Grandes Maestres
Orden de los Templarios (I)
Hugo de Payns
1070–24 de mayo de 1136
Hugo de Payns fue el primer
maestre y fundador de la Orden del Temple y uno de los primeros nueve
caballeros. Nació en el castillo de Payns, cerca de Troyes, Francia, y
murió en Palestina en 1136.
Hijo de Gautier de Montigny y
nieto de Hugo I, Señor de Payns, su infancia y su juventud se ven influidas por
el ambiente de reforma religiosa que se desarrolla en la Champaña y que dará
figuras de la talla de san Roberto de Molesmes, fundador de las abadías de
Molesmes y Cîteaux, o la de san Bernardo de Claraval, impulsor de la
reforma del cister y mentor eclesiástico de la misma Orden del Temple.
De la ferviente pasión religiosa de Hugo II de Payns es muestra su breve paso como monje por la abadía de Molesmes, tras la muerte de su primera esposa Emelina de Touillon, con la que se había desposado hacia el 1090. Fruto de este matrimonio nació su hija Odelina, futura señora de Ervy.
Vasallo fiel del conde Hugo de Champaña, Hugo II de Payns abandona los hábitos y a partir del año 1100 se integra plenamente como uno de los principales miembros de la Corte champañesa, uniendo en su persona el señorío de Montigny y el de Payns.
Blasón
de Hugo de Payns
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Es muy probable que Hugo II de
Payns realizará su primer viaje a Tierra Santa junto al conde de
Champaña en 1104-1107. Tras regresar de éste, y para ayudar a consolidar las
pretensiones políticas de su señor, casó en segundas nupcias con Isabel de
Chappes (entre 1107 y 1111), perteneciente a una de las familias más
importantes del sur de la Champaña. Del matrimonio nacieron cuatro hijos:
Teobaldo, futuro Abad de Santa Colombe de Sens; Guido Bordel de Payns, heredero
del señorío; Guibuin, vizconde de Payns, y Herberto, llamado el ermitaño.
Sin embargo, en 1119, la pasión
religiosa que sentía Hugo II de Payns le llevó a tomar votos de castidad y a
partir nuevamente a Tierra Santa, donde creó, un año más tarde, la que llegaría
a ser la Orden Militar más importante de la Cristiandad: La Orden del Temple.
Se afirma que los otros caballeros eran Godofredo
de Saint-Omer, Payen de Montdidier, Archambaudo de Saint Agnan, Andrés de
Montbard (tío por parte de madre de San Bernardo de Claraval), Godofredo
Bison, y otros dos de los que sólo se conoce su nombre, Rolando y Gondamero.
Se desconoce el nombre del noveno caballero, aunque hay quien piensa que pudo
ser Hugo, Conde de Champagne.
Concilio de Troyes
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En 1127 Hugo II de Payns regresa
a Europa acompañado por Godofredo de Saint-Omer, Payen de Montdidier, y dos
hermanos más, de nombre Raúl y Juan, con el fin de reclutar nuevos miembros
para la Orden, tomar posesión de las numerosas donaciones que habían sido
otorgadas a esta y para organizar las primeras encomiendas de la Orden en
Occidente (casi todas ellas en la región de la Champaña). Así pues, Hugo inicia
un periplo que le lleva por Roma -a fin de solicitar del papa Honorio II un
reconocimiento oficial de la Orden y la convocatoria de un concilio que
debatiera el asunto- la Champaña (otoño de 1127); Anjou y Poitou (abril y mayo
de 1128), Normandia, Inglaterra y Escocia (Verano de 1128)y Flandes (otoño de
1128).
Hugo y sus compañeros regresan en
enero de 1129 a la Champaña para tomar parte en el Concilio de Troyes,
un concilio de la Iglesia católica, que se convocó en la ciudad francesa
el 13 de enero de 1129, con el principal objeto de reconocer oficialmente
a la Orden del Temple. En dicho concilio estuvieron
presentes: el cardenal Mateo de Albano (representante del Papa); el
arzobispo de Reims y el de Sens; diez obispos; ocho abades cistercienses de
las abadías de Vézelay, Cîteaux, Clairvaux (que en este
caso no era otro sino San Bernardo), Pontigny, Troisfontaines y Molesmes;
y algunos laicos entre los que destacan Teobaldo II de Champaña, el conde
de Campaña, André de Baudemont, el senescal de Champaña, el conde
de Nevers y un cruzado de la campaña de 1095.
Hugo de Payns relató en este
concilio los humildes comienzos de su obra, que en ese momento sólo contaba con
nueve caballeros, y puso de manifiesto la urgente necesidad de crear una
milicia capaz de proteger a los cruzados y, sobre todo, a los peregrinos
a Tierra Santa, y solicitó que el concilio deliberara sobre la
constitución que habría que dar a dicha Orden.
San Bernardo de Claraval
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Se encargó a San Bernardo, abad
de Claraval, y a un clérigo llamado Jean Michel la redacción de una regla
durante la sesión, que fue leída y aprobada por los miembros del concilio.
Tras el concilio de Troyes, Hugo
II de Payns nombró a Payen de Montdidier Maestre Provincial de las encomiendas
sitas en territorio francés y en flandes, y a Hugo de Rigaud Maestre Provincial
para los territorios del Languedoc, la Provenza y los reinos cristianos
hispánicos y tras ello, regresó a Jerusalén dirigiendo la Orden que el mismo
había creado durante casi veinte años hasta su muerte en el año 1136 (el 24 de
mayo según el obituario del templo de Reims), haciendo de ella una influyente
institución militar y financiera internacional.
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