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23 septiembre 2017

Franco y la Masonería




Fusilamiento de masones
23 de setiembre de 1936


El 15 de septiembre de 1936 se publicó su primer decreto contra la Masonería, cuyo primer artículo dice así: «La Francmasonería y otras asociaciones clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que permanezca en ellas tras la publicación del presente edicto será considerado como reo del crimen de rebelión». Pero en esa fecha, muchos masones españoles habían sido ya fusilados. Una de las primeras medidas de los sublevados en 1936 fue el asalto, saqueo, incautación y destrucción de los locales masónicos, al igual que se hizo con centros obreros o del Frente Popular. El franquismo metía en el mismo saco a masones y marxistas, conceptos muy dispares entre sí. De este modo, el local de la logia Turdetania de Córdoba fue incendiado. El templo masónico de Santa Cruz de Tenerife fue incautado y convertido en sede de Falange. Mientras tanto, cundía una auténtica fiebre incautadota de documentos masónicos por toda la zona franquista, que se remitían rigurosamente vigilados al Servicio de Recuperación de Documentos de Salamanca, a fin de que sirvieran de base para la magna campaña depuradora que se tenía planeada.


Propaganda en la España franquista sobre el contubernio judeo-masónico-comunista.
Portada del semanario falangista El Español (1943), denunciando al comunismo como aliado de la masonería.
Cartel de 1942 (AGA, C., 21/119), donde aparece un capitalista masón antifalangista.

La represión
El odio del general Franco hacia la Masonería se materializó desde el primer momento de la guerra, ya que las tropas de su bando se dedicaron sistemáticamente a ocupar el centro masónico de cada lugar tomado, a lo que seguía el fusilamiento de cuantos masones pudiesen localizar. Un caso significativo fue el de Granada. En esta ciudad y según relataba el ABC del 23 de septiembre de 1936, tras apoderarse de los ficheros de las dos logias masónicas existentes en la ciudad, prendieron a todos los masones y los trasladaron al pueblo de Viznar, donde fusilaron a los venerables. Tras tener encarcelados al resto durante varios días, los condujeron al campo y les obligaron a cavar sus propias tumbas; tan pronto las terminaban eran muertos a tiros. El motivo de haberlos tenido retenidos en Viznar parece ser que fue el de organizar con ellos un auto de fe al estilo de la Inquisición, haciendo desfilar a los masones por las calles de la ciudad con corozas y sambenitos; a última hora desistieron temiendo la reacción de los extranjeros que llenaban la ciudad. 

Según Ferrer Benimeli, las cifras de la represión fueron como sigue: “De la Logia Helmantia de Salamanca, fueron asesinados treinta masones. De la Constancia de Zaragoza, treinta. Del triángulo Zurbano de Logroño, quince; del triángulo Libertador de Burgos a siete y del Joaquín Costa de Huesca a otros siete. De la logia Hijos de la Viuda de Ceuta, a diecisiete. De la Trafalgar de Algeciras, veinticuatro. De la logia Resurrección de La Línea nueve fueron asesinados, siete condenados a trabajos forzados y diecisiete consiguieron refugiarse en Gibraltar. De la logia Fiat Lux, también de La Línea, fusilaron a tres. De la logia Vicus, de Vigo, fueron asesinados la mayoría menos unos cuantos que lograron escapar. Todos los masones de La Coruña fueron asesinados. También lo fueron todos los miembros de la logia Lucus de Lugo. Todos los de Zamora. Todos los de Cádiz que no pudieron escapar. Todos los de Granada, hasta un total de cincuenta y cuatro, fueron fusilados. También lo fueron todos los de varias logias de Sevilla. De la logia Constancia de Valladolid, treinta. En ciudades como Tetuán, Las Palmas, Melilla y otras, todos los masones fueron asesinados. Todavía en octubre de 1937 fueron ejecutados en Málaga treinta y siete prisioneros políticos por el delito de “Masonería”


Según un informe sobre la masonería española presentado en la sede del Gran Oriente de Francia en Toulouse el 23 de marzo de 2005, de los aproximadamente seis mil masones que había en España en 1936, la mitad fueron asesinados o fusilados (la mayoría sin juicio previo); que unos mil o mil doscientos consiguieron huir y que el resto fueron encarcelados, la mayoría a largas penas. 


