cisne en las trompetas en el movimiento final. ​ Mientras que la Quinta había comenzado a desviarse de la forma sonata, la Sexta, dirigida por el compositor en su estreno en febrero de 1923, se aleja todavía más de las cánones. Tawaststjerna comenta que «la estructura del último movimiento no sigue ningún patrón familiar».​ Compuesta en el modo dórico, toma algunos de los temas que Sibelius desarrolló mientras estaba trabajando con la Quinta, así como material destinado para un concierto para violín y orquesta. Siguiendo ahora un enfoque purificado, Sibelius trató de ofrecer «agua fresca de manantial» en vez de cócteles raros haciendo uso de la suavidad de las flautas y las cuerdas en lugar de los «pesados» metales de la Quinta.
 
La Séptima sinfonía en do mayor fue la última sinfonía publicada. Terminada en 1924, se caracteriza por tener un único movimiento. Se ha descrito como «completamente original en la forma, sutil en su manejo de los tempi, única en su tratamiento de la tonalidad y totalmente orgánica en su crecimiento».​ También ha sido considerada como «el logro compositivo más notable de Sibelius».​ Inicialmente titulada Fantasía sinfónica, fue estrenada en Estocolmo en marzo de 1924, dirigida por Sibelius. Se basa en un adagio que había esbozado hace casi diez años antes. Aunque predominan las cuerdas, presenta un distintivo tema en el trombón.
 
Poemas sinfónicos
Después de las siete sinfonías y el concierto para violín y orquesta, los trece poemas sinfónicos de Sibelius conforman sus obras para orquesta más importantes y, junto con los poemas sinfónicos de Richard Strauss, representan algunas de las contribuciones más importantes al género desde Franz Liszt. Considerados en conjunto, los poemas sinfónicos abarcan la totalidad de la carrera artística de Sibelius (el primero fue compuesto en 1892 y el último en 1925), muestran la fascinación del compositor por la naturaleza y la mitología finlandesa (en particular, el Kalevala), y proporcionan un retrato completo de su maduración estilística a lo largo del tiempo.
 
En saga («Un cuento de hadas») fue presentado por primera vez en febrero de 1893, bajo la dirección de Sibelius. El poema sinfónico de un solo movimiento posiblemente fue inspirado por el manual poético de mitología islandesa Edda prosaica, aunque Sibelius simplemente lo describió como «una expresión de su estado anímico». Comienza con un soñador tema en las cuerdas, que es desarrollado por los instrumentos de viento de madera, siguiendo con las trompas y las violas, demostrando la capacidad de Sibelius de usar el color orquestal. ​ Es la primera pieza orquestal de importancia del compositor y fue revisada en el año 1902 cuando Ferruccio Busoni invitó a Sibelius a dirigir su pieza en Berlín. Tras una exitosa recepción le escribió a Aino: «he sido reconocido como un «artista» consumado».
La ninfa del bosque, poema sinfónico de un solo movimiento para orquesta, fue escrito en 1894. Se estrenó en abril de 1895, en Helsinki, bajo la batuta de Sibelius, y está inspirado en la obra homónima del poeta sueco Viktor Rydberg. En el aspecto organizativo, se compone de cuatro secciones informales, correspondientes a cada una de las cuatro estrofas del poema y cada una evoca el estado de ánimo de dicho episodio en particular: vigor heroico, una actividad frenética, el amor sensual; y por último, inconsolable tristeza. A pesar de la belleza de la música, muchos críticos culpan a Sibelius de «confiar» excesivamente en la estructura narrativa de la fuente de origen.
 
La Suite Lemminkäinen fue compuesta en la década de 1890. Originalmente concebida como una ópera mitológica, Veneen luominen («La construcción del barco»), en una escala similar a la de Richard Wagner, Sibelius más tarde cambió sus metas musicales y el trabajo se convirtió en una pieza orquestal en cuatro movimientos. La suite se basa en el protagonista Lemminkäinen de la epopeya nacional finlandesa, el Kalevala. También puede considerarse como una colección de poemas sinfónicos. La segunda/tercera sección, El cisne de Tuonela, se suele interpretar de forma independiente.
 
Finlandia, probablemente la obra más conocida de Sibelius, es una pieza sumamente patriótica que fue interpretada por primera vez en noviembre de 1899 como uno de los tableaux para las Celebraciones de la Prensa finlandesa. Recibió su estreno público tras una revisión en julio de 1900. ​ El título actual surgió más tarde, primero en la versión para piano, y luego en 1901 cuando Kajanus dirigió la versión para orquesta bajo el nombre de Finlandia. Aunque Sibelius insistió en que era principalmente una pieza orquestal, se convirtió en una pieza coral favorita en todo el mundo, especialmente el episodio en forma de himno. Finalmente, el compositor accedió a que tuviera este título y en 1937 y 1940 estuvo de acuerdo en la letra del himno, en primer lugar para los francmasones y más tarde para uso general.
 
