Julio Bastos Fortet
18 de
setiembre de 1863 – 13 enero de 1929
Montevideo
Julio Bastos Fortet, nació en
Montevideo el 18 de setiembre de 1863, hijo de Manuel Bastos, 33°, que llegó a
ser miembro del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la
República Oriental del Uruguay.
83° ANIVERSARIO DE LA LOGIA
DR. JULIO BASTOS
HOMENAJE A SU FUNDADOR
Un nuevo aniversario
no convoca para recordar y rendir homenaje a nuestro fundador, el Dr. Julio
Bastos Fortet.
La tecnología de la
información, la movilidad de los procesos culturales arrastran tumultuosamente
nombres y hombres; en los caminos de la historia solo quedan en pié, los
mojones más sólidos y brillantes.
Mi palabra aspira a
ser un testimonio de gratitud a un prócer oriental, a un apóstol laico que
marcó un período excepcional en la acción masónica de nuestro país, a un
ejemplo de vida que nos pertenece y nos compromete.
Julio Bastos nació el
18 de setiembre de 1863. Cursó sus primeros estudios con preceptores
extranjeros. Su educación fue clásica, con textos tradicionales y rígidas
estructuras.
José Pedro Varela
regresa al país en 1868 y “Encuentra a la sociedad desquiciada, abandonada la
industria, embrutecidas la masas, desbordadas las pasiones; “el cuadro que
ofrecen la naciones sudamericanas –dice- es desolador”.
Continúa: “La
educación es lo que nos falta, pero la educación difundida en todas las clases
sociales, eliminando la conciencia oscurecida del pueblo, preparando al niño para
ser hombre y al hombre para ser ciudadano”.
Acompañando a Varela,
un brillante núcleo de masones, se proponen y fundan la “SOCIEDAD AMIGOS
DE LA EDUCACIÓN POPULAR”. Integrados también por masones, el Ateneo del
Uruguay y el Club Universitario se constituyen en baluartes de la libertad y la
cultura.
Entre 1878 y 1882, el
joven Bastos cursa el Bachillerato de Artes y Letras. Antes de cumplir los 18
años, ingresa a la Orden por se hijo de Don Manuel Bastos,
que llego a ser miembro del Supremo Consejo Masónico del Uruguay.
En 1882,
el nuevo bachiller presenta su tesis abogando por la abolición de la pena de
muerte.
Interpretaba el
pensamiento de una sociedad sacudida por las torturas y las ejecuciones de
presos en la penitenciaría. Ese postulado se concretará recién en el 1907.
Ingresa a la
Facultad de Derecho, que se reorganizaba a través de la gestión de los
Dres. Alfredo Vázquez Acevedo y José P. Ramírez.
Señalamos otro hecho:
ese año se aprueban los Estatutos de la Masonería del Uruguay. En
1886, la juventud universitaria ofrece sus vidas en holocausto a las
Instituciones. En la lucha contra la tiranía, en la Revolución del
Quebracho, Julio Bastos es herido y cae prisionero.
Reiniciados sus
estudios, ingresa a la Administración de Justicia, como Procurador de
Curiales y en 1888 recibe su título de Abogado, dos años mas tarde es designado
Juez Letrado Departamental en Artigas, y miembro de la Comisión
Departamental de Enseñanza Primaria.
En 1894 es trasladado
a Durazno, complementa su función de magistrado con el ejercicio de la
docencia, es el fundador del Liceo Departamental. Será su primer Director, y
además, profesor de matemáticas, francés y derecho.
Gestiona y obtiene la
oficialización del Instituto, constituyéndose en uno de los pioneros de los cambios,
que modelaron la Enseñanza Secundaria en nuestro país.
Quedan señaladas dos
vías de acción –que no serán las únicas en su vida- el ejercicio de la
magistratura y el fomento de la educación pública en todas sus manifestaciones.
“El Derecho –ha escrito Bodenheimer- representa
un elemento de compromiso, paz y acuerdo”.
“El Derecho se
realiza en aquel orden social en el que está reducido al mínimo la posibilidad
de abuso del poder, tanto por parte de los particulares como del gobierno”.
“Y la Justicia quiere
decir, tratamiento igual a los iguales”.
“Justicia y Libertad
elaboradas y conquistadas día a día con el esfuerzo permanente aplicándolas en
todos los niveles de la sociedad reafirmados por el principio de que se debe
proteger a los débiles”.
En enero de 1897, es
trasladado a Montevideo como Juez Letrado de Instrucción. El 25 de agosto de
ese año, es protagonista en un episodio trágico que marcó el final de una
época.
Ese día, a la salida
de la Catedral, víctima de un atentado, muere el Presidente de la
República, Don Juan Idiarte Borda. En medio de la confusión y el
pánico, de la violencia de la escolta que atacaba al agresor, el Dr. Julio
Bastos impone el orden con su presencia, salva la vida del agresor diciendo
“cuidado, este hombre pertenece a la Justicia”.
