Lázaro
Cárdenas del Río
21 de mayo
de 1895 – 19 de octubre de 1970
Michoacán,
México – Ciudad de México
Político
Mexicano. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: 1 de diciembre de 1934-30
de noviembre de 1940
Partido: Partido Nacional Revolucionario (1929-1938),
Partido de la Revolución Mexicana (1938-1946), Partido Revolucionario Institucional
(1946-1970)
Padres: Dámaso Cárdenas Pinedo, Felícitas del Río Amezcua
Cónyuge: Amalia Solórzano
Hijos: Alicia, Palmira, Cuauhtémoc
Nació el 21 de mayo de 1895 en Jiquilpan de Juárez (Michoacán).
Fue el mayor de los ocho hijos de Dámaso Cárdenas y de Felicitas del Río.
Acudió a la escuela hasta los 11 años. Con 16 trabajó
de tipógrafo y más adelante en una oficina de Hacienda.
En el año 1914 se sumó a la Revolución Mexicana,
alcanzando el grado de teniente coronel (1915). Tras la Convención
de Aguascalientes, se convirtió al constitucionalismo de Venustiano
Carranza relacionándose con el grupo de Sonora encabezado por Plutarco
Elías Calles.
Fue general de brigada del Ejército
constitucionalista en 1925. Electo gobernador de Michoacán desde
1928 hasta 1932.
Elegido presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR)
en 1930, secretario de Gobernación en 1931 y secretario de Guerra y Marina en
1933.
Presidente de México en 1934, su primera acción
presidencial fue la de recortar su salario a la mitad y durante su mandato el
Castillo de Chapultepec dejó de ser la residencia oficial de los mandatarios
mexicanos convirtiéndose en el Museo Nacional de Historia.
Puso en marcha un plan de reforma económica y social de seis
años, el terreno de propiedad privada fue distribuido entre los campesinos y,
con el apoyo de la Confederación de Trabajadores de México, muchas
industrias se convirtieron en cooperativas.
Impulsó la creación de una serie de organismos sindicales de carácter oficioso,
como la Confederación Nacional Campesina (CNC) y la Confederación de
Trabajadores de México (CTM). Entre 1937 y 1938, logró nacionalizar la red
ferroviaria. En abril de 1938 reorganizó el PNR dotándolo de cuatro secciones:
obrera, campesina, popular y militar. Ese mismo año nacionalizó las propiedades
de las compañías petroleras extranjeras.
Secularizó la enseñanza, cerró casas de juegos y fundó
el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Colegio de México (Colmex),
y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entre
otros.
Apoyó a la República española durante la Guerra
Civil (1936-1939) y concedió asilo a numerosos refugiados españoles,
a los que otorgó la nacionalidad mexicana y también a Trotsky, que
escapaba del stalinismo en la URSS. En 1942, durante la II
Guerra Mundial y bajo la presidencia de Manuel Ávila Camacho, fue
Secretario de la Defensa Nacional, comandante de todas las fuerzas mexicanas de
la costa del Pacífico, y secretario de la Defensa Nacional desde 1942 hasta
1945.
Tras la presidencia, obtuvo la directiva de la región
militar del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. También ejerció como
presidente de administración de la Siderúrgica Las Truchas, que actualmente
posee su nombre.
