José Maurício
Nunes García
22 de setiembre de 1767 – 18 de
abril de 1830
Río de Janeiro
Fue un sacerdote y compositor brasileño de
música erudita que vivió la transición entre el Brasil Colonial y
el Imperio de Brasil.
Es considerado uno de los Nunes García era hijo de
Apolinário Nunes García, blanco, y Victória Maria de la Cruz, hija de esclavos.
Bien pronto develó talento para la música, habiendo compuesto su primera obra
en 1783, a los 16 años. Había aprendido música con Salvador José de
Almeida Haría, músico minero.
En 1792 fue ordenado sacerdote y, en 1798, se
hizo maestro de capilla de la sede episcopal de la Catedral de
Río de Janeiro, que en esa época funcionaba en la Iglesia de la Irmandade
del Rosario y San Benedito. Como maestro de capilla, José Maurício Nunes García
componía nuevas obras y dirigía los músicos y cantantes en las ceremonias de la
sede episcopal, además de ejecutar como organista.
En 1808, la llegada de los miembros de la Casa
Real de Portugal a Río de Janeiro cambió el panorama artístico de la
ciudad. El Príncipe-Regente João VI, gran admirador de la música, lo
nombró maestro de la Capilla Real, recién creada siguiendo el modelo de la que
existía en la corte lisboeta y formada por músicos locales y
europeos. La Capilla Real funcionaba en la Iglesia de Nossa Senhora do
Monte do Carmo, que pasó a ser también la catedral de Río desde entonces.
El periodo entre 1808 y 1811 fue el más
produtivo de Nunes García, durante el que compuso cerca de setenta obras.
En 1809, João VI lo condecoró con el Hábito de la Orden de Cristo,
señal de la gran estima que tenía por el músico. No escapó, sin embargo, del
prejuicio de algunos miembros de la corte, que se referían a su color de piel
como un "defecto visible".
En 1811 llegó a la corte Marcos Portugal, el compositor
portugués más célebre de su tiempo, que había presentado sus obras por toda
la Europa de entonces. La fama del recién llegado llevó a João VI a
poner a Marcos Portugal al frente de la Capilla Real, sustituyendo a Nunes
García. El brasileño continuó, sin embargo, siendo apoyado por el gobierno para
componer esporádicamente nuevas obras con destino a la Capilla Real.
En 1816 dirigió, en la Iglesia de la Ordem
Terceira do Carmo de Río, un Réquiem, de su autoría, en homenaje a la
reina portuguesa María I, muerta ese año. En 1816 llegó a la corte el compositor
austríaco Sigismund Neukomm, que estableció una gran amistad con el
brasileño. Más tarde Nunes García dirigió los estrenos brasileños del Réquiem de Mozart (1819)
y La Creación de Haydn (1821).
El empobrecimento de la vida cultural después del retorno de
João VI a Portugal, y la crisis financiera tras la Independencia de Brasil (1822)
causaron una disminución de la actividad de Nunes García, agravada por las
malas condiciones de salud del compositor.
En 1826 compuso su última obra, la Missa de
Santa Cecília, para la hermandad del mismo nombre.
Murió el 18 de abril de 1830. A pesar de ser sacerdote, tuvo
cinco hijos, de los cuales reconoció uno. Se lo establece como integrante de la
masonería.
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