Claves para entender a los Maestros

24 diciembre 2015

Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

Nos acercamos nuevamente a la celebración de una nueva Navidad, y otra vez comienzan las preguntas ¿Cuándo nació Jesús?
 
La mayoría de los expertos en la materia están de acuerdo en que el nacimiento de Cristo se produjo entre 4 y 8 años antes de lo que comúnmente se cree.


En Mateo 2:1 se dice: “Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes…” y en otro pasaje del mismo evangelio (2:19): “Cuando había muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José…” (Habiendo ya nacido Jesús).


Este rey Herodes, que la historia secular conoce como Herodes el Grande, fue un monarca vasallo de Roma que gobernó Palestina entre los años 40 (para otros 37) y 4 A.C.

En la obra Antigüedades Judaicas, del historiador Flavio Josefo, establece en el Libro XVII, cap. VI, párrafo IV, documenta un eclipse de luna y que, según él, ocurrió poco antes de la muerte del monarca, pudiéndose ver desde la zona de Jericó. La fecha del este evento astronómico fue el 13 de Marzo del año juliano 750, que corresponde al año 4 D.C. del calendario gregoriano.

Esta evidencia, por si sola, retrotrae al menos 4 años la fecha en cuestión; pero, además, una lectura atenta de los pasajes bíblicos inherentes al relato, nos deja percibir un cierto lapso de tiempo entre el nacimiento de Cristo y la muerte de Herodes, por lo menos si otorgamos un mínimo de verosimilitud al texto. Si bien la duración del mismo no se puede establecer con precisión, es muy posible que todavía deba llevarse a la datación de la Navidad original un par de años más atrás.

Según el evangelio de Mateo (2:13-15): “…un ángel del Señor apareció en sueños a José, diciendo: Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. Entonces José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliese lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi hijo”.

Más adelante dice Mateo 2:19-21: “Cuando había muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y ve a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban quitar la vida al niño. Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel”.

Está claro, para la mayoría de los analistas independientes, que esta narración no pretenden ser un recuento histórico, sino una alegoría simbólica. El evangelio de Lucas, que junto con el de Mateo son los únicos de los cuatro canónicos que narran el nacimiento de Cristo, no dice nada de este viaje a Egipto, por lo que ni siquiera la correlación de los textos sagrados valida al evento como real.


En los primeros siglos del Cristianismo nadie sabía con precisión cual había sido el verdadero año del nacimiento de Cristo y se utilizaba el calendario romano o juliano, para fechar los acontecimientos. Lo único que se daba por sentado, porque lo documenta el evangelio de Lucas (2:1) y, tal vez, la previa tradición oral o escrita en que el mismo se basó, era que Cristo había nacido bajo el reinado de César Augusto, el primer emperador de Roma.

El evangelio dice: “Aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de César Augusto, para levantar un censo de todo el mundo habitado. Este primer censo se realizó mientras Cirenio era gobernador de Siria. Todos iban para inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. Entonces José también subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, porque él era de la casa y de la familia de David, para inscribirse con María, su esposa, quien estaba encinta”.

Aconteció que, mientras ellos estaban allí, se cumplieron los días de su alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito”. (Lucas 2:1-7)

El problema es que Augusto gobernó durante 38 años (27 A.C. al 14 D.C.) por lo que tal referencia no sirve para fechar, ni siquiera nominalmente, el natalicio de Jesús. No obstante, el versículo aporta otros datos, como el censo ordenado por el emperador y la gobernación de Siria por parte de Cirino (Cirenio o Quirinius), lo que siempre se pensó, acotaba mucho más la datación. Lamentablemente, un estudio crítico del texto, lejos de aclarar el tema, muestra varios errores e imprecisiones históricas, algunas de las cuales ya habían sido vislumbradas en tiempos de los Padres de la Iglesia.

En primer lugar, se sabe que durante el mandato de Augusto se ordenaron tres censos, en los años: 28 y 8 A.C. y en el 14 D.C. El único de los tres que cuadra remotamente en la época posible para el nacimiento de Cristo es el segundo (8 A.C.), pero no es probable que tal evento se corresponda con su natalicio por dos razones: Primero, retrotrae demasiado el año en cuestión, sería 4 años antes de la muerte de Herodes. Segundo, no tiene sentido que el censo en cuestión se llevara a cabo en Judea, porque la misma gozaba de un status de reino vasallo y solo llegó a estar bajo la jurisdicción directa de Roma en el año 6 D.C. (14 años después).

