La Capilla de
los códigos
Sansevero (Nápoles)
Nápoles es una ciudad
de secretos, supersticiones y rincones insospechados.
Uno de ellos reside
en esta capilla decorada por un masón y nigromante:
el príncipe Raimondo
di Sangro.
La capilla Sansevero (también llamada iglesia
de Santa María de la Piedad o Pietatella) es uno de los
principales museos de Nápoles. Situada en los alrededores de la piazza
San Domenico Maggiore, esta iglesia desconsagrada es adyacente al palacio de
Sangro, casa de los príncipes de Sansevero, del que estaba separada por un
callejón atravesado por un puente que permitía a la familia acceder
directamente a la capilla.
Ella alberga obras de arte como el Cristo Velado de Giuseppe
Sanmartino, célebre por las transparencias del velo de mármol que envuelve la
figura de Cristo muerto.
La Modestia de Antonio Corradini.
El Desengaño de Francesco Queirolo, que
forman un conjunto rico en simbología.
Simbolismo de la escultura, cristiana, masónica:
También guarda otros objetos de factura inusual, como
las máquinas anatómicas, dos cuerpos humanos totalmente descarnados
en los que es posible observar de forma detallada en sistema circulatorio
interno.
Además de haber sido concebido como lugar de culto, el
mausoleo es sobre todo un templo masónico cargado de simbología, que refleja el
genio y el carisma de Raimondo di Sangro, VII príncipe de Sansevero, quien
ideó y encargó las obras de arte que decoran la capilla.
Origen, mito, leyenda…
Ø
Según uno de los muchos mitos que rodean a la
capilla, la iglesia fue construida sobre un antiguo templo dedicado a la
diosa Isis.
Ø
Otra leyenda cuenta que un hombre injustamente
arrestado iba camino de la cárcel cuando al pasar por el palacio Sansevero se
encomendó a la Virgen. De pronto, parte del muro se derrumbó, revelando una
pintura de la Virgen invocada, una Pietà, que se encuentra en la parte
superior del altar principal de la capilla y que dio nombre a la iglesia,
dedicada a Santa María de la Piedad. La devoción del detenido no cayó en saco
roto y poco después se reconoció su inocencia. Tras ser liberado, restauró la
Piedad y dispuso que siempre hubiera una lámpara de plata encendida ante la
imagen.
El lugar se convirtió rápidamente en destino de peregrinaciones
populares y objeto de invocaciones. El duque de Torremaggiore, Giovan Francesco
di Sangro se encomendó a la Virgen estando gravemente enfermo, y al sanar
milagrosamente hizo construir una capilla que los fieles llamaron la Pietatella.
Ø
Un tercer origen de la capilla estaría en un
crimen perpetrado en la noche del 16 al 17 de octubre de 1590. El
compositor Carlo Gesualdo da Venosa apuñaló a su esposa, Maria
D'Avalos, y al amante de esta, Fabrizio Carafa, hijo de Adriana Carafa della
Spina, segunda esposa a su vez de Giovan Francesco di Sangro y primera princesa
de Sansevero. Tras el homicidio, Adriana habría mandado edificar la capilla
como templo expiatorio dedicado a la Virgen por la salvación eterna de su hijo,
según probaría la inscripción «Mater Pietatis» que puede leerse en la
bóveda de la Pietatella dentro de un sol radiante, que representa la dedicación
del edificio a María.
Sea cual fuere el origen de la iglesia, se sabe con certeza
que las obras de su construcción comenzaron en 1593, según documentos hoy
pertenecientes al Banco di Napoli. Veinte años más tarde, Alessandro di
Sansevero, hijo de Giovan Francesco, Patriarca de Alejandría y arzobispo
de Benevento, mandó ampliarla para convertirla en mausoleo de la familia di
Sangro, como atestigua la lápida de mármol colocada en 1613 sobre la puerta
principal del edificio:
Alessandro di
Sangro, patriarca de Alejandría, dedicó este templo, levantado desde los
cimientos a la Santísima Virgen, a mausoleo para él y su familia en el año del
Señor 1613
Raimondo di Sangro, VII
príncipe Sansevero
Al menos otras tres mujeres se relacionan con el origen de
la capilla. Las dos primeras -la diosa Isis y la Virgen María- forman parte del
origen mítico del edificio sagrado, la tercera, fue, probablemente, una de las
principales fuentes de inspiración de su más célebre decorador, Raimondo di
Sangro: su madre, Cecilia Gaetani de Aragón. Lo constatamos al leer el
epitafio de su tumba, bajo la estatua más bella del panteón (junto al Cristo
Velado), obra de Antonio Corradini, titulada "Pudizizia velata"
(Pudor velado). ¿Quien fue, pues, el misterioso Príncipe Sansevero?
Raimondo di Sangro nació en Torremaggiore, en Puglia, el 30 de enero de 1710.
Tras la renuncia de su padre hereda, a los 16 años el título de VII Príncipe de
Sansevero. Pronto se apasionará por el hermetismo en el Colegio romano donde
había enseñado Athanasius Kircher y estudiado Giuseppe Francesco
Borri, dos grandes alquimistas.
