Convento de
la Santísima Trinidad
De convento a cervecería
El espacio de la cervecería se divide en dos, por un lado,
en la entrada, hay un salón con unas diez mesas donde únicamente se
puede pedir cerveza y algún bocadillo, muy tranquilo y
estupendamente bien atendido. En la sala principal funciona el restaurante,
con su amplio menú dedicado exclusivamente a la gastronomía portuguesa.
Uno de los máximos atractivos es el revestimiento
de azulejos masones que decoran las paredes. En 1755, año del gran terremoto,
el convento original se redujo a escombros y comenzó la construcción de la
actual fábrica y cervecería. En 1863, ya consolidada como uno de los lugares de
encuentro más importantes de la vida social de la ciudad, comenzó la
colocación de los mosaicos, que posteriormente dieron pie para abrir un
nuevo salón, mucho más grande para recibir a la abultada clientela.
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