Tras la guerra, continuó la persecución contra la Masonería basándose, como hemos mencionado antes, en el tribunal especial para la represión de la masonería y el comunismo. Si en 1936 había en España no más de seis mil masones, este tribunal abrió hasta su cierre en 1963 unos dieciocho mil expedientes. Tan elevado número se justifica porque se abrieron también a conocidos masones ya fallecidos, a personalidades extranjeras y a que la acusación de pertenecer a la Masonería se utilizó en los primeros tiempos de la posguerra como arma política para descalificar a las facciones rivales en le heterogéneo puzle ideológico que fue el fermento del Movimiento Nacional, el partido único durante el periodo franquista (el propio D. Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII y padre del futuro rey Juan Carlos I, fue acusado de masón). 

Durante el resto del franquismo, la masonería desapareció prácticamente de España con la excepción de las bases norteamericanas, donde estaba permitida la apertura de logias en virtud del acuerdo con Estados Unidos de 1953, con la condición de que no se permitiese la afiliación a ningún español. También hubo logias clandestinas en las cárceles, donde los masones encarcelados siguieron realizando tenidas en las que utilizaban servilletas a modo de mandiles. 


Tan solo hay constancia de la apertura de una logia en España durante este tiempo. En 1953, un reducido grupo de masones regresados del exilio pusieron en marcha la logia Delano Roosevelt en las instalaciones del Orfeón de Sants, en Barcelona. Sin embargo, fueron detenidos al poco tiempo. A uno de sus miembros, Josep María Moratalla Martínez, se le impuso el 23 de enero de 1956 una pena de doce años y un día de reclusión menor “como autor de un delito consumado de masonería”. Hay que tener en cuenta que esta era la mínima pena que se podía imponer a un masón durante el régimen de Franco. 




Tomado de:
http://mason33.com/masoneria/historia/museo-virtual-de-historia-de-la-masoneria/dpto-hdi/museovirtualhistoriamasoneria/5historia_masoneria_espana/M%20y%20franquismo.htm



https://www.logiasietedeabril.org/showBlog.php?t=Franquismo-y-masoner%C3%ADa---y-II&id=58598398656902522

3 comentarios:

  1. 1.618034@mail.com8 de abril de 2021, 12:21

    Un asunto que poca gente conoce es que a Franco se le denegó por dos veces la entrada a la logia de Melilla, a la que pertenecía su hermano, y en la que también estaba mi abuelo (desconozco su grado), y los dos fueron encarcelados y condenados a muerte al día siguiente del levantamiento. Afortunadamente a los dos se les levantó la pena de muerte. En cualquier caso su manía persecutoria de Franco a la masonería era más bien despecho.

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  2. 1.618034@mail.com8 de abril de 2021, 12:49

    Corrijo mi entrada anterior. El hecho de que en 1936 estuvieran en Melilla tanto el dictador Franco, como su hermano Ramón y mi abuelo, me llevó a pensar que los dos últimos pertenecían a la logia de Melilla, y era ahí donde se le había negado la entrada al dictador, pero según lo que publica https://ihistoriarte.com/2017/01/cuando-franco-solicito-entrar-la-masoneria/:
    Lo que gran parte de la gente desconoce es que Franco llegó a solicitar entrar en la misma hasta en dos ocasiones. En 1932, en primer lugar en la logia Lukus de Larraix cuando todavía era teniente coronel. Según el testimonio del teniente coronel Morianes, los motivos alegados para no admitirle en la masonería fueron varios, aunque el principal de ellos se relacionaba con la aceptación por Franco del ascenso a teniente coronel, cuando se había comprometido, al igual que el resto de la guarnición de Marruecos, a no aceptar ascensos por méritos de guerra.

    Ese mismo año volvería a intentarlo en Madrid en la logia Plus Ultra, a la que pertenecía su hermano Ramón Franco, que además de masón se sabe que era afiliado a Esquerra Republicana de Cataluña. Al parecer, hasta su propio hermano se negó en las votaciones a que Franco ingresarse en la logia, pues no era considerado “un hombre recto y de buenas costumbres“.

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  3. 1.618034@mail.com muchas gracias por el aporte, algo de eso he leído. Todo un tema muy interesante esa situación.

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