Guillermo Brown
22 de junio de 1777 – 3 de marzo de 1857
Foxford (Irlanda) – Buenos Aires
Fue el primer almirante irlandés nacionalizado argentino de
la fuerza naval de la Argentina, tanto en la cronología como en
el prestigio, que consagró su vida al servicio de su patria de adopción por lo
que es considerado el Padre de la Armada Argentina.
En 1806 marchó a Sudamérica y en 1810 se estableció en
Buenos Aires, primero como capitán de su propia fragata, la Jane, y después
como armador. En 1814 el dictador Posadas le encargó la formación de una flota
de guerra y por su experiencia naval le dio el grado de comodoro. Durante las
luchas por la independencia argentina participó en operaciones navales contra
los realistas, a quienes derrotó en la isla de Martín García (17 de marzo de
1814), en Arroyo de la China y en Montevideo (mayo de 1814), donde venció al
español Miguel Sierra, triunfo que causó la rendición de esta ciudad y la
pérdida para España de su último reducto en el Plata.
A partir de 1815 Hipólito Bouchard le envió al
Océano Pacífico con patente de corso para hostigar a los buques españoles;
atacó El Callao (Venezuela), donde se apoderó de un barco de guerra, y
Guayaquil (Ecuador). A su regreso a Argentina (1818), fue procesado por
desobediencia, pero se reincorporó a la marina con el grado de almirante con
motivo de la guerra con Brasil (1826). El gobierno le confió el mando de la
escuadra que estaba integrada en ese momento por los bergantines Balcarce y
Belgrano y una vieja lancha cañonera.
Guillermo Brown se aplicó rápida y eficientemente a ampliar
y adaptar esa exigua escuadra a las dramáticas circunstancias. Antes de un mes
se incorporaron la fragata 25 de Mayo y los bergantines Congreso y República,
las goletas Sarandí y Pepa (esta última, barco hospital) y doce lanchas
cañoneras construidas en La Boca. Pese a la escasez de medios, su actuación fue
heroica y obtuvo la victoria en numerosos combates. El gobierno de Lavalle le
nombró en 1828 gobernador de Buenos Aires.
Después de servir como jefe de las fuerzas navales del
Uruguay con Manuel Oribe, Guillermo Brown regresó a Argentina para
adherirse al dictador Juan Manuel de Rosas en calidad de jefe de la
escuadra de la Confederación. Se enfrentó con Garibaldi, que defendía la
causa unitaria. La flota franco-británica, aliada de Garibaldi, le derrotó, le
hizo arriar su bandera y se apoderó de sus barcos (1845). A raíz de este
episodio se retiró del servicio. Héroe naval argentino, fue el creador de la
marina de guerra nacional.
Agreguemos otra opinión, avalada en este
caso por don Miguel Ángel De Marco, quien era en aquel momento presidente de la
Academia Nacional de la Historia. En un artículo publicado en el diario La
Nación de fecha 16 de mayo del año 2004, al citar las circunstancias de
la designación de Brown, dice el académico: “Resultaba necesario acertar
en la designación del comandante de la flota y después de algunas discusiones
el gobierno decidió a nombrar a Guillermo Brown”. Por nuestra parte decimos que
la solicitud a Posadas de Larrea y Alvear, ambos masones, a favor de la
designación del comandante, no puede separarse de su condición de miembros de
la Logia Lautaro, la que precisamente en aquellos años disponía de una
influencia decisiva en las medidas adoptadas tanto por la Asamblea
Constituyente del año XIII como por el Directorio.
Cementerio de la Recoleta
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