Otro elemento poco creíble es el traslado de la población para ser censada: Roma llevaba a cabo los censos con fines puramente fiscales, para recolectar impuestos, de nada serviría el que alguien se empadronara lejos de donde se encontraba su patrimonio pues de ese modo no podría constatarse el mismo -recuérdese que los romanos eran cosmopolitas, no aferrados a un lugar determinado, por lo que el "volver" a la tierra natal para ser censado parece más bien una remembranza de la tradición judía-. Además, en una zona problemática e insegura como Palestina, era impensable implementar semejante traslado, por el caos que el mismo podría provocar.

Por último, cuando Lucas alude al tal Cirenio o Cirino, debió referirse a Quirinius, quien fue, en efecto, Legado (gobernador) de Siria. Sin embargo, aquí se presenta otra contradicción con las fechas: Quirinius cumplió dicho cargo recién a partir del año 6 D.C. (10 años después de la muerte de Herodes).

Parece factible que Lucas confundiera un censo local llevado a cabo en Judea cuando Roma tomó el control de la provincia (6 D.C.) y que Flavio Josefo documenta, con el segundo censo general de Augusto (8 A.C.), pero una lectura más atenta, a la luz de la correlación de los datos demuestra que el hagiógrafo, ignoraba realmente las fechas y solo trató de situar los hechos en un contexto probable.

Queda claro que Lucas pretendió, como lo hace en muchos otros pasajes de su evangelio, el correlacionar los eventos de la historia secular con los de la vida de Cristo, para hacer su crónica más creíble y análoga a las biografías del mundo clásico. Sin embargo, por desconocimiento de los hechos o por razones indeterminadas, no pudo lograr su cometido.
De todos modos, si se le pretende dar una mínima validez a tales afirmaciones, hay que pensar que Lucas sitúa el nacimiento de Jesús antes del año 5 A.C. (por lo que en todo caso, coincide con los cálculos llevados a cabo a partir de Ev. de Mateo, que ofrecen el margen de 8 a 4 A.C.).



¿Quién decidió entonces que Diciembre 25 fuera la fecha de nacimiento oficial de Jesús?

Los cristianos primitivos no celebraban el nacimiento de Jesús -de hecho, solo los potentados y emperadores celebraban tales fechas-, y por lo mismo la fecha exacta no ha sido preservada en las festividades del cristianismo temprano.

La primera mención de Diciembre 25 registrada es la del calendario de Filócalo (354 A.D.) quien asumió que el cumplimiento de Jesús fue el viernes 25 de diciembre del año primero de la Era Cristiana.

El 25 de Diciembre fue oficialmente proclamada por los padres de la iglesia en el año 440 D.C., como un sincretismo entre la religión del entonces Imperio Romano y la tradición del día festivo de la Saturnalia, la que se observaba cerca del solsticio de invierno, que era una de las muchas tradiciones paganas heredadas del sacerdocio babilónico.

Entonces, ¿cuándo es exactamente cuando nace Jesús? A pesar de que la Biblia no identifica específicamente la fecha de nacimiento, muchos eruditos han desarrollado diversas opiniones sobre cuál es la más probable fecha del nacimiento de Jesús.

La tradición del sistema religioso del sistema universal o católico y el evangélico o sistema protestante que salió de ella, enseña que Jesús el Mesías nació en DICIEMBRE 25 DEL AÑO 1 de nuestra era.

Jesús no nació en esa fecha. Ese día en realidad el sistema religioso celebra una fiesta tradicional pagana que fue convertida a supuestamente el nacimiento de Jesús por el sistema religioso católico surgido en Roma.

Es evidente que el Mesías no nació en diciembre como enseñado en nuestro calendario y aproximadamente final del mes número nueve en el calendario judío. Para esa fecha era imposible que los pastores cuidaran sus rebaños en el campo. La biografía según Lucas 2:8 dice: Y unos pastores había en la comarca, en la misma, que vivían en los campos y guardaban sus turnos de vela de la noche sobre el rebaño de ellos.

Como es bien conocido, los pastores en Palestina no velaban rebaños durante el invierno, los pastores traían sus rebaños a las faldas de las montañas y a los campos no más tarde de la mitad de octubre de acuerdo a nuestro calendario, el mes judío número siete.

