Grandes Maestres
Orden de los Templarios (XVIII)
Guillaume de Sonnac
¿? - 1250
Sonnac nació en la ciudad de Rouergue e
ingreso en la Orden muy joven, ocupando en poco años el cargo de Gran
Maestre en la provincia de Pouilles. El Blasón que adoptó fue el de la
Casa y perteneció a la Orden Interior, fue un experto en la Alquimia y mandó
que los archivos de la Orden fueran reorganizados, guardándolos después en un
lugar seguro.
Su escudo de armas era
acuartelado en 1º y 4º la Cruz del Temple y en 2º y 3º en campo de oro; un león
rampante de sable rodeado de una orla de doce losanges de gules.
Hay constancia de que participó
en la toma de Damietta y que murió en la batalla de El Mansurá,
el 11 de febrero de 1250, después de haber perdido un ojo el 8 febrero,
durante los primeros combates de dicha batalla.
Muere en la Batalla de El Mansurá, 11
de febrero de 1250, fue el décimo octavo Gran maestre de la Orden del
Temple entre los años 1247 y 1250.
De Sonnac es un Gran Maestre excepcional;
era sagaz y prudente, destacaba también en la diplomacia y en el arte de la
guerra y en el combate. Durante su Magisterio se hace de dominio público que
los Templarios mantienen buenas relaciones con los Musulmanes.
El escritor Boulanger en su libro
“La vida de San Luis” nos
escribe:
“El Gran Maestre del Temple y el Sultán de Egipto sellaron una
Paz tan buena que ambos se hicieron practicar una sangría en la misma
escudilla” Esto nos demuestra las buenas relaciones que de Sonnac mantenía con
los musulmanes, especialmente con el Sultán del Cairo; Al Ayoub.
Una leyenda nos cuenta que Sonnac habia sido recibido en la Caballería
musulmana y que sus hermanos de Oriente lloraron por su muerte diciendo: “Era
como uno de los nuestros”.
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