Las oceánides es un poema sinfónico de un solo movimiento para orquesta escrito entre 1913 y 1914. La pieza, que hace alusión a las ninfas de la mitología griega que habitaban en el Mediterráneo, se estrenó el 4 de junio de 1914, en el Festival de Música de Norfolk en Connecticut bajo la dirección del propio Sibelius. La pieza, en re mayor, fue elogiada en su estreno como «la mejor evocación del mar jamás producida en la historia de la música».​ Consta de dos temas que Sibelius poco a poco desarrolla en tres etapas informales: en primer lugar, un plácido océano; en segundo lugar, una tormenta; y tercero, el poderoso choque de una ola que constituye el clímax. La tempestad amaina, y suena un acorde final, que simboliza el poder y la extensión ilimitada del mar.
 
Tapiola, la última gran obra orquestal de Sibelius, fue un encargo de Walter Damrosch para la Sociedad de la Filarmónica de Nueva York donde se estrenó el 26 de diciembre de 1926. Se inspira en Tapio, un espíritu del bosque del Kalevala. En palabras del crítico estadounidense Alex Ross, «resultó ser la declaración musical más grave y concentrada de Sibelius». Aún más enfáticamente, el compositor y biógrafo Cecil Gray afirma: «Incluso si Sibelius no hubiera compuesto nada más, esta obra le da derecho a un lugar entre los más grandes maestros de todos los tiempos».
Otras obras importantes
Karelia, una de las primeras obras del compositor, escrita para la Asociación de Estudiantes Vyborg, fue estrenada el 13 de noviembre de 1893 ante un ruidoso público. La suite surgió a raíz de un concierto que tuvo lugar el 23 de noviembre, a partir de la obertura y tres movimientos que fueron publicados como Op. 11, con el nombre de Suite Karelia. Sigue siendo una las piezas más populares de Sibelius.
 
Valse triste, ahora mucho más conocida como pieza separada de concierto, es una de las seis breves obras orquestales que originalmente formaban parte de la música incidental de Sibelius compuesta para Kuolema(«La muerte»), obra teatral de su cuñado Arvid Järnefelt estrenada el 2 de diciembre de 1903. El vals acompaña una secuencia en la que una mujer se levanta de su lecho de muerte para bailar con fantasmas. En 1904, Sibelius revisó la pieza para una actuación en Helsinki el 25 de abril, donde fue presentada como Valse triste. Fue un éxito inmediato, tomó vida propia, y sigue siendo una de las piezas más representativas de Sibelius.
 
El Concierto para violín en re menor fue interpretado por primera vez el 8 de febrero de 1904 con Victor Nováček como solista. Debido a que Sibelius a duras penas terminó a tiempo la pieza para el estreno, Nováček no tuvo tiempo suficiente para los ensayos, dando como resultado una actuación desastrosa. Después de extensas revisiones, la Orquesta Estatal de Berlín dirigida por Richard Strauss estrenó una nueva versión el 19 de octubre de 1905. Con el concertino de la orquesta, Karel Halíř, como solista resultó un tremendo éxito. ​ La pieza se ha vuelto cada vez más popular y actualmente es uno de los conciertos para violín compuestos en el siglo xx que más veces ha sido grabado.
 
Kullervo, una de las primeras obras de Sibelius, se define a veces como una sinfonía coral, pero es mejor descrita como un conjunto de cinco movimientos sinfónicos al estilo de un poema sinfónico. ​ Basada en el personaje de Kullervo del Kalevala, fue estrenada el 28 de abril de 1892 con Emmy Achté y Abraham Ojanperä como solistas y la dirección de Sibelius del coro y la orquesta de la recientemente fundada Sociedad de la Orquesta de Helsinki. Aunque la pieza solo se interpretó en cinco ocasiones durante toda la vida del compositor, desde la década de 1990 se ha vuelto cada vez más popular tanto para conciertos en vivo como para grabaciones.
 
Francmasonería
Cuando la francmasonería fue revivida en Finlandia, después de haber sido prohibida durante la dominación rusa, Sibelius fue uno de los miembros fundadores de la Logia «Suomi Nº 1» en 1922, y más tarde se convirtió en el Organista Titular de la Gran Logia de Finlandia. Compuso la música ritual utilizada en Finlandia (Op. 113) en 1927 y añadió dos nuevas piezas compuestas en 1946. La nueva revisión de la música ritual de 1948 es una de sus últimas obras.
 