https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/421/Lazaro%20Cardenas
Al parecer el primer
contacto de Cárdenas con la orden masónica fue durante la rebelión
delahuertista, cuando habiendo sido hecho prisionero por las fuerzas rebeldes,
su captor el general Rafael Buelna, masón escocés grado 33, creyó que Cárdenas
también era masón y le salvó por ello la vida. Aunque su iniciación es un tema
discutido, Eduardo Nava señala que ésta se realizó el 29 de marzo de 1924 en la
Logia de Colima (Gran Logia Suroeste de Colima), información que fue
corroborada por el Gran Maestro de la Muy Respetable Gran Logia Michoacana
«Lázaro Cárdenas», Manuel Medina Bravo. En ese tiempo las logias masónicas, por
razones políticas así como por intereses personales de sus miembros, sufrían
una severa crisis interna que fue de particular importancia en el Distrito
Federal y en Veracruz, como resultado de la cual nació la Gran Logia Simbólica
Independiente Mexicana (Veracruz, 1927), que fue considerada irregular por la
mayoría de los miembros de las logias tradicionales jurisdiccionadas a la Gran
Logia Valle de México, a la cual estaban afiliados y ocupaban las más altas
jerarquías personajes como Emilio Portes Gil y el propio general Calles. Muchas
fuentes sostienen que dicha logia fue fundada personalmente por Lázaro
Cárdenas, sin embargo esta información no ha podido corroborarse y por la fecha
de su fundación ello no parece muy probable. Lo que es indiscutible es que el
programa de acción de esta logia incluía una serie de cláusulas que podrían ser
muy acordes a la política cardenista, como:
Difusión entre todos
los Talleres de la Obediencia de estudios e investigaciones sobre Historia,
Derecho y Filosofía Masónica. Estudio, análisis y discusión de los asuntos
sociológicos y de grandes problemas de actualidad; instrucción cívica,
conferencias en las logias y cuantas se puedan de propaganda pública por medio
de la palabra, del periódico, del libro o del folleto. Tenidas Blancas,12 para
que la sociedad comprenda nuestros verdaderos ideales y vayan borrándose de su
mente tan absurdas como fantásticas leyendas propaladas contra la masonería.
Bibliotecas, escuelas nocturnas para adultos de ambos sexos, diurnas y
primarias con programa laico, universidad popular e instituto de ciencias
sociales; y medios de hacer ingresar a nuestras filas a los señores profesores.
Combate contra plagas y vicios sociales (embriaguez, prostitución etc.), contra
espectáculos bárbaros, y elevación del nivel moral de nuestro pueblo,
solicitando para el caso cooperación de las autoridades y de la sociedad en
general... Reuniones y conferencias en agrupaciones y centros obreros sobre
temas apropiados, apertura de concursos sobre eficiencia de labores
industriales, trabajo en general, economía y ahorro, estableciendo premios y
recompensas para los vencedores.13 En ese momento la masonería, en particular
el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, tenía fama de estar dominada por
extranjeros, y por lo mismo de estar subordinada a intereses de las grandes
potencias internacionales. Al parecer por esta razón, Cárdenas decidió apoyar a
la Simbólica Independiente, transformando a tal grado sus principios que se
llegó a sostener la creación de un nuevo rito nacional auspiciado por
Cárdenas.14 Aunque esto no necesariamente es exacto, como han mostrado Rich,
Lara y de los Reyes,15 lo que sí sucedió fue que Lázaro Cárdenas fundó y
propició la propagación de múltiples logias «irregulares» afiliadas a la
Simbólica Independiente, primero en Michoacán, como la Eréndira 21 en
Pátzcuaro, y después en muchas partes de la república, como Jalisco, Guanajuato
y Veracruz. Creó también la Gran Logia Independiente de Michoacán, y llegaron a
ser 14 las Grandes Logias independientes derivadas de éstas, entre las que
destacó la Gran Logia Independiente Mexicana de las Huastecas, que a decir de
Lara fue la piedra angular de este movimiento. De acuerdo con lo señalado por
Manuel Medina Bravo, Cárdenas fundó también un gran número de logias
itinerantes para los militares, de las cuales surgió la idea de las escuelas
«Hijos del Ejército». La más importante transformación que Cárdenas realizó al
interior de las logias por él apoyadas, conocidas como logias cardenistas, fue
«deselitizarlas». La masonería en México, desde la decadencia del Rito de York
en el siglo XIX, se había convertido en un espacio urbano y de élite en el cual
se tejían los entramados de la política nacional, pero muy lejos del carácter
popular o de clase media que en algún momento llegó a tener con los yorkinos.