Jesús no nació a mitad del invierno para la fecha de diciembre 25 como enseña el sistema religioso católico y protestante… Ese magno evento ocurrió a mitad del otoño, cuatro años antes del año uno de nuestro calendario actual.

Los testigos directos de la información del nacimiento y de la vida de Jesús fueron dos de sus apóstoles: los apóstoles del apostolado de la circuncisión Mateo y Juan. De los dos, Mateo es el único que nos narra los datos concernientes a su nacimiento, y es quien nos presenta la genealogía de Jesús, quien es presentado como el hijo de David, el hijo de Abraham, biografía según Mateo 1:1. Es quien lo presenta como el Rey de Israel, que representa al León de la tribu de Judá, la cara vista en la visión de Ezequiel 1:10, que presenta la gloria de Dios en la cara de león que representa al Mesías Príncipe.

 El discípulo amado Lázaro, en su libro que todos llaman por error Evangelio según Juan, lo presenta como la cara de águila en la misma visión, por eso lo presenta desde el principio como el verbo de Dios, el Santo sin principio de días ni fin de días, el Padre manifestado en carne como un hijo, aunque él junto con los demás apóstoles de la circuncisión no tuvo la revelación de esos misterios que fueron revelados por medio del apóstol Pablo, el único apóstol para el Nuevo Pacto que llamó Jesús Cristo.

Los otros dos testigos que dieron testimonio de los hechos de Jesús no fueron apóstoles, fueron indirectos: el doctor Lucas quien finalmente se quedó con el apóstol Pablo, y Juan Marcos el primo de Bernabé, Colosenses 4:10; que le sirvió de secretario al apóstol de la circuncisión Pedro durante un tiempo, y de quien recibió toda la información, Pedro 5:13.
 Lucas nos ofrece los datos de Jesús aun antes de nacer y nos da su genealogía con relación al primer Adán, biografía según Lucas 3:23-38; la naturaleza de la primera creación a quien iba a darle terminación delante de Dios. Por eso Jesús es el Alfa en Cristo y la Omega. El Principio o Alfa de la nueva creación como segundo Adán, a los Corintios 15: 42-49, por la resurrección de los muertos espirituales; y también el fin u Omega de la vieja creación por su muerte en la cruz. Lucas presenta a Jesús por la visión de Ezequiel antes mencionada como el Hijo del Hombre, representado en la visión por la cara de hombre.

Juan Marcos por su parte, como testigo indirecto recibió la información del apóstol de la circuncisión Pedro para escribir la biografía de Jesús lleva el nombre erróneo de Evangelio según Marcos, pues es realmente un relato o biografía de Jesús. La biografía según Marcos cierra la visión de Ezequiel presentando a Jesús como el siervo por excelencia. Por eso lo presenta sin genealogía y sin explicación de datos de origen; pero a diferencia de Lazaro, lo presenta como adulto trabajando. En la visión vista por el profeta Ezequiel, lo presenta con la cara de buey.  Por eso termina diciendo el profeta en el relato de su visión en Ezequiel 1:28 Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de YHWH. Eso mismo es lo que dice Lázaro, el discípulo amado, cuyo libro es llamado por error Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria como del unigénito del Padre) lleno de gracia y de verdad. Lázaro, el discípulo amado, describe al Señor con el velo de Moisés puesto debido a su ministerio o apostolado: el de la circuncisión.

Existe un error de cuatro años hacia adelante del año de nacimiento real de Jesús, ocasionado por el monje católico Dionisio el Exiguo en el siglo VI, al transportar las fechas del sistema de calendario antiguo al calendario moderno que usamos actualmente y el cual es imposible ya de ajustar.

El ministerio de Cristo en los días de su carne duró tres años y medio, o sea 42 meses, Daniel 9:27 y biografía según Lucas 13:6-9. Su ministerio comenzó en el otoño cerca de la Fiesta de los Tabernáculos del año 27, biografía según Lázaro, y finalizó en la primavera en la Fiesta de la última Pascua judía delante de Dios, la Pascua del año 30, biografía según Lázaro. Es decir, que si contamos tres años y medio antes de la primavera, encontraremos que Jesús comenzó su ministerio a los treinta años en el otoño aproximadamente para el mes de octubre de acuerdo a nuestro calendario, que era el mes siete judío, lo que sucedió realmente el año 27, biografía según Lucas 3:23. Lázaro, por su parte nos narra las últimas tres Pascuas del Señor en Jerusalén, las cuales podemos verificar en la biografía de Jesús según Lázaro, Juan 2:13, 6:4 y 11:55.

