Carlos Luis Federico de
Brandsen
28 de noviembre de 1785 – 20 de febrero de
1827
París – Río Grande del Sur
Fue
un militar de origen francés que combatió por la causa revolucionaria
en las guerras de la independencia hispanoamericana, y bajo la bandera argentina en
la Guerra del Brasil.
Guerras napoleónicas
Luego de recibir educación en el Liceo Imperial, Brandsen
ingresó al ejército francés. En 1811, tras prestar servicios en la
secretaría del Ministerio de Guerra, se incorporó como subteniente de
caballería al Ejército del Reino de Italia, cuyo monarca era Napoleón
Bonaparte; en él servían numerosos franceses.
Participó en 1813 en la campaña de Alemania,
durante la cual fue herido en tres acciones diferentes, condecorado y ascendido
a capitán. Tras la abdicación de Napoleón en 1814 y la disolución del
Reino de Italia, Brandsen regresó a Francia, manteniendo su grado de capitán de
caballería. En 1815 intervino en la campaña de los Cien Días (Campaña
de Waterloo), bajo el mando de Napoleón; allí recibió una nueva herida.
Campañas libertadoras
de Chile y Perú
En 1817, terminadas ya las Guerras Napoleónicas,
Brandsen pidió su baja del ejército francés con el grado de capitán. Al poco
tiempo conoció a Bernardino Rivadavia en París, quien lo convenció de
unirse a la causa de la independencia americana; entonces se embarcó en Calais a
bordo del Celeste hacia Buenos Aires.
El 19 de diciembre de 1817 el gobierno de
las Provincias Unidas del Río de la Plata le otorgó el grado de
capitán de caballería y lo destinó al II escuadrón del Regimiento de
Granaderos a Caballo, que entonces combatía por la independencia de Chile bajo
las órdenes del General San Martín y se hallaba acampado en Las
Tablas, cerca de Valparaíso.
Entre 1818 y 1819 Brandsen participó en
la Segunda campaña al sur de Chile que culminaría en la victoria en
la Batalla del Bío Bío y fue destinado posteriormente al regimiento
de Cazadores a Caballo, con el que participará en la Expedición
Libertadora al Perú.
Se distinguió en el combate de Nazca junto al
mayor Juan Lavalle. El 8 de noviembre de 1820, en Chancay,
combate valerosamente al mando de 36 Cazadores, derrotando una fuerza realista
de alrededor de 200 hombres, lo que le valdrá un ascenso a sargento mayor.
Cuando San Martín, devenido Protector del Perú, forma el ejército de ese país,
Brandsen es nombrado jefe del regimiento de Húsares de la Legión Peruana de la
Guardia, con el grado de Teniente Coronel. San Martín tenía gran afecto por
Brandsen, de quien era compadre y con quien sostenía correspondencia frecuente.
Fue promovido a coronel el 17 de setiembre de 1822. Al mando de
su regimiento obtiene una victoria en Zepita, y como comandante general de
la Caballería de la Vanguardia del Ejército del Perú interviene en Sica-Sica y
en Ayo-Ayo, conteniendo luego la persecución enemiga y salvando los restos
del ejército derrotado en esos encuentros. En 1822 y 1823 participó activamente
en las operaciones contra las fuerzas realistas.
A fines de 1823 tomó partido por el presidente José de
la Riva Agüero en la disputa de este con Sucre. De la Riva Agüero
lo promovió a general de brigada, pero con la disolución del ejército que le
respondía, Brandsen fue puesto en prisión y luego Bolívar dio la orden de su
destierro. Tiempo después esta orden fue levantada por Simón Bolívar pero
Brandsen y su esposa ya habían decidido embarcarse a Chile y lo hicieron el 5
de marzo de 1825.
Guerra del Brasil
A principios de marzo de 1825 se embarcó con parte
de su familia en el "Livonia", rumbo a Chile. Tras una breve
permanencia en Santiago de Chile, se trasladó al Río de la Plata, donde el
gobierno lo designó jefe del Regimiento 1º de Caballería con el grado de
teniente coronel, el 23 de enero de 1826. Al frente de su unidad
estuvo presente en la guerra contra el Imperio del Brasil. Su capacidad
profesional hacía que su opinión tuviera mucho peso en las juntas de guerra en
las que participaba. Finalmente, el 20 de febrero de 1827, en la batalla
de Ituzaingó, su regimiento se enfrentó a la infantería brasileña que ocupaba
una posición fortificada, protegida por un profundo zanjón. El general en
jefe, Carlos María de Alvear, le ordenó atacar frontalmente, pero Brandsen
le observó que era imposible obtener éxito en esas condiciones. Alvear no
aceptó sus prudentes argumentos y con sus palabras tocó el amor propio del
valiente jefe, quien cargó a la cabeza de sus tropas, muriendo heroicamente. El
ataque fracasó, pero la batalla se ganó porque otros coroneles como Tomás
de Iriarte, Miguel Estanislao Soler y José María Paz, enmendaron
los errores del general en jefe.
Sus restos descansan en el Cementerio de La Recoleta, en Buenos Aires,
paradójicamente frente al mausoleo del General Alvear. Su sepultura fue
declarada Monumento Histórico Nacional.
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Integrante de la Logia Lautaro.
https://es.wikipedia.org/wiki/Federico_de_Brandsen
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