Manuscrito de Edimburgo
(1696 e∴ v∴)
The
Edinburgh register house ms. 1696, publicado en Harry Carr, The Early masonic
catechisms, 1963, reed. por la Kessinger Publishing Company, Kila MT, s. d., p.
31-34.
Trad. francesa en Textes fondateurs de
la Tradition maçonnique 1390-1760.
Introduction à la pensée de la
franc-maçonnerie primitive, traduits et présentés par Patrick Négrier, París,
Bernard Grasset, 1995.
El manuscrito de Edimburgo es
el más antiguo catecismo simbólico que ha llegado hasta nosotros. Este texto,
así como muchos otros a los que sirvió de modelo, se refiere a dos temas
principales: el simbolismo del templo de Salomón y el secreto.
Algunas de las preguntas que
los masones acostumbran a hacer a aquellos que declaran poseer la Palabra de
masón, con objeto de reconocerles:
- ¿Sois masón? Responded: Sí.
- ¿Cómo podría estar seguro? Lo sabréis en el tiempo y
lugar oportunos. Observad que esta respuesta no debe darse más que cuando
estéis en sociedad y no haya masones presentes. Pero si no hay mucha gente allí
donde estéis, podéis responder con los signos, toques y otros puntos de la
recepción.
- ¿Cuál es el primer punto? Respuesta: dadme el primer
punto y yo os daré el segundo. El primero es oír y callar. El segundo, bajo
pena de cortaros la garganta. Por ello debéis hacer este signo cuando decís
esto.
- ¿Dónde habéis sido recibido? Respuesta: En una
honorable logia.
- ¿Qué es lo que hace a una logia justa y perfecta?
Respuesta: 7 maestros, 5 aprendices, a un día de marcha de una población, de
manera que no pueda oírse ni el ladrido de un perro ni el canto del gallo.
- ¿Nada más hace a una logia justa y perfecta?
Respuesta: Sí, 5 masones y 3 aprendices recibidos, etc.
- ¿No hay nada más? Respuesta: Cuantos más hay, mayor
es la alegría, y cuantos menos, mejor es la carne.
- ¿Cuál es el nombre de vuestra logia? Respuesta:
Kilwinning.
- ¿Cómo está orientada vuestra logia? Respuesta: de
este a oeste, como el templo de Jerusalén.
- ¿Dónde estuvo la primera logia? Respuesta: En el
atrio del templo de Salomón.
- ¿Hay luces en vuestra logia? Respuesta: Sí, tres, al
nor-este, al sud-oeste y en el paso del este. La primera indica al maestro
masón, la segunda al vigilante, la tercera al compañero instalador.
- ¿Hay joyas en vuestra logia? Respuesta: Sí, tres,
una piedra bruta, una piedra cúbica y un gran óvalo.
- ¿Dónde podría hallarse la llave de vuestra logia?
Respuesta: A tres pies y medio de la puerta de la logia, bajo una piedra bruta
y un montículo verde. También bajo el pliegue de mi hígado, allí donde yacen
todos los secretos de mi corazón.
- ¿Cuál es la llave de vuestra logia? Respuesta: Una
lengua bien puesta.
- ¿Dónde está esa llave? Respuesta: En la caja de
hueso.
Una vez que los masones os han examinado por medio de
todas o de una parte de estas preguntas, y de que hayáis respondido con
exactitud y hecho los signos, os reconocerán como aprendiz. Pero no como
maestro ni como compañero del oficio. De modo que os dirán: Veo que habéis
entrado en la cocina, pero ignoro si habéis entrado también en la sala.
Respuesta: He entrado tanto en la sala como en la cocina.
- ¿Sois compañero del oficio? Respuesta: Sí.
- ¿Cuántos puntos hay en el compañerismo? Respuesta:
5, a saber: pie contra pie, rodilla contra rodilla, corazón contra corazón, mano
contra mano y oreja contra oreja. Haced entonces el signo del compañerismo
dando un apretón de manos, y seréis reconocido como un verdadero masón. Las
palabras están en I Reyes, 7, 21, y en II Crónicas, 3, en el último versículo.