Jesús comenzó su ministerio a la edad de 30 años, porque era la edad requerida a todo israelita para ejercer la vida pública religiosa en Israel. Esa era la regla para un sacerdote ejercer su ministerio de acuerdo a la ley, según registra el libro de Números 4:3. Por tanto, era necesario que si Jesús iba a comenzar su ministerio de Mesías Príncipe, que fuera de treinta años. Juan el Bautista quien era pariente de Jesús era seis meses mayor que él, Lucas 1:26 y 36. Si Jesús comenzó su ministerio en el otoño, seis meses antes de la Pascua, entonces es obvio que treinta años hacia atrás de la fecha de otoño marque su nacimiento, que por supuesto tenía que ser para el otoño y no en diciembre 25 que es casi la mitad del invierno.  En esa fecha de diciembre lo que se celebra es la fiesta del solsticio de invierno.

La biografía según Lucas 1:36 nos enseña que Juan el Bautista, era seis meses mayor que Jesús. María la madre de Jesús cuando fue visitada por el ángel Gabriel, éste le dio la noticia de que su parienta Elizabet también había concebido y estaba en el sexto mes de su embarazo, biografía de Jesús según Lucas 1:26 y 36. Nos relata la misma biografía en 1:56 que María la madre de Jesús visitó a Elizabet y se quedó con ella tres como meses.
Zacarías el padre de Juan el Bautista, se encontraba cumpliendo su ciclo de sacerdote en el templo de Jerusalén, biografía según Lucas 1:8-9. Cada sacerdote de la casa de Leví tenía un ciclo o período fijo que le tocaba ministrar en el templo de acuerdo a los 24 ciclos en que se dividió esta responsabilidad del sacerdocio en la casa de Leví. Los ciclos están descritos en 1ra. Crónicas 24:7-19.

Como sabemos por medio de las Escrituras del Antiguo Pacto, el sacerdocio que ejercía la tribu de Leví fue puesto solamente sobre los hombros de la casa de Aarón el hermano de Moisés, y de sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, Éxodo 28:1. Una sola familia como sombra del verdadero sacerdocio que ahora ejercemos los hijos de Dios, que somos los ministros del Nuevo Pacto, a los Corintios 3:6. Nadab y Abiú ofrecieron fuego extraño delante del Señor y él los quemó y murieron delante de él en el tabernáculo, Levítico 10:1-3; quedando solamente las casas de Eleazar e Itamar como sucesores en el sacerdocio, pues Nadab y Abiú cuando fueron cortados por el Señor no dejaron posteridad, 1ra. Crónicas 24:2.

El número dos en las Escrituras del antiguo Pacto significa testimonio, como nos muestra el antiguo pacto que finalizó poco después de la confirmación del nuevo pacto. DOS PACTOS: EL ANTIGUO Y EL NUEVO PACTO, de los cuales el Antiguo Pacto era LA SOMBRA o FIGURA DEL NUEVO PACTO y tenía que ser cumplido totalmente. Pablo apóstol nos revela en Gálatas 4:21-31 que esos pactos estaban figurados alegóricamente en SARA Y AGAR. También nos muestra ese testimonio en ADÁN la cabeza y EVA el cuerpo; CRISTO o el MESÍAS, la CABEZA y la IGLESIA el CUERPO.

Los DOS ADANES: El primer ADÁN, el NATURAL, SOMBRA DEL ADÁN QUE HABÍA DE VENIR Y YA VINO y el SEGUNDO ADÁN QUE ES DEL CIELO, el cual es CRISTO,  a los Corintios 15:46-49. Ese fue el número de casas para continuar el sacerdocio en la casa de Aarón, dos casas: Eleazar e Itamar, 1ra. Crónicas 24:2.

Si continuamos trazando la Palabra correctamente, observaremos que esas dos casas se multiplicaron en veinticuatro varones principales, de los cuales dieciséis correspondían a la casa de Eleazar y ocho a la casa de Itamar, 1ra. Crónicas 24:4. Veinticuatro es dos veces doce, el número de las tribus. El número doce significa gobierno, por lo que el sacerdocio levítico representa el testimonio del gobierno espiritual de Dios en medio de su pueblo visto a través de la sombra de la ley o Antiguo Pacto. El gobierno civil o político, Dios lo mostró por medio del rey de Israel, en ese momento David, y sus doce divisiones dirigidas una cada mes por un principal de familia a cargo de veinticuatro mil hombres, 1ra. Crónicas 27:1-15.

