Manuscrito Cooke
1410
El Manuscrito
Cooke, conservado en el British Museum, debe su nombre a su primer editor,
Matthew Cooke, History and articles of Masonry, Londres, 1861. Data de
alrededor de 1410 o 1420, pero es la transcripción de una compilación que se
remonta quizá a más de un siglo atrás.
Se divide en dos partes: la primera, que consta de diecinueve artículos, es una
historia de la geometría y de la arquitectura. La segunda es un “Libro de deberes” que incluye una
introducción histórica, nueve artículos referentes a la organización del
trabajo que habrían sido promulgados durante una asamblea general en la época
del rey Athelstan, nueve consejos de orden moral y religioso y cuatro reglas
relativas a la vida social de los masones. El término especulativo aparece en
este documento. El manuscrito Cooke sirvió de base al trabajo de George Payne,
segundo Gran Maestro de la Gran Logia de Londres, que lo adoptó para un primer
reglamento en 1721. Aparece además como la principal fuente en la que Anderson
se inspiró para la redacción de su Libro de las Constituciones (1723).
Demos
gracias a Dios, nuestro Padre Glorioso, creador del Cielo y de la Tierra y de
todo lo que está en ellos y que Él conoce [en virtud] de Su Gloriosa Divinidad.
Él hizo todas las cosas para ser obedecido, y muchas de ellas en beneficio de
la Humanidad; les ordenó someterse al hombre, porque todas las cosas que son
comestibles y de buena calidad [sirven] para el sostén del hombre. Y también ha
dado al hombre inteligencia y habilidad en diversas cosas, y el Arte, por medio
del cual podemos viajar por este Mundo para procurarnos la subsistencia, para
hacer muchas cosas por la Gloria de Dios y también para nuestra tranquilidad y
provecho. Si debiese enumerar todas estas cosas, sería demasiado largo de decir
y de escribir.
Mostraré
una de ellas, aunque me deje otras: esto es, de qué modo comenzó la Ciencia de
la Geometría, y quiénes fueron los creadores de ella y de otras Artes, como se
revela en la Biblia y en otras Historias. Voy a narrar, como he dicho, cómo y
de qué modo comenzó esta digna Ciencia de la Geometría.
Has
de saber que hay siete Ciencias Liberales, y luego sabrás por qué son llamadas
de esta manera; y por qué de estas siete primeras derivan todas las Ciencias y
Artes del Mundo, y especialmente por qué aquella, la Ciencia de la Geometría,
es el origen de todas.
En
cuanto a la primera, que es llamada el fundamento de la Ciencia, es la
Gramática, que enseña al hombre a hablar y a escribir en modo justo. La segunda
es la Retórica, que enseña al hombre a hablar decorosamente de manera justa. La
tercera es la Dialéctica, y ella enseña al hombre a discernir lo verdadero de
lo falso, y es llamada comúnmente Arte o [Filosofía]. La cuarta es llamada
Aritmética, y enseña al hombre al Arte de los números, para calcular y contar
todas las cosas. La quinta es la Geometría, que enseña al hombre los límites y
la medida y la ponderación de los pesos de todas las Artes humanas. La sexta es
la Música, que enseña al hombre el Arte del canto en las notas de la voz y del
órgano, de la trompa, del arpa y de todos los demás instrumentos.
La
séptima es la Astronomía, que enseña al hombre el curso del Sol y de la Luna y
de las restantes Estrellas y Planetas del Cielo. Nuestro principal fin consiste
en tratar del primer fundamento de la excelente Ciencia de la Geometría, y de
quiénes fueron sus fundadores; como dije al principio, hay siete Ciencias
Liberales, es decir, siete Ciencias o Artes que son libres en sí mismas, las
cuales siete viven solamente por medio de la Geometría.
Y
la Geometría es, como se dice, la medida de la Tierra: “Et sic dicitur a geoge
pin Px ter a Latine e metronaquodest mensura. UndeGeometria i mensura
terrevelTerrarum”, o sea, que la Geometría es, como he dicho, Geo, la tierra, y
metron, medida, y, así, el nombre de Geometría es compuesto, y se llama medida
de la Tierra.