De casta le viene al galgo porque los di Sangro tienen lazos de parentesco y
amistad con personas importantes como Carlomagno, muchos prelados de la
Orden de San Benito, el papa Inocencio III y hasta con algún miembro
de los Caballeros Templarios.
Ya adulto formó parte de la escuela napolitana de la Alquimia, se convirtió en
Gran Maestro Masón de la Logia de Nápoles y pasará noches enteras en su
laboratorio, sito en el referido Palazzo de Sansevero.
Este estilo de vida -inusual para un aristócrata-, despierta rumores y
habladurías sobre sus experimentos. Entre otras maravillas, inventó un
dispositivo hidráulico, una "llama eterna" utilizando
compuestos químicos de su propia invención, y un carro anfibio con caballos de
madera. Existe un libro, conservado actualmente en los archivos del Vaticano, que
muestra algunos de los objetos "extraños" de Raimondo. Su
"leyenda negra" se acrecienta. Hablan que el príncipe podría
crear la sangre de la nada y que había matado a gente para realizar
experimentos oscuros.
Haciendo caso omiso de las especulaciones Raimondo continuó su camino
recogiendo objetos artísticos y científicos, entre ellos dos "máquinas
anatómicas" que se conservan en la cripta.
Una capilla iniciática
Y es que el proyecto iconográfico de la Cappella, diseñado
personalmente por Raimondo di Sangro convierte, entre 1744 y 1766, una iglesia
sencilla, en uno de los lugares más misteriosos de Nápoles.
El edificio termina siendo un santuario suntuoso con dieciocho estatuas que invitan
a descubrir símbolos masónicos y mensajes esotéricos. Uno de los más
fascinantes recae sobre el "Cristo Velado", una escultura
hecha de mármol que se nos antoja particularmente misteriosa. Se parece a Han
Solo congelado en carbonita. Es tal la perfección del sudario transparente que
envuelve a Jesús que no se nos antoja mármol, sino seda pura. Se dice que el
Príncipe había inventado un proceso para la "petrificar"
cuerpos humanos reales, fibras y plantas.
Otras esculturas muestran mensajes iniciáticos: La estatua de El Desengaño, que
muestra a un hombre liberándose de una red, representa alegóricamente el
aprendiz después de haber sido iniciado en los misterios.
El bajorrelieve a sus pies, que representa a Cristo dando vista a los ciegos,
es una clara alusión al don de la luz y la verdad.
La Capilla de Sansevero nos ofrece la posibilidad de encontrar correspondencias
con las cartas del tarot: La estatua de la Liberalità , por ejemplo, con
la carta 17 "La estrella"; La Educación con el arcano de 8,
"La justicia"; La sinceridad se corresponde con la
"Emperatriz"; La dulzura con la carta número 4 "El
Emperador"; El Celo de la religión con el arcano 9 "El
Ermitaño"; En El dominio de sí mismo con la "Fuerza"
o La modestia trasunto de la carta 2: "La Sacerdotisa"...
También el suelo de su última morada guarda mensaje cifrado, un laberinto
creado por una sola línea blanca continua, sin juntas, que simboliza el viaje
al más allá, pero, también, significa ojear en retrospectiva nuestra
existencia. Así podemos percatarnos de las vueltas y revueltas que se han
tenido que producir para finalmente estar en este lugar preciso.
Raimondo di Sangro no dejó nada al azar. Las hermosas esculturas que decoran
las tumbas de sus antepasados, especialmente los padres del príncipe, son
expresiones perfectas de un impacto masónico-rosacruz-templario y visual de tal
significación que dejan incluso el visitante profano, la huella de un "mensaje".
El príncipe nigromante murió el 22 de marzo 1771 debido a una enfermedad
generada con sus experimentos anatómicos. Su tumba, sin embargo, está vacía.
Otra leyenda asegura que consiguió la fórmula de la inmortalidad.
***
En el interior de las capillas laterales, intercaladas con
las estatuas de las Virtudes, están las tumbas de varios príncipes famosos
y otros miembros de la familia, incluyendo el mismo Raimondo di Sangro y
su hijo Vicente, que en el momento de ejecución de las obras todavía
estaban vivos .Con las estatuas del sistema, y en particular de las Virtudes,
se puede observar una serie de significados alegóricos, a menudo hacen
referencia al mundo de la masonería, de los cuales Raimondo di
Sangro era Gran Maestro. Dentro del proyecto de las “virtudes”, Raimondo quería
representar las etapas del camino espiritual, comparable a la del iniciado
masón, lo que lleva a una mejor comprensión y superación de uno mismo. Una
parte integral de este camino es el laberinto del piso, que representa la
dificultad del camino que conduce al conocimiento y el “cristo velado” como
el elemento central de la representación moderna, aunque en las intenciones
originales del príncipe debía ser colocado en el sótano, junto a las futuras
tumbas de San Severo, iluminado por lámparas de concepción perpetua inventadas
por él. Es probable, sin embargo, que el trabajo nunca haya sido puesto en ese
auditorio.
Alegoría Estatua
de las Virtudes
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