A la
Justicia con mayúscula, custodio de los derechos que juzga con todas las
garantías de la Ley. El Dr. Julio Bastos resulta herido. Pero él solo
ha salvado los principios y garantizado la vigencia de las instituciones. En
esos fuegos, se templaba el metal del que hoy nos convoca.
Continúa su carrera
en la magistratura: Juez Letrado de Crimen en 1890, de Comercio en 1893, luego
Fiscal en lo Civil y Ministro del Tribunal de Apelaciones.
El 14 de agosto
de 1908, a propuesta del Poder Ejecutivo es designado por la
Asamblea Legislativa, Ministro de la Alta Corte de Justicia. La
creación de la Alta Corte de Justicia respondía a un reclamo nacional
de “justicia buena, pronta y barata”. Los proyectos se sucedían, pero la
sanción legislativa se alcanzó recién en 1907.
Sobre este punto,
opinaba el diario “El Día”:
“La Alta
Corte de Justicia ha dejado de ser una entidad nominal, existente
únicamente en algunos artículos de nuestra Carta Fundamental, para convertirse
en uno de los mecanismos mas importantes de la vida nacional. El nombramiento
que acaba de hacer la Asamblea, asegura definitivamente al amparo
de la Suprema autoridad judicial, la independencia de todos los
magistrados”
Con el nuevo siglo,
la sociedad se moderniza rápidamente, la República se integra como
una unidad jurídica, política y territorial. Se crean Bancos, se extiende el
dominio comercial e industrial del Estado, un legislación de avanzada introduce
cambios en la educación, en el tratamiento de la salud, en el reconocimiento de
los derechos de los trabajadores, en materia electoral, etc, etc.
“La superación
política del país – informaba una comisión legislativa- impone la reforma
de la Constitución, como medio de asegurar el bienestar y la paz, a cuyo
amparo, y bajo el influjo de sanos principios democráticos, podrá el país
imponer sus designios y reparar, por medio de la tranquilidad y el trabajo, el
desgaste de una recia y continuada lucha política”
Esos vientos de
renovación y de reforma no alcanzaron a la Administración de Justicia.
En el discurso de clausura de sesiones de la Asamblea
Nacional Constituyente, el H Dr. Julio Bastos expresaba:
“Habéis conservado
casi íntegramente los artículos establecidos en la Constitución de
1830, lo que importa que habéis considerado que nuestros magistrados han sabido
interpretar debidamente, los anhelos de los patricios que dictaron nuestra
primera ley de leyes, juzgando con toda imparcialidad y rectitud, los
conflictos continuamente llevados a su alta decisión”
“Habéis hecho
justicia a los ciudadanos encargados de tan ardua y difícil gestión, y podéis
estar seguros, hoy, como ayer, como siempre, continuaran ejerciendo su
apostolado, sin mas norma ni recompensa que la inefable satisfacción, que a los
hombres virtuosos produce la conciencia del haber cumplido”.
Así analizaba su
gestión, y rendía cuentas el Presidente de la Alta Corte de Justicia,
que ejerció ese cargo durante los años 1912, 1917, 1922 y 1926.
En 1907, el Sr.
Batlle y Ordóñez propuso en Europa la creación de una Alta Corte de Justicia
Internacional, “ya que tantas alianzas se han hecho para imponer la
arbitrariedad, se podría muy bien hacer otra para imponerla Justicia”.
En 1921, con corazón
uruguayo, alas americanas y vocación ecuménica, el Dr. Julio Bastos ocupa un
cargo de Ministro en la Alta Corte Internacional de Justicia
de La Haya.
Simultáneamente con
sus altas funciones de magistrado desempeñó en forma honoraria otros cargos, a
saber:
-Miembro del Consejo
de Asistencia Pública
-Directivo de la
Sociedad “Amigos de la Educación Popular”
-Integrante la
Comisión Pro Monumento a Artigas, con ella, el Gobierno interpretaba “un
anhelo nacional de levantar una estatua al General Artigas, libertador y
mártir, héroe por la abnegación, por el denuedo y por el infortunio”.
-Miembro de la
Comisión Nacional de Educación Física, “ con el cometido de organizar
concursos, estimular la creación de plazas de juegos, y proyectar un plan de
educación física......para facilitar el desarrollo de la niñez, para mayor
salud del pueblo, y para la educación del ánimo y la voluntad”.
-Directivo de la
Liga Contra la Tuberculosis, “para construir un sanatorio diurno con
destino a los enfermos de primer grado y una serie de concursos encaminados a
organizar la lucha desde el seno mismo de los hogares”.