No
te maravilles de que haya dicho que todas las Ciencias viven sólo por la
Ciencia de la Geometría, porque ninguna de ellas es artificial [que presuponga,
como la Geometría, al artifex]. Ningún trabajo que el hombre haga es realizado
sino por medio de la Geometría; una importante razón: si un hombre trabaja con
las manos, trabaja entonces con cualquier tipo de utensilio, y no hay ningún
instrumento hecho de cosas materiales de este Mundo que no provenga de la
Tierra y a la Tierra retorne, y no existe instrumento, esto es, utensilio para
trabajar, que no posea proporciones. Y proporción es medida, y utensilio, o
instrumento, es Tierra. Por ello puede decirse que los hombres de este Mundo
viven por el trabajo de sus manos.
Muchas
otras pruebas te he dado sobre por qué la Geometría es la Ciencia de la que
viven todos los hombres razonables, pero esta vez no lo dejaré al largo proceso
de la Escritura.
Y
ahora procederé con mi argumento; comprenderás que de entre todas las Artes del
Mundo, [la más importante] es el Arte del Hombre; el Arte de la construcción
tiene la mayor importancia y la mayor parte en la Ciencia de la Geometría, como
está escrito y dicho en la Storia, en la Biblia, en el Polycronicon, una
crónica ilustrada, y en la Historia de Beda, en De Immagine Mundi y en el Ethimologiarum
de Isidoro, en Metodio, obispo y mártir, y en muchos otros; digo que la
Masonería es el principal [Arte] de la Geometría, como pienso que bien puede
decirse, porque fue la primera en ser creada; como se dice en la Biblia, en el
libro I del Génesis, capítulo 4. Y también todos los Doctores mencionados lo
dicen, y algunos de ellos más abierta y simplemente [respecto] a como está
dicho en la Biblia.
El
Hijo directo de la estirpe de Adán, descendiente de las siete generaciones de
Adán, antes del Diluvio, fue un hombre llamado Lameth, que tenía dos mujeres;
de la primera, Ada, tuvo dos hijos: uno llamado Jabal y otro Jubal. El mayor,
Jubal, fue el primer fundador de la Geometría y de la Construcción y construyó
casas y es llamado en la Biblia “pater habitancium in tentoriis atque pastorum”,
es decir, padre de los hombres que viven en tiendas, o sea, en casas. Y fue
maestro de Caín y jefe de todos sus trabajadores cuando hizo la Ciudad de Enoc,
que fue la primera ciudad nunca construida y que Caín entregó a su hijo y la
llamó Enoc. Y ahora es llamada Ephraim.
Y
la Ciencia de la Geometría y de la Masonería fue por primera vez empleada e
inventada como Ciencia y Arte, y por ello podríamos decir que fue el origen y
el fundamento de todas las Artes y las Ciencias, y este hombre, Jabal, fue llamado
“Paterpastorum”. El maestro de la Historia y Beda, De Immagine Mundi, Polycronicón
y muchos otros dicen que por primera vez él hizo la repartición de la Tierra,
de modo que cada hombre pudiera individuar (conocer) su campo y su trabajo. Y
dividió también rebaños y ovejas, y por eso podemos decir que fue el primer
fundador de esta Ciencia.
Y
su hermano Jubal o Tubal fue el fundador de la Música y del canto, como afirma
Pitágoras en el Polycronicón, y el mismo Isidoro en sus Etimologías; en su I
libro dice que fue el primer fundador de la música y del canto, del órgano y de
la trompa, y que encontró la ciencia del sonido por los golpes de los metales
gracias a su hermano Jubalcaín.
La
Biblia dice en verdad en el capítulo IV del Génesis que Lameth tuvo de otra
mujer llamada Zillah un hijo y una hija. Sus nombres eran Tubalcaín, el hijo, y
la hija fue llamada Naamah y, como dice el Polycronicón, fue la mujer de Noé;
que esto sea o no verdad, no lo sabemos.