Con Cárdenas «las logias crecen significativamente y se multiplican por todo el
estado [Michoacán]; a ellas se incorporan creciente, casi masivamente, maestros
de primaria y secundaria y miembros extraídos de las clases trabajadoras. Se
forman logias campesinas y obreras, integradas a la Gran Logia Unida
Independiente de Michoacán y a la Gran Logia Independiente Mexicana».16 Desde
luego esto no fue gratuito, fue una política fomentada por el propio Cárdenas,
quien se daba cuenta de que la ya tradicional oposición entre la Iglesia y la
masonería, así como la vocación educativa que esta última había manifestado
desde la fundación de las escuelas lancasterianas en el siglo XIX, le serían de
gran utilidad. Así, al tiempo que aprovechaba los recursos didácticos de las
logias –que favorecían el aprendizaje de la oratoria y del liderazgo, así como
la adquisición de experiencia política– para suplir las carencias educativas
sobre todo en el México rural, aprovechaba también su anticlericalismo para
contrarrestar la influencia de la Iglesia y fomentaba el desarrollo de
asociaciones obreras y campesinas, beneficiándose de los principios de
solidaridad y fraternidad inherentes a la masonería, pero controlando sus
formas de organización, pues a través del trabajo en logia se podía orientar
sus voluntades. De este modo, las logias fueron un medio más para penetrar y controlar
los sectores trabajadores. Cárdenas prácticamente eliminó la parte esotérica,
filosófica y secreta de la masonería, dejando sólo los elementos de
solidaridad, fraternidad, lealtad y obediencia que le convenía fomentar. Aunque
la finalidad de esto era que los nuevos miembros, cuya educación era casi nula,
pudieran comprender el mensaje que se les pretendía transmitir, ello le
ocasionó el rechazo de las facciones más ortodoxas de la orden, y en especial
de aquéllas que tenían claros vínculos con la masonería norteamericana y
consideraban esencial el carácter universal y «supranacional» de la orden que Cárdenas se propuso eliminar;
esto puede verse en la carta enviada en 1938 por G. P. García a Walter C.
Temple, Soberano Gran Inspector en Texas:
As you are undoubtedly aware, there have been
clandestine and irregular bodies of spontaneous origin or create by dissenting
elements…one of these irregular Grand Lodges was organized by General Cárdenas,
now President of the Republic, when he was governor of one of our states. One
of the most important principles proclaimed by this so-called Grand Lodge was
that Masonry should be exclusively for this country. Since Cárdenas’
incumbency as President, of Mexico, the lodges under the jurisdiction of his
special Grand Lodges became important entities as bureaucratic and political
factors, and to such an extent did the number of lodges increase throughout the
country that our regular grand lodges were affected by the pressure.17 El
general inclusive intentó convencer a la masonería tradicional de «convertirse»
a su política, cuando el 9 de marzo de 1934, en su visita a la Logia Masónica
de Campeche, jurisdiccionada al Consejo del Suroeste, señaló que los masones
necesitaban actuar en forma más abierta para que el público sintiera que su
acción no se limitaba a respaldar sus intereses particulares, que era necesario
que la masonería justificara el espíritu avanzado de que había dado muestras en
otro tiempo, pues en ese momento se encontraba retrasada en sus tendencias y en
su acción. Les habló del papel que jugaba la masonería revolucionaria que
integraba la Confederación de Grandes Logias Independientes de la República,
que había dejado rituales y grados filosóficos para actuar como ciudadanos
dentro de un criterio socialista que marchara a la vanguardia del movimiento
social de México.18 La intención de Cárdenas era favorecer la proliferación de
logias que le fueran leales y apoyaran sus proyectos políticos.19 Además de los
miembros de los sectores magisterial, obrero y campesino, a estas logias se
afiliaron la mayoría de los empleados del gobierno, los distintos miembros de
grupos cardenistas y casi todos los jóvenes que deseaban emprender una carrera
política y no eran católicos militantes. Logias de todos los ritos comenzaron a