Y hay mas todavía,
otro campo de acción seguía reclamando la atención del Dr. Julio Bastos, su
vocación por la docencia del Derecho. Lo señalamos al pasar para que sea
desarrollado por los especialistas. Es el que corresponde al Consejero
de la Facultad de Derecho, al catedrático, al tratadista, al
conferencista.
Hemos dicho que
distinguidos masones templados “en la dura realidad que hervía de pasiones y
peligros”, cultivaban los valores del espíritu, en instituciones que en 1865
fundan el Ateneo de Montevideo. Allí también esta presente.
En 1902 integra la
Junta Directiva.
En 1904,
presidiendo Pedro Figari, es electo Tesorero, “agradeciendo la
nueva distinción que recibo de mis ilustrados consocios, ofreciendo a la
Institución todo el concurso de mi buena voluntad y dedicación”. Esa Junta
Directiva promueve una Reforma de la Constitución de la
República.
En 1909 es el
suplente del titular Dr. Alvaro Guillot y el 10 de abril de 1911 es
electo Presidente integrando la Junta Directiva entre otros los Dres.
Pedro Figari, Pablo de María y José Scosería.
En ese período
relaciona al Ateneo con la mayoría de las instituciones del país e
intensifica las relaciones internacionales. Convoca a toda la ciudadanía a
conmemorar con gran acto patriótico el Centenario de la Batalla de Las
Piedras, propuesta que es unánimemente aceptada, destacándose las adhesiones de
los Partidos Colorado y Nacional, encabezadas por el Sr. Julio María Sosa y el
Dr. Alfonso Lamas.
Crea el Comité
de la Juventud, funda una Escuela del Hogar para hijos de socios, una
Escuela de Enseñanza Artística para la Mujer, a fin de “crearle medios de
concurrir a una producción más intensa y de mejor calidad.
Gestiona - y
obtiene- abonos a mitad de precio para el trasporte urbano de esos
alumnos
Propicia la celebración
solemne del Centenario de las Instrucciones de 1813.
Ha mantenido “la
tradición de liberalismo que es un timbre de honor del Ateneo, por el cual han
desfilado en toda época, tanto en las de opresión como en las de libertad,
todos los espíritus independientes del país, para defender las conciencias de
toda coerción religiosa, sea para señalar un mas allá a la redención humana”
según el testimonio del Dr. Emilio Furgón.
Y pasamos a otra
faceta de esta figura que nos convoca y conmueve con su ejemplo.
Recordamos que nació
en hogar masónico y fue iniciado en su juventud. Su formación transcurre sin
pausas.
…
Con la modestia y
sencillez de los grandes, en Julio Bastos solo destacaba el esfuerzo colectivo,
como la gran herramienta que hizo posibles esos resultados.
Y así lo escribe
a la Logia Sol Oriental:
“La
asistencia esta noche importa aplauso justiciero, que e deber no
escatimar, a los que trabajan por el bien, el progreso y la libertad; estrecha
mas firmemente los lazos de fraternidad que nos unen y mediante los cuales
conseguiremos alcanzar una mas feliz existencia; y consagra el principio de
equidad, agrupando en un solo plano con vínculos de amor y de justicia, a
obreros y patronos, ricos y pobres, sabios y humildes, altos funcionario y
modestos ciudadanos, sin mas desniveles que los que ellos determinan para los
mejores, para los mas anhelosos, para los que se superan en sacrificios, a fin
de conquistar los ideales de todos”.
Y a nuestra Logia,
aceptando la designación con su nombre:
“Tened la seguridad
que si mi decidido empeño por encaminarla, (a la orden), a mejores días de
felicidad y engrandecimiento ha podido cristalizar, en parte, actitudes
como la vuestra tiene que retemplar mi espíritu, para ofrecerle aun
más: todo lo que mi corazón y mi cerebro pueden dar como afecto, sea en
desenvolvimiento de la vida nacional de nuestro país, sea un factor
eficiente e indispensable para hacer próspera y grande la patria uruguaya”.
“...en el futuro,
tendrá que ser nuestro vivir el centinela avanzado de nuestras ideas y
sentimientos”.
...
Con luminosa
precisión así la definió el Dr. Julio Bastos “Nosotros presentamos a los ojos
del profano la colmena, ejemplo vivo de cooperación como modelo de
confraternidad y amor al trabajo”....
“Somos abejas
inteligentes, guardianes celosos del secreto de nuestra organización, que
elaboramos para repartir la rica miel de nuestra ilustración y la caridad, y
volvemos a llenar las celdas de mieles y aromas, con todo el júbilo inefable de
que son susceptibles nuestras almas”
De su discurso
ante la Asamblea Nacional Constituyente extraemos una síntesis de sus
convicciones, en esto términos:
“Respecto a los
derechos individuales; la libertad política que permite y garantiza el
ejercicio libérrimo del derecho al sufragio por todos los ciudadanos, sin
distinciones ni jerarquías; la libertad de conciencia, dejando a
cada habitante del Estado el derecho a costear, de su libre arbitrio, el culto
que fura de su agrado; la libertad al trabajo, que autoriza a cada persona, a
buscar el medio de vida honesto que mejor cuadre a sus condiciones personales”.