Te
digo que este hijo, Tubalcaín, fue el fundador del Arte de la Herrería y de
todas las Artes de los metales, esto es, del hierro, del oro y de la plata,
como dicen algunos Doctores, y su hermana Naamah fue la fundadora del Arte del
Tejido; hilaban el hilo y laboraban el hierro y se hacían vestidos como podían,
pero la mujer Naamah encontró el Arte del tejido, que es ahora llamado el Arte
de las mujeres; y estos tres hermanos sabían que Dios se vengaría del pecado, o
con el fuego o con el agua, y pusieron el mayor cuidado para salvar las
Ciencias que habían encontrado, y se aconsejaron entre ellos; y, gracias a su
ingenio, se dijeron que había dos tipos de piedra de tal cualidad que la
primera jamás podía ser quemada, y esta piedra es llamada mármol, y que la otra
piedra no podía ser hundida, y esta piedra era llamada laterus. Y por ello
idearon escribir todas las ciencias que habían encontrado en estas dos piedras,
de manera que si Dios se vengaba con el fuego el mármol no fuera quemado, y si
Dios se vengaba con el agua la otra piedra no se hundiera. Y por ello rogaron
al hermano mayor de Jabal que construyera dos columnas con estas dos piedras,
esto es, mármol y laterus, y que esculpiera en los dos pilares todas las
Ciencias y las Artes que habían hallado. Y así se hizo, y por ello podemos
decir que fueron muy hábiles en la ciencia que se inició y que persiguió su fin
antes del Diluvio de Noé: sabiendo que la venganza de Dios se produciría, sea
con el fuego o con el agua, los hermanos –como por una especie de profecía-
sabían que Dios ordenaría una, y por ello escribieron en las dos piedras las
siete Ciencias, pues pensaban que la venganza llegaría. Y ocurrió que Dios se
vengó y hubo un tal Diluvio que todo el Mundo fue sumergido y murieron todos
menos ocho personas. Y fueron Noé y su mujer y sus tres hijos y sus mujeres, y
de estos hijos procede todo el Mundo. Y [los tres hijos] fueron llamados de
este modo: Sem, Cam y Japhet. Y este Diluvio fue llamado el Diluvio de Noé,
porque sólo se salvaron él y sus hijos.
Y
muchos años después del Diluvio, como narra la Crónica, estas dos columnas
fueron halladas y, como dice el Polycronicón, un gran doctor llamado Pitágoras
encontró una, y Hermes, el filósofo, encontró la otra, y enseñaron las ciencias
que en ellas hallaron escritas. Cualquier Crónica, la Storia y muchos otros
doctos y principalmente la Biblia testimonian de la construcción de la Torre de
Babel, y está escrito en la Biblia, Génesis, capítulo X, que Cam, hijo de Noé,
generó a Nimrod, y que éste se convirtió en un hombre fuerte como un gigante y
que fue un gran Rey. Y el inicio de su Reino fue el del verdadero Reino de
Babilonia, de Arach y Archad y Calan y de la Tierra de Senaar. Y este mismo
Nimrod inició la construcción de la Torre de Babilonia, y enseñó a sus obreros
el Arte de la medida, y tenía muchos constructores, más de cuarenta mil. Y los
amaba y los tenía en gran estima. Y esto está escrito en el Polycronicón y en
otras Historias, y en parte atestiguado en la Biblia, en el capítulo X del
Génesis, donde se dice que Asur, que era un pariente vecino de Nimrod, salió de
la Tierra de Senaar y construyó la Ciudad de Nínive y de Plateas y muchas
otras, y así dice: “De Terra illa i de Sennamegressusest Asure e edificauit Nunyven
e Plateas civitatis e Cale e Jesenquoque inter Nunyven e hecestcivitas magna”.
