Antenor Dione Dal Monte
Ferrari
29 de mayo de 1912 – 25 de julio de 1988
Empleado en la Compañía
de Cajas Registradoras NATIONAL,
Falleció en Montevideo, el 25 de Julio de 1988.
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El Hermano Antenor
Dione Dal Monte Ferrari, también conocido como LUMEN, fue un dedicado estudioso
del quehacer masónico, autor de una abundantísima bibliografía que él mismo
editaba con un considerable esfuerzo económico en su imprenta, ubicada en
Eugenio Garzón 1675, donde vivía.
Su iniciación se dio en la Logia Fénix Nº 69, el 17 de Diciembre de 1942, miembro de la Sociedad Teosófica, de la que luego se
desvincularía.
Compañero el 18 de
Noviembre de 1943, alcanzó el Grado de
Maestro el 27 de Octubre de 1944.
Afiliado a la Logia
Madre Asilo de la Virtud Nº 1, el 17 de Agosto de 1954, fue Venerable Maestro de la misma en 1960 y
1961, incorporándose a la Logia Sol
Oriental Nº 11, el 5 de Octubre de 1975, la que lo declaró Miembro Libre el 24 de Agosto de 1982.
Miembro de Honor
de varios Talleres de la Obediencia,
fundó el Instituto de Estudios Masónicos en 1975.
Logia Fénix
Nº 69
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Logia Sol
Oriental Nº 11
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Investigador y pensador masónico en constante evolución,
buscó la esencia de la Masonería primero a partir de las similitudes con el
pensamiento esotérico de las más variadas civilizaciones, para luego concluir
que solo puede encontrarse la esencia de la Masonería a partir su vivencia e
interiorización.
Habiendo ingresado al Escocismo
el 28 de Octubre de 1955, alcanzó el grado
33º el 18 de Setiembre de 1975.
Miembro activo del Supremo
Consejo del Grado 33º y último para la República Oriental del Uruguay el 21
de Marzo de 1983, fue declarado Miembro
Emérito el 29 de Abril de 1988.[2]
Pocas veces tendremos este privilegio de poder acceder a
obras de Hermanos Masones acá están los link:
LA ACCION MASÓNICA
Antenor dal Monte
Siempre que me toca hablar o escribir sobre Masonería
me siento en la necesidad moral de
puntualizar,
que no creo que el discurso sea en sí mismo un “trabajo masónico”, lo nuestro
es más un asunto de ser, que una cuestión de saber, y como me atrevo a afirmar
que todos coincidimos en eso, mi declaración no puede tener otro objeto que
dejar totalmente en claro que, aunque por razones de oficio me veo obligado a
exponer, no creo que ello agregue nada a mi condición de masón, y que soy de la
opinión que el masón lo es por sus actos y no por sus palabras.
Y esto que podría no tener otro valor que el de una
opinión personal compartida por muchos, adquiere la trascendencia de una
verdadera “marca”, cuando no somos nosotros sino la Masonería Misma la que lo
afirma a través de sus rituales.
Así, por ejemplo, en la ceremonia de Iniciación según
el ritual inglés (que por sus cuidadas formas, es a mi juicio, irreemplazable
para el estudio de nuestros usos, costumbres, y Principios), el VM.·. prologa
la comunicación de los Ssecr.·. del Gr.·. con las siguientes palabras:
“Procederé ahora a confiaros los signos de este Grado,
o sea, aquellas señales por las que nos reconocemos entre nosotros y nos distinguimos del resto del
mundo. En primer lugar debe decirse para vuestra información general que todas
las Escuadras, Líneas y Plomadas son signos verdaderos y propios para reconocer
a un masón. En consecuencia, se espera de vos que os mantengáis recto y con los
pies formando escuadra, lo cual es emblemático del aplomo y verticalidad de
vuestra mente y de la rectitud de vuestros pasos. Es solamente estando en esta
posición que podéis recibir los Secretos del Grado...”.
…
La Masonería debe ser una ciencia aplicada y no un
mero romanticismo idealista. ¿Llamamos Ateneos a nuestras Logias? No por
cierto, sino Talleres. Además, creo que es importante que los “oradores” nos
apresuremos a poner las cosas en su lugar, especialmente cuando hay presente
aprendices, a fin de que no haya lugar a engaños sobre la naturaleza de lo que
es y lo que decididamente no es “trabajo masónico”. El discurso NO lo es; y la
Masonería es un arte práctico.