Estos veinticuatro sacerdotes fueron repartidos por suerte, los unos con los otros, 1ra. Crónicas 24:5. A cada casa le tocó un turno específico que no se podía cambiar para ejercer su ministerio delante del Señor. El historiador judío Flavio Josefo, que vivió para el período de destrucción de la ciudad de Jerusalén y el templo por los romanos, nos narra en su libro histórico Antigüedades de los Judíos, capítulo 7, que cada casa ministraba una semana completa dos veces al año para un total de 48 semanas; siendo las restantes semanas del año el tiempo que correspondía a las tres grandes fiestas solemnes: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos.

Durante las fiestas solemnes todas las casas servían juntas, no había ninguna casa en particular ministrando delante del Señor. Para los sacerdotes participar en el tabernáculo y luego en el templo de Jerusalén se echaba suerte para los diferentes oficios, ver de nuevo la biografía según Lucas 1:8-9. A éstas fiestas tenía que ir todo israelita, ver capítulo 23 de Levítico, Éxodo 23:14-17, 34:22-23 y Deuteronomio 16:16-17. Esa es la razón de las multitudes el día de la visitación a Zacarías, biografía según Lucas 1:10; de igual manera para la fecha del nacimiento de Jesús, Jerusalén y sus alrededores estaban llenas por causa de la multitud que había, más por la fiesta de los tabernáculos y la entrega del diezmo de la cosecha que por el empadronamiento ordenado por el César de Roma, biografía de Jesús según Lucas 2:7. Fue la misma razón de la gran multitud el día del cumplimiento de la fiesta de Pentecostés, Hechos 2:5.

La primera semana del ministerio sacerdotal le tocó a la casa de Joiarib y la semana veinticuatro le tocó a la casa de Maazías, 1ra. Crónicas 24:7-18.  Cuando las 24 casas terminaban su primer ciclo, la primera casa sacerdotal comenzaba su segundo ciclo y así cada una hasta completar el ciclo del año que se repetía año tras año. Las cuatro semanas restantes se distribuían en las tres grandes fiestas que estaban subdividas a su vez en siete partes.

El nacimiento de Juan el Bautista.  Al leer la porción de la biografía de Jesús según Lucas 1:5-13, nos enseña lo siguiente:
v  Zacarías, padre de Juan el Bautista, era un sacerdote de la clase o casa sacerdotal de Abías, verso 5, ver además 1ra. Crónicas 24:10, que nos enseña que a la casa de Abías le tocaba ministrar el octavo ciclo.
v  El año judío comienza aproximadamente en la última semana del mes de marzo con respecto a nuestro calendario.
v  Luego de la casa de Joiarib, (la primera casa) y la de Jedaías (la segunda casa) ejercer su ministerio, la tercera semana se celebraba la Fiesta solemne de la Pascua, que comenzaba el día catorce del primer mes y donde todo israelita tenía que subir a Jerusalén.
v  Entre la fiesta de la Pascua y la de Pentecostés que significa cincuenta había exactamente siete semanas más un día.  La semana antes de ocurrir la Fiesta de Pentecostés o Fiesta de las Semanas o Fiesta de los Primeros Frutos como también se conocía esta fiesta, le tocaba el turno a la casa número ocho, la casa de Abías a la que pertenecía Zacarías. Esta fecha corresponde con la primera semana del mes de junio.

Los verso 8 y 9 de Lucas nos dicen que Zacarías se encontraba ejerciendo el sacerdocio delante de Dios de acuerdo al orden de su clase cuando recibió el anuncio del ángel. Esto significa que aproximadamente la primera semana de junio fue anunciado el nacimiento milagroso de Juan el Bautista, Elías que había de venir a preparar el camino del Mesías, biografía según Mateo 11:9-15.

Porque la semana que seguía al 8vo. ciclo ocurría la fiesta solemne de Pentecostés, Zacarías tuvo que permanecer en Jerusalén esa semana. Luego regresó a la ciudad donde residía, localizada en las montañas de Judá, biografía según Lucas 1:23. Continúa la biografía según Lucas 1:24 diciendo, que luego de aquellos días, Elizabet su mujer concibió a Juan que recibió luego el sobrenombre de Juan el bautista. Dado que fue una promesa y orden de Dios, Elizabet concibió a Juan en ese mismo mes de junio. Esto significa entonces, que Juan el Bautista fue concebido como a mitad de año con respecto a nuestro calendario aproximadamente.