La
razón quiere que digamos abiertamente cómo y de qué modo fue fundado el oficio
de la construcción, y quién fue el primero en darle el nombre de Masonería. Y
deberías saber lo que está dicho y escrito en el Polycronicón y en Metodio,
obispo y mártir, que Asur, que fue digno Señor de Senaar, pidió al Rey Nimrod
que le enviara masones y operarios del Oficio que pudieran ayudarle a construir
la ciudad que deseaba edificar. Y Nimrod le envió trescientos masones. Y cuando
debían partir, les llamó ante sí, y les dijo esto: “Debéis acudir ante mi primo
Asur para ayudarle a construir una ciudad, pero vigilad de que esté bien
dirigida; os voy a dar un encargo provechoso para vosotros y para mí. Cuando
lleguéis ante este Señor, procurad ser tan leales hacia él como lo sois
conmigo; haced como si fueseis hermanos, y permaneced lealmente unidos; y que
aquel que tenga mayor habilidad enseñe a su compañero y se guarde de guiarle
contra vuestro Señor, para que así yo pueda recibir mérito y agradecimiento por
haberos enviado ante él y por haberle enseñado el Arte”. Y ellos recibieron el
encargo de su patrón y Señor y llegaron ante Asur y construyeron la ciudad de
Nínive, en el País de Plateas, y otras ciudades entre Cale y Nínive. Y de este
modo, el Arte de la construcción fue engrandecido e impuesto como ciencia.
Los
primeros antepasados de nosotros, los masones, tuvieron esta responsabilidad,
como está escrito en nuestros Deberes, y también como lo hemos visto escrito ya
en francés, ya en latín, y en la historia de Euclides; pero ahora diremos de
qué manera Euclides llegó a tener conocimiento de la Geometría, así como está
escrito en la Biblia y en otras historias. En el capítulo 12 del Génesis se
dice que Abraham llegó a la Tierra de Canaan y nuestro Señor se le apareció y
le dijo: “Os daré esta Tierra a ti y a tu descendencia”, pero hubo una gran
carestía sobre la Tierra y Abraham tomó a Sara, su mujer, con él, y marchó
hacia Egipto en peregrinación, y mientras duró la carestía ellos permanecieron
allí. Y Abraham, como dice la Crónica, era un hombre sabio y un gran Doctor y
conocía las siete Ciencias y enseñó a los egipcios la Ciencia de la Geometría.
Y este digno Sabio Euclides fue su alumno y aprendió de él. Y ellos le dieron
por primera vez el nombre de Geometría, pues antes no tenía este nombre. Así,
se dice en las Ethimologiarum de Isidoro, en el libro 5, capítulo I, que
Euclides fue uno de los fundadores de la Geometría, y que le dio este nombre
porque en aquel tiempo había un río en Egipto, el Nilo, que creció hasta tal
punto en la tierra que los hombres no podían habitarla.
Por
eso, este digno estudioso, Euclides, les enseñó a hacer grandes muros y fosos
para retener el agua, y ellos, con la Geometría, midieron la tierra y la
dividieron en muchas partes, y cada uno cerró su parte con muros y fosos, y por
eso la tierra se hizo fértil y dio todo tipo de frutos y de jóvenes, de hombres
y de mujeres; pero eran tantos los jóvenes que no podían vivir bien. Y los
gobernantes, Señores del País, se reunieron en Consejo para ver cómo ayudar a
sus hijos que no habían encontrado sustento. Y en este Consejo estaba este
digno Docto Euclides, y cuando vio que no podían decidir sobre la cuestión, les
dijo: “Tomad a vuestros hijos y ponedlos bajo mi mando, y yo les enseñaré una
ciencia tal que vivirán con ella de los Señores, a condición de jurar que me
serán fieles, y yo haré esto por vosotros y por ellos”. Y el Rey y todos los
Señores se lo garantizaron. Y ellos llevaron a sus hijos ante Euclides para que
les dirigiese a su placer, y él les enseñó este Arte, la Masonería, y le dio el
nombre de Geometría, a causa de la división del terreno que había enseñado a la
gente en el tiempo de la construcción de las murallas y los fosos, e Isidoro
dice, en el Ethimologiarum, que Euclides la llamó Geometría. Y él les dio el
deber de llamarse uno a otro Compañero, y no de otra manera, porque pertenecían
a un mismo Arte y eran de sangre noble e hijos de Señores. Y que el más hábil
debía ser el guía en el trabajo, y ser llamado Maestro, y le atribuyó otros
cometidos que están escritos en el Libro de los Deberes. Y así ellos trabajaron
con los Señores de la Tierra, y construyeron Ciudades, Castillos, Templos y
Palacios. En ese tiempo los hijos de Israel que habitaban en Egipto aprendieron
el Arte de la Masonería. Y luego, cuando fueron conducidos fuera de Egipto,
llegaron a la Tierra de Behest, que ahora se llama Jerusalén. Y el Rey David
inició la construcción del Templo de Salomón. El Rey David amaba a los Masones,
y les dio derechos como antes no tenían. Y en la construcción del Templo, en
tiempos de Salomón, como se dice en la Biblia, en el 3º Libro Regum in tercio
Regam, capítulo quinto, Salomón tenía ochenta mil constructores a su servicio.