Pero afirmar una cosa así equivale a plantear algo que
puede resultar molesto, porque implica sugerir la existencia de una técnica.
La tecnología contemporánea y la diaria febril
actividad del mundo moderno, impiden a los hombres detenerse para pensar.
Conocer y estudiar los problemas es crear conciencia sobre la existencia de los
mismos y establecer cauces para la obtención de soluciones.
Estamos convencidos de que la Masonería está llamada,
por sus métodos de trabajo y por la selección de sus miembros, a ser centro de
irradiación en la clarificación de muchas nebulosas que hoy envuelven la vida
humana, y también de las futuras conquistas sociales que el mundo ansía y
espera obtener...
Aspiramos a un trabajo trascendente, y, como ya lo
expresáramos, de gran estilo. Es urgente la creación de pautas para obtener
verdades valederas para los futuros años. El aporte de la Masonería no puede
ser otro que el de un intenso trabajo constructivo de su pensamiento, una
puesta de conciencia sobre el real momento que vive la humanidad, y un gran
esfuerzo para unir a todos los masones en la realización de una sociedad más
justa, más libre, y más fraterna...
Pienso que esta aspiración, que por otra parte es la
misma que aparece en la inquietud de la Cadena Mundial, merece el más caluroso
y dinámico apoyo de todos los masones.
…
También creo que la Masonería está llamada a ser, como
en el pasado y “por la selección de sus miembros y su método”, centro de
irradiación de aquellos impulsos ideales que son necesarios a las futuras
generaciones humanas.
…
Pero desde que la Masonería tiene su propia y
universal Bandera bajo cuyos pliegues caben TODOS los hombres sin ninguna
distinción ideológica, a menos que se entre a clasificar las ideas en
"buenas” y “malas”, no caben los embanderamientos ni las radicalizaciones
excluyentes; y desde que la Masonería es algo más que un taller de lapidado,
tampoco cabe limitarla a la sola preparación de hombres.
Si no hay construcción propiamente dicha, no hay
Masonería.
Sin embargo, estamos dispuestos a rever nuestra
posición, tan pronto como advirtamos o se nos señale siquiera un solo caso de
obra masónica cumplida únicamente por alguno de los procedimientos señalados.
Por ahora, y puesto que no conocemos ejemplo de obra
masónica triunfante cuyo plan no se haya elaborado en Logia y cuyo prototipo no
sea el fruto del trabajo directo de nuestros obreros, sostenemos que la
naturaleza y estilo de esa acción masónica que se traduce en Historia, es el
indicado.
…
Sin duda debemos y PODEMOS “abrirnos a la problemática
del mundo” para aportar a la solución de la misma “el intenso trabajo
constructivo de nuestro pensamiento unificado”, tal como en su momento lo
hicieron los masones de ayer. Y tengo para mí que si copiamos su ejemplo,
nuestro esfuerzo no será estéril como no lo fue el suyo. Y para terminar. En mi
experiencia, el arte de operar sobre lo anecdótico a través de las fuerzas del
ánimo, consiste en “ligar” ciertas ideas con los “símbolos” (verdaderos
condensadores-llamadores de la energía psíquica arcaica de la humanidad).
Libro de Antenor Dal Monte
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Publicado en Buenos Aires
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La
hermandad de los lucíphoros
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Fuentes:
Buenas noches QQ:.HH:.
ResponderEliminarMi nombre es Luis Amigo R:.L:.Ariel N°38 de la G.:L:.M:. de Chile y uno de los editores de la pagina web que pronto saldrá a la red. Por lo mismo, me he acercado por este medio para solicitarle la factibilidad de que me faciliten un retrato del Q:.H:. Antenor Dione Dal Monte para completar su biografía que es parte de nuestro centro de documentación masónica. Por su ayuda les estaré agradecido.
U:.A:.F:.
Hola Luis disculpa pero recién veo el mensaje, no vi el aviso de google. Mandame un correo si todavía la necesita.
EliminarAbrazo.