Seis meses más tarde de Juan el Bautista ser concebido, el ángel Gabriel que fue el mismo mensajero de Dios que visitó al profeta Daniel, a quien le dio la fecha en que se manifestaría el Mesías, Daniel 9:21-27, visitó a María para darle las buenas nuevas de que ella era la virgen profetizada por el profeta Isaías 7:14 y 9:6. María recibió la noticia que ella iba a concebir a aquel en quien se manifestaría el Señor, biografía según Lucas 1:26-38, ver especialmente los versos 26 y 36.

De todo esto podemos entender, que Juan el Bautista fue concebido aproximadamente a mitad de junio y nació nueve meses más tarde a mitad del mes de marzo casi al comienzo del año judío, pues el año judío termina para fines de marzo a diferencia del año nuestro que termina en diciembre. Jesús fue concebido seis meses más tarde que Juan el Bautista, lo que significa que Jesús fue concebido en el mes de diciembre (con respecto a nuestro calendario) por lo que nació aproximadamente entre mitad del mes de septiembre y principio del mes de octubre en el otoño del año siguiente de haber nacido Juan el Bautista.

Augusto Cesar, el emperador de Roma de turno, promulgó un edicto para que todos los habitantes de Israel fuesen empadronados o censados de acuerdo a su lugar de nacimiento, biografía según Lucas 2:1. Por esta causa, a pesar del avanzado estado de embarazo de María, José subió a la ciudad de Belén como le correspondía, pequeña ciudad localizada a unos 8 kilómetros al suroeste de Jerusalén. La fecha del censo coincidió con la fiesta solemne de los Tabernáculos o de la Cosecha y la recogida de los diezmos, por lo que Jerusalén y todas las ciudades pequeñas a su alrededor se encontraban llena de gentes que subían a la fiesta. El censo se efectuaba con suma facilidad porque cada familia acudía a la ciudad de origen del jefe de la familia para ser registrados.

Todo lo antes explicado nos muestra que Jesús no nació en diciembre 25, sino todo lo contrario, fue concebido para ese tiempo. Entonces, ¿De dónde sacó el sistema religioso de nuestros días comenzado en Roma que Jesús nació el día 25 de diciembre del año 1?  En vez de ser ese día la fecha del nacimiento de Jesús, esa fecha es el día de celebración de la más grande fiesta pagana por todos los pueblos de la antigüedad. La fiesta o celebración del equinoccio de invierno, el nacimiento del sol, luego conocida como el nacimiento de Baal.

Los apóstatas del principio mezclaron los misterios de la religión de Babilonia con la doctrina de Cristo, administrada por los Doce y echaron a un lado la sana doctrina de Cristo revelada a través del apóstol Pablo. Esto dio como resultado el sistema universal o católico, sistema religioso de error que se desarrolló prácticamente en el siglo III sobre la faz de la tierra, aunque no fue hasta el siglo V que la secta universal o católica romana ordenó observar a todos sus adeptos la celebración del día 25 de diciembre (fiesta antigua del paganismo del nacimiento del dios sol) como la del nacimiento supuestamente de Jesús el Cristo.

Esta práctica de celebrar el día 25 de diciembre como el día del nacimiento de Jesús, fue más tarde aprendida y heredada por sus hijas, el sistema religioso protestante salido de Roma en la Reforma Protestante iniciada por el monje Martín Lutero el 31 de octubre de 1537. De igual manera también heredaron muchas otras doctrinas, entre la que tiene preeminencia como corona de apostasía: la doctrina de la trinidad.

El festival del invierno era conocido como el nacimiento del sol, la Natividad o Navidad como la conocemos hoy día. Este misterio de Babilonia era conocido como mitraismo en honor a Mitra, que en diferentes lugares se celebra con nombres distintos, entre los que destacan: el nacimiento de Osiris en Egipto, el nacimiento de Hércules, el nacimiento de Baco, el nacimiento de Adonis, el nacimiento de Júpiter, el nacimiento de Tamuz o Baal y otros nombres más, que no era otra cosa que la festividad del nacimiento del dios sol.