Y el hijo de Tiro era su jefe. Y en otras crónicas y en otros libros de
Masonería se dice que Salomón les confirmó el encargo que David, su padre,
había dado a los masones. Y el propio Salomón les enseñó en formas poco
distintas de las usadas ahora. Y de allí esta importante ciencia fue llevada a
Francia y a otras Regiones.
Hubo
en un tiempo un digno Rey de Francia llamado Carolus Secundus, esto es, Carlos
II, y este Carlos fue elegido Rey de Francia por la Gracia de Dios y por su
estirpe. Y este mismo Rey Carlos era masón antes de ser Rey, y cuando llegó a Rey
amó a los masones y les tuvo en gran estima, y les dio deberes y reglamentos
conforme a su designio, y algunos de ellos todavía están en uso en Francia; y
él mismo estableció que deberían reunirse en Asamblea una vez al año para
hablar entre sí, Maestros y Compañeros, y para [deliberar quién] había de
guiarles y [para enmendar] todas las cosas equivocadas.
Y
poco después san Adabelio llegó a Inglaterra y convirtió a san Albano al
Cristianismo. Y san Albano amaba a los masones y les dio por primera vez encargos
y usos en Inglaterra. Y les fijó un tiempo conveniente para pagarles el
trabajo. Y después hubo un importante Rey en Inglaterra llamado Athelstan, y su
hijo más joven amaba la Ciencia de la Geometría, y sabía bien que el Arte
manual del Oficio practicaba la Ciencia de la Geometría como los masones, por
lo que los [reunió] en Consejo y adoptó la práctica de esta ciencia a la
especulación, porque en la especulación era maestro y amaba a la Masonería y a
los masones. Y él mismo se hizo masón y les dio encargos y nombres que todavía
están en uso en Inglaterra y en otros Países. Y estableció que [los masones]
deberían ser pagados razonablemente por su trabajo, y consiguió un decreto del
Rey que [sancionó] el derecho a que se reunieran en Asamblea cuando creyeran
que ha pasado un período razonable, y que vinieran [a escuchar] a sus
Consejeros, como está escrito y se enseña en el Libro de nuestros encargos y
deberes, por lo que dejo ya el argumento. Los Hombres de bien, por este motivo
y de este modo, [hicieron así que] la Masonería comenzase.
Ocurría
a veces que los grandes Señores no tenían grandes posesiones, así que no podían
ayudar a sus hijos nacidos libres, porque tenían muchos, y por eso se
aconsejaron sobre cómo podían ayudarles, y establecer que pudieran vivir
honestamente. Y les enviaron a Sabios Maestros de la importante Ciencia de la
Geometría, de modo que ellos, con su sabiduría, pudieran dar a los hijos una
honesta manera de vivir. Por eso uno de ellos, llamado Englet, que fue un muy
agudo y sabio fundador, estableció un Arte y lo llamó Masonería, y así, con su
Arte, instruyó a los hijos de los grandes Señores a requerimiento de los padres
y con la libre voluntad de los hijos; cuando fueron instruidos con gran
cuidado, después de un cierto período, no todos fueron igualmente capaces, por
lo que dicho Maestro Englet determinó que todos los que terminaran [el
aprendizaje] con habilidad deberían ser admitidos [en el oficio] con honor, y
llamó al maestro más hábil para instruir a los maestros menos hábiles, y fueron
llamados maestros por la nobleza de su ingenio y por su habilidad en el Arte.
De este modo, dicho Arte, iniciado en la Tierra de Egipto, se propagó de Tierra
en Tierra, de Reino en Reino.