La masonería había sido traída por masones suecos desde Estados Unidos en 1756, y prohibida el mismo año de la anexión a Rusia, en 1809. Dado su carácter liberal, ilustrado y secreto, fue perseguida en la Rusia de los zares, y bajo esa persecución fue mitificada y denostada mucho más allá de la realidad (los tristemente famosos Protocolos de Sión fueron una creación de la policía zarista). Como parte del Imperio, la Masonería estuvo prohibida, y tuvo una escasa presencia antes de la independencia del país en 1917.

Jan Sibelius fue uno de los 27 Masones fundadores de la Gran Logia de Finlandia que reanudaron la tradición Masónica en ese país después del período de prohibición vivido bajo la dominación rusa de Finlandia.

No fue hasta 1922 cuando se estableció la nueva Logia de Finlandia (Suomi loosi). En la lista de candidatos previos estaban las más grandes figuras de la sociedad finesa, como el general Mannerheim (que gobernó el país desde la Guerra Civil hasta la Constitución de 1918), el Arzobispo de Helsinki Gustaf Johansson, el arquitecto Lars Sonck, el pintor Pekka Halonen y los compositores Robert Kajanus y Jan Sibelius. Sibelius fue iniciado en agosto de 1922.

La misma lista de candidatos nos puede dar una idea de que esta logia está muy lejos de las típicas teorías conspiranoicas sobre la masonería que existen. Se trata de un club liberal fraternal donde no existía una imposición religiosa o antirreligiosa, y sí una fuerte espiritualidad, todo muy de acuerdo con la personalidad del músico.

Sibelius fue Maestro Masón de la Logia Suomi nº 1 de Helsinki y además organista de la Gran Logia de Finlandia. En 1927 preparó una serie de nueve piezas titulada «Masonic Ritual Music» compuesta de un breve adagio para piano. En efecto, Toivo H. Nekton, uno de los fundadores de la Logia, solicitó a Sibelius una "música especial, genuinamente finlandesa" para uso de la logia.

Con los años la asistencia a la logia decayó hasta su ausencia durante los años del silencio de Ainola (1930-57). En cualquier caso, nunca abandonó su pertenencia y la masonería ocupó parte de sus pensamientos de la prolongada vejez.

Como organista de la logia, Sibelius interpretó música masónica de Mozart, pero también de Beethoven, Händel y corales de Bach, además de surtir a sus compañeros de numerosas improvisaciones. Según se cuenta, en ocasiones tenía que ser llamado al orden por su entusiasmo al harmonio, que le abstraía hasta el punto de olvidar donde estaba.

En enero de 1927 la logia pudo asistir al estreno de la música compuesta por Sibelius, ocasión a la que fueron invitadas otras logias finlandesas recientemente fundadas. La música fue acogida con entusiasmo, y la partitura fue copiada para el uso de la Suomi loosi y las otras logias del país.


La obra fue llamada Música masónica o Musique religieuse opus 113 (en francés en el original), título este último el más extendido y que denota su sentido espiritual. Está escrita para harmonio para todos los ocho números originales, y tenor en seis de ellos. Los textos toman poemas de Franz von Schober, Pao Chao, Goethe, Simelius y Rydberg.
La masonería ocupó parte de sus pensamientos, sobre todos musicales, ya que durante ese silencio de Ainola revisó la partitura numerosas veces, preparó arreglos y añadió dos coros con armonio a la obra en 1946, números que son al efecto la última partitura original que llegaría a escribir el maestro (o al menos que nos haya llegado). El arreglo más espectacular sin duda es el que efectuó en 1938 sobre el sexto número, "Salem", para coro mixto y orquesta y con texto bíblico, para un concierto en EE.UU., aunque sacado de su contexto masónico.

El primero de los arreglos del himno de Finlandia fue también un arreglo para la logia, con texto de uno de los miembros, Wainö Sola, que al año siguiente (1938) se convertiría en el Gran Maestre de la Orden.

Esta obra es una de las más misteriosas para los amantes de la música de Sibelius, ya que, a pesar de que el autor nunca prohibió su ejecución fuera del ámbito masónico lo cierto que estas partituras han estado circunscritas casi sólo a ese ámbito. En 1933 un masón americano que había sido invitado a la logia de Sibelius, hizo una copia de la música para su sociedad americana. Lo cierto es que la partitura apenas haya salido del marco para el que fue compuesta. No obstante, como ya hemos dicho, no existió ni prohibición del autor ni de la logia para su interpretación en concierto o grabación.

La Música religiosa opus 113 sigue siendo una de los grandes tesoros del autor.




https://es.wikipedia.org/wiki/Jean_Sibelius
http://www.efemeridespedrobeltran.com/es/eventos/septiembre/sibelius-era-mason.-la-musica-masonica-de-sibelius.-hoy-8-de-diciembre-de-1865-nace-jean-sibelius

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