Forma en la que se da la Palabra de masón
En primer lugar debéis coger a la persona que debe
recibir la palabra y ponerla de rodillas; y después de un gran número de gestos
destinados a asustarle, hacedle tomar la Biblia y poned su mano derecha encima.
Debéis incitarle a guardar el secreto amenazándole con degollarle en el caso de
que rompiera su juramento, (diciéndole que) el sol en el firmamento dará
testimonio contra él, así como toda la compañía presente, lo cual provocará su
condenación, debido a la cual no dejarán de asesinarle.
Entonces, después de que haya prometido guardar el
secreto, le hacen prestar el juramento como sigue.
Por Dios mismo, y a la espera de que deberéis rendir
cuentas a Dios cuando os encontréis desnudo ante Él en el gran día (del
juicio), no revelareis ningún punto de lo que vais a ver u oír hoy, ni de
palabra ni por escrito; no lo pondréis por escrito en ningún momento, ni lo
trazareis con la punta de una espada o de otro instrumento sobre la nieve o
sobre la arena, y no hablareis excepto con alguien que haya sido recibido
masón... ¡Que Dios os venga en ayuda!
Después de que haya prestado este juramento, es
alejado de la compañía con el último masón recibido, y una vez se le ha
asustado suficientemente haciendo mil gestos y melindres, debe aprender del
segundo masón la manera de hacer en lo que concierne a los signos y las
posturas y las palabras de su recepción, que son como sigue.
Primero, cuando entre de nuevo en el seno de la
asamblea, debe hacer un saludo ridículo, después el signo, y ha de decir
enseguida: Que Dios bendiga a esta respetable asamblea. Luego, quitándose el
sombrero de una manera verdaderamente excéntrica, que no debe ejecutarse más
que en esta ocasión (como por lo demás el resto de los signos), dice las
palabras de su recepción de la siguiente manera.
- Yo vengo aquí, yo, el más joven, el último aprendiz
que ha sido recibido, pues lo he jurado por Dios y por san Juan, por la
escuadra y por el compás, y por el juez universal, a asistir a mis maestros en
el servicio a la honorable logia desde el lunes por la mañana hasta el sábado
por la noche, para guardar las llaves, so pena de que se me corte la lengua por
debajo del mentón, y de ser sepultado en la playa en el límite de las mareas,
allí donde nadie lo sepa.
Entonces hace de nuevo el signo trazando con su mano
una línea bajo el mentón atravesando la garganta, para significar que ésta le
será cortada en el caso de que rompiera su promesa. Después todos los masones
presentes murmuran la palabra entre ellos, comenzando de manera que finalmente
le llegue al maestro masón, quien le da la palabra al aprendiz que se recibe.
Hay de señalar ahora que todos los signos y palabras,
como aquellos de los que en otro lugar se habla, pertenecen solamente al
aprendiz recibido (masón). Pero para ser un maestro masón o un compañero del
oficio, hay algo más que hacer, que se hace como sigue.
En primer lugar, todos los aprendices deben ser
alejados de la compañía, y nadie será invitado a quedarse excepto los maestros.
Entonces, aquel que va a ser recibido como miembro de
la compañía debe ponerse de nuevo de rodillas, y pronunciar otra vez el
juramento que se le ha dado, después de lo cual debe salir de la asamblea con
el maestro más joven a fin de aprender las posturas y los signos del
compañerismo; entra después nuevamente, hace el signo de maestro y dice las
mismas palabras que a su entrada, omitiendo solamente lo del juez universal.
Luego los maestros murmuran la palabra entre ellos comenzando por el más joven,
como antes. Tras esto, el masón más joven debe avanzar y ponerse él mismo en la
postura en la que debe el otro recibir la palabra, y dice en voz baja al masón
más viejo: Los excelentes maestros y la respetable asamblea os saludan bien, os
saludan bien, os saludan bien. Después el maestro le da la palabra y agarra su
mano a la manera de los masones. Esto es todo lo que debe hacerse para hacer de
él un perfecto masón.
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