separarse de éstos para unirse a las independientes; la Gran Logia Valle de
México perdió muchos de sus elementos en Toluca, Michoacán e Hidalgo. La fuerza
de estas logias llegó a ser tal que en 1937 el Gran Maestro de la Gran Logia
Valle de México, Calixto Maldonado, trató de unificar a la masonería simbólica
atrayéndose a las logias cardenistas, pero no lo logró. Esta fuerza se
manifestó también en la burocracia, particularmente en la Secretaría de
Hacienda, de Agricultura y en el Departamento Agrario, cuyos empleados formaron
las logias Tierra y Libertad en la ciudad de México y Unificación Campesina en
Tlalnepantla, cuya finalidad era propagar las ideas cardenistas.20 La Gran
Logia Independiente Mexicana, presidida por el general Cristóbal Rodríguez,
auspició la formación de otra Gran Logia que se llamó Simbólica e Independiente
Tierra y Libertad (1937), integrada por las dos anteriores y con las de igual
orientación que ya se habían fundado en los estados. Algunos de los principios
expresados en el programa de esta logia son manifestación clara de la
influencia de la política cardenista: Anhela y lucha por conducir al campesino
al estudio de sí mismo, de sus deberes para con su familia y para con su
patria. Tiende a confortar los sentimientos del proletariado, su amor a la
libertad, su solidaridad hacia su clase y propósitos de constituirse en factor
para el desenvolvimiento y bienestar en su comunidad y un elemento útil en el
movimiento de superación y dignificación populares que sirven de esencia a las
tendencias bien definidas de nuestras actuales instituciones. Inculca el amor a
la virtud y el deber, la filantropía, el sentimiento bien equilibrado del
derecho, y tiene como grande propósito el de hacer del proletariado del campo
una familia estrechamente unida y solidarizada. Combate los vicios que
degeneran al proletario y originan la miseria y el dolor de las familias, y
lucha contra los prejuicios, supersticiones y fanatismos que han encadenado su
espíritu y estorban su dignificación y evolución. Sus divisas son el trabajo y
la independencia económica del humilde, y difunde enseñanzas que disponen a
éste contra la explotación del hombre por el hombre y contra morbosos conceptos
de falsas resignaciones.
...que la institución
ejidal responda de la manera más eficiente posible al humanitario objeto en que
se inspiraron nuestras leyes (políticas) [...] que el campesino tenga medios
apropiados y suficientes para lograr una producción que llene las necesidades
de su familia [...] que sus miembros sepan gobernarse a sí mismos, aprendan a
analizar y resolver por sí solos sus propios problemas y proscriban el tutelaje
a que los han sometido políticos y agitadores que los desorientan en su
provecho particular. Defiende al débil, abate al ambicioso, desenmascara al
hipócrita y no establece entre los hombres más diferencia que la que imponen la
virtud, los méritos y el trabajo. [...] deplora y condena el asesinato,
proclama la paz entre los hombres, basada en la sentencia del Benemérito «el
respeto al derecho es la paz» [...] no reconoce fronteras ni división de razas
ni de credos. Se solidariza con las clases proletarias del mundo y proclama la
confraternidad universal. No es religión ni secta; es una escuela que trabaja
por una preparación del campesino para una vida más humanitaria y edificante,
aspirando a constituir sobre bases de amor, de cultura, de trabajo y de
justicia, una verdadera familia [...] no se mezcla en asuntos de índole
política; pero prestará su cooperación y respaldo a los Gobiernos de actuación
revolucionaria afines con estos postulados21 En este tipo de logias se
modificaron algunos de los símbolos tradicionales de la masonería, que fueron
sustituidos por otros de tipo socialista o nacionalista, como la hoz y el
martillo en lugar del compás y la escuadra, y la Constitución en lugar de la
Biblia. También tuvieron importante participación las mujeres, fundándose
múltiples logias «de señoras», pues Cárdenas consideraba que su influencia
podía ayudar en la educación de los jóvenes. Por el ya tradicional conflicto