El solsticio de invierno era el tiempo de celebrar el nacimiento del dios sol en cada país conforme al nombre con que se adoraba. Como parte de la celebración, adornaban árboles de pino en la celebración de Adonis con velas encendidas que simbolizaban la llama naciente del fuego del dios sol. El hecho de que este dios era adorado en el mismo día, con el mismo rito aunque con nombres diferentes, nos muestra que se trataba del mismo rito o adoración, que salió del culto de adoración de Tamuz o Baal, el dios sol; culto que tuvo su origen  en Babilonia.

Esta fiesta se celebraba en Babilonia en el solsticio de invierno con mucha devoción al rito. Los celebrantes se emborrachaban como se celebra hoy día. Las fiestas llamadas bacanales vienen precisamente de unos de los nombres usados en este culto, el del dios Baco; el dios de la bebida como también se le conoce.  Esta antigua celebración se esparció por todos los lugares del imperio griego hasta llegar al imperio de la Roma de los Césares. Cuando este rito pagano llegó a Roma era conocido como la fiesta de Saturno, Saturno era el nombre con que se conocía en Roma a Nimrod que es lo mismo que  Tamuz o Baal.

Tertuliano menciona en una de sus obras que la práctica de intercambiar regalos era parte del rito pagano de Saturno. Es por ello que cuando la secta romana adopta esta fiesta dentro de sus cultos, éstas prácticas fueron adoptadas dentro de sus cultos como lo practican las hijas o sectas protestantes también. Para justificar este culto o práctica aparentemente inocente, utilizan el pasaje de las Sagradas Escrituras que habla sobre los magos o sabios que fueron a adorar al Mesías Príncipe anunciado por el profeta Daniel, y que le ofrecieron presentes, biografía según Mateo 2:9-11, que nada tiene que ver con la fiesta de la navidad.

Las biografías según Mateo y Lucas de Jesús nació en un pesebre de un mesón de Belén, pero cuando los magos o sabios del oriente lo visitaron ya habían transcurrido aproximadamente unos dos años y José y María no vivían en Belén sino en Nazaret, de donde habían subido para ser censados, Lucas 2:3-7. Por eso, cuando los sabios llegaron donde estaba el niño, entraron a una casa no al lugar donde estaba el pesebre del mesón de Belén, Mateo 2:9-11.  Es por esa misma razón también, que Herodes al verse burlado por no recibir la información de los sabios de donde estaba el niño, mandó a matar a los niños menores de dos años y no a los recién nacidos; dándole cumplimiento a las Sagradas Escrituras, Jeremías 31:15, Daniel 11:36-37 y Mateo 2:16. Por esa misma razón ordenó matar también no sólo a los niños de Belén, sino de todos sus alrededores conforme al tiempo dicho por los sabios de oriente, Mateo 2:16.

El árbol perenne de la vida, representado por el árbol de pino adornado en el culto de Adonis, otro de los nombres con que se conoce a Tamuz o Baal. Una fábula antigua de Babilonia enseña lo siguiente: Semiramis la madre de Tamuz y esposa de Nimrod, anunció que un árbol de pino brotó de un tronco seco. Ella le enseñó a su pueblo, que el tronco seco sin vida simbolizaba a Nimrod su esposo que había muerto. El árbol de pino verde que había brotado del tronco seco representaba a su hijo Tamuz que era su esposo vuelto a la vida de nuevo. Esta leyenda del culto de Babel, el principio de Babilonia antigua se esparció por todo los lugares por lo que todos los países tienen un árbol sagrado. Para los Egipcio era la palma; en Roma era el abeto, el cual adornaban con fresas rojas durante la festividad a Saturno.

Los Escandinavos usaban también el abeto en el culto, el cual era dedicado al dios Odin, nombre con que conocían a Baal o Tamuz. El árbol siempre verde o perenne de la vida tiene su mención también en las Sagradas Escrituras en Jeremías 10:1-5. El profeta nos describe el culto pagano que hemos estado describiendo, costumbre que continúa celebrándose en nuestros días, leamos las palabras del profeta: Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño (es decir, árbol) del bosque cortaron, obra de manos de artífices con buril.  Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva.  Derecho están como palmera, no hablan; son llevados, porque no pueden andar.

