José Andrés Lamas
Alfonsin
10 de noviembre de 1817
- 23 setiembre de 1891
Montevideo – Buenos
Aires
Pequeño
ha de parecer todo el espacio que le dediquemos a esta personalidad de la
Patria.
Su actuación fue múltiple: diplomático,
historiador, estadista, bibliófilo famoso, esclarecido polígrafo y masón.
Hijo de Luis Lamas.
En 1834 cuando sólo contaba con 17 años ya
es auxiliar del Ministro de RR.EE.
Después de algún tiempo de trabajar en El
Sastre, en 1836, se incorpora como redactor de El Nacional. En 1836
pierde su empleo y es clausurado su diario El Nacional en razón de sus
actividades políticas contra el Presidente Oribe, que lo deporta Río Grande.
Vuelto a Montevideo en 1837 escribe en el Diario de la Tarde que tuvo
cota duración.
Perseguido por sus actividades subversivas
logra abandonar el país bajo la protección del Cónsul lusitano don Leite y
Acevedo.
En 1837 al regresar a Uruguay, reanuda sus
estudios de abogacía. Crítico de Juan Manuel de Rosas fundó Otro diario
que duró poco tiempo, al igual que otro diario fundado por él: El Iniciador.
El 15 de junio de 1838 se encuentra en la
batalla de Palmar y en 1839 ocupa interinamente el Ministerio de RR.EE.
El 13 de setiembre de 1839 se crea el
Batallón de Lanceros de la Independencia y Lamas con el grado de TTe. Coronel,
pasar a ser su jefe.
En 1842 es Juez de Crimen, de lo Civil e
Intestados en 1843 y ya sitiada la ciudad por el Gral. Oribe 16 de febrero de
1843, Andrés Lamas es nombrado Jefe Político de Montevideo, donde demuestra condiciones
de gran organizador.
El 25 de mayo de 1843 junto con Teodoro
Vilardebó, fundan el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, que
estaba integrado en su mayoría por masones.
Propicia el cambio de nomenclatura de la
ciudad y el Presidente Suárez lo nombra Ministro de Hacienda, cargo que
desempeña desde mayo a octubre de 1844.
En 1846 integra la Asamblea de Notables
y en 1847 es uno de los fundadores del Instituto de Instrucción Pública.
En
noviembre de 1847 es nombrado Embajador uruguayo ante la Corte de Río de
Janeiro, lugar desde el cual ejerce su gran labor diplomática.
En 1858, obtiene el título de abogado.
Andrés Lamas deja su actuación pública, la
mayor parte de ella dedicada a la diplomacia, en el año 1876, radicándose en
Buenos Aires, donde hasta su muerte, se dedica a escribir sobre historia,
fianzas y ordenando sus Memorias.
Mal de salud y sin bienes de fortuna
envejecería tristemente el sagaz diplomático en la capital Argentina, cuando
por una decisión generosa del Gral. Máximo Santos, del 3 de febrero de 1884,
las cámaras le votaron una pensión vitalicia mensual de 500 pesos oro.
El mismo Santos quiso comunicárselo por
telegrama que el estadista contestó agradeciendo emocionado “La
recompensa Nacional que le garantía la decorosa tranquilidad de sus
últimos días”.
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Lamas fue un integrante activo de la
Masonería ostentando en el momento de su muerte el grado 33, habiendo sido
además, integrante del Gran Oriente de la Confederación Argentina.[1]
[1] Gran Logia de la Masonería del Uruguay- Biografías masónicas
orientales. Tomo I. Montevideo. 1991. p. 83.
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