entre la masonería y la Iglesia, Cárdenas también recibió el apoyo de la orden
para su política antirreligiosa, la cual fue bastante fuerte aunque nunca
estuvo de acuerdo con los excesos de violencia en que incurrieron algunos
personajes como Tomás Garrido. El problema de la Iglesia se vinculó
directamente con el de la educación, pues Cárdenas consideraba que la masonería
y una educación socialista le ayudarían a contrarrestar el fanatismo. La
educación socialista en la época de Cárdenas estaba basada en metas sociales,
en la lucha de clases, se concedía gran importancia al trabajo manual y al
método experimental. Para el general la escuela debía educar en México en
contacto con la naturaleza, inculcar la ideología de la Revolución mexicana y
preparar para el trabajo colectivizado, porque de seguir el individualismo no
se aprovecharían las riquezas naturales. Desde 1930 el conflicto entre la
masonería y la Iglesia respecto a la educación se había hecho más claro, sobre
todo a partir de la encíclica de Pío XI (31 de diciembre de 1929), que
reclamaba para la Iglesia el derecho a impartir la educación; la masonería
internacional y también la mexicana rechazaron esta postura y alegaron el
derecho a la educación pública. Cuando en 1933 se dio el conflicto por la
propuesta de reforma al artículo 3º constitucional, para que se incorporara la
educación socialista, la masonería apoyó la iniciativa, y no sólo lo hicieron
las logias cardenistas, sino la propia Gran Logia Valle de México se pronunció
públicamente a favor de la educación socialista, y su Gran Maestro, junto con
varios miembros de la institución, dieron conferencias en escuelas de todo el
país sobre temas pedagógicos y sociales. Como el clero era uno de los
principales opositores, se aprovechó a la masonería para combatirlo, sobre todo
para contrarrestar su influencia en las conciencias de las clases trabajadoras,
al tiempo que a través de las logias se lograba el apoyo de estos grupos a las
propuestas educativas. A pesar del empeño mostrado por Cárdenas para el
desarrollo de una «masonería para el hombre común»,22 el proyecto no tuvo mucho
éxito. En general se ha sostenido que la importancia de las logias cardenistas
terminó con la elección de Manuel Ávila Camacho para la presidencia de la
república, quien además de ser católico declarado fue apoyado por el sector
regular de la masonería. Aunque la masonería irregular poco a poco fue
perdiendo su carácter populista, Cárdenas continuó siendo miembro relevante de
ella; fue Gran Maestro de la Gran Logia Independiente Mexicana, y logró la
unificación de ésta con la masonería regular, es decir con la Gran Logia Valle
de México, en 1943. Cuando la unificación fue consumada no existía ya la
llamada Gr. Log. «Tierra y Libertad», ni una sola logia de la misma o parecida
denominación y tendencias. Por información personal obtenida directamente de su
entusiasta fundador y doctrinador, Ven. H. General Cristóbal Rodríguez, pudimos
cerciorarnos de que había sido el señor Gral. Cárdenas quien se empeñó en su
creación y sostenimiento, y que el animador de ellas como «Gran Maestro» había
sido el señor Gabino Vázquez; pero que ambos personajes habíanse convencido de
que eran o habían sido esas pretendidas logias un completo fracaso, ya que el
material humano con que se pretendió darles vida era absolutamente inadaptable
por falta de preparación moral y de cultura.23 De esta unificación surgió la
rama más poderosa de la actual masonería mexicana, aunque se dividió de nuevo
en la década de los sesenta. De dicha división surgieron dos logias ubicadas en
la ciudad de México, cada una de las cuales se asume como la verdadera Gran
Logia Valle de México; una de ellas se localiza en la calle Edison y se señala
a sí misma como la heredera de Cárdenas y sus principios, la otra se encuentra
en la colonia San Rafael y tiene notables vínculos con el PRI, muchos de cuyos
miembros son también hermanos de esta logia.
http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/grieta/pdf/grieta02/72-87.pdf
http://granlogiamichoacana.org/events/aniversario-de-la-m-r-g-l-m-lazaro-cardenas/
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