La fiesta de la Navidad o nacimiento del dios sol, fue adoptada por la secta católica de Roma en el siglo V y más tarde. En el siglo VI la secta romana envió sacerdotes a la parte norte de Europa para convencer al catolicismo a los llamados paganos del viejo rito religioso romano. Los sacerdotes observaron que estas personas celebraban otra fiesta muy popular entre ellos el 24 de junio en honor a Baal en la cual quemaban leños en el festival de las aguas, fiesta conocida también como la fiesta del fuego. Para convencer a estos paganos a entrar al catolicismo, aprovecharon que Juan el Bautista había nacido seis meses antes que Jesús. Por un lado le enseñaron que el nacimiento de Jesús equivalía a la fiesta del solsticio o nacimiento del dios sol, lo cual ellos creían, y que seis meses antes había nacido Juan el Bautista, que Bautizaba en las muchas aguas y hablaba del juicio de fuego. Esta relación, convenció a los paganos que aceptaron de buena gana los cambios de nombres en el rito que ya conocían, por lo que todos los paganos convertidos al catolicismo continuaron con las mismas prácticas que pasaron a sus hijos de generación en generación por tradición, como hasta el día de hoy. El sistema religioso continúa celebrando en junio el festival de las aguas con el fuego y seis meses más tarde el árbol de pino siempre verde, supuestamente por el nacimiento de Jesús.

Esa práctica aparece en Jeremías 32:35 y Ezequiel 20:31 donde el Señor amonesta al pueblo de Israel por su idolatría al pasar sus hijos por el fuego a Moloc que es otro nombre de Baal en medio de los israelitas. Dado que se asocia a Juan el Bautista con las aguas por el bautismo, los sacerdotes católicos enseñaron que la segunda fiesta correspondía con el nacimiento de Juan el Bautista seis meses antes de la supuesta navidad o fiesta del nacimiento de Jesús.


Calculando la fecha: Elizabet se recluyó por cinco meses y entonces el Ángel Gabriel anuncia a María, tanto la condición de Elizabet así como que María daría a luz un hijo que se llamaría Jesús. Maria fue “de prisa” a visitar a Elizabet, quien se encontraba en ese momento en la primera semana de su 6o mes de embarazo, en la 4asemana de Diciembre del año 3 AC. Si Jesús nació 280 días después, esto sitúa Su nacimiento el 29 de Septiembre, 2 A.C.

Hay otras posibilidades:
  • La fecha de nacimiento de Jesucristo comúnmente aceptada en la Iglesia es el 6 de abril.
  •  Esta fecha se basa en la interpretación de DyC 20:1 y es apoyada por varios apóstoles y presidentes de la Iglesia.
  •  Sin embargo, también hay apóstoles y líderes que no han estado de acuerdo con esa fecha e incluso han presentado otras.
  • Aun mas, según últimos estudios patrocinados por la Iglesia, parece que DyC 20:1 es un encabezado y no una revelación
  • Y según otras publicaciones de la Iglesia, la fecha exacta del nacimiento, no ha sido establecida “oficialmente”.
La idea del seis de abril como fecha del nacimiento del Salvador parece que tiene su origen con el apóstol y uno de los máximos eruditos de la Iglesia, B.H. Roberts, en 1893. En el libro “Outlines of Ecclesiastical History” Roberts comenta que:
Yo creo que DyC 20:1, mejor que cualquier otra autoridad, fija la fecha del nacimiento, o la “venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en la carne”, y que, por lo menos con el año, está de acuerdo con la computación del calendario Diocesano. Debe ser recordado que esta revelación en la sección 20 de DyC fue dada antes de que la Iglesia fuese organizada – en una fecha entre el primero y el seis de abril – y que el profeta fue instruido a organizar la Iglesia el día seis de abril de 1830, por lo tanto no fue una mera coincidencia de que fuese determinado ese día en que la organización diera lugar”.

En el ano 194 después de Cristo, Clemente de Alejandría escribió que Jesús nació el 18 de noviembre del año 3 antes de nuestra era, pero ofreció dos fechas alternativas: el 19 de abril y el 20 de mayo. Un siglo y medio más tarde Epifanio fijó la Navidad el 6 de enero pero ofreció el 20 de mayo como la fecha de la concepción, con fechas alternativas del 21 de mayo y el 20 de junio, lo que supondría que Jesús nació prematuro entre dos y tres meses antes del término.

Y así podríamos seguir….

Para el fina, ahora nos queda picando entonces 
que edad tenía Jesús al morir 
¿33?

Fuentes:
Campos Méndez, Israel : “El culto del Dios Mithra en el antiguo Iran y en el Imperio Romano: Análisis y Revisión de los elementos de Continuidad




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