Después
de muchos años, en el tiempo del Rey Athelstano, que fue Rey de Inglaterra, sus
Consejeros y otros Grandes Señores, de común acuerdo, por graves culpas
lanzadas contra los masones, establecieron una cierta regla para ellos; una vez
al año, o cada tres años [si ello respondía] a los deseos del Rey y de los
Grandes Señores del País y del pueblo, de provincia en provincia, y de país en
país, se reunirían en Asamblea todos los masones y compañeros de dicho Arte, y
en tales reuniones los Maestros serían examinados sobre los artículos [de la
Constitución] que fueron luego escritos, y se estableció que fuese verificado
si los maestros eran capaces y hábiles, para ventaja de su Soberano y para
honor de su Arte. Y además se estableció que deberían cumplir bien su encargo
de emplear los bienes, pequeños o grandes, de sus Señores, porque de ellos
percibían la compensación por su servicio y su trabajo.
El
primer artículo es éste: que cada maestro de este Arte debe ser sabio y leal
hacia el Señor a quien sirve; y no pagar a ningún obrero más de lo que él
piense que se merezca, distribuyendo sus beneficios verdaderamente como
quisiera que fuesen dispensados los suyos, tras haber [tenido en cuenta] la
escasez de grano y de víveres en el País, y no otorgando ningún favor, para que
todos sean recompensados según su trabajo.
El
segundo artículo es éste: que cada maestro de este Arte deberá ser informado
antes de entrar en su Comunidad; que sean [recibidos] como conviene; que no
puedan ser excusados [de su ausencia], sino sólo por algún motivo [válido].
Pero si son hallados rebeldes [frente a] tal Comunidad, o culpables, en
cualquier modo, de daño hacia los propios Señores, los culpables en este Arte
no serán perdonados de ningún modo [y serán juzgados, y se verificará] su
expulsión, y aunque se hallen (en peligro de muerte), [o enfermos], sin riesgo
de muerte, se avisará al maestro que sea el jefe de la Asamblea, [quien deberá
juzgarle].
El
tercer artículo es éste: que ningún maestro tome a un aprendiz por un período
menor de siete años por lo menos, porque en un plazo menor no puede llegar
propiamente a su Arte, y por consiguiente será incapaz de servir lealmente a su
Señor y de comprender [el Arte] como un masón debe comprenderlo.
El
cuarto artículo es éste: que ningún maestro tome para instruir, sin provecho, a
algún aprendiz al que esté unido con vínculos de sangre, ya que, a causa de su
Señor, al cual está ligado, lo distraerá de su Arte y podrá llamarlo ante sí
fuera de su Logia y del lugar donde trabaja; porque sus compañeros quizá le
ayuden y combatan por él, y de aquí podría derivarse un homicidio –lo que está
prohibido- y también por motivo de que su Arte se inició con los hijos de
Grandes Señores nacidos libres, como ya ha sido dicho.
El
quinto artículo es éste: que ningún maestro envíe a su aprendiz, durante el
tiempo de su aprendizaje, a otro, pues ningún provecho puede salir de ello, y
aunque piense que pueda agradar a su nuevo Señor, más importante es el provecho
que podrá sacar el Señor del lugar en el cual ha sido adiestrado en su
enseñanza.
El
sexto artículo es éste: que ningún maestro, por codicia o provecho, tome
aprendices para enseñarles cosas imperfectas, y que tengan mutilaciones, por lo
cual no puedan trabajar realmente como deberían.
El
séptimo artículo es éste: que ningún maestro sea visto ayudando, o protegiendo,
o siendo el sostenedor de ningún ladrón nocturno, por el cual [a causa del
hurto] sus compañeros no puedan cumplir el trabajo diario y no puedan
organizarse.
El
octavo artículo es éste: que no ocurra que ningún masón, que sea perfecto y
hábil, venga a buscar trabajo y encuentre un modo de trabajar imperfecto e
incapaz; el maestro del lugar recibirá al masón perfecto y echará al imperfecto
para ventaja de su Señor.
El
noveno artículo es éste: que ningún maestro tomará el puesto de otro, porque se
ha dicho, en el Arte de la construcción, que nadie deberá terminar un trabajo
comenzado por otro, para ventaja de su Señor; así que quien lo ha iniciado
[tiene el derecho de] terminarlo a su modo, y sean cuales sean sus métodos.