Ese era su estilo,
esa su conducta, que recibió de quienes le conocieron juicios como éstos:
“¿Quién no lo ha
visto batallar como verdadero paladín de la causa, en procura del triunfo de
nuestras ideas, y nuestra fe filosófica?”
“¡Cuantos
sinsabores, cuantas molestias y desvelos apurados sin un queja, sin un
desfallecimiento, con el estoicismo propio de quien se sabe ungido por la
voluntad de todos y cada uno y de ahí su obra!”
“Nadie, como él, ha podido llevar a la
Masonería del Uruguay a la altura en que hoy se encuentra”.
Otro: “Este
inolvidable y buen obrero que tanto trabajó por el progreso y lucimiento de la
Masonería con el plausible fin de llevar a la práctica todo aquello que pudiera
redundar en beneficio de la Orden”. Logia “Amigos dela Verdad”.
Otro:
“Recordando....como ejemplo....la obra de vinculación y de acercamiento que
realizó nuestro querido e inolvidable ex Gran Maestro Dr. Julio Bastos, cuyo
paso por los talleres dejó la huella luminosa de su espíritu de selección,
espíritu éste que interpretó bien y vivió mejor los mas altos postulados de la
Masonería. Fue brazo y cerebro de la Masonería y ha ser difícil que
su obra sea siquiera igualada por la noble altivez y la inigualable
caballerosidad del Dr. Bastos”. Logia Luz y Verdad. Las Piedras.
El mismo se definió:”
Masón que ha hecho toda la vida una religión de la convicción de sus ideas,
masón hasta la médula, hasta el tuétano”.
Una y otra vez me he
detenido ante la estampa de caballero que nos recibe desde la augusta y solemne
sencillez de la mas alta jerarquía masónica, y parece dispuesto a
escucharnos bondadosamente.
Descubro al hombre
que ha dominado a la razón, administrando justicia con sabiduría, atendiendo siempre
a los dictados del corazón, que estuvo siempre por encima de todo interés
subalterno, de toda ambición personal y fue protagonista de las grandes
transformaciones que llevaron a nuestro país a un puesto de privilegio en el
concierto internacional, ese ejemplo de moral pública y privada se proyectó
desde su hogar.
Casado con doña
Isabel Díaz fructificó su amor en siete varones que también iniciados fueron
hermanos y compañeros de las jornadas del maestro, mereciendo también las
dignidades en sus Logias.
En ese hogar patricio
nació también nuestra Logia que con fuerza y vigor celebra hoy su aniversario
Nº 83.
Se que mis palabras
no alcanzan para dar la exacta dimensión del homenaje al fundador ilustre. Pero
la dinámica que genera nuestro taller con vocación de colmena, que fue
bautizado como “una nueva estrella en el cielo de la masonería”, sigue el rumbo
de luz que la distinguió al nacer.
En una de las
manifestaciones de su talento, nuestro muy querido Hermano J.L.R. ex Venerable,
ha plasmado en una obra de arte, con pinceles de simbolismo y colores de
poesía, una expresión global de ideales masónicos.
A través de esa obra,
nuestras existencias individuales se extienden y universalizan,
proyectándose al futuro con el espíritu que les dio la vida.
Junto a la obra de
arte, un ejemplo de vida, de sabiduría, de modestia y amor.
Así el Gran Hombre
nos une y su espíritu nos alcanza y anima. Lo encontramos naciendo en las aguas
primigenias, ascendiendo por la piedra, transformándolas por el compás y la
escuadra y proyectándose en la tribuna del Ideal.
Está en los talleres
donde sigue trabajando, con y por nosotros, con la consigna de Shelley de que
“La alegría del alma está en la acción”.
Y para finalizar,
nuestra emoción se une a los ecos que repiten el mandato del
evangelio:
“No busquéis entre
los muertos al que vive”
Eso es todo.
Muchas gracias.
M.A.G.
---------- O
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Iniciado en la Logia Caridad
el 2 de agosto de 1880, alcanzó el grado de Maestro el 27 de setiembre de ese
mismo año.
Miembro activo del Supremo Consejo desde el 11 de agosto de 1905, fue Soberano Gran Comendador – Gran Maestro entre 1906 y 1908 y entre 1921 y 1929, período de esplendor de la masonería nacional, marcado por el crecimiento y la vitalidad de la Orden.
El Dr. Julio Bastos falleció en
Montevideo, el 13 de enero de 1929.
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