Un discurso fácil
En estos días una nueva mentira se trata de poner en
práctica, por aquellos que no son capaces de comprender que uno es responsable
de su propio accionar.
En el imaginario de la gente predomina una mirada de recelo
hacia la Masonería, y ahora se suma una opinión muy pobre, insultando la
inteligencia del pueblo uruguayo al aprovecharse de esas tergiversaciones
novelescas que son fáciles de tirar sobre dicha Institución y otras, de quien
fuera el vicepresidente del Uruguay, después de pasar unos cuantos años de
estar en la esfera estatal desde el cargo que desempeño en un ente público, y
ocupar la presidencia del Poder Legislativo.
Acusando y diría hasta infantilmente en una carencia de autocrítica
que lastima aún más en lo ético a su propio grupo político que su salida del
gobierno y su lamentable presente se debió a no pertenecer como lo dice en la
entrevista del semanario BUSQUEDA:
"… porque no nos
acomodamos con ningún grupo de poder: ni con los económicos ni con los
religiosos, ni las sectas. No somos del Opus Dei, ni de la masonería, no vamos
al Piso 40 (club de empresarios y gente influyente que se reúne en el World
Trade Center) ni a las iglesias evangélicas".
La pregunta que inmediatamente deberíamos hacer es: ¿por qué
recién denuncia esto?
Por lo que corresponde a la Masonería, la cual estudio desde
hace un largo tiempo, es carente del mínimo estudio y desconocimiento sobre el
tema: decir que la pertenencia es tener el poder del Estado en sus manos. Una
mínima mirada a sus declaraciones de principios en sus estatutos civiles registrados
largamente más de un siglo atrás mostrará que cada ciudadano que la integra
solo no busca poder desde su esfera sino trabaja por una sociedad más justa e
igualitaria, llevando adelante sus principios. Lo ha hecho así en cada
localidad del país donde ha sentado las bases de la fraternidad para una plena
vigencia de los derechos civiles en un sistema democrático, republicano,
constitucional, que nos enorgullece. Sistema que se basó muchas veces en la
discreta participación de integrantes de esa tan criticada hermandad y que
sabiamente solo actúa y respeta con discreción.
Los invitos hacer un recorrido que venimos realizando en el
blog sobre El Espíritu Masónico, publicación de una revista uruguaya, El Faro Oriental de 1912, que sin duda
ese es el verdadero espíritu de un masón. Claro que, si la idea que tiene la
persona para ingresar a la Masonería es para acomodarse, probablemente ese confundido, en un corto plazo abandone
la Hermandad cuando vea que la esencia es ayudar a otros, a llevar sus
potencialidades al máximo para construir en forma conjunta, en base al respeto que
profesan en mantener una identidad libre y laica en la mayor tolerancia de
todas las diferencias que no se basen en un fundamentalismo del tipo que sea.
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