Esta
resolución ha sido adoptada por varios Señores y maestros de diversas
provincias y Asambleas de Masonería, y dice así:
El
primer punto: es necesario que todos los que deseen ser Compañeros del
mencionado Arte juren por Dios, por la Santa Iglesia y por todos los Santos, ante
su maestro y sus Compañeros y hermanos.
El
segundo punto: él [el Compañero] debe cumplir su trabajo diario en razón de lo
que le sea pagado.
El
tercer punto: él [debe aceptar] las resoluciones de sus compañeros en la Logia
y en Cámara y en cualquier otro lugar.
El
cuarto punto: no engañará a su Arte, ni lo perjudicará, o sostendrá
afirmaciones contra el Arte o contra alguien del Arte, sino que lo mantendrá
con dignidad, porque él puede.
El
quinto punto: cuando reciba su paga, la tomará humildemente, ya que el maestro
ha establecido el tiempo del trabajo, y el resto [por él] ordenado está
permitido.
El
sexto punto: si una discordia cualquiera surge entre él y sus compañeros,
deberá obedecer humildemente y permanecer a las órdenes del maestro, o, en su
ausencia, del Vigilante [designado] por el maestro; en la siguiente fiesta
religiosa se pondrá a disposición de los Compañeros; no en un día laborable,
dejando el trabajo y el provecho de su Señor.
El
séptimo punto: Que no desee a la mujer ni a la hija de su maestro o de sus
compañeros; y si está casado, que no tenga concubina, porque podrían surgir
discordias entre ellos.
El
octavo punto: si ocurre que es nombrado Vigilante por su maestro, que sea un
seguro transmisor entre su maestro y sus compañeros; y, en ausencia de su
maestro, que lo sustituya con empeño, por el honor del maestro y para ventaja
del Señor a quien sirve.
El
noveno punto: si fuese más sabio y agudo que el compañero que trabaja con él en
la Logia o en cualquier otro sitio, y si percibe que el otro debe dejar la
piedra sobre la que está trabajando por falta de habilidad, y que puede
enseñarle a corregir la piedra, deberá instruirlo, para que el amor crezca
entre ellos y el trabajo del Señor no se eche a perder.
Sobre
la Asamblea de Justicia.
Cuando
el maestro y los compañeros sean avisados y lleguen a tales Asambleas, si es
preciso serán invitados a participar, junto a los compañeros y el maestro de la
Asamblea, el sheriff del Condado, o el alcalde de la Ciudad, o el Consejero más
anciano de la Ciudad en la que se celebra la Asamblea, para servir de ayuda
contra los rebeldes y para mantener el derecho del Reino.
Al
principio [entran en el Oficio] hombres nuevos que nunca han sido culpables, de
modo que no sean nunca ladrones, o [cómplices] de los ladrones, y que
desarrollen su trabajo diario por la recompensa que de su Señor reciben, y un
verdadero resumen den a sus Compañeros de las cosas que deben ser explicadas y
escuchadas, y les amen como a sí mismos. Y deben ser fieles al Rey de Inglaterra
y al Reino, y atenerse, con todas sus fuerzas, a los artículos mencionados.
Después
de esto se indagará si algún maestro o compañero, que haya sido instruido, ha
infringido algún artículo, y allí se establecerá si ha hecho nunca tales cosas.
Por ello, vale decir, si algún maestro o compañero, que haya sido avisado [de
la acusación] antes de venir a tal Asamblea, se rebela y no acude, o bien haya
transgredido algún artículo, si esto se demuestra, deberá renegar de su
[pertenencia] a la Masonería, y no podrá usar jamás de su Arte. Y si osa
practicarlo, el Sheriff del país en el que haya sido encontrado trabajando
deberá meterlo en prisión y poner todos sus bienes en manos del Rey hasta que
le sea mostrada y concedida la gracia.
Por
este motivo, [los participantes] en esta Asamblea establecerán que tanto el más
bajo como el más alto deben ser lealmente servidores de su Arte en todo el
Reino de Inglaterra.
